El ‘no’ francés es una realidad
Se han escrito muchos artículos sobre el probable ‘no’ de Francia al Tratado Constitucional de la UE. Algunos de ellos se escribieron tratando de conjurar tal posibilidad. Ahora el rechazo en referéndum es ya una realidad y tendrá que analizarse la situación bajo la perspectiva práctica del «¿y ahora qué hacemos?». Es el turno de los políticos, que deben gestionar la decisión de los ciudadanos sin poner en peligro una cierta idea de Europa que es común a muchos europeístas, que lo son y seguirán siendo tanto si votaron ‘sí’ como si votaron ‘no’.
Un castigo a la oligarquía de los partidos, una crisis del sistema francés, una reacción nacionalista. No faltan interpretaciones al ‘no’ de Francia. Pero lo cierto es que no es consecuencia únicamente del fortalecimiento de los extremos políticos, Le Pen y los trotskistas. Se trata de la izquierda, que ha colocado en muy difícil situación a la derecha de Chirac y al dividido PS. No es una bofetada a Europa, aunque supone el arranque de una crisis en la UE que deberá afrontarse con habilidad. Lo paradójico es que esta victoria del ‘no’ podría no reportar ningún fruto en favor del modelo social europeo: si los franceses han ejercito un voto de protesta por este motivo, hay otros europeos que votarían lo mismo justo por lo contrario.
La realidad es que el debate sobre el modelo social y económico no depende de la Constitución Europea. Quizás se unan ambos debates en lo que se podría considerar una crisis de identidad de la UE. Pero ahora lo único que importa es sacar adelante un inexistente plan B para el proceso de ratificación del Tratado. ¿Renegociar? Sería un camino lleno de obstáculos. En cualquier caso, queda demostrado el gran fracaso de convocar cada país su referéndum: o se lleva a cabo una votación conjunta para ratificar el texto en toda la Unión al mismo tiempo, o mejor no consultar más a los ciudadanos acerca de tratados de trescientos artículos que nadie lee.
El Test Definitivo
Tengo que reconocer que me gustan los tests políticos. Incluso los más tontorrones que te dicen sin más si eres progre o liberal. He encontrado en la blogosfera uno sobre la coincidencia de tus ideas con lo defendido por los diferentes partidos. El resultado de este test de personalidad me da una mezcla entre anarquismo, demócratas (el partido estadounidense) y verdes. Es decir, un ‘liberal’ de manual, en el significado yanqui de la etiqueta.
Anarchism
100% Democrat
100% Green
92% Socialist
75% Communism
75% Republican
0% Nazi
0% Fascism
0% What Political Party Do Your Beliefs Put You In?
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Pero, siendo evidente que este test no recoge las peculiaridades españolas, he decido crear un modesto pero eficaz test político con la herramienta de QuizFarm.com. A través de veintiún sencillos postulados que el usuario debe puntuar, El Test Definitivo ofrece un certero diagnóstico en relación con las más destacadas corrientes de pensamiento político, desde la neoliberal hasta la islamoprogre. Lo que sigue son mis resultados.
Islamoprogre antiamericano
100% Izquierdoso radical
100% Ecologista totalitario
83% Separatista antiespañol
67% Fascista españolazo
58% Conservador meapilas
0% Neoliberal salvaje
0% El Test Definitivo
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No duden en probar El Test Definitivo.
Savater y la campaña contra Zapatero
Se queda uno impresionado ante lo que le puede llegar a caer a alguien como Fernando Savater por no seguir la ortodoxia de quienes se creen únicos defensores de las víctimas y portadores de la verdad en la lucha antiterrorista. De quienes siguen en su decidido empeño de cargar contra el gobierno con el terrorismo de por medio. Ha expresado confianza en la línea emprendida por Zapatero y sólo ha hecho falta que calificara de ‘absurda’ la manifestación política convocada por la AVT para que le llamen miserable, traidor a las víctimas, y le acusen de pisar a los muertos. Justo Serna sale en su defensa: «Ahora se ve con claridad. Mientras Savater es un aliado de una causa propia su figura se exalta, se engrandece. Cuando, por el contrario, pensando a su manera –equivocándose incluso— Savater desmiente a esos “ocasionales aliados” que el horror reúne, entonces se le desprecia, se le sataniza con la furia vesánica y sectaria que se ha impuesto en España desde hace unos pocos años. Yo no le atribuyo propósitos malévolos o segundas intenciones de perversidad manifiesta. Creo que el objetivo que el filósofo persigue es dignísimo: que de una vez acabe el horror de la violencia, para lo cual ha de triunfar el Estado constitucional, cuyos representantes obran bajo el precepto del interés general. Así lo supongo, insisto. Pero lo que yo conjeture no vale nada, pues también aquí, frente a Savater, triunfan los tribunos radifónicos, los publicistas tonantes que se creen oráculos y que enmiendan la gramática, los reyes confesionales del periodismo. Qué cruz.» «La caza de Fernando Savater».
25/05 : Sobre terrorismo, víctimas y manipulaciones escribe Fernando Savater hoy en El País: «La segunda mesa».
Eurovisión mira al Este
El festival de Eurovisión parece que ha girado en los últimos años hacia el Este, hacia los países de esa nueva Europa que acaba de abrirse al mercado y a la fabricación musical en serie. Junto a la canción ganadora este año, que representa a Grecia, alcanzan buenas posiciones las interpretaciones de países que mezclan el sonido comercial de occidente con sus ritmos propios. Eurovisión ha pasado de la ‘eurocaspa’ de la canción ligera, cuando composiciones cortadas por el mismo patrón se diferenciaban por el idioma en que se cantaban, al festival de los ‘eurofrikis’, que aun haciendo uso del inglés amplian el repertorio hacia el folk, el rock étnico y la electrónica matizada por los sonidos locales. El año pasado ganó una canción ucraniana con aire folclórico de los Cárpatos, cuya cantante se convirtió después en una activista más de la ‘revolución naranja’ que cambió el rumbo de Ucrania. La celebración en Kiev de esta edición de Eurovisión se interpreta como un símbolo de apertura a Europa que no ha querido perderse ni el presidente Yushchenko.
El festival de la canción adquiere una dimensión política por su expansión pan-europea. Y sigue siendo una demostración del espíritu que anima la construcción de una Europa unida, pues no hay nada más europeísta que el empeño por «unir en la diversidad», año tras año, a las canciones más horteras que uno puede escuchar en el continente. En lógica correspondencia con el empuje oriental y el de los países pequeños, las cuatro canciones menos votadas de esta edición han sido las de España, Francia, Reino Unido y Alemania. Los grandes no entusiasman y, al parecer, no tienen vecinos que les voten. Porque lo más curioso de las votaciones sigue siendo que cada país otorga puntos a los países más cercanos geográficamente, lo que siempre infla las expectativas de algún país báltico o balcánico que cuenta con muchos vecinos a su favor. La canción que representaba a España sólo obtuvo puntos de Suiza, Francia, Andorra y Portugal. Nos faltan países vecinos. Sin duda, la reconquista de Eurovisión pasa por la balcanización. O bien por haber enviado a Kiev a las Supremas de Móstoles.
Claridad frente a confusión
El Gobierno tendrá que afinar la comunicación con la opinión pública si quiere que el camino emprendido en la política antiterrorista sea entendido por una amplia mayoría. Frente a la confusión que se trata de sembrar sobre la negociación con ETA para deslegitimar al Gobierno, por medio de insultos, mentiras, medias verdades y todo tipo de malas artes, se impone la política de la claridad. Ha escrito esta semana Joseba Arregi que tampoco ayudan a la propuesta de Zapatero muchos comentarios, como los de representantes del PNV «cuando afirman que el diálogo, así en genérico, siempre ha sido necesario para acabar con ETA».
Algunos extractos del artículo de Arregi: «Lo que ahora está proponiendo el Gobierno de Zapatero es todo lo contrario a lo que el PNV ha intentado llevar a cabo bajo el epígrafe de diálogo necesario con ETA para acabar con la violencia. La propuesta actual, o está en las antípodas de Estella/Lizarra, en las antípodas de los papeles firmados por el PNV con ETA, o no sería aceptable de ninguna manera. No se trata de entablar un diálogo para ver qué hay que ofrecer a ETA para que deje de matar, sino que a partir de la voluntad manifiesta de ETA de dejar de matar, de renunciar al terror, es posible hablar de algunos problemas pendientes, como el de los presos de ETA. (…) Y es que para que la política anunciada por el presidente de Gobierno camine por la senda correcta es preciso que quede totalmente claro cuál es el único campo de maniobras legítimo posible: no puede existir un precio político por la renuncia a matar, el Estado de Derecho no aceptará jamás un chantaje de ETA. Y esto vale no sólo para las relaciones que vayan a existir entre ETA y el Gobierno central, sino también, y en especial, para el diálogo que vayan a llevar a cabo los partidos políticos vascos para reformar el Estatuto: no puede introducirse por la puerta falsa de ese diálogo lo que no puede aparecer en la relación entre ETA y el Ejecutivo central.»
Y no olvida una exigencia de claridad en el compromiso de no pagar precio político, que está siendo y va a ser motivo de disputa permanente en el proceso de diálogo que se puede abrir: «Es de capital importancia que quede totalmente claro que la afirmación del Gobierno de Zapatero de que no va a haber ningún precio político por dejar de matar, que la referencia a que la política puede ayudar a cerrar ese capítulo infame de la historia vasca y española, no incluye en ningún momento y en ninguna mesa, una forma de definir la sociedad vasca, institucional y jurídicamente, en la línea de lo que ha pretendido siempre ETA.»