Lo que se juega hoy Nuestro País, esa Madre que se acuerda de ti cuando estás triste, esa Nación que te arropa cuando te quedas inconsciente semidesnudo en una cuneta de carretera comarcal en una despedida de soltero, es algo mucho más grave que unidad territorial, guerras en países infieles o problemas estructurales en el desarrollo económico: Hoy España se juega la clasificación para la Eurocopa. Nuestro trofeo. El campeonato que vio nuestro único éxito balompédico como selección: la victoria sobre la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas en el Estadio Santiago Bernabeu bajo la atenta mirada de Francisco Franco Bahamonde, Caudillo de España por la Gracia de Dios y Generalísimo de todos los Ejércitos, amen de campeón de campeones de la homosexualidad latente indisimulada. No nos quedan más cojones que ganar prácticamente todos los partidos que nos quedan. RBBE lo ha bautizado como La Cruzada. Claro que sí. Los españoles somos esa clase de personas, pasamos de todo, llegamos tarde, nos complicamos la vida por jodidos vagos pero oye, con el agua al cuello, se baja uno la bragueta y con broncínea voz de diamantinos armónicos, dice: Yo me llamo Fulanito, esto que ves aquí es mi rabo y detrás, dentro de una bolsa, puedes apreciar mis huevos, qué tal.
Y tenemos fe por varias razones. La principal es que España no juega a nada, pero a nada. Luís no le ha imprimido ningún estilo ni Dios que lo fundó. Atrás quedaron las pajas mentales de los mehoreh centrocampit-tah der mudoh, shavar. Ahora somos una especie de puta tuerta y desdentada que ha perdido contra Irlanda del Norte, nación de la que los batasunos copiaron todas toditas las posturitas de revolucionario patriótico oprimido, o sea, ¿Sabes? Y nos encontramos sin Norte, sin rumbo, sin ni mierda en las tripas y la eliminación haciéndonos cosquillas en la nuez. Hay fuertes razones para creer en la Victoria: 1; nadie cree en ella. 2; dada nuestra afición por el ridículo, de caer, caeríamos en el último momento. 3; históricamente, una y otra vez, sólo hay un país al que le hayamos jodido la vida de tal manera que podría presentar una denuncia por mobbing: Dinamarca.
Y los daneses estos, qué
Los daneses se sienten los latinos de los países nórdicos. Se ríen de los suecos y sobre todo de los noruegos porque les consideran unos vinagres. Además, les han dominado y sometido como les ha dado la gana siglos y siglos. Tienen ahí un puntillo, digamos, castellano. La realidad es que no son latinos ni por casualidad. Sin embargo, sí son muy majos. Es una gran ciudad Copenhague. Les pasa como a los holandeses, que son una especie de alemanes sin lo malo de los alemanes: una arrogancia que enerva. También es el país con más cerdos del mundo y donde puedes ver a gente desayunar una pinta de cerveza con una salchicha tamaño Makelele. Pero ciñéndonos al tema, parece ser que la más arraigada de todas sus costumbres es hacer periódicamente contundentes ridículos balompédicos frente a España.
Nos los follamos en las semifinales de la Eurocopa 84. Les trituramos en Mexico 86. Y en 1992 no pudieron ni empatarnos jugando nosotros con diez. Se podría decir que Dinamarca siempre viene a nuestro rescate. La lógica dice que, si todo va como debe ir, nos los follaremos, pero ojo, noto una extraña perturbación en el equilibrio de la Fuerza. Se llama catenaccio. El sable láser que todo lo puede en esto del balompié. Agua los mejores pronósticos climáticos y termina con Grecia campeando para gozo de esta bitácora y todos aquellos que en el fútbol aman la victoria, el triunfo, la venganza, el poder, y no el toquecito y la pantomima.
El legendario (en su país) Morten Olsen, seleccionador danés y líbero en la era dorada ochentera, es un tío que no se sabe muy bien por qué, ni siquiera importa, pero plantea unos catenaccios supinos. Todos apelotonados atrás con dos extremos, Rommedahl y Jorgensen, sustituto del muy recordado en el Calderón, Gronkjaer, corriendo como putas a ver si pueden asistir a Tomasson, antiestético futbolista que por hache o por be las termina enchufando. Llevaremos la iniciativa y eso, pero la cosa tiene pinta de resolverse a balón parado o en alguna astracanada. Y eso si no nos joden ellos, porque mancos no son, que hay tres futbolistas en Dinamarca de lo más hideputa qu´l diavlo lleve:
Poulsen: Poco hay que decir de él. Es un auténtico crack. Carne de equipo grande (más grande que el Sevilla, sí) Chuleó al Villarreal y al Milan para recalar en una ciudad que le había gustado mucho cuando vino con el Shalke 04 a palmar las semis de la Uefa. Sobre el campo, distribuye como un reloj, rápido, raso y al pie, mas defiende como un auténtico cabrón. Amen de las hostias legales que mete y roen a tus jugadores más creativos y de homosexualidad latente, como el Caudillo. Nos puede dar la puta noche.
Jorgensen: El célebre colega de Luca Toni en la Fiorentina. Ni Dios sabe cuántos goles habrán creado entre los dos. Curtido en el calcio, que nadie piense que Jorgensen si puede dar dos zancadas y soltar un pase sencillo y suave para dejar a un compañero solo y dispuesto para machacarnos, vaya a preferir sobetear una vez más la bola o levantar la cabeza con adonis ademán e ir escorándose.
Agger: Y este chico, de entre los hijosputa, el más famoso, pues juega en el Liverpool de Benítez ¡oh! ¡ah! y ha salido hoy en El País. Decía el reportaje que es un tío ambicioso con muy mala hostia. También ponía que mucho lirili, que si quería ser piloto que si tal, pero que en realidad lo que le iba era la decoración de interiores. Hete aquí la clave. Nuestro Villa es hijo de un minero, no veo al hijo de un minero asturiano anulado por el marcaje de un decorador de interiores. Y no lo veo y no lo quiero ver. No. O sea: no. Por ahí vendrá nuestro gol.
24 marzo, 2007 a las 12:21 am
Algunas frase inconexas:
La selección me toca la fibra,bien sea por algunos partidos emocionantes que al final no sirvieron para nada bien sea porque parece el típico hijo tonto que no te da una alegria ni por equivocación…qué coño todo el mundo es de su club y de la selección,eso al menos me suecede a mi.
Por más que cuando las cosas viene mal dadas la selección sólo sirve para hacer el chistecito y renegar de ella como putas.
Nadie escoge su equipos es como la familia viene de serie,hay gente que se empicha y se siente del Liverpool o de sabe dios…
Desde Suecia ’92 que no nos perdemos una eurocopa,es vital seguir yendo pues algún día se volverá a romper el cantaro y entonces sí,»yo estuve con la selección en las malas,siempre ahí con los chavales»
Siporloscojones….en fin a ver si el cántaro se rompe y Marcelino lo puede ver.
Y si juegan mal me la suda.
24 marzo, 2007 a las 12:29 am
«no veo al hijo de un minero asturiano anulado por el marcaje de un decorador de interiores»
Jajaja Me hubiera limitado a leer y sonreir, como siempre. Pero ante un comentario como este que menos que saludar y manifestar mi admiración por la RBBE
A Povlsen le ví este año en directo en el Camp Nou, y debo decir que es de esos tipos que controlan un partido como pocos. Es eso que no se ve en la tele, que hay que estar allí para percibirlo en toda su grandeza.
24 marzo, 2007 a las 12:20 pm
Nos encontramos en un cruce de caminos en nuestra gran cruzada contra el ostracismo y el patetismo.
Si ganamos, pues más de lo mismo, a esperar el próximo partido con la misma sensación de tener una mano agarrandote las pelotas, dulce, suave, pero firmemente.
Si perdemos, seremos carne de conjuro, de contubernio falaz entre la FIFA y el juedo-marxismo que nos invade, amén de la ola de erotismo que nos corroe.
Sólo nos queda encomendarnos al Altísimo para que pase algo, que ya es decir.
24 marzo, 2007 a las 12:42 pm
Jorgín, te comprendo. Yo lo mido por las punzadas en el estómago. Una cagada de mi club, ¡zas! como un puñal. Una cagada de España… no tengo palabras, es que casi se me caen las lágrinas. Ayer estuve viendo un rato el España – Yugoslavia de 1990 y me daba exactamente el mismo mal rollo.
Hola Tacitus. Welcome.
De Tomaso, abogo también por que, al menos, «pase algo».
24 marzo, 2007 a las 1:42 pm
Una de las mayores sensaciones de alegria fue aquel gol de Julito cuando nos veiamos fuera pero fuera,fuera…luego obviamente en ese mismo partido la repetición desde atrás de Michel apartando la cara del zapatazo de Stojkovic…sumadre.Se merecia una fractura de tabique nasal.
Aquel partido resume muy bien lo que suele ser España,altos y bajos que no llevan más que a decepciones pero bueno,aquí seguimos tifando.
24 marzo, 2007 a las 2:04 pm
Nada gente, toca tener fe, que es gratis y opcional.
Saludos y a por ellos!!.
Y coño!! que no está convocado Raúl!!!!
PD. Qué se los diga un venezolano, no tiene precio.
24 marzo, 2007 a las 3:00 pm
El hijo de un minero haciendo pareja con el hijo de un guardia civil. En su día bastaron el hijo de un perfumero y un enano llamado Eloy para triturarlos. Y eso que tenían un gran danés llamado Eljkaer Larssen que se sacudía el barro de los tacos con la rótula de los centrales.
El hijo de un minero y el de un guardia civil. Si palman, se pueden romper muchas cosas. Me gusta la Erre Bebé porque te obliga a reparar en estas cuestiones capitales. (Y porque escriben ‘la’ Argentina y ‘el’ Brasil.)
Las pocas alegrías de estos maulas nos las han dado en las Eurocopas. 1-0 y de corner chungalí, me da lo mismo.
25 marzo, 2007 a las 7:47 pm
Yo, mientras ustedes estaban sufriendo con el equipo de la RFEF, estaba en un concierto de los Lendakaris Muertos en mi ciudad, coreando aquello del «Gora España, rarará, los mundiales a ganar», hay que joderse, y vaya, creo que esto es todo lo que diré sobre La Roja (¿cómo quedaron?), que luego viene el editor y me riñe por no seguir religiosamente los principios fundashionales de RBBE. Pero que se sepa que me ha concedido el derecho a la objeción de conciencia. Y que lo voy a ejercer… a conveniencia.
A por ellos, oé.