¡Bush está desnudo!
El New York Times ha realizado un impecable ejercicio de autocrítica por la información distorsionada que ofreció a sus lectores en los meses previos a la guerra de Irak. Las afirmaciones sobre las armas de destrucción masiva no fueron suficientemente contrastadas por el diario más prestigioso del mundo e implicaron la definición de una amenaza inminente que recibió «un tratamiento desmedido y acrítico, mientras que las evidencias en la dirección contraria o fueron ignoradas o tomadas poco en serio», como asegura Paul Krugman en una columna del propio NYT. La actitud fue generalizada en la prensa estadounidense: el clima bélico de Irak llevó a los periodistas a no querer informar sobre nada que perjudicara a Bush. Por fortuna, las cosas han empezado a cambiar. Y el gesto del Times, asumiendo los errores en una nota firmada por los editores del diario, no es menor.
Krugman es uno de los columnistas más críticos con Bush. Durante meses, algunos de sus colegas se llevaban las manos a la cabeza ante las diatribas que lanza desde el NYT contra la Administración republicana. Ahora, en un artículo titulado «Decir la verdad», se recrea en lo equivocados que estaban muchos oportunistas aduladores gubernamentales que, de repente, se han percatado de los innumerables defectos de Bush. Se pregunta Krugman: «¿por qué la prensa acreditó a Bush con virtudes que los mismos periodistas sabían que no poseía?» Y tiene claro que «una respuesta es el patriotismo mal entendido. Después del 11-S, un sector amplio de la prensa pareció alcanzar una decisión colectiva de que era necesario, en el interés de la unidad nacional, suprimir las críticas hacia el comandante en jefe». La columna completa la pueden leer traducida por JR en su blog.
Viene a colación de estas circunstancias que han tirado por tierra la popularidad de Bush en EEUU el conocido «traje del Emperador». Por miedo a la deshonra, todos callaban. Parece que nadie se atrevía a decir que Bush está desnudo y que sus mentiras únicamente las creen los estadounidenses que están convencidos de creer cuanto diga su presidente. Noviembre se acerca, y da la impresión de que cada vez hay más gente dispuesta a creer al niño que, como en el cuento de Andersen, gritó entre la multitud que el Emperador se pasea por la ciudad vistiendo un traje que no existe. Quizás el problema sea que Bush no conoce a los clásicos que recogieron la antigua metáfora oriental que tanto juego a dado: «El traje nuevo del Emperador» de Hans Christian Andersen, «El retablo de las maravillas» de Cervantes y, unos siglos antes, el Cuento del rey desnudo en «El Conde Lucanor» de Don Juan Manuel. En el Nuevo Mundo deberían leer más a estos autores de la Vieja Europa.
Sobre la metáfora del traje nuevo del emperador: En este caso la moraleja del cuento cambia muy mucho porque los satres no mintieron al rey-Bush. Desde el primer día que se paseó desnudo ante su pueblo conocía que el gelido sopor que le embargaba era causa de su desnudez. Los sastres neo-cons que alimentaron y alimentaran esos hilos maravillosos de realidad para los televidentes usas no sólo vendían una mentira sino que vendían también los placebos para cuando se descubriese. Mi personal apuesta es que es terriblemente alta la posibilidad de que los norteamericanos vivan otra inconmensurable ración de pavor antes de las elecciones presidenciales … y que de nuevo se apelará al orgullo guerrero y la unidad republicana para encumbrar a Bush salvapatrias. Mi muy poco optimista opinión.
Interesante, sí señor, aunque no puedo acceder a todos los enlaces que dan Periodistas 21 por no estar registrado en el NY times digital. Una pena, ya que me gustaríaa leer el editorial. En cualquier caso, ya le he agradecido a JR su labor.
Por cierto (no lo puedo evitar) ¿qué pensará Jiménez Losantos de todo esto? ¿le echará la culpa a Polanco?
¿Y si la supuesta amenaza de un nuevo atentado en los USA fuese un invento de Bush y compañía para mantener la popularidad y, de alguna manera, la coherencia de su discurso?
Lo digo porque el supuesto fin del hipotético atentado de «cambiar el sentido del voto de los estadounidenses, visto el éxito del atentado de Madrid» suena demasiado a razonamiento Aznarista (a ver si tenía algo qued ver el viaje a yanquilandia de nuestro ex). No sé, también es posible que sea una amenaza verdadera de Al Qaeda y que me tenga que tragar mis palabras. No sé qué hipótesis me asusta más, si un macroatentado islamista o un gobierno manipulador de posibles amenazas terroristas.
«Seguid votándome a mí porque cambiar de gobierno significa plegarse a los intereses de los terroristas».
Si hay un ataque terrorista y como consecuencia la gente vota por un cambio de gobierno, será debido no tanto a un chantaje como a que el gobierno no ha hecho o no hará todo lo posible para evitar la tragedia. ¿No?
Tan pervertido es pretender el cambio del voto mediante las bombas y las pistolas, como congelarlo con el secuestro político del libre albedrío del elector. Es más, los grupos terroristas podrían usar en su provecho ese mensaje para mantener gobiernos con cuyas acciones se ven claramente beneficiados.
La prueba es que la organización interna de Al Qaeda, tras dos años de guerras y persecuciones, sigue intacta y más saludable que nunca. 18.000 militantes. Otra aportación: no hay mejor propaganda favorable al Likud y los partidos religiosos ortodoxos en Israel que los suicidas de Hamas, ni combustible más efectivo para continuar la barbarie fundamentalista palestina que la represión israelí.
Y una última pregunta, que más se asemeja a una ucronía irrealizable: suponiendo que el PSOE hubiera encabezado las encuestas, y se hubiera producido un atentado el 11M cuya autoría demostrara ser de ETA, ganando el PP por mayoría tres días más tarde, ¿el resultado electoral habría significado ceder al chantaje de los terroristas? Mucho me temo que en ese caso el desenlace habría sido visto por algunos como «una muestra de la valiente determinación del pueblo español en acabar con toda forma de terrorismo».
Pues eso. Saludos.
«La prueba es que la organización interna de Al Qaeda, tras dos años de guerras y persecuciones, sigue intacta y más saludable que nunca. 18.000 militantes.»
Cambia Al Qaeda por ETA y ponla en 1996 y sabrás quiénes la decían.
En el fondo hay una concomitancia de intereses políticos entre los terroristas islámicos y la izquierda y se nota
¡Vaya por dios! Yo hubiera dicho que la comunión de intereses se daba entre el terrorismo y la derecha. Siempre es bueno saber que Bush es de izquierdas y que Ariel Sharon es el negro que le redactó el libro rojo a Mao.
Diario de un aspirante a Tertuliano : ¡Bush está desnudo!