Diario de un aspirante a tertuliano

Huelga

Publicado en Política por el 30 de septiembre, 2010

¿Para qué sirve una huelga general? Pues, entre otras cosas, para demostrar cuán diferentes pueden ser las interpretaciones de lo que es considerado un éxito o no en una jornada de huelga general, con fuego cruzado de porcentajes entre autoridades y sindicatos incluido. Como no hay acuerdo en los niveles de participación, sobre todo por existir tanta disparidad entre sectores, en algunos periódicos publican la demanda eléctrica del día, como indicador del funcionamiento del país. Ésta habría bajado un 14% respecto de la previsión habitual durante la huelga, que en comparación con el descenso del 20% en la huelga de 2002 nos deja un dato que difícilmente puede valorarse ni como éxito ni como fracaso de los sindicatos.

En el fondo, el resultado es el que todos querían: ni el gobierno se va a ver obligado a rectificar (por el corto alcance de la protesta en términos de cuestionamiento de la política económica y laboral), ni los sindicatos se van a quedar sin el apoyo popular y el protagonismo mediático que buscaban con la convocatoria de esta jornada de protesta. La huelga general estaba, sin embargo, abocada al fracaso desde el principio en términos de rentabilidad política. El desgaste del gobierno por razón de la huelga será mínimo, el cambio previsto de ministro de Trabajo neutraliza la confrontación que pudieran sostener los sindicatos en el «diálogo social» y el gobierno, por lo demás, no piensa cambiar ni una coma de la reforma laboral. Los sindicatos mantienen el recurso a la huelga general casi como una obligación a repetir cada ocho años, pero los resultados prácticos de las mismas van menguando con el tiempo.

El parón técnico de ETA

Publicado en Política por el 6 de septiembre, 2010

No se trata del primer anuncio de «alto el fuego» de la banda terrorista ETA, pero es quizás el primero que causa más indiferencia que esperanza de que sea el verdadero fin del terrorismo etarra. Y todo porque el anuncio mediático de ETA, que hace uso de la retórica propagandística habitual hasta los límites del ridículo, se explica más por su necesidad de hacer algo para ocultar su efectiva y contundente derrota en su «lucha» contra el Estado, que por que el mensaje enviado induzca en sus compañeros de viaje de la izquierda «abertzale» algún cambio que afecte al panorama político vasco. La conclusión evidente es que si éstos no condenan la violencia de ETA y aquéllos no entregan las armas, cualquier comunicado de la banda es claramente «insuficiente» como han expresado los principales partidos políticos. Tan insuficiente que se hace innecesario señalarlo, como si verdaderamente se esperara otra argumentación de unos terroristas que harán cualquier cosa menos reconocer que están acabados.

Hace un rato escuchaba en la radio una entrevista a Florencio Domínguez, periodista que conoce bien la trayectoria de ETA y ha firmado un análisis certero de la situación en este artículo publicado hoy, del que reproduzco a continuación algunos párrafos:

ETA no anunció ayer el inicio de ninguna tregua, sino que aseguró que hacía meses que había decidido no realizar «acciones ofensivas». En realidad lo que había decidido, en el mes de marzo, era un «parón técnico» para recuperarse de la cadena de golpes policiales que habían frustrado sus planes de continuar con la actividad terrorista. ETA ni siquiera le llama tregua al anuncio hecho ayer. (…)

El anuncio de ayer se ha efectuado con gran despliegue mediático, pero con poco contenido sustancial porque los terroristas no sólo no se plantean el abandono de las armas, es que ni siquiera hablan de tregua ni de alto el fuego. (…) Su decisión hasta el momento es la de continuar con el terrorismo, pero este propósito se encuentra, sin embargo, entre dos opciones que lo frenan. La primera de ellas, la que le ha llevado al parón actual, es la presión policial eficaz que realizan los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Eso es lo que le ha forzado a suspender sus «acciones ofensivas», porque no estaba en condiciones de realizar otra cosa.

La segunda es el conflicto de intereses abierto entre ETA y Batasuna. La presión legal sobre el brazo político de la banda terrorista le ha llevado a admitir que tiene que pagar un precio por intentar volver a la legalidad y poder presentarse en las elecciones. Batasuna tiene necesidad de que ETA se mantenga en tregua para que aumenten sus posibilidades de burlar la ilegalización y por eso ha pedido a la banda una tregua. La respuesta de ETA tiene muy poco que ver con la petición de Batasuna, aunque ahora este partido pretenda presentarla como un gran paso.

Una ETA débil busca ganar tiempo (Florencio Domínguez, 06-09-2010)