El timo de la estampita
Desde que se descubrió el pastel del chiringuito financiero Gescartera, no teníamos noticia de un negocio tan redondo. El anuncio de la operación policial contra las empresas Fórum Filatélico y Afinsa por estafa llama enormemente la atención, porque viene a desvelar un supuesto fraude en la respetada actividad de la inversión en sellos. Mientras busco más información sobre esta peculiar versión del timo de la estampita, dejo constar mi perplejidad ante el hecho de que estafas como la ahora investigada pasen desapercibidas antes de que actúe la autoridad.
«Espectacular operación contra Fórum Filatélico y Afinsa, bajo la sospecha de estafa a inversores y blanqueo de capitales, entre otros delitos. El número de clientes de Fórum Filatélico superaba las 202.000 personas, mientras que Afinsa sumaba más de 142.600. Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro de Interior, ha confirmado que ya se han producido diversas detenciones en varias ciudades españoles por esta estafa a gran escala relacionada con fondos filatélicos. (…)
Según fuentes judiciales, la estafa consistía en ofrecer a los inversionistas una rentabilidad del 6 por ciento anual en base a la adquisición de sellos y la promesa de que su revalorización en el mercado avalaba esta rentabilidad. Los investigadores aseguran que, dada la amplitud de la presunta estafa, no hay tantos sellos con valor filatélico en el mercado. Los perjudicados serían pequeños ahorradores que invertían en torno a 300 euros (50.000 pesetas) ante la promesa de unos intereses muy superiores a los que ofrecen las entidades de ahorro.»
El Economista: «Fórum Filatélico y Afinsa, acorraladas por blanqueo de dinero y estafa a miles de personas»
Actualización: No hay mejor forma de enterarse de cómo se tejió el timo de las estampillas sobrevaloradas que empapándose de las dos querellas que presenta la fiscalía anticorrupción y que dan origen a la actual intervención judicial. Están disponibles en varias webs: querellas contra Afinsa y Fórum Filatélico. La gran estafa filatélica se está desvelando como una escandalosa falta de control y vigilancia de las autoridades y de la sociedad en general sobre un negocio manifiestamente ficticio. Ahora tenemos a dos empresas en quiebra, debido a la más absoluta de las insolvencias, y a miles de afectados que tienen que aguantar además con el sambenito de que fueron los únicos pardillos que se creyeron la mágica rentabilidad de los sellos. A ver quién gestiona ahora el problema.
