RBBE REDACCIÓN EL PARDO Todos conocemos a sujetos que sueñan con un día que está a puntito a puntito de llegar en el que tendrán un coche tuneado del copetín, con un pibón de senos siliconados en el asiento del copiloto, trece kilos de farlopa en la guantera y una historia que le está contando a la jamelga sobre no sé qué sicarios y no sé qué mafias que explican que lleve una uzi debajo del asiento. Es un día que va a llegar en breve y cuando lo haga tú te arrepentirás como Judas poniéndose la soga al cuello de reírte en su cara todas las mañanas porque es un tolai, un enclenque y un pajero. La justicia, hacerse, se va a hacer. Aunque, mientras tanto, ni él mismo puede dejar de mirarse al espejo y ver a un desmembradillo con el glande enrojecido de meneársela como un poseso. Este instante es lo que llaman los psicólogos ‘vida provisional’. Y viene a cuento de que el Real Madrid padece este síndrome en una fase tan aguda que ya no le cura ni una terapia a base de electroshock. Sigue, erre que erre, dándose puñetazos en el pecho delante del espejo del ascensor de su casa mientras baja a hacerle un recado a su mamá. El Barcelona, por su parte, no tiene un diagnóstico tan claro. Sólo hay sospechas. No puede ser a priori que la misma plantilla del año pasado éste sea la hostia sólo porque hay mano dura por parte de un tío que llama todos los jueves para nominar en Gran Hermano. No es creíble. Pero ya se verá. Marlo, el de Wire, tampoco es muy varonil que te cagas y mira cómo las gasta.

Hay que reconocer que algo ha cambiado en el Madrid en una semana ignominiosa. El sábado Schuster sacó una alineación plausible con un dibujo coherente. El problema de echar en falta un jugador de banda cada partido y haber regalado con un lacito a Robinho es otra historia. Pero Gago y Guti en la media, con un ataque de cuatro tíos, Drenthe, Sjjjjr, Van der Vaart y, en punta, Higuaín, huele a querer desquitarse del electroschock de la Juve (una paliza que le dio a nuestro amigo un gordo con gafas dos años menor que él a la hora del recreo en un parque público delante de todas las lolitas que ni se quitaron el iPod con Avril Lavigne de los pabellones auditivos por pura indiferencia) metiendo cinco. Eso aposté yo con mi compañero de curro. Hoy el Madrid mete cinco. No me la vio, el cobarde. Y yo casi acierto a la vista del resultado final, pero no era ese el sentido de mis elucubraciones.

Porque que te cojan en una contra y te jodan vivo cuando juegas sin Diarras ni inventos semejantes, vale, pero que un moreno se mee a Marcelo y a Heinze, asista a Gago para que remate duro y bajo al palo, para que luego la enchufe él casi pidiendo perdón a los madridistas por si la querían haber metido ellos, pues no es de recibo.

La reacción no se hizo esperar e Higuaín, en un gesto de killer del área que se habrá extendido por todas las televisiones del mundo como un vídeo de Bush chupándole la polla a un travesti en un descampado, remató dentro a puerta vacía un balón que después de un rechace fue a caerle ni más ni menos que al puto pie. Balón de oro.

El siguiente del Málaga tiene menos literatura. Una genialidad y a correr. Te la puedes comer. Y además, había cupo, pues el Madrid encaja dos goles por partido quién sabe si por cuestión zapateril del share, contentar a todos y tenerles pegados al televisor.

Y ahí se volvió a recurrir a la fantasía. Un penalti que era, pero que era de aquella manera. Nuestro amigo, al día siguiente en el mismo lugar y a la misma hora delante de las mismas lolitas, le grita ‘gordocabrón’ a la bola de carne que le ha dado de hostias, pero éste no se da cuenta ni reacciona porque va escuchando a Avril Lavigne en el iPod. Nuestro chico se crece gozando de una patente de corso para insultar impunemente. Higuaín tira el penalti de una jugada carente de peligro, lo ejecuta mal, pero entra. Los tira todos por ese lado, ya lo hizo contra el Atlético, y entran por la gloria de su madre.

¡Vamos Pipita, ésta es tu noche!

Entra en escena en ese momento Sergio Ramos. Si contra la Juventus mostró por qué le criticaban cuando hablaban de su exceso de subidas y escasa aportación en ataque, frente al Málaga Karaphony optó por su faceta de expulsiones estúpidas. Ampliamente glosada en los medios, elocuentemente representada sobre el césped pisándole el pecho desnudo a un indefenso contrario. Tal vez no fuera a propósito. Peor me lo pones.

Gracias a este lance, en la segunda parte y próximos noventa minutos que dispute el equipo, la afición se tiene que comer a Michel Salgado vestido de corto. Si Eliseu hizo lo que quiso con Marcelo, con el gallego fue ya de escándalo porque ni siquiera precisó de arabescos e intrincados regates para salirse con la suya. Bastaba con cambiar medio metro la trayectoria como quien vuelve a casa del cole con el balón y esquiva una mierda de perro en la acera.

Con el partido en una dinámica un tanto flatulenta, el Madrid buscando la puerta con subidas kamikaze de Higuaín o desastres como el de Cuba a cargo de Drenthe, quien tal vez por la bonhomia propia de la raza negra se come la mierda porque no hace como su compañero Van der Vaart, mucho más astuto, que es no aparecer en todo el partido, hijo éste de una familia numerosa de vida itinerante o etnia calé: gitano, en romano paladino.

Mantra que interrumpió Gago para volver a disparar a la puerta de Casillas con toda su alma con la mala suerte de encontrar carne entre el esférico y él, tocando chicha claramente, y cometiendo penalti. Bien pitado, bien metido por Apoño, me recordó al de Senna contra Italia, en el que creo que es su primer gol en primera división.

Sin embargo, con lo que no contaba nadie era con un milagro. Que no es ni remontar con diez ni que un tío meta los cuatro, sino que Higuaín pille un balón desde la casa de dios y la enchufe como si fuera el mismísimo idem, esto es, Van Nistelrooy, roto ya para los restos, muy probablemente.

Con el clamor de las grandes citas, el Bernabéu animaba a su equipo con un suave, pero estruendoso murmullo para lo que viene a ser este estadio habitualmente -parloteo generalizado sobre compresas, trapitos y el último hit de Avril Lavigne- y no sé si Van der Vaart, desde la izquierda, da un pase de primeras en un contraataque, acción que Iturralde premia por inhabitual y vistosa en este Madrid y pita un segundo penalti que no era ni de coña. Higuaín por fin logra fallarlo, pero lo mete de rebote. Era el tercer rechace que regalaba este portero. Dos fueron gol.

Los jugadores del Madrid celebran la remontada

Así las cosas, Guti perdió una pelota que no bajó a defender en el 46 de la segunda parte con el agua al cuello y Michel Salgado se llevó una patada en la boca. Lo comido por lo servido.

FC BARCELONA – REAL VALLADOLID

DON MANOLO Aviso: Este es un artículo en el que se habla bien del Barcelona y se elogia con gran elocuencia su juego. Si te va a sentar mal, no sigas leyendo, ahí tienes el As.

Corren buenos tiempos para los barcelonistas. Y si, además de barcelonista, eres aficionado al fútbol, los tiempos que corren son doblemente buenos. Ya se que teóricamente ser barcelonista debería llevar implícito ser aficionado al fútbol, pero me temo que no es siempre así. De lo contrario no nos encontraríamos con la paradoja, jornada tras jornada, de ver semivacío el estadio de fútbol en que mejor se juega a este deporte. Debe ser que hay muchos barcelonistas a los que no les gusta el fútbol, por lo que prefieren quedarse en casa haciendo bricolaje o irse al cine a ver una película de Eric Rohmer, o cualquier otra soplapollez por el estilo, en lugar de disfrutar de este equipo. Y que no me vengan con cuentos sobre crisis económica, que la inmensa mayoría de los asientos vacíos son abonados, o sea que ya han pagado el sitio. Y la falta de aparcamiento es la misma de toda la vida. No hay excusas que valgan, la única realidad es que no les gusta el fútbol. Y si no te gusta el fútbol sólo puedes ser mariquita o un despreciable gafitas de los que va al cine a ver películas de Eric Rohmer. Tanto en uno como en otro caso: un ser despreciable.

Venga tía, no me lo puedo creer

Para los barcelonistas, actualmente, ponernos a ver un partido del Barça es una fiesta. Es una hora y media de jugadas, tiros a puerta, ocasiones de gol… pasan tantas cosas que cuando ves las repeticiones al dia siguiente te das cuenta de que habías olvidado algunas ocasiones claras de gol, porque no puedes retener en el cerebro tantas jugadas importantes como pasaron. Es un aluvión de fútbol, un continuo deleite. Al final miras el marcador. ¿Cuántos han sido? Seis. Realmente ni lo sabías, y esto es verídico. Cuando acaba tienes que comprobar cuantos han sido, porque en realidad ni lo sabes ni estabas pendiente de ello. Y eso solo puede ocurrir cuando te estás divirtiendo de verdad, no cuando estás acojonado mirando la hora esperando que piten el final porque sabes exactamente y sin duda ninguna cómo está el marcador.

Y eso que el Barcelona de este sábado, para mi gusto, no fue futbolísticamente tan tan avasallador como otras noches (el primer tiempo contra el Almería fue una cosa inigualable, la perfección futbolística), de hecho, hasta el primer gol de Eto’o yo diría que estaba manejando mejor el partido el Valladolid que el Barça. Yo no tuve esa sensación de juego tan apabullante como otras noches en las que el equipo rival no sale de su campo. Esa especie de máquina de generar fútbol que era el centro del campo del Barcelona no lo fue tanto esta vez. Y es que, cuando los socios de Xavi son Touré y Gudjohnsen, la calidad del producto se resiente, la circulación no es la misma. Y eso que, afortunadamente, esta vez no jugó Víctor Sánchez. Así que yo creo que si el Valladolid hubiese planteado un partido perro, con diez tíos atrás defendiendo y pegando palos, lo habríamos tenido crudo para encontrar por donde meter mano, por lo que he dicho antes de que la fluidez en la circulación de pelota era menor ayer. Pero los pucelanos, sorprendentemente, salieron a jugar de tu a tu, y eso produjo espacios. Así que el trabajo de crearlos no fue necesario: ellos mismos los creaban al jugar tan abiertos. De hecho, la mayoría de los goles del Barcelona fueron a través de contraataques.

Mmm, je, je… para nada

¿Cómo era aquello? Qué bonito es levantarse por la mañana sabiendo que por la tarde juega Leo Messi. Algo así. Los que no sois del Barça no sabéis lo que se siente teniendo a Messi en tu equipo. Es como ir conduciendo un Ferrari descapotable con una rubia despampanante por el centro de la ciudad. Todos te miran con envidia, eres el amo. Cuando juega el Barça, da igual quien haya enfrente, tu tienes a Messi. Y eso es definitivo. Cuando la pulga tiene la pelota, todo es posible, cualquier cosa puede pasar, la portería se agranda, los contrarios se empequeñecen, de repente parece que alguien ha apretado el botón del Fast Forward y las imágenes se aceleran. Yo me inclino en mi asiento y, segundos después, estallo gritando un gol, o bien en un sentido “la puta que te parió, hijo de puta” (perdón Guti, por el plagio), tras fallar Henry el enésimo pase de Messi dejándole mano a mano con el portero.

Esto es así, y todos tenemos que asumirlo. Eto’o marcó cuatro goles, pero el nombre que se coreó en el estadio fue el de Messi. Y aunque el africano marcara ocho goles, la historia sería la misma. Es Leo quien nos pone los ojos grandes mirando la tele, aunque sea Eto’o quien culmine y quien se lleve el balón firmado al final del partido. Espero que Samuel sepa entender esta situación y no la arme. Que no inicie una historia de celos como la que tuvo con Ronaldinho. Eso sí sería perjudicial. Todos tienen que entender su papel. La estrella es Messi, aunque soy el primero que reconoce que sin los goles de Eto’o igual tendríamos varios puntos menos. Que es indispensable, que es un delantero centro sensacional, que está rindiendo mejor que nunca y que si queremos ganar títulos le necesitamos absolutamente. Pero las cosas son como son: Messi en cada partido da tres o cuatro jugadas para aquellos que luego se entretienen haciendo videos de futbolistas.

¡Ahora sí me ves!

En cuanto a los que ya se han precipitado a decir que no se nota la ausencia de Iniesta, se equivocan. Se nota y se notará. Ya se notó el sábado, por mucho que la goleada no dejara ver que tenemos una carencia en la banda izquierda. Henry, actualmente, es menos futbolista que Iniesta cojo. En noches como esta, en las que Eto’o las enchufe todas, cuando la inspiración de Messi sea suficiente, no será tan importante quien juegue en la izquierda, pero en partidos duros, cuando se necesite desbordar por las dos bandas, cuando se necesite que alguien rompa la dinámica del toque con un cambio de ritmo entrando como un cuchillo en la defensa rival, entonces sabremos cuan importante era Andrés. Ahora si que es imprescindible que Xavi y Messi no se lesionen. Será difícil, porque el argentino tiene costumbre de lesionarse de gravedad todos los años, y no podemos olvidar que la temporada pasada se lesionó justamente el partido antes de jugar contra el Madrid. Así que toquemos madera, porque cuando pase eso (Dios no lo quiera) se nos acabará el chollo y tendremos que empezar a ver los partidos sufriendo por sacar los puntos, como los aficionados de los demás equipos.

Por otra parte, he de decir que me encantó ver al equipo presionar arriba para robar el balón en el minuto noventa, con 6-0, como si fueran perdiendo. Esta vez sí jugaron el partido completo. Y hay que valorar a Guardiola por cosas como ésta. Que parece que ya se nos ha olvidado que estos mismos jugadores el año pasado vagaban por el campo como almas en pena, y se dejaban comer por cualquiera que corriera un poco y le echara cojones. Esto es mérito de Guardiola y hay que reconocérselo. El cambio en algunos jugadores es espectacular. Yo el año pasado quería regalar a Márquez. No venderlo, regalarlo. Y sin embargo este año está jugando mejor que nunca, para mi gusto. Está inmenso, concentrado, llega a todas, no falla un pase, todo lo hace bien. Me imagino que algo habrá tenido que ver el entrenador en esta metamorfosis.

Gññññññ

Esperemos que la fiesta dure mucho. El innato pesimismo barcelonista me dice que esto acabará pronto, que se lesionará Messi, que secuestrarán a Quini o que Maradona cogerá hepatitis. Que pasará algo que hará que todo se venga abajo y nos quedemos con la cara del niño al que un mayor con bigote le quita su juguete. Pero oye, de momento el juguete es nuestro, así que nadie más puede disfrutar con él.

DEPORTIVO DE LA CORUÑA – ESPANYOL DE BARCELONA

RBBE REDACCIÓN CRAPULA ROCK BARVictoria del Deportivo ante el Espanyol  en Riazor, algo que ya empieza a ser costumbre los últimos años. De hecho, la última vez que puntuó el Espanyol en Coruña era Lotina el entrenador, algo que se encargó de recordar durante toda la semana la prensa. Le dieron bastante la vara al mister con lo de que fue él el que le dio la alternativa a Tintín Márquez para ser su ayudante durante esas dos temporadas que pasó en el banquillo perico. El propio Márquez confesó que Lotina, aparte de amigo, era su profesor, con lo que se deduce que si él es Tintín, Lotina es el profesor Tornasol. Los otros que también tuvieron que opinar esta semana como ex-espanyolistas fueron Sergio González y Lopo. El primero termina contrato este año y dejó entrever que negociará dos años más antes de retirarse, y donde le gustaría sería en el Espanyol, donde empezó, y desde donde lo traspasaron al Depor a cambio de más de dos mil kilos de la época, una de las mayores estafas que se recuerdan por estos pagos, y mira que aquí hubo muchas por esas cantidades. En mi vecindario (de grada, no de domicilio) se le conoce por Muñones, porque golpea el balón como si le faltase un trozo de pie. Hoy sacó una falta dándole tanta altura al balón que alguien comentó que si se descuida le mete un balonazo al avión del hijo del presidente del Celta. Por cierto, que esta gente es originaria del municipio ourensano de Avión. Premonitorio.

El segundo ex-espanyolista, Alberto Lopo, alias Lopenbauer, que aparte de ser infinitamente mejor que Muñones, llegó gratis. El Espanyol denunció al Depor pidiéndole seis millones de euros por derechos de formación, pero la justicia no les dio la razón, recurrieron y ahí estamos. Lopo también se pronuncia, y dice que tampoco le haría ascos a terminar su carrera como perico, pero todavía le quedan bastantes años aquí. Si es que no se traspasa, claro.  

El resultado, corto, 1-0, porque pudo haber bastantes más goles, tanto por un lado como por el otro. En el Depor sobresalió una vez más Aranzubía, se nota que este año hay un portero y no un espantapájaros (Aouate). Destacar que el partido, sobretodo en la segunda parte, se paraba cada dos por tres para que salieran las asistencias, pero no porque hubiera entradas duras, que el partido no fue bronco, sino porque los jugadores no paraban de chocar entre ellos, y algunos se hostiaban solos al salirse del campo y empotrarse contra las vallas de publicidad. Esos momentos de juego parado siempre lo aprovechan los aficionados (al menos los que están como putas regaderas) para soltar elucubraciones acerca de interesantes temas de actualidad, como por ejemplo quién es más negro, ¿Valdo o Bodipo? o cuál de los dos se parece más a Obama. La respuesta contundente que se escuchó fue que si extrapolamos las cualidades como político a las futbolísticas, esperemos que por el bien de la Humanidad, Obama no sea como Bodipo.

Otro tema que se comentó surgió a raíz de una pancarta que rezaba Santi Libertad, solidaria con el ultra del Marsella. Uno dijo que no le podían meter ocho años por pegarle a un policía, que por eso le tenían que poner una medalla. Otro que a un yonki en Coruña lo juzgaron el otro día por robar a una dependienta 1’25 euros y que pedían para él dos años, que por el precio era mejor que hostiara a un policía. Luego uno aseguró que el tal Santos, además de origen español, es de buena familia y no va tener problemas para salir del trullo. Cuando se le preguntó cómo lo sabía, si en la tele salieron sus familiares, que eran de Extremaydura, de un pueblo tipo Puerto Hurraco, y que tenían pinta de ser unos mataos, respondió que lo sabía por su apellido burgués, Mirasierra (?). Esto acabó conduciendo al crimen de los Urquijo  ya que pensaba que Mirasierra era de pasta porque se confundió con Miriam de la Sierra, la hija de los marqueses asesinados. Al final se llegó a la conclusión que el que el que le tiró la butaca al madero fue Rafi Escobedo y que el famoso Santos fue el que ajustició a los marqueses. Todo esto se dijo en el tiempo transcurrido entre que atendían a Riki, lo subían a una camilla, lo sacaban del rectángulo de juego y, rápidamente se reincorporaba al campo.

Pues eso, que al final se terminó pidiendo la hora, como en los mejores tiempos de Caparrós. El pitido final además coincidió con un saque de esquina y con Kameni subiendo al remate, llegando a tocar el balón. Lo que se conoce en la calle como portero delantero.

 

Este artículo fue publicado el lunes, 10 noviembre 2008 a las 4:38 am en la categoría de Actualidad.