En los últimos meses proliferan por el hemiciclo de las Cortes Valencianas, y por su cafetería, los políticos profesionales atacados de los nervios porque se acercan las elecciones y peligran “sus” puestos (sobre todo en la oposición, que tiene por delante la ardua tarea de empeorar los resultados de 2007 y donde el chollazo de no pegar ni golpe sólo es equiparable a la dura labor de pulsar un botón que desempeña la pléyade del grupo popular). Por eso, no puedo evitar que me venga a la memoria el famoso juego de la silla vacía. Sí, aquel en el que un grupo de niños (o adultos ebrios) corretea alrededor de varios asientos al ritmo de una canción y siempre hay uno que se queda de pie. Esa enternecedora imagen no es más que el epílogo con el que va a concluir la actividad legislativa del Parlamento autonómico y de sus ilustres diputados y diputadas.
Una lástima, porque la VII legislatura ha sido, en cuanto a espectáculo, sublime. Sus señorías, en un continuo y esforzado ejercicio de rectitud parlamentaria, nos han deleitado con exhibiciones de camisetas republicanas y del salvaje oeste, arranques poéticos del Molt Honorable en la tribuna de oradores a cuenta de sus minucias con los jueces, estrepitosas caídas del escaño de los socialistas Antoni Such y Consuelo Català y hasta lo que parecía imposible, nuevos numeritos de Rafael Maluenda.
Entre tanto jolgorio, corren rumores de que han aprobado a pies juntillas todo proyecto de ley enviado por el Consell e interrogado duramente a los miembros del Ejecutivo, con intento de lapidación de su presidente incluido. Para los anales quedan también los enganchones de Mònica Oltra con el diputado del PP que rompe papelitos, o con el que habla cuando no le toca, y las perlas con que obsequió a esta diputada y a su padre el vicepresidente Juan Cotino. Y qué decir de la impagable imagen de Ricardo Costa relegado a la última fila, al escaño 98 del peor estudiante de la clase, como muestra de escarnio público tras su destitución por el caso Gürtel. Todo ello conducido por la mano firme de Milagrosa Martínez, la segunda autoridad en rango de la Comunitat que, como premio, vuelve a Novelda. Casi nada.
Y ahora, agitados de nuevo, inquietos por la terrible evocación de una vida apartada de los duros quehaceres de la cosa pública, vuelven a corretear. Hay mucho en juego. Volver a encajar el trasero en el escaño significa percibir un sueldo mínimo de 2.871 euros al mes (complementos aparte) y, lo que es mejor, jubilación de lujo. Con el nuevo año se ha aprobado una rebaja en las pensiones para el común de los mortales, pero los diputados valencianos cobran el 80% de la paga máxima si acumulan entre siete y nueve años en el Legislativo, y el 100% si pasan de 11 años. Ojo, que la música está a punto de parar. Todos prestos a ocupar sus puestos. Hay mucho en juego.
Etiquetas candidaturas autonómicas, Cortes Valencianas, diputados autonómicos, VII Legislatura
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Un comentario muy pertinente teniendo en cuenta que este fin de semana se ha montado ya definitivamente el incendio con el temita en el PSPV. Si lo del Ajuntament de València y la lista confeccionada siguiendo los manuales del Sr. Calabuig ya fue de antología, como tuvimos ocasión de comentar,
http://www.lapaginadefinitiva.com/weblogs/paellarusa/2011/01/20/la-lista-del-senor-calabuig-ilusiona/123
esto de las autonómicas promete incluso, superarlo. Vean, si no, la revista de prensa de esta mañana, donde se habla de laminaciones, incendios y de golpes de estado. Que el PSPV da espectáculo es algo indudable:
http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2011/02/19/puig-afines-son-laminados-listas-direccion-alicante-planta-alarte/784036.html
http://www.lasprovincias.es/v/20110219/politica/listas-incendian-pspv-20110219.html
http://valenciaplaza.es/ver/20400/Jorge-Alarte-se-encuentra-en-v%C3%ADsperas-de-elecciones-con-un-inesperado-golpe-de-estado-por-las-listas-de-candidatos-.html