Quienes tenemos hijos pequeños pasamos, según van creciendo, por constantes etapas de fascinación viendo sus respuestas inocentes a los interrogantes que les plantean los adultos. No me refiero a las preguntas típicas estilo «¿a quién quieres más, a papá o a mamá?» o «papá te quiere mucho, ¿a que tú también quieres mucho a papá?» No. Me refiero a las preguntas de críos ya más crecidos, que empiezan a tener ya una concepción de futuro. Es curioso, porque a la vez que empiezan a ser conscientes de la muerte, también empiezan a responderte en qué quieren trabajar cuando sean mayores. Aquí hay tres tipos de respuestas principales: a) los anarco-nihilistas (te responden negando con la cabeza); b) los utópico-fantasiosos (que te dicen que quieren ser astronauta, bombero, torero o famoso); c) los vocacionales (respuestas: médico, farmacéutico o escritor).
El hijo de quien esto escribe se empeñó hace un año en decir que quería ser escritor. Ahora ya ha concretado un poco: quiere ser periodista. Mi objetivo es que aún se defina más el año que viene y diga: periodista de un gabinete de comunicación.
Me ha venido a la cabeza esta noche esto que les comento al repasar las últimas noticias del día, de vuelta a casa tras una jornada agotadora. Y veo, a través de Nacho Escolar, que el MoltHo Francisco Francesc Camps estaba en Bruselas cuando un periodista le ha preguntado por la Gürtel y Álvarez Cascos (como temas separados, no malpensemos). ¿Qué ha hecho Camps? Soltar un discurso Camps. Los discursos Camps se componen de tres partes:
1) Le tira los tejos al periodista, dejando clara su profesionalidad (la del periodista, no la de Camps). En esta ocasión, le responde: «Me parece muy interesante su pregunta» (sic, puesto que se trata de dos preguntas).
2) Suelta un rollazo insoportable de 5 minutos para cansar a quienes escuchan y se olviden fácilmente de lo que afirmaba su interlocutor. Esta estrategia, que popularizó en su momento Ciprià Císcar, la ha pulido Camps con sus toques ñoños, entusiastas y sus muestras de entusiasmo de ser valenciano, la mejor tierra del mundo. Camps se nos presenta una y otra vez como el Ronald Reagan de la terreta.
3) Camps se calla y de repente se forma un silencio, porque los presentes se han dado cuenta de que ha acabado de hablar y hay que pasar a otra cosa.
Le preguntan a Camps por la Correa y los Cascos y responde con otro tema: infraestructuras ferroviarias.
¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué narices hace un periodista preguntando sobre temas incómodos? ¿Cómo osa un periodista preguntarle a Camps por la Gürtel en lugar de preguntarle cómo se encuentra o cómo le ha ido el viaje a Bruselas?
Hay varios matices que conviene realizar. En primer lugar, pues eso, que Camps está en Bruselas. No se encuentra en territorio valenciano, rodeado de periodistas valencianos que trabajan para medios de comunicación ubicados en la nostra terra y que saben de sobra qué preguntas hay que hacerle al MoltHo. No se encuentra rodeado de periodistas con una consigna clara: nada de preguntas incómodas, que este tío nos pone publicidad institucional. No son periodistas cuyo último jefe es Rafael Blasco, que trabajen para directores y jefes de informativos de derechas y con la amenaza de «no te pases, chaval, que tu trabajo como periodista es fusilar teletipos, no hacer periodismo de investigación». No. El periodista preguntón es un gallego afincado en Bruselas (Daniel Basteiro) que trabaja para un medio de Madrit (Público). Hay que jorobarse, jolines y jopeta.
Pero no se preocupen. El diario mencionado sí que recoge la noticia que es noticia: a Camps se la suda responder lo que le preguntan. Y titulan: «Camps emplea cinco minutos para no responder a una pregunta sobre los trajes«. Pero aquí llega la prensa progre nuestra, y el diario Levante-EMV pone las cosas en su sitio. La noticia no es ésa, oiga, sino… «Camps y Fabra presionan en Bruselas en favor del corredor mediterráneo«.
Habrá quien dirá que al ser una pregunta de Público, es ese medio quien debe hacerla constar. De acuerdo. No entraremos en cuestionar esa decisión chorra del periodismo español de no citar nunca a otro medio de comunicación más que cuando sea estrictísimamente necesario. Pero no deja de ser acusado el contraste entre una visión y otra: entre el el trabajo periodístico crítico y el trabajo periodístico que dice siempre que sí, que tú me dictas, MoltHo, lo que tengo que escribir y yo lo escribo. Y cómo no, que incluso medio-editorializamos con ello, con la leve crítica de que bueno, que es un buen plan, que llega tarde, pero lo conseguiremos todos porque buenos somos los valencianos si nos ponemos de acuerdo en algo.
Y eso sucede en el medio valenciano más crítico (con diferencia) con la gestión del Consell. No le pidamos peras al olmo y pensemos que el resto de medios de derechas del País/Comunidad/Reino Valencià/Valenciano/de Valencia hagan algo similar a lo que hace un medio de Madrid. Ni la SER de la Comunidad Valenciana ni El País edición Comunidad Valenciana están nunca por la labor. Como dijo Carlos Fabra una vez refiriéndose a la gestión de la Universitat Jaume I, «qui paga, mana».
Mientras brille por su ausencia la profesión periodística en nuestras tierras, mientras continúen los periodistas aceptando el modelo de «rueda de prensa sin preguntas» como algo normal en un político que tiene que dar explicaciones públicas de su gestión, mientras todo siga así, la auténtica culpa no es del político beatorro e hipócrita, sino del medio de comunicación cobarde y sumiso. Éso sí que son trajes a medida que se ha hecho Camps: la domesticación de toda la prensa valenciana a golpe de publicidad institucional. Y los periodistas a rellenar páginas sin más, transcribiendo de forma acrítica lo que les envían los gabinetes de comunicación. Por eso le digo yo a mi hijo que sea periodista de gabinete, porque es a lo que aspiran los periodistas valencianos que trabajan en medios privados. Y todos dicen siempre lo mismo: cobras más, trabajas menos horas y mientes mucho menos en la información que redactas.
Etiquetas Camps, Estrategias, Relaciones con la prensa
Un artículo cojonudo, Visanteto. Felicidades.
Una de las características más irritantes de los políticos españoles es precisamente la desfachatez y falta de respeto a los ciudadanos de que hacen gala en los medios de comunicación. Porque pueden, que para algo los tienen comprados, y porque les dejamos hacerlo. Pero es que el caso de Camps, incluso en este país, no tiene parangón. Creo que lleva seis meses sin molestarse en responder preguntas de los periodistas en la C. Valenciana. Cuando responde, lo hace en esa línea: no responder, o responder lo que le da la gana, o responder a otra pregunta, o responder vaguedades insoportablemente ñoñas. Y aquí sigue, el tío.
Y yo que creía que Cajtilla la Plancha era el sitio más caciquil y meapilas de Ejpaña, pero vosotros que sois más avanzados, nos superáis en eso también.
Veo muchas similitudes entre Camps y Barreda, el de nuejjjtra tierra. Con la diferencia de que Barreda en vez de enfadarse con Bono, sigue trabajando a sueldo de él. Será porque Bono es dueño de las propiedades y las almas de media Cagtilla la Plancha.
Y al que se atreve a echarle algo en cara le persigue y le grita. Recordemos el episodio en que se encaró con un ciudadano que le mentó los trajes.
¡viva la paella rusa!
Si el diario público fuera la octava parte de crítico con el PSOE o IU de lo que lo es con el PP, quizá tendría algo de credibilidad. Mientras tanto, seguirá pareciendo un panfleto estilo LD en versión rojelia modenna.
En cualquier caso, algo es algo, y siempre está bien que haya medios de comunicación que les toquen las pelotillas a los Camps de turno…
Veo que la excelente cosecha de artículos de la Paella Rusa sigue su curso. Esto es el mejor regalo de reyes que he recibido.
Yo no tengo ni idea de qué pasa en los periódicos y cómo funcionan por dentro, pero lo que no entiendo es por qué, si no les admiten preguntas, van a las ruedas de prensa. Que les pasen un comunicado y ya está. Digo yo.
Por otro lado, creo que es un error contraponer la profesionalidad de Público con una prensa valenciana vendida al poder. Al menos, en este caso. Más que nada porque, sinceramente, me parece más noticia lo del corredor mediterráneo que el hecho de que Camps no responda. ¿Dónde está la noticia en eso? En cambio, la reunión en Bruselas, para bien o para mal, sí es una cosa de actualidad e importante.
Ya, F. Martín, es más noticia lo del corredor mediterráneo. Pero también es noticia que al Presidente de la Generalitat un periodista le haga dos preguntas y el Presidente le responda una cosa totalmente contraria, como si fuera él sordo o imbécil y, de paso, tratando de sordos e imbéciles al periodista y a los lectores de ese medio.
Y como también es noticia eso, debería aparecer en los medios valencianos. Y no limitarse a reflejar con entusiasmo los esfuerzos denodados de Camps y Fabra por defender los intereses valencianos en Bruselas. Porque si no publican esas cosas, me cuesta mucho creerme las otras noticias, y no me acabo de creer tampoco que Camps y Fabra estén peleando tantísimo en Bruselas.
Lo de las ruedas de prensa sin preguntas es, como dices, de juzgado de guardia. Qué país!
Lo de las ruedas de prensa en ese plan es fascinante. Pero vamos avanzando. Cuando Pujol inauguró esa moda, con el «ara no toca» a todo el mundo le encantaba. O cuando alguien decía lo del «no comment» los periodistas se corrían de gusto. Uuuuuuuua. ¡¡Nivelazo!! Qué british… «Ya semos europeos». Al menos, ahora, empieza a quedar mal.
Por lo demás, veo el editorial de Levante-EMV sospechosamente prosocialista. Alguien de Presidencia debería llamar a capítulo a esta gente. Tanto hablar de esfuerzo colectivo, de que los valencianos, juntos, podemos… y se les olvida mencionar que para ello hemos de sobreponernos al odio de Zapatero, que va contra Valencia y gobierna contra los valencianos. Así ni se hace blavencianismo ni nada. Espero que Las Provincias haya reflejado mejor el tema, la verdad.
Por lo demás, he encontrado una pequeña referencia a la cuestión en Levante-EMV de hoy. Está en el vaivén:
http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2011/01/13/camps-lleva-traductores-valenciano-bruselas/773322.html
Sí, detrás y al mismo nivel de una anecdotilla que deja a Camps en buen lugar. Yo es que creo que esas dos «anecdotillas» no son iguales.
La respuesta de Camps no es para abrir el New York Times a 5 columnas. Pero tampoco para relegarlo a un breve en una sección de chismorreos.
Visanteto, yo ya decía que es una «pequeña» referencia. Dicho lo cual, estoy en total desacuerdo contigo respecto de que la primera anecdotilla se ponga con la intención de dejar a Camps en buen lugar. Me parece obvio que lo que tratan de significar es que el tío es un notas (y, de paso, que no entiende ni el francés ni el inglés). Ahora bien, que el tiro les pueda salir por la culata y vaya y resulte que la gente lo lea y piense a partir de ese momento que Camps es el adalid del valenciano y que lo defiende hasta en Bruselas es otro tema. A lo mejor, de hecho, hasta es eso lo que ocurre. Sería de psiquiátrico viendo cómo trata el gobierno de Camps la lengua propia, pero como las cosas de psiquiátrico son muy propias de la tierra…
Es que a mí me ha producido la siguiente sensación: que Camps hace un total pensat i fet (como buen valenciano), se lleva a traductores (se ha llevado a unos cuantos, no a uno) y, ante las carencias estructurales que hay en Bruselas que se niegan a reconocer el valenciano, pues está dispuesto a coger un papel y escribir rápido «VAL» porque el tío es así, resolutivo y rápido cuando hay que defender «lo nostre», sea la lengua o el corredor mediterráneo, luchando contra los elementos adversos. Vamos, que si yo fuera blavero, leo eso y pienso: «això són collons!» (o como se escriba en blavero).
Lo próximo será que Alarte haga lo mismo cuando no encuentre un servicio de traducción. Pero ahí estarás atento, Garrofó, y nos darás buena cuenta de ello. Garrofó for president!
De hoy mismo, sobre esta misma cuestión. Parece que el President está creando escuela:
http://www.guerraeterna.com/archives/2011/01/el_monologo_de.html
Por desgracia, y como se ha comentado aquí, que Camps no responda preguntas o se haga el longuis ante las cuestiones de algunos reporteros hace ya muchos meses (me atrevería a decir años) que no es noticia. En Valencia, toda la prensa se debe al President y a su publicidad institucional. La de derechas y la de izquierdas. Hay algunos casos aislados que (a veces) se salvan de la quema, pero otros, literalmente, dan vergüenza ajena.
Y quienes realmente lo sufren no son los ciudadanos de esta nuestra Comunidad Valenciana, que prefieren vivir en la inopia, al margen los desmanes del poder (ya se sabe, lo importante es alejar a los catalanistas de la calle Caballeros). Quienes lo sufren a diario son los periodistas, que reciben presiones desde todos los flancos.
El problema reside en creer que, con la actual configuración mediática, el periodista puede escribir de lo que se le antoje, realizar preguntas incómodas y (¡horror!) investigar. El profesional de la información no es más libre que un obrero, que ha de seguir a rajatabla las instrucciones del capataz y las órdenes del aparejador. Funciona (en muchas ocasiones, no siempre) como un escritor a sueldo. Como el negro de Ana Rosa. Si no vales, fuera. La cola del Inem está repleta de plumillas.
Hace lustros que en Valencia la prensa no es un contrapoder, sino un instrumento del mismo. En la última legislatura la tendencia se ha acentuado. Los que hayan pasado por una Redacción, no importa qué medio, lo saben. Quien más y quien menos lo ha sufrido en sus propias carnes.
Pudiendo estar de acuerdo con todo lo dicho, no dejaría de ser igual de mediocre no ver más allá de sus narices y oponerse al Corredor Mediterráneo. Tan necesario. Y a Europa, a protestar por un agravio, van nuestros representantes, oiga. Por sucios o impresentables que sean, porque son los que el pueblo soberano ha elegido.
Para saber tanto del mundo periodístico confunde usted breve comentario de opinión con editorial.
No confundo breve comentario de opinión con editorial. Por eso en el artículo digo que “medio-editorializan”: porque siendo un breve comentario de opinión, no es uno más, ya que está firmado por el subdirector del periódico, nada menos.
Por si interesa. El Intermedio se hizo eco anoche. Un saludo.
http://www.youtube.com/watch?v=P1ErZfaGdyI
Muchas gracias, Daniel. La verdad es que visto es aún más increíble!
Enhorabuena por el trabajo.
Y, por cierto, para completar aún más el descaro, y siendo justos con el diario Levante:
http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2011/01/15/camps-periodistas-dan-votos/773932.html