Diario de un aspirante a tertuliano

El gigante de Airbus

Publicado en Uncategorized por el 18 de enero, 2005

Y creíamos que con la decadente ‘vieja Europa’ no íbamos a ningún sitio. Pues parece que, cuando nos conviene y proporciona resultados espectaculares, la unión de esfuerzos (incluso con los representantes de la rancia socialdemocracia que aparecen en la foto) es más que bienvenida. Hoy se está presentando una joya de la ingeniería que coloca a la industria europea del aire a la cabeza del mundo. El superjumbo A380 ya está listo para convertirse en el mayor avión de pasajeros de la historia. Capacidad para 550 personas y una estructura de dos plantas: no parece poca cosa.

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Jospin, Aznar y Schröder en Madrid (1999)

El avión de Airbus terminará con el reinado del estadounidense B747 de Boeing. No es exagerada, pues, la importancia que se le concede a la presentación por todo lo alto del proyecto: «En la era de las telecomunicaciones, pocos son los proyectos industriales capaces de reunir a jefes de Estado y de Gobierno en una factoría o, en este caso ante un hangar, para hacerse la foto y cantar las excelencias del poderío industrial de sus respectivos países. Terminada la era de los grandes trenes, los dirigibles del tamaño de un pueblo, destronados los transatlánticos del dominio de los mares, la poética de la industrialización revive hoy en Toulouse, en Francia, con la presentación del mayor avión del mundo: A380».

Todo un reto para el equipo que ha trabajado en varios países europeos para hacer realidad tan colosal aeronave: «El proyecto del avión gigante A380 ha obligado a idear nuevos modos de construcción e infraestructuras inéditos para transportar y ensamblar sus componentes. Hangares gigantes, transportes especiales, y reformas en los aeropuertos son sólo algunos de los pasos que habrán de darse antes de que el avión más grande del mundo pueda rodar sobre las pistas de medio mundo».

Al lehendakari no le gusta la política

Publicado en Uncategorized por el 14 de enero, 2005

Una vez se ha reunido el lehendakari Ibarretxe con el presidente Zapatero, el trámite de la reforma soberanista -por tanto, no es reforma sino ruptura- del Estatuto de Euskadi sigue el curso que todo el mundo conoce hacia un fin anunciado. El rechazo en el Congreso se da por descontado, lo que desplaza la atención hacia ese momento futuro en el que el gobierno vasco se tira a la piscina del referéndum «sin valor jurídico» (el lehendakari dixit) para sondear la opinión de los vascos. Es la clave de este movimiento estratégico del nacionalismo que encabeza el PNV: consultar a la ciudadanía vasca, aunque la escenificación se convierta en un paripé con el plan Ibarretxe como excusa, para ir dándole forma al ámbito de soberanía vasca. Pero la claridad con que ha respondido el gobierno tras la reunión de ayer debería haber despejado las dudas que pudiera tener el PNV sobre consultas ilegales: dentro de la ley, todo se permite; fuera de la ley, nada.

A Ibarretxe le gustan los gestos en política y le da enorme importancia a lo simbólico. Sobre todo ahora, que está preparándose para la campaña electoral. Sin embargo, la valoración de su actitud en la reunión con Zapatero no puede quedarse en las formas cuando el fondo es falaz. Acudía como representante de un gobierno autonómico y se ha otorgado el papel de representante de la mayoría absoluta de la sociedad vasca. La realidad es otra: el plan que lleva su nombra no tiene respaldo mayoritario, y menos aún genera consenso en Euskadi. La mayoría parlamentaria no pudo ser más endeble en Vitoria. Pero Ibarretxe prefiere verse de otra manera: como líder natural de la sociedad vasca, por encima del bien y del mal que representan las distintas opciones políticas. Esto se ve también en su empeño en solicitar una ‘negociación’, cuando todo el mundo sabe que en los planteamientos del plan Ibarretxe no hay nada que negociar: básicamente, lo que piden -derecho de autodeterminación- es algo que se puede reconocer o no, pero no puede ser negociado como producto de mercadillo.

El órdago del nacionalismo vasco, con el PNV a la cabeza, tiene consecuencias imprevisibles sobre el futuro de esta fuerza política. Porque no sólo significa que han optado por una vía de irresponsabilidad ante el resto de la sociedad que no les vota, con la amenaza de romper las reglas del juego democrático como elemento más grave. También se han situado en una situación difícil para su propio electorado, que tendría que avalar situarse en un callejón sin salida para el futuro del marco institucional vasco. Se pide un «acuerdo amable» para convivir con España, pero lo que se transmite en realidad es que no les gusta la política: que las condiciones de la convivencia la tienen que imponer los vascos y que el diálogo que conciben es un monólogo que no se aparta una línea del proyecto nacionalista.

Piove, porco governo

Publicado en Uncategorized por el 11 de enero, 2005

Del mismo modo que en los chistes de psiquiatras que enseñan cartulinas aparecen pacientes que sólo identifican escenas sexuales en las mismas, aunque se trate de figuras geométricas variadas reunidas al azar, en la vida real hay quien sólo hojea los periódicos para encontrar noticias donde se evidencie la maldad intrínseca de la intervención estatal. Y, en tal caso, lo que es de chiste es que cualquier noticia sirve. Da igual lo que haya ocurrido. El accidente de un camión que transportaba pollos provoca el caos circulatorio y la pérdida de la mercancía, que queda espachurrada en la carretera: no faltará quien encuentre detrás horripilantes fallos de la gestión estatal y quien recete mercado y propiedad privada para solucionar el problema. Porque este y no otro es el problema: la muerte de animales de granja en la red pública de transportes con el consiguiente perjuicio para el empresario privado y el consumidor final de pollos que queda desabastecido. Echándole imaginación, hasta el horóscopo da cada día motivos para abjurar de la pérfida intervención estatal y para adorar la iniciativa privada. Todo es ponerse.

La noticia que ha llenado los periódicos de las últimas semanas es la catástrofe causada por el maremoto en el sudeste asiático. Con la tragedia en primer plano, un hecho excelente que hemos podido constatar es que la solidaridad manifestada en medio mundo tiene unos frutos tangibles que agradecerán los afectados: las enormes cantidades de dinero que han donado de manera particular millones de ciudadanos. El flujo privado de ayuda a las víctimas funciona, y es algo a celebrar. Me encuentro con un artículo de Gabriel Calzada en Libertad Digital que toma la noticia como enganche para tratar el problema de las necesidades urgentes en caso de grandes catástrofes. Dice el articulista que la reacción rápida y eficiente de los donantes privados demuestra lo inútil de la intervención de los gobiernos como salvadores de los damnificados por el desastre natural de turno. Calzada detuvo la lectura del periódico en la página equivocada; quizás si hubiera continuado ojeando noticias habría encontrado alguna chapuza estatal en la que resplandecieran los fallos del Estado. Sin embargo, la tentación de teorizar mundos ideales en los que el aparato estatal sólo estorba y busca robar dinero a los ciudadanos lleva a que, justamente cuando es útil, se desprecie su actuación.

Las donaciones privadas son necesarias y buenas en tanto ejercicio libre de la solidaridad. Pero hay ocasiones en que el resultado no es suficiente. Una emergencia suficientemente publicitada obtiene, por fortuna, una respuesta a la altura. Miles de necesidades urgentes que nacen, sin ir más lejos, el mismo día que un maremoto arrasa varios países, no tienen respuesta alguna. No hay una atención equilibrada a las situaciones que precisan de ayuda en todo el mundo si todo se fía a la solidaridad puntual: los fondos estatales que se destinan a emergencias desempeñan un papel irreemplazable. Por otro lado, las tareas y actividades necesarias en caso de catástrofe son de muy diversa índole. Hemos visto cómo en Asia algunas tareas logísticas son realizadas por ejércitos extranjeros desplazados al lugar. Sin un aparato estatal que organice y coordine gran parte de la capacidad financiera que se ha puesto a disposición de las zonas afectadas, muchos esfuerzos pueden perderse. Hay actividades que ejecutan a la perfección organizaciones humanitarias privadas. Otras, en cambio, no. Y a ello se añade el valioso respaldo público que tendrá cualquier operación de emergencia y reconstrucción de estas características. El dinero público también es eficaz.

El plan Ibarretxe y la legalidad

Publicado en Uncategorized por el 7 de enero, 2005

Antonio Casado: «Demasiados aspavientos. A ver si el fin de semana enfría los ánimos –las lenguas, habría que decir-, y nos centramos en lo que es, no en lo que parece; en los hechos, como decía ayer Zapatero, y no en las frases de Fulano o Mengano. Qué ruina si todo dependiera del apaño entre Ibarretxe y Zapatero, o de las “tortas” que a Ibarretxe le han permitido llegar hasta aquí. Pues no. Es mucho más simple: “Cumplir y hacer cumplir la ley”, según jura o promete el gobernante al tomar posesión del cargo. El recado concierne sobre todo al presidente del Gobierno y al secretario general del PP, Mariano Rajoy. También al lehendakari, que es un gobernante más del Estado, pero ya se sabe que en su caso la “deslealtad institucional” es el centro de su razón política. De eso se acusa a Ibarretxe cuando se analiza el contenido de su obra predilecta. Pretende ser argumento reprobatorio pero sólo es descriptivo. ¿Desleal a las instituciones? Pues, claro. Su propuesta consiste en suprimirlas de la parte del Estado gobernada por el nacionalismo vasco. (…) El rasgado de vestiduras y la sobreactuación de políticos y periodistas, no tanto del ciudadano de a pie, sólo puede desembocar en las apelaciones al principio de legalidad. Todo dentro del Estado de Derecho, nada fuera del Estado de Derecho.» «Ni tortas ni apaños: frente al plan Ibarretxe, la legislación vigente, tan simple como eso».

Fantasías animadas de ayer y hoy

Publicado en Uncategorized por el 4 de enero, 2005

La literatura de ciencia-ficción está de capa caída, los estudios de Hollywood viven una crisis de creatividad y la imaginación parece haberse esfumado del mundo de los guionistas de televisión. Pero internet está dando muestras de la tendencia contraria. ¡Qué mentes tan privilegiadas para la ficción se refugian en la red! Si la política lleva semanas estancada en los aburridísimos temas que ocupan a los medios y a los tertulianos, esos que no parecen resolverse nunca, las webs que llevan la delantera en la información digital nos han regalados dos piezas únicas en estos días semivacacionales. Lean y estén atentos a la jugada, que si no se cumplen en todos sus términos estos relatos frutos de la mejor tradición conspiranoica, cerca se quedarán.

En «Hispanidad»: Operación Borrell: Felipe González, con el apoyo del Rey, quiere cambiar a Zapatero por Solana: «El Rey coincide con el ex presidente socialista: Zapatero asusta por su política exterior, su política territorial y por el malestar creciente en el Ejército. Los tres cambios constitucionales previstos podrían exigir una convocatoria electoral, momento idóneo para el recambio de Zapatero por Javier Solana. Por su parte, el mundo empresarial exige una política económica única».

En «Paz Digital»: Declaración de independencia por sorpresa. Un plan ficticio como parte de un plan real: «El Plan Ibarreche es un globo vacío, una excusa estratégica para llegar a realizar un referéndum que va a ser trucado. Ésa es su verdadera funcionalidad. El plan es sólo una excusa para llegar al referéndum. Despues del pucherazo en éste, cualquier declaración unilateral de independencia estará «democráticamente» justificada. En medio de esa declaración apoyada en el caos, ETA actuaría como ejército interno y externo, es decir: coincidiendo con la declaración unilateral, se produciría uno o dos atentados en algún sitio de España, atentados tremendos del tamaño proyectado del 11-M (miles de muertos), y no hay que descartar que el otro atentado pudiera ir dirigido hacia el Rey para provocar una crisis de Estado que paralice o desconcierte a quienes deben tomar decisiones». A esto añádanle un elemento más al llamado «ataque múltiple contra España»: una invasión simultánea de Ceuta y Melilla por parte de Marruecos, con FG al fondo como gran malvado.