Ruud ha muerto, el Barça es libre. Y los jugadores vascos, con el gesto así mu serio, mu solemne, se niegan a jugar bajo la denominación de ‘Euskadi’ porque ellos lo que son es ‘Euskal Herria’, que viene a ser todos los lugares donde se habla euskera. Han puesto a su federación en un brete y amenazan con no jugar el partido. Desde aquí, no podemos sino desear que lleguen hasta las últimas consecuencias. Es España todo un país de filólogos. No se puede entender si no que ocurra esto o que cientos de miles de personas salgan a la calle para que no se llame ‘matrimonio’ a la unión de personas del mismo sexo. Ya sabemos, no soy tan ingenuo, que todo es política. Lo de los gais, reacción meapilas seguida por todos los idiotas que maman consignas como deficientes; lo de los vascos, rollo expansivo, imperialista de Matel de 8 a 12 años cuidado con no tragarse las piezas los peques de la casa que se pueden atragantar, pero invasivo al fin y al cabo. Lo que no entiendo es el porqué de tanto disimulo. Nosotros, esta bitácora española, lo que también se puede denominar como unión de Aragón y Castilla y ridículos fueros adyacentes que tras cinco siglos de trasiego hasta nuestros días ha llegado igual de árida y pintoresca, no nos andamos con hostias ni tomamos al idioma, cualquiera que sea, como rehén, no decimos «no, ejque a los negros no se les puede denominar propiamente como ‘personas'», decimos: muerte a lo diferente, muerte al extraño, muerte a la discrepancia. ¿Por qué no siguen nuestro ejemplo? En fin, hablando de muerte y de minorías me ha venido a la mente la figura del presidente Obama y las doce mil velas depositadas en la preciosa Iglesia retrofuturista del Buen Suceso (Princesa 43) por el diario El País y el diario Público para que lo maten y vender doce mil millones de periódicos haciéndose las plañideras, por lo que vamos a hablar de negritos, qué carai, y las cosas exóticas que les gusta hacer, como jugar al valoncesto.

RBBE REDACCIÓN COMANDANTE FRANCO ESQUINA CAIDOS DE LA DIVISIÓN AZUL  

Washington Wizzards

Para hacer un pronóstico de este equipo no te tiene que gustar el baloncesto, te tiene que apasionar la medicina. Te lees el roster tú, mero apasionado del mundogay y piensas “joder, un equipo con Arenas, Butler y Jamison, le añades un 5 grande y cuatro secundarios y deberían estar en las finales”. Lo estarían si fueran un equipo, pero son un hospital. Fichar por los Wizzards es un deporte de riesgo, equivalente a irse de caza  a glande descubierto por la Casa de Campo. La ruleta rusa. El “te puede tocar a ti”.

El análisis implica hacer salir al Servet que lleva dentro todo español de bien y ponerte a analizar la inestabilidad de la rodilla de Gilbert, el alveolo de Caron o el frenillo de Antawn. Y este plumilla, pese al nombre de la sección, de frenillos sólo entiende del propio. Si obviamos el componente “salud”, deberían de meterse en playoffs, como los últimos años, el último de estos cuando ya se habían convertido en Ambulatorio Wizzards. Pero no lo podemos obviar. Han empezado la temporada con Arenas fuera hasta diciembre y Haywood hasta final de temporada. Demasiadas concesiones para un equipo no especialmente largo. Pese a la seriedad de gente como Daniels, Dixon, Songaila y Thomas, no les debería llegar para meterse en postemporada.

Lo mejor: Plantilla compensada, tienen un poco de todo. Tienen tres estrellas compulsivamente anotadoras. Secundarios de poco lujo, pero rendimiento aceptable. El entrenador, Eddie Jordan, cada año se queda sin medio quinteto pero se las apaña para meter el equipo en playoffs.

Lo peor: Arenas, es tan bueno como excéntrico y siempre se las apaña para montar algo a su alrededor que distrae al equipo. O lesionarse. O ambas cosas. Sus interiores puros son currantes pero muy limitados en ataque. Jamison, su único anotador relativamente interior, cada vez se aleja más del aro. Su fisioterapeuta: o es muy malo o es gafe.

Nota bizarra: Su rastafari pívot Etan Thomas, popular en la NBA por ser el más rojo y cultureta en un ambiente de ricachones descomprometidos, divide su tiempo entre escribir libros de poesía (“Más que un atleta: poemas de Etan Thomas”) y, pese a su más que publicitada militancia pacifista, pegarse de ostias con su rival por el puesto de 5 titular del equipo, Brendan Haywood. Si en el Madrid se usara el mismo método para el puesto de 2, veríamos a Ramos darle zapatilla a Malulo.

Atlanta Hawks

Todo el mundo piensa que Atlanta mejorará este año. Han conseguido retener a su jugador clave, Josh Smith, una bestia grande y negra que se había convertido en el agente libre más cotizado del verano, también, justo es decirlo, ayudados por el hecho de que la mejor oferta recibida era de los Grizzlies de la saga Gasol. Mantienen también a su jugador franquicia, Joe Johnson, otro de los catapultados por D’Antoni en Phoenix, aunque éste sí ha seguido al nivel. Y por último, empiezan el año con su gran apuesta de mediados de curso pasado, Mike Bibby en el puesto de base. La única pega, dejarse levantar a su microondas desde el banquillo, Josh Childress, ni más ni menos que por el Olimpiacos griego, no por los Lakers, vive Dios, por el equipo del Puerto de Atenas.

Yo no me los creo. Bibby está demasiado cuesta abajo. Johnson es buenísimo, pero no lo acabo de ver como gran líder. Le tienen mucha fe al otro alero del equipo, Marvin Williams, que año a año mejora sus números, pero muy despacio. El otro Smith, Josh, y Al Horford (el hijo de Tito Horford) son buenísimos, pero también jóvenes. Y detrás de este más que buen quinteto no hay mucho, si acaso el alocado Evans, el irregular (y talentoso) Flip Murray y el melifluo center georgiano de imponente nombre: Zaza Pachulia, que parece haber encontrado su segunda casa en Atlanta, la ciudad de los black-brothers y el rap. Por qué será…

A su favor la experiencia del año pasado, cuando obligaron a media población de Boston a llevar TenaLady forzando el séptimo partido en la primera ronda de playoff.

Lo mejor: quinteto titular muy bueno. El coach Woodson, de la escuela Larry Brown, atará corto a los jóvenes y les hará defender. Lo mismo Marvin Williams explota este año con el único objetivo de joderme los pronósticos. Por increíble que parezca, Pachulia hace buenos partidos en Atlanta.

Lo peor: Tienen mucho bueno pero nada excepcional. O Bibby mejora lo del año pasado o la rotación de bases que tiene por detrás es un desastre.

Nota Bizarra: Billy Knight, el GM del equipo, no es exactamente bizarro, es literalmente estúpido. En el draft de 2005, una vez que los Bucks cumplieron con el mantra “equipo malo escoge center grande en el número 1” seleccionando al aussie Andrew Bogut, los Hawks dedicaron su número 2 a Marvin Williams. Los que vinieron detrás, intentando recuperarse de la sorpresa, eligieron en el 3 a Deron Williams y en el 4 a Chris Paul. Marvin Williams anda actualmente por los 12 puntos, 5 rebotes y 1 asistencia, mientras que Deron Williams acabó la anterior en 19-3-10 y Paul en 21-3-12. Ambos lideran a equipos aspirantes al título y reciben votos (Paul muchos) en la elección de MVP.

“No lo entiendo, Joe, te juro que en la Playstation Marvin se meaba en la cara de Chris Paul, tron!”

Charlotte Bobcats

Es el nuevo reino de Michael Jordan. Después de haber hundido en los despachos a los Wizzards, que acabaron pateándole su regio culo por cosas como draftear a Kwame “mantequilla” Brown o cambiar a RIP Hamilton por, entre otros, Brian Cardinal, vuelve a North Carolina, patria chica del que considera su verdadero equipo incluso por encima de los Bulls, los Tar-Heels de la Universidad de North Carolina. Creo que este sería el único motivo por el cual un aficionado de los Bobcats desearía que su equipo estuviese en South Dakota.

Lo que ha planteado be-like-Mike ha sido, como casi siempre, digno de un guionista de Antena3 TV. A un equipo con poco talento, corto y desorganizado, le ponemos al frente a un entrenador que odia jugar de la única manera en que pueden ganar un partido: al barullo. El elegido es Larry Brown, el rey del granito, el vacía-estadios, el hombre que peinó a Allen Iverson. El tipo más coñazo que nunca haya calentado un banquillo con el culo.

Los Bobcats tienen a dos panteras en las alas que ni piensan, ni pasan ni defienden, Richardson y Wallace, pero que a cambio corren y anotan como si lo fueran a prohibir mañana. Pues seguro que Mr. Brown cocinará en su marmita de sabio druida un game-plan consistente en que Ray Felton, el base, bote y bote la pelota sin riesgo de pérdida, para acabar pasando la bola a una de las panteras en el segundo 19 de la posesión para que éste se juegue y falle un tiro forzado con el defensor encima y a 6 metros del aro. Y mientras tanto, Emeka Okafor, por dentro, sin oler la pelota, ralentizando aún más su ya de por sí tortuguil evolución.

Lo mejor: Richardson y Wallace: 40 puntos por noche entre ambos. Morrison y Agustine, jóvenes anotadores que le echarán morro y apretarán. Okafor no está demostrando merecer su número 2 de draft, per no deja de ser un tío que aporta puntos y rebotes cada noche.

Lo peor: Casi todo lo demás. Brown ha demostrado no gustar de los jóvenes, pobres Morrison y Agustine. Michael Jordan es, en dura competencia con Isiah Thomas, el peor GM de los últimos 20 años.

Nota bizarra: Parece que el marcial Larry Brown está empezando a hacer mella en el equipo. El hombre de la estética tardo-soviet, Adam Morrison, fiel lector de esta casa en su condición de bigotudo, marxista, gafapasta, antisistema y diabético, es aún más feo después del sorprendente cambio de look. Por cierto, circulan rumores no confirmados por internet de que es gay. Opiniones?

 

Miami Heat

El equipo de la pequeña Cuba, miamol, quiere volver por donde solía. Son una banda, pero una banda con Wade sano, ha de ser peligrosa por huevos.

Tienen un equipo de patchwork, producto de las prisas del GM de Phoenix por hacerse el año pasado con un cinco con el que poder dejar en ridículo a Mike D’Antoni y tener una excusa para echarlo. A cambio de Shaq se trajeron a Shawn Marion, junto con su contrato y su ego,  y a ese proyecto de José Miguel Antúnez negro que responde al nombre de Markus Banks.

Pat Riley, tras hartarse de sudar a pie de cancha (“no ganaba para gomina con tanto stress”), le ha pasado el volante a un entrenador novato, con cara de pagafantas, llamado Spoelstra, un Benito Floro de esto del basket, con la típica cara de haber recibido mucho palo en el lomo en el colegio. Si no me imagino mal, intentará poner a jugar de base a Livingston si es capaz de dar más de dos saltos seguidos sin perder un rotuliano por el camino. Wade y Marion son fijos en las alas, mientras que por dentro transformarán al cuatro-que-vive-cojonudamente-a-la-sombra-de-un-gran-cinco Udonis Haslem en center titular para que le dé sombra él a la nueva versión, parece que esta vez algo más talentoso, de ala-pívot de 2,08 hipervitaminado, supermineralizado y clembuteroloso que no paran de sacar como churros las universidades yankies, Michael Beasley, digno continuador de la tradición que LaMarcus Aldridge y Tyrus Thomas tan bien encarnan.

En el banquillo mucho saldo, daños colaterales de traspasos múltiples y rebotados varios, destacando Diawara que defenderá y Jones que tirará de fuera lo poco que deje Wade.

Lo mejor: Wade, durante temporada y media y hasta que se lesionó, fue lo más parecido a Jordan en años. Beasley, pese a ser un bocazas que ha dicho aspirar al MVP este año, parece que las mete. Marion aportará mucho en rebote y en anotación si juegan rápido.

Lo peor: Nadie sabe cómo será Spoelstra, lo mismo es un genio, lo mismo la caga en 25 partidos. El funcionarial Udonis Haslem, parece que está ahí porque a los cubanos les mola su nombre. Los bases.

Nota Bizarra: En la pretemporada, a los rookies Mario Chalmers y Michael Beasley, junto con otro coleguita de los Grizzlies, les empezó a sonar la alarma anti incendio en la habitación de su hotel. Cuando llegó la bofia detectaron un “fuerte olor a marihuana”, pero por mucho que buscaron no encontraron ni rastro de hierba. Ya han palmado 20k y 50k dólares de multa para empezar bien el año.

Hey, hermano, si la vida no te llama por el camino del basket, puedes emplear los esféricos para meter dentro las piedras de base

Orlando Magic

Año nuevo y nuevo intento de Orlando por ganarse la consideración de equipo serio. Otro ejemplo más de plantilla mal diseñada: al mejor 5 puro de la liga en la actualidad (Howard) han añadido dos fantásticos aleros con un único problema: son demasiado parecidos. Muy altos para ser treses y muy livianos para ser cuatros. Turkoglu y Lewis se pisan el terreno y compiten por los mismos tiros. Y por fuera, nada. Ni un solo base que reparta el balón con sensatez ni un escolta tirador para aprovechar las defensas cerradas sobre Howard.

Si tuvieran un mínimo de sensatez deberían vender a uno de sus dos alas para traerse a un exterior en condiciones (siempre hay más bases y escoltas buenos que aleros y pivots por culpa de la campana de Gauss). Lo que pasa es que a Lewis le firmaron un contrato estratosférico el año pasado y no lo van a poder soltar y el turco les salió respondón e hizo mejor temporada que el yankie, tapando bastantes bocas dentro de los despachos.

La cosa es que me niego a creer que un equipo con un backcourt formado por Jameer Nelson y Pietrus como titulares y Anthony Johnson y Bogans saliendo del banco pueda llegar lejos de verdad en la liga. Por mucho Howard que tengas por dentro. Si jugaran en el oeste tendrían grandes problemas para entrar en post-temporada y como se despisten un poco este año, que el este ha mejorado respecto al 2007, lo mismo les mojan la oreja y entran por los pelos.

Lo mejor: Howard, el interior más dominante de la liga. Lewis y Turkoglu, muy parecidos, sí, pero igualmente altos, rápidos, polivalentes y anotadores. Jugar en el este les da una gran ventaja, los grandes cincos están en su mayoría en el oeste.

Lo peor: El lamentable juego exterior, al menos hasta que JJ Reddick decida empezar a ser el jugador que se suponía que era. El resto de la rotación interior: Foyle, Cook y Battie son un chiste.

Nota bizarra: Adonal Foyle es un armario de wengué de Ikea que sabe jugar a esto lo mismo que mi abuela. El caso es que se tiró media carrera en los Golden State Warriosr promediando unos sobrehumanos 4 puntos y 5 rebotes por partido en aproximadamente 20 minutos de inacción. Curiosamente, en 2004 los Warriors decidieron renovarle por nada más y nada menos que 7 millones de dólares anuales por 6 años. El motivo (extraoficial) es que Adonal era una especie de mascota de la franquicia, uno de los jugadores más entregados  a esas causas humanitarias que tanto les pone a los yankies, tipo Got-Milk o Read to Achieve. Foyle agradeció el detalle a la franquicia echándose a sestear al año siguiente- sí, aún más- bajando sus números a 3 puntos y 4 rebotes. Dos años después (en el escalofriante nivel de 2 y 2) acabaron por echarlo, aunque por convenio siguen pagando religiosamente su contrato. Ese mismo verano firmó por Orlando con una nómina de 1 millón de dólares raspados.

Y la conclusión de todo esto, queridos niños, es que no importa la leche que bebáis ni los libros que leáis, sino que ser simpático y caer bien vale 6 millones de $ al año.

Pronóstico

1. Orlando
2. Atlanta
3. Miami
4. Washington
5. Charlotte

Este artículo fue publicado el jueves, 13 noviembre 2008 a las 8:16 pm en la categoría de Mundo gay.