Diario de un aspirante a tertuliano

El pacto más probable no lo quiere nadie

Publicado en Política por David el 23 de enero, 2016

Desde las elecciones estoy dándole vueltas a la idea de que, si alguien ajeno a las disputas partidistas tuviera que diseñar el próximo gobierno combinando estabilidad y coherencia, la única coalición que se le ocurriría es una de PSOE con Podemos y C’s. Y que ésta sólo se puede materializar con un gobierno monocolor de Pedro Sánchez, en minoría, que esté muy controlado por el Congreso, con Podemos y Ciudadanos ejerciendo de apoyo al gobierno o de oposición según el caso, y dependa de la capacidad del presidente para articular mayorías a derecha y/o izquierda. Sería éste un escenario bastante satisfactorio para las tres formaciones y también para el «votante mediano». Últimamente, la estrategia del PSOE parece ir en esa dirección, respondiendo con ello a las preferencias de su electorado, si bien es cierto que nadie se lo está poniendo fácil: ni el PP con el mantra del «partido más votado», ni Podemos con la resistencia a pactar, ni su propio barullo interno. Con todo, sigue siendo factible para Sánchez obtener el voto favorable de Podemos y la abstención de C’s, y por tanto aún podría ser vendido el acuerdo como «pacto de la izquierda». El nombre de «pacto de la centralidad del tablero» no lo usarán por pomposo, pero estarán tentados de hacerlo.

Este escenario sigue siendo posible, y yo particularmente lo veo probable. Posible es también que la negociación con partidos nacionalistas dé un resultado que hiciera innecesaria la abstención de C’s, a pesar de que los de Rivera son proclives a la abstención con tal de evitar unas nuevas elecciones. Pero los últimos movimientos, tras las consultas del rey con los grupos políticos, parecen apuntar a que todo vuelve a estar patas arriba para el PSOE, el partido por el que pasa cualquier pacto imaginable y que vive un conflicto permanente con sus barones territoriales que parece ideado por su peor enemigo. En menos de 12 horas hemos visto: un órdago de Pablo Iglesias colocando la composición del gobierno como línea roja y una reacción de Rajoy con la retirada de la investidura en primera votación, reservándose así para una hipotética investidura de «gran coalición» que implicaría desguazar al PSOE como partido de centroizquierda. Mucha declaración de intenciones y mucho postureo es lo que ha seguido a todo esto desde las trincheras de los tres partidos. Pero la cuestión de fondo sigue invariable: el pacto que esperarían los votantes es uno que ponga negro sobre blanco el programa que aplicará el próximo gobierno. Y para eso, ni se han sentado a hablar.

One Response to 'El pacto más probable no lo quiere nadie'

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  1. Lluís said, on enero 25th, 2016 at 9:13 am

    No creo que Sánchez les pueda contantar a todos. Para empezar, Iglesias sigue hablando de redefinir el marco de la organización territorial del pais, y en eso el PSOE no quiere entrar, más allá de alguna ocurrencia como la de trasladar el Senado a Barcelona. Y tampoco parece que quiera limitarse a apoyar al gobierno desde fuera, eso acaba desgastando casi tanto como gobernar y encima sin butacas ni acceso a fondos reservados.

    Cs y Podemos tienen muy pocas cosas en común. Entre ellas, la de una reforma de la ley electoral que no gusta al PSOE y mucho menos al PP, básicamente porque ahora son los grandes beneficiados del sistema. Hacer corresponder el porcentaje de votos con el de escaños significaría que el PP se queda con 100 y el PSOE con 80. Ya sabemos lo que dirán.

    Luego, el PSOE puede intentar hacer lo que hacía Pujol en su última legislatura (además de mandar dinero a Andorra), que pactaba con el PP los presupuestos y con ERC alguna cosilla de inmersión lingüística. Ahí se puede repetir, el PSOE buscaría al PP y a Cs para presupuestos, recortes, genuflexiones ante Bruselas, rescates bancarios, envío de mercenarios a 15.000 Km. y se limiitaría a escuchar a Podemos cuando se tratase de eliminar del callejero referencias del Caudillo y su régimen. Y no creo que Iglesias sea tonto, sabe perfectamente que tiene poder para poner a Sánchez en la Moncloa pero no para desalojarlo de allí, ya que no creo que pueda prosperar una moción de censura con PP, Cs y Podemos.

    El juego de Sánchez sería, ahora, llegar a la Moncloa con el minimo de hipotecas posibles con la izquierda. El del PP, conseguir articular la GK con PSOE y Cs. Rivera, de convidado de piedra, intentando que se le vea como algo más que un convidado de piedra. Y Iglesias, por ahora, capitalizando todo lo que pueda, su ofrecimiento ha sentado mal al PSOE porque le ha quitado la iniciativa y todo el mundo sabrá que si Sánchez es presidente de algo es porque Iglesias lo ha permitido.