En muestra de luto por la preponderancia del fútbol inglés en Europa, he aquí nuestro homenaje. Si pensaban que ya habían salido del armario todos los que estaban dentro, están muy equivocados, aún hay más. Esto que viene a continuación es, si cabe, aún más grave, pues hoy nos hablarán de ciclismo, que no es que sea un deporte de maricones propiamente dichos, si no de niños, que es algo que aún está peor visto, sobre todo si no son hembras. ¿O acaso alguien ha osado seguir montando en bicicleta después de haber adquirido un medio de locomoción motorizado?, sea un ciclomotor para los que pensaban más en niñas que en fútbol, sea un coche para los que creían más en las mujeres que en el estudio. Pues se ve que algún insensato sí, y ni siquiera para hacerlo en los preocupantemente cómodos sillines de las bicis de chica, que diría Milhouse Van Houten, para acabar de ir a juego con la depilación galaicoportuguesa, a falta de confirmar si es brasileña. Sin embargo, debemos reconocer que sí es algo más digno que las carreras de coches o las de motos, dónde los licenciados en algo se esfuerzan por mejorar a la máquina y no al Hombre, dónde si no eres enano tienes pocas posibilidades de triunfar y en cuyos podios no te acompañan azafatas que te besan, si no otros tipos pequeños que encima te mojan. Pero lo que de verdad acerca al ciclismo a la heterosexualidad –un acercamiento comparable al que una nave tripulada pueda efectuar al Sol- es que ha contribuido a una de las costumbres más reciamente españolas que hay, la siesta, especialmente en la etapa del bigotón Pedro González en TVE, cuya voz nasal y monótona dormía hasta al verdadero interesado en la etapa de turno, sólo de vez en cuando se despertaba con el chasquido de la piedra del mechero del interfecto. Y es que el ciclismo siempre ha sido un deporte de radio, el único que ha hecho coincidir a Supergarcía y a De la Morena en un acontecimiento deportivo -y además obsequiándonos con sus peleas por conseguir los primeros jadeos del vencedor de etapa- y en sus apreciaciones, pues ambos afirmaban que era el deporte del que más presumían saber, algo muy lógico cuando las reglas del juego se limitan en pedalear y llegar antes que los otros. Ésos fueron precisamente los tiempos gloriosos del ciclismo, cuando muchedumbres seguían las andanzas de Perico Delgado, ahora comentarista populista y sin embargo agradable de escuchar, que en activo vendría a tener a Laurent Fignon como su Hamilton particular, aunque el de color negro todavía no ha escupido a ninguna cámara de Telecinco, lamentablemente. En su ocaso apareció Indurain, que si bien alargó un tanto la gallina de los huevos de oro haciendo la goma en las mediciones de audiencia, jamás movilizó la misma pasión que su superior jerárquico, que disponía incluso de turbas enfurecidas dispuestas a apedrear a su rival por el triunfo como ocurrió en la penúltima etapa de una Vuelta en la sierra madrileña con Robert Millar, que recientemente ha vuelto a la palestra mediática por haber acabado sus días como tranny, fruto esto, con toda seguridad, de aquella experiencia traumática. Y ya van unas cuantas perlas para considerar a esto digno de RBBE, ni siquiera explotamos aquello de que la afición vasca es la más entendida del mundo, por lo que, sin más preámbulo, os dejamos con Carlos, gallego áureo de pro y ex rival de Pereiro Sio –otro pontevedrés que habla mejor que rinde, y es que su pueblo dista apenas unos pocos kilómetros del de Salgado-, que hoy nos viene a hablar de un tipo que se ve que es el mejor del mundo en lo suyo, Paolo no sé qué más, gran profesional y mejor persona.
Si existe un deporte digno de fundamentar la ideología del Mein Kampf, y en el cuál la división por categorías podría hacerse a través de un sistema de castas, ése sería el ciclismo. Pero a pesar de tratarse de un deporte étnicamente perfecto (las simpáticas apariciones de los componentes de la selección de Eritrea en los JJOO y los colombianos no llegan a ensuciar la inmaculada historia de este deporte), no podemos calificar a Chava Jiménez o a Jesús Manzano como símbolos de la manifiesta superioridad de la raza aria. Porque en el ciclismo se demuestra con claridad que no todo ser humano desarrolla la integridad de su intelecto. En realidad, todo el esfuerzo que debe realizar el cerebro de un ciclista se reduce a enviar una orden a los músculos de las piernas para pedalear, y a averiguar de qué lado sopla el viento para protegerse situándose a rueda de otro corredor. Y desde que existe el pinganillo, de la segunda misión se encarga el director de equipo.
Pues dentro de esta subespecie que se sitúa a medio camino entre el mono y el hombre (el ciclista) nos encontramos con algún “rara avis” que destaca sobremanera por una conjunción idónea de condiciones físicas e inteligencia para plasmarlas en victorias en la carretera desde febrero a octubre (aunque no os lo creáis, existen competiciones ciclistas que no se disputan en Francia durante el mes de julio).
El mejor corredor del siglo XXI por su regularidad es Paolo Bettini. Y esto no es discutible. No se trata de una clasificación aleatoria como la que declaraba al Sevilla como máh mehó clús der mundo. Campeón olímpico en Atenas, bicampeón mundial, 3 veces ganador de la extinta Copa del Mundo, 4 etapas en el Giro, 3 en la Vuelta, una en el Tour…hasta completar 64 victorias en los 11 años de profesional de “Il Grillo”. Posiblemente 2008 sea la última temporada en la que podamos disfrutar de él, así que daos prisa.
– Zoy er mehó ciclihta der mundoh.
Al hablar de ciclismo algunos ya estaréis pensando: “sí, muy bueno, pero irá dopado hasta las cejas”. Claro, todos toman, ya sea en ciclismo o en curling, aquí y en la China Popular. La única diferencia es la cantidad y la calidad de lo que toman. “También es malo tomar diez litros de zumo de naranja al día” (doctor Ferrari dixit). Médicos como él y Eufemiano dejan patente que el ciclismo está en buenas manos.
Bettini es un ganador, un guerrero, el único corredor capaz de ganar una carrera al sprint tras ir escapado tirando (no a rueda, que eso solo lo hacen los españoles, para después hacer quintos en una escapada de cuatro, como bien dice Perico). El organizador de una carrera en la que está inscrito Bettini tiene asegurado el espectáculo, sabe a ciencia cierta que va a haber batalla. Su competitividad está fuera de toda duda, como en todo italiano. De haberse dedicado al fútbol, habría formado en la selección un doble pivote infranqueable al lado de Gattuso. Porque es justo reconocer que la clase no es una característica innata en Bettini. Es exactamente lo contrario de lo que sucedía con Gianni Bugno. Si éste destacaba por su estilo, por mantener siempre la compostura encima de la bicicleta, por ser una especie de Scarlett Johansson del ciclismo, Bettini sería Rossy de Palma. Pero no solo de clase vive el ciclista…
– ¡Ahí va, las drojas!
En las clásicas es donde ha desarrollado íntegramente su potencial. Carreras de un día en las que se juega todo a una carta, en las que todos saben cuál es la rueda a vigilar (la de Paolo), y a pesar de ello, la gran mayoría de las veces conseguía descolocar a sus rivales con un ataque en un lugar inesperado, o lo que es más difícil, en el lugar en el que intuían, pero dejándolos atrás por su mayor poderío. Es decir, por inteligencia o por fuerza, los dos componentes básicos que se combinan en el italiano a la perfección. Su definición como ciclista es complicada: no es un escalador, ni un sprinter, ni un rodador, pero es capaz de ganar en montaña, en llegadas masivas, en etapas llanas, como sea. Algo tendrá.
En España tenemos a un corredor similar en condiciones físicas (que no en palmarés): Alejandro Valverde. Pero éste, a diferencia de Bettini, tuvo la mala suerte de haber nacido en España (y de ir a parar a la órbita de Echávarri&Unzúe), país al que las maravillosas clásicas de un día que proliferan por toda Europa le producen urticaria. Así que, en vez de engordar su palmarés con las más bellas carreras, se dedica a preparar el Tour durante varios meses con el único rédito de aparecer durante la primera semana de Julio en la página 33 de Marca como uno de los candidatos a la victoria. ¡Qué potencial tan desaprovechado! Gracias a Dios, Bettini no cayó en la época post-Indurain en las garras de los rectores del Banesto (Caisse d’Epargne).
– Su puta madre…
9 abril, 2008 a las 8:28 pm
Gran post, si señor, uno no es aficionado al ciclismo pero las siestas provocadas por el ciclismo eran olimpicas y siempre relacionare las siestas y el ciclismo.
9 abril, 2008 a las 9:40 pm
Informo de que el difunto y bigotón Pedro González, una noche que paraba por Valencia tras retransmitir una Vuelta a la Comunidad Valencian, entró en el bar en el que yo trabajaba tras la barra para orinar en el WC y tuvo el detalle de pedir una cerveza de la que bebió un par de sorbos. En detalles como ese se nota la clase de una persona. Inexplicablemente esta anécdota tan chorra me ha quedado grabada en la memoria.
Hablando de muertos, solicito una entrada dedicada al Marco Pantani «Il Pirata».
9 abril, 2008 a las 9:41 pm
De acuerdo en todo menos en el asunto Valverde. Yo diría que si el americano, así hay que llamarle si uno se precia de ser español, tiene un huevo, Valverde tiene medio.
10 abril, 2008 a las 12:41 am
Joder ciclismo en la RBBE!! Solo hay 3 deportes que sigo: el frúmbol, el basket y el biciclismo. No es que sean pocos pero es que los demás me parecen directamente una puta mierda. Esto sirve para perdonaros por el de Formula 1.
Este julio se darán cuenta de que Valverde no vale para el Tour. Con un poco de suerte un año de estos lo ficha el Rabobank (toma nombre viril) y le ponen con papel y boli a aprender de Freire y Flecha. Eso si no le han condenado antes por la Operación Puerto, ahora que el niño bonito del ciclismo español es otro.
Y para los que solo sigan del ciclismo las grandes vueltas, que este domingo se queden en casa con su resaca y pongan Eurosport (si es que se dignan a retransmitir decentemente) para ver la Paris-Roubaix, la carrera más espectacular de todo el calendario con diferencia. 260 kilómetros, 50 de ellos sobre adoquines. Os dejo una cita que no me apetece traducir:
«It’s a pile of shit, this race, it’s a whole pile of shit … You’re working like an animal, you don’t have the time to piss and you wet your pants … You’re riding in mud like this and you’re slipping and … it’s a pile of shit, you must clean yourself otherwise you will go mad … » Dutchman Theo de Rooy speaking to John Tesh of CBS Sports after his breakaway during the 1985 race. Tesh asks, «Will you ever ride it again?», to which De Rooy responds, «Sure, it’s the most beautiful race in the world!» to which Tesh and his crew and De Rooy burst out in laughter.
10 abril, 2008 a las 7:49 am
Che… no viene a cuento, pero es la primera vez que os escribo, solo para confirmar que la fama de los ONVRES (con un par) se expande incluso a la maxima expresion del mundo-gay (http://basketbawful.blogspot.com/2008/04/word-of-day-hombre.html)…para no perderselo aunque esta solo in inglis…en la NBA los «Hombres» (asi, en castellano recio) son los duros de verdad (aunque algunos incluyen al Garbo de Toronto, asi que no se, no se)….una peticion, para cuando el reportaje de los hombres de verdad, el balonmano http://www.elpais.com/articulo/deportes/COMISIoN_CONTRA_LA_VIOLENCIA_EN_EL_DEPORTE/Enterrar/caso/Duishebaiev/elpepidep/20021024elpepidep_10/Tes/ ??? queremos saber !!
10 abril, 2008 a las 7:50 am
pendon, el link a Hombres es http://basketbawful.blogspot.com/2008/04/word-of-day-hombre.html
10 abril, 2008 a las 11:18 am
Y en esto del ciclismo…donde se meten los goles?
10 abril, 2008 a las 2:21 pm
En el antebrazo, con una chuta. En el caso de Cipollini (que viene a significar algo así como cebollita), en la parte de atrás del autobús del Saeco Mercatone a las azafatas.
10 abril, 2008 a las 5:29 pm
Legendario Cipollini. Vino a la Vuelta al País Vasco, ganó una etapa, se pilló a una de las azafatas, abandonó la carrera, y se la llevó a Venezuela a tirársela una semana.
Y la organización a buscar deprisa y corriendo a otra eusquérica moza.
10 abril, 2008 a las 10:35 pm
Me gustaría conocer más profundamente el caso de los segovianos enfervorecidos cuando estuvieron a punto de comerse vivo y sin desollar al «butano».
Quedaré agradecido.
10 abril, 2008 a las 11:13 pm
#9 A ver a ver… Estamos diciendo que un pavo fue a Vascongadas, entabló contacto con la fauna femenina autóctona, Y FOLLÓ???
Hiiiiiijo de puta, east baturro tenía que ser… Mira que me caen mal, pero había que erigirles una estatua a la puerta de cada antro nocturno, para que fuéramos aprendiendo los de la metrópolis.
10 abril, 2008 a las 11:58 pm
ANTES QUE NADA… GORA gETAfe ASKATUTA!!!
11 abril, 2008 a las 12:44 am
http://www.elpais.com/articulo/gente/Mister/Espana/2005/tiroteado/discusion/elpepugen/20080410elpepuage_2/Tes
11 abril, 2008 a las 12:45 am
Ese es el espíritu, cojones…
11 abril, 2008 a las 2:54 am
Parece que al Mister este le ha pillado Monsieur Massó.
11 abril, 2008 a las 10:31 pm
Aaah, aah, si, chè bello, aah, si, ancora… Fabio Presidente della Repubblica, prego!