Diario de un aspirante a tertuliano

Se termina el año, se acaban los balances del año y finaliza el año del Quijote. ¿Que harán a partir de ahora aquellos conferenciantes expertos en los mil y un aspectos de la obra cervantina? Sobre la lectura del Quijote en el año de su cuarto centenario, tengo que reconocer que he fallado en el propósito que me hice en enero. Pero todo puede ser corregido: es cuestión de tiempo. Espero, por lo demás, que los buenos propósitos que se hace todo el mundo en estos días se cumplan con la misma exactitud que tiene el reloj atómico culpable del retraso de un segundo de las campanadas de esta nochevieja. Un segundo más para fumar, dirán los fumadores acosados por la ley antitabaco. O un segundo más para cumplir con el propósito de dejarlo, como se proponen algunos todos los años. Con buenos deseos y promesas de todo tipo para el 2006, uno hasta es capaz de digerir las inquietante sensación de que el nuevo año, a pesar del cambio de dígito, no tiene por qué ser muy diferente al anterior.

Los australianos, siempre tan adelantados

Lo cierto es que gusta recopilar las inocentadas del día, por algo los inocentes se celebran una sola vez al año. La tradición de contar noticias falsas se va perdiendo en muchos medios de comunicación, pero nunca falta gente que leerá o escuchará el relato del 28 de diciembre con una buena dosis de incredulidad para que no le cuelen ninguna broma en forma de noticia. Resulta por ello curioso que un diario deba avisar de que las que ha contado a lo largo del día son todas noticias ciertas, y que en nada se apartan de la realidad unos hechos por lo demás sorprendentes. Los de 20minutos.es marcan distancia con los medios más adictos a la inocentada: «Ni el robo de una figura del Olentzero por agentes de la Guardia Civil, ni la postal con inmigrantes saltando vallas enviada por un responsable de Extranjería valenciano. 20minutos.es no ha publicado hoy ninguna inocentada, aunque alguno de sus lectores hayan pensado lo contrario. A veces, la realidad puede parecer una broma, pero no lo es. Aunque muchos medios de comunicación han publicado hoy numerosas noticias falsas, con motivo de la celebración del Día de los Inocentes, todas nuestras informaciones eran ciertas.»

Los blogs son un fenómeno reciente, pero ya cuentan con sus tradiciones y sus tópicos. Uno de ellos dice que no hay nada más previsible que la blogosfera cuando se acercan determinadas fechas. Quizás los medios sean los únicos que superen en previsibilidad este periódico retorno a los mismos temas y a los mismos mensajes. Por esta razón, y porque me apetece subirme a la ola que en estos días ordena felicitar al resto del mundo las fiestas, dejo mis mejores deseos y esta viñeta convertida en postal de Navidad como testimonio de que este diario y su autor forman parte de este previsible y aburrido universo de bitácoras. Que sobrevivan al empacho navideño.

Por Ventura & Coromina. Publicado en La Vanguardia (23-12-05)

Los hay que no saben ya qué hacer para salir en televisión y ser portada en los periódicos.

La explicación de la segunda instantánea, en esta crónica de Reuters: Aquí viene Papa Noel… No, espera, ¡es el Papa! «No iba en un trineo tirado por renos, pero cuando el Papa Benedicto XVI llegó en el papamóvil para su audiencia semanal en la Plaza de San Pedro, los curiosos podrían haber sido perdonados si hubieran pensado que era Papa Noel el que había llegado a la ciudad. Para protegerse del frío, el Pontífice llevaba un gorro de terciopelo rojo, decorado con piel blanca que, junto con su capa escarlata, le hacía parecerse a Santa Claus. El gorro tradicional, conocido como camauro, lo llevaban los Papas en la época medieval para mantener la cabeza caliente en los días fríos, y está recogido en muchos cuadros de entonces, pero no es muy habitual que se utilice en estos tiempos. Benedicto XVI ya había demostrado cierto gusto por el atuendo de los pontífices medievales, optando por delicadas babuchas rojas para diario en lugar de los zapatos de calle usados por su predecesor Juan Pablo II.»

Tremendamente significativo. No de otra forma puede calificarse el artículo de César Alonso de los Ríos, tenaz ideólogo de la derecha española desde su último cambio de chaqueta, en el suplemento cultural del ABC. Se titula «El gran error de Pío Moa» y advierte, con un punto de preocupación, que el último trabajo del ‘historiador’ más citado por el sector más militante de los suyos entra de lleno en la justificación del franquismo. En palabras de De los Ríos, «la defensa que hace Moa del franquismo y de los métodos para retener el poder es una condena indirecta de la democracia como modo de organizar la convivencia». Reproduzco el artículo bajo estas líneas, pues será digno de leer cuando los admiradores de Pío Moa quepan en un taxi.
(sigue…)