¡Al suelo que nos rescatan!
La semana pasada el ABC se descolgó con una portada gráfica tan de la escuela ansoniana para informar sobre el rescate bancario. La alternativa era una foto de Rato, pero no tenían ninguna a mano. Para ilustrar la magnitud del préstamo en condiciones extraordinariamente favorables que va a recibir España, el portadista coloca varias pilas de monedas de oro, relucientes cual lingote en casa de Díaz Ferrán, bajo el logotipo de las cuatro entidades nacionalizadas. El titular hace mención a las duras condiciones de la reestructuración del sector vía despidos y cierres de oficinas. Sin embargo, este salvavidas que reciben los bancos tóxicos españoles no resultará tan brillante como la foto sugiere si tenemos en cuenta que viene a cubrir un agujero de capital y no a hacer viables a unos bancos que, al menos en tres de los cuatro casos, tienen como destino ser absorbidos por el resto del eficiente sector bancario español. Para que el contribuyente y lector medio del ABC se hiciera una idea de las importantes consecuencias de este rescate bancario avalado por el Tesoro Público, el portadista debería haber mostrado la cara oculta de las pilas de monedas y, sacando al grafitero que lleva dentro, retocado el aséptico gráfico según la propuesta que le adjuntamos a continuación. Mucho más claro todo, dónde va a parar.