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Cuando fuimos los mejores (Acebes Remix)

Cuando fuimos los mejores

Cuando fuimos los mejores
las tertulias no cerraban
Cada mes en firme
en la cuenta se�aladaCuando fuimos los mejores
los taxistas nos mostraban
la mejor de sus sonrisas
en warnings llenos de arrogancia

Cuando fuimos los mejores…
Cuando fuimos los mejores…

Cuando fuimos los mejores
dimos carnets de democracia
mercaderes de los muertos
buscando armas en Irak

loquillo.jpg

Loquillo sin los trogloditas

Cuando fuimos los mejores
no dejamos ser a los otros
lo peor que llevas dentro
se refugia en tu bigote

Cuando fuimos los mejores…
Cuando fuimos los mejores…

Cuando fuimos los mejores
el dinero se gastaba
se pod�a comprar todo
incluso las portadas.

Cuando fuimos los mejores
y la vida no se pagaba
recalificando esquinas
el Bar�a se suicidaba.

Cuando fuimos los mejores
Cuando fuimos los mejores
Cuando fuimos los mejores
Cuando fuimos los mejores
Cuando fuimos los mejores
Cuando fuimos los mejores
Cuando fuimos los mejores
Cuando fuimos los mejores…

La otra cara del tripartito

O sea, su cruz. La cruz m

Amigos bloggeros:

Sin querer ser un aguafiestas, digo yo que no veo tan claro que estemos ante el inicio del principio del fin de la totalitaria amenaza que en los

¡Karakoles con Cebrián!

�Karakoles kon Zebri�n!

No s� pierdan, estimados lectores, una bella conferencia pronunciada por el Kamarada Konsejero Delegado, con link al video inclu�do, que se puede consultar aqu�. En ella trata de asuntos tales como los “cambalaches” inherentes a todo proceso de transici�n, la tibieza revolucionaria de los gobernantes suramericanos y aporta dos novedosos conceptos dos: 1) el trabajador “malo” -peor cuando se presenta en manadas de un millar de cabrones- y 2) el trabajador “obst�culo” a la independencia del periodismo.
Yo me he quedado un poco sorprendido, la verdad. Por suerte, esta tarde he podido ver en el telediario a dos espa�oles integrantes del “senile power” decir, en un acto del Campechano en Francia, que ellos eran muy republicanos, pero m�s de Juan Carlos I.
Y es que menos mal que quedan periodistas “buenos”, amigos lectores. Si no, no s� que iba a ser de nosotros los inmaduros integrantes del pueblo espa�ol.
Apartado de consignas: �”Libertad sin ira” no, gracias!
Firmado: Popota, a Proud Friend of Juan Aranzadi.

Sin ti no soy nada

Sin ti no soy nada,
una gota de lluvia mojando mi cara.
El Mundo es mi due

Federico…

Claro que s
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				<p class= Tags: España: sudor y güevos por popota
Comentarios desactivados en Federico…

AVFT

Pues habr

Cavern

Maketo Power, siempre preocupado por la b

Hola:

Soy Ronaldo, pero escribo con el nick de Popota porque estoy en su casa, usando su ordenador. Popota est

El preámbulo-patena

El Pre�mbulo-patena

Socialistas y convergentes, con la complicidad de Saura, han conseguido, como en el 78, evitar la guerra civil y llegar a un consenso en torno a la reforma del Estatut catal�n. Todo ello, claro, agitando el espantajo del PP ante ERC, del mismo modo que hace 25 a�os fue necesario aludir al peligro de �involuci�n� para que el personal tragara con la Monarqu�a o los Pactos con el Vaticano. El Estatut catal�n era, cuando sali� del Parlament, un Objeto Pol�tico No Identificado. Incumplida la promesa del presidente Zapatero ��Apoyar� la Reforma del Estatuto de Catalunya que apruebe el Parlamento de Catalunya�-, en ninguna parte como en el pre�mbulo-patena se manifiestan los cambios sufridos por el texto en las Cortes.

El texto laminado ofrece todas las garant�as a los que durante 25 a�os han vivido de la mezcla de los sentimientos con la pol�tica. Es una bicoca para los que gustan hablar de nacionalismos rom�ntico-sentimentales: los catalanes, pero tambi�n los espa�oles. Por el contrario, todas las partes del estatuto republicanas �por ejemplo, el traspaso de la competencia de convocar consultas populares- han sido borradas del mapa: esas partes, como la plurinacionalidad, eran la garant�a de acabar con el debate identitario que monopoliza el debate pol�tico espa�ol, y que lo seguir� monopolizando. Como sucedi� en el 78, la mayor�a de los partidos catalanes han puesto manos a la obra para vender como un triunfo un Estatuto cuya lectura confirma est� por debajo de las enmiendas presentadas por Piqu� en la tramitaci�n en Catalunya.

Llegados a este punto, es conveniente constatar que el Estatut ha supuesto un fracaso. Y conviene constatarlo no hablando de sus consecuencias ni sum�ndose a la pol�tica de alcachofa con la que se chatajea a los republicanos para que se sumen al Estatut-patena, sino ley�ndolo.

Catalu�a se ha ido construyendo�� es la manera en como empieza el pre�mbulo-patena. La diferencia con el original es la sustituci�n de �la naci�n catalana� por �Catalunya�. Pero el zombie, el ser colectivo, sigue presente en el texto, como la apelaci�n a la lengua, a la tradici�n, a la cultura. Porque todo ello es lo constitucional.

El segundo cambio relevante es la inclusi�n en el texto de una falaz equiparaci�n entre Constituci�n y democracia. Donde dec�a �el estatuto del 79, en el cual se establec�a que Catalunya quer�a ejercer, entonces como ahora, su derecho inalienable al autogobierno�, el estatut-patena dice: �el estatuto del 79, nacido con la democracia, la Constituci�n y el Estado de las autonom�as�. Se apela, adem�s, al �esp�ritu� del pre�mbulo del 79, algo que recuerda a las vergonzantes apelaciones al �esp�ritu de la transici�n� con las que se suele esconder la pretensi�n de anteponer fotos y consensos logrados en opacas reuniones con desconocidas contrapartidas al debate libre y democr�tico.

El tercer cambio relevante es la desaparici�n de la memoria y, m�s concretamente de la menci�n a los �exiliados� a causa de la Guerra de Franco y de la posterior Dictadura. Dicha menci�n es, huelga decirlo, plenamente defendible por cualquiera que juzgue de un modo m�nimante honesto el siglo XX espa�ol, y su retirada, mientras siguen en el pre�mbulo los muy constitucionales derechos hist�ricos, es un claro ejemplo del presunto republicanismo del presidente Zapatero.

El cuarto cambio relevante es casi imperceptible. All� donde el Estatut republicano dec�a �este Estatuto establece que:�, el Estatut-patena reza �este Estatuto asume que:�. Probablemente en ning�n punto como aqu� se pone de manifiesto el car�cter de derrota, de fracaso total y absoluto, del intento que supon�a el Estatut de darle un tute republicano a Espa�a. La chapuza de una ley que en lugar de establecer se dedica a asumir, del mismo modo que el 78 los dem�cratas espa�oles tuvieron que asumir no pocas cosas ante el peligro de �involuci�n�, es la m�xima expresi�n de la gigantesca renuncia en que se ha convertido el Estatut.

El quinto cambio acaecido al Estatut del Parlament es la desaparici�n de �La Generalitat restablecida en 1931 nunca ha dejado de existir, en tierra propia o en el exilio�. Manda huevos, como dir�a el poeta, que entre tanta alusi�n a los derechos hist�ricos no hayan encontrado un peque�o rinc�n en el que, en lugar de hablar de 1714, se pusieran en su lugar no pocas de las monstruosidades cometidas por la Espa�a nacional-cat�lica. La desaparici�n de esa menci�n no solo realza los min�sculos l�mites de la Transici�n que ha puesto de manifiesto este Estatut �tanto en lo que es aceptable, como en lo que es inaceptable-, sino que entierra las lecturas m�s civilizadas de la transici�n, esto es: las que defienden que hubo que ceder ante la real y evidente peligrosidad de la extrema derecha, para adoptar una estrategia gradualista. Si un cuarto de siglo m�s tarde todos esos avances no sirven ni para que un pre�mbulo recoja que la Generalitat existi� exiliada durante la Dictadura, es que algunos nos hemos equivocado.

Esta mel� de laminaciones del estatuto culminan, como no pod�a ser de otro modo, en el ignominioso desprop�sito que resume todo el estatut-patena: �El Parlamento de Catalunya, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadan�a de Catalunya, ha definido, de forma �mpliamante mayoritaria a Catalunya como naci�n�. Una vez m�s, el sentimiento.

Una vez m�s, la continuidad.

La Continuidad, la Continuidad, la Continuidad…