Al grano
«Sostiene Jakob Nielsen, el gurú de la usability (facilidad de uso) en Internet, que sobra el 50% de lo que se publica en una página web». Así empieza un artículo muy interesante titulado «Escribir en Internet». Autor: Guillermo Rodríguez, de Libertad Digital. Explica que siempre será mejor comunicar más en menos palabras. La red está llena de información inútil y de textos de los que podríamos prescindir de párrafos enteros de verborreica longitud sin que perdiéramos nada.
Lo breve si bueno… ya saben. Hay que ser más directo y claro en la escritura virtual: el papel lo aguanta todo, pero el internauta hace clic en menos de 0,21 segundos. ¿Cuántos lectores llegan hasta la última línea de un artículo? No se vayan todavía que éste termina ya mismo. Antes quería comentar que he venido escuchando un casi unánime rasgamiento de vestiduras periodístico por la entrevista (aún no vista) de David Rojo al asesino de la Costa. Mi opinión: utilizar esas tretas como periodista-abogado está muy feo. Pero ¿acaso es el único que así actúa?
Asesinato con daño colateral
Los medios de comunicación vienen dedicando amplios espacios informativos al desenlace del caso de doble asesinato en Mijas y Coín. Con la detención de Tony Alexander King, y gracias a los análisis de ADN practicados, se ha resuelto el origen de las muertes de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes. No hay más que conocer, aparte de las características del asesino (con antecedentes, una posible patología de tipo sádico), las pruebas que lo incriminan y la confesión como autor de estos asesinatos y otras tantas violaciones en los últimos años.
En el tratamiento mediático, cuando todos sabemos que en casos como estos se cae con demasiada facilidad en el sensacionalismo, se barajan además otros muchos aspectos que dan lugar a discusión. Aunque no con todos ellos se generan debates edificantes. Por un lado, se alaba la labor policial, en concreto de la Guardia Civil, pero no se destaca suficientemente los problemas de coordinación durante la investigación realizada por distintos cuerpos de seguridad: es perjudicial para todos que estén en pugna constante por quedarse con los casos más notables.
Por otro lado, se pone en cuestión la figura del jurado: irrelevante, a mi entender, para el caso del otro daño colateral de los asesinatos -la condena a Dolores Vázquez- puesto que un juez intervino también en la sentencia y la influencia ambiental podría haber afectado casi por igual a un tribunal profesional. El juicio paralelo y la condena de la opinión pública -con claros tintes homófobos- deberían ser las principales preocupaciones de quienes han manejado irresponsablemente el asesinato de Rocío durante cuatro años, tanto por su tratamiento informativo como por la presión policial que terminó con el juicio posteriormente suspendido por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
En su magistral columna diaria, Manuel Alcántara se pregunta hoy, ¿Qué hacemos con Dolores?:
«La llamaban asesina, con una convicción absoluta y con muchos decibelios. Las buenas gentes del pueblo tenían la cólera en el corazón y la certidumbre en el entrecejo. La intentaron linchar y por poco lo consiguen. Dolores Vázquez era la mala de la película de terror. Un jurado popular lo vio clarísimo y el pueblo, que no se equivoca nunca, ni cuando prefirió a Barrabás ni cuando eligió democráticamente a Hitler, al parecer, la declaró culpable. Estuvo dos años en la cárcel y sólo la inteligencia y la tenacidad de Pedro Apalategui, que es un abogado de verdad y no del informe montón, siguió dando la batalla de su inocencia. Dolores no le caía bien a nadie y por eso le cayó la sentencia. Nos la pintaron como una persona gélida, de una impiedad total, poseída por un turbio e irrefrenable afán de venganza. ¿Qué hacemos ahora con esta mujer?» (sigue)
El éxito de la investigación que ha terminado con el despreciable asesino en la cárcel puede ser elogiado ahora por todo el mundo. Pero no parece lógico olvidar al mismo tiempo el fracaso policial que ha acarreado perjuicios irreparables a una persona a quien no se le ha aplicado presunción de inocencia alguna. Recurro a lo escrito en otro periódico, El País, ayer por Javier Pérez Royo: «Dolores Vázquez ha sido víctima de un fallo cumulativo de casi todos los instrumentos previstos en nuestro ordenamiento para la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos».
Y terminaba el artículo con una expectativa que cualquier persona con un mínimo de sensatez debería desear: «Confío en que haya un reconocimiento expreso del error y que se pidan las disculpas pertinentes».
“¡Viva España, coño!”
No me puedo imaginar que haya alguien que, a estas alturas, ponga en duda la grandeza de miras de esos esforzados valedores de la patria que dieron tan peculiar espectáculo un 23 de febrero de hace más de 20 años. Fue en 1981, pero resulta que aún existían documentos sonoros inéditos que han encontrado unos periodistas de El Mundo. En concreto, conversaciones en las que intervienen, entre otros, Antonio Tejero y Juan García Carrés. Ejemplo:
-¿Qué hay, Juan?
-¡Oye! ¡La Acorazada está ocupando Televisión!
-¡La Acorazada está ocupando Televisión!
-Di que lo digo yo con toda seguridad
-De acuerdo
-¡Qué cojones! No, no, no, no… ¡No os dejéis engañar!
-¡No renunciéis! ¡Que es España!
-¡De acuerdo que es España!
-¡Es España, coño!
-¡Viva España, coño!
-¡Viva España!
-¡Viva!
Qué sentimiento le pusieron a tan noble acto de generosidad hacia el país que iban a liberar de la hidra marxista y el resurgir de los judeomasones. Los golpistas del 23-F, cuando entraron en el Congreso dando tiros, estaban haciendo un gran servicio por la democracia en España… aunque entonces no fueran conscientes de ello.
Son ocho las llamadas telefónicas que han salido a la luz, realizadas entre las 18 horas y la medianoche de aquel día. Son, como digo, una inmejorable muestra de la lucidez que llevó a estos hombres a actuar como hicieron. Ni Berlanga habría sido capaz de imaginar conversaciones tan inverosímiles. (El Mundo transcribe los diálogos aquí, y clicando en este enlace se puede escuchar el audio completo -en formato *asf, 3’18 minutos de duración)
Las eurorregiones de Maragall
Es una tendencia natural de la clase política: reducir las propuestas del adversario a una simplificadora serie de lugares comunes que las haga más fácilmente atacables. Cuando, además, se trata de buscar votos esgrimiendo la idea que uno es el único capacitado para defender cierta cosa (la nación, nada menos) y los demás son unos irresponsables, no es extraño que toda la maquinaria de un partido se afane en manipular lo que haga falta para que la propaganda política case con la realidad en la mente de la mayoría.
Da la impresión de que, con la campaña de Maragall, este comportamiento se ha reproducido en una dimensión pocas veces vista. Porque a estas alturas, fuera de Cataluña, poca gente sabe qué es lo que realmente propone el candidato a President. Es cierto que la indefinición es consustancial a las propuestas vistosas de carácter electoral en las que, parece, Maragall está especializado. Pero lo que no tiene lógica alguna es que las eurorregiones se vendan desde el PP como un ataque a la Constitución.
«Eurorregiones en interés de España» es un artículo de Arseni Gibert en el que explica con un ejemplo -la concentración geográfica del transporte marítimo- las implicaciones de un proyecto interregional de esas características en la UE. Quizá sea una ingenuidad por mi parte, atendiendo a lo que dicen tantos tertulianos, pero no veo en ningún lado el ogro nacionalista escondido tras Maragall. Más que de identidades y esencias nacionales, los planteamientos que viene expresando me parecen más una cuestión de eficacia y articulación territorial.
El error de la demonización -en alguna medida- de Maragall por parte del PP es que, además, refleja una actitud de inmovilismo y de falta de predisposición para el debate acerca de propuestas distintas en cuestiones como el modelo de Estado (es curioso cómo, junto a la sobrevaloración de la ‘cuestión nacional’ como tema que supuestamente importa a los ciudadanos, se insiste en eso de la ‘idea de España’… como si sólo hubiera una idea posible sobre cómo debe ser España).
Está claro que mientras en el PP crean que arañan votos al PSOE señalando con el dedo a ese peligro público llamado Maragall, no van a dejar espacio al debate sereno. Concluye Gibert: «Según parece, prefieren seguir despreciando lo que ignoran, organizar cruzadas contra molinos de viento y descalificar propuestas antes de conocerlas, tergiversándolas y convirtiéndolas en imperialismo pancatalanista rompepatrias y mataconstituciones».
Los lituanos y el zapping
Nada, que no ha podido ser. Lituania ha estado implacable en la final del Eurobasket y nos ha dejado a las puertas del oro por quinta vez. Recordando todas las victorias de España en este Europeo, sería como para celebrarlo, pero ya es para pensar seriamente -como hacen tantos perspicaces comentaristas deportivos- en la maldición que nos impide pasar del puesto de subcampeón. Como los cuartos de final malditos de cada mundial de fútbol. Cinco medallas de plata representan demasiado sabor agridulce para el baloncesto español… Y ya que teníamos al chico este que sale en los guiñoles, Gasol, en los USA, debíamos haber demostrado mayor superioridad.
Los habitantes de ese bello país llamado Lituania deben de soportar una imagen bastante negativa entre nosotros, si consideramos que entre las respuestas de Google a su gentilicio nos aparecen noticias de ‘detenidos por estafa’, ‘involucrados en el negocio de la droga’ y ‘presuntos ladrones’. Pero lo cierto es que los lituanos tienen el baloncesto como su deporte rey, lo cual viene a ser como una muestra de especialización productiva: el que un país tan pequeño se proponga ser los mejores en un deporte concreto. Aquí, en cambio, mucho ‘furbo’ por todos lados pero no hay imaginación siquiera en convertir la petanca en especialidad olímpica, para poder así destacar internacionalmente en algo.
Después del partido de basket, pusieron en TVE la sempiterna gala que hacen todos los años al inicio de la temporada. Entre otros profesionales del play-back, ¿saben quien apareció en pantalla? ¡Rosa de España! Sí, la de OT y el fracaso estrepitoso en Eurovisión. No estoy seguro de si en la tele publica han dedicado esta noche a la frustración nacional. Este país se alimenta cada vez más de sus desastrosas participaciones en concursos o competiciones internacionales: cuando ganemos alguna vez, nos quedará la pena de arrebatarle la gloria a esos extranjeros (como los lituanos, flamantes ‘nuevos’ europeos) que necesitan el deporte o el festival de la canción para dar una buena imagen de su país.
Por cierto, mirando las estadísticas de este sitio he comprobado que alguien ha llegado aquí poniendo en un buscador ‘letra de la canción caradura de rosa’. No sabía que esta chiquilla tuviera una canción titulada ‘Caradura’, pero más me ha sorprendido que yo no la haya nombrado y sí, en cambio, haya escrito sobre canciones, caraduras y rosa (la prensa rosa), pero por separado. Otra curiosidad de los accesos a este página es que alguien googleó las palabras cantora + inmobiliaria + pantoja y se encontró este weblog como el único sitio de la red donde aparecen las tres juntas (como pueden comprobar aquí).
Esto se merece una reflexión: ¿qué buscaba esta persona? ¿información sobre una presunta conexión entre el restaurante marbellí ‘Cantora’ y el negocio de la especulación inmobiliaria? No estoy al tanto de la investigación periodística rosa-amarilla, pero a estas horas ya debería haber el equivalente a todo un sumario judicial acerca de la Pantoja y sus intereses inmobiliarios con el frustrado ex alcalde Muñoz. Al rato de ver a Rosa, zapeé y me encontré en una tele local a la tal Mila Ximénez (en el imprescindible Tómbola) liderando una cruzada difamatoria contra la folclórica mencionada en este mismo párrafo, ¿adivinan quién?
Llegados a este punto, creo que nadie podrá quejarse por la capacidad desplegada en este modesto apunte para empezar comentando una final de baloncesto y terminar hablando de la Pantoja. Se debe, por si alguien no se ha dado cuenta, al poderoso influjo de dos fenómenos de nuestro tiempo muy relacionados entre sí: el zapping y el googling. Si con la excusa del zapeo indiscriminado uno no puede saltar en una conversación del fútbol a la política y del famoseo al cine, es porque no está adaptado a lo que impera en los mass media.
Ocurre igual con el poder googlear, a lo largo del día, cosas tan diferentes como ‘dinio+hasiendo el amor’ y ‘escándalo+comunidad de madrid’. La era del googling y el zapping ha derribado más de una frontera en el periodismo. Y siendo conscientes de ello ¿qué hacemos aún algunos demandando rigor periodístico a estas alturas?