En los Estados Unidos, todo americano que se precie tiene un primo Larry. Los primos-Larry viven en pequeños pueblos de los estados centrales de la Unión, entre las Rocosas y los Apalaches, lejos, muy lejos, de los aristocráticos señores de los Trece Estados Fundadores y de los terriblemente cool habitantes del Pacífico. Los analistas políticos conservadores dicen que estos primos-Larry son la columna vertebral de USA, siguiendo el modelo de estado de granjeros propietarios de sus tierras que soñó Thomas Jefferson, y responsables en gran parte del poder republicano, para eterna sorpresa de los analistas políticos demócratas.
Los yankies suelen llamar a estos tipos rednecks o hicks, aunque las denominaciones varían en función del estado de procedencia del sujeto: no es lo mismo ser un garrulo sureño de Alabama que ser un garrulo montañés de Wyoming. Sin embargo, es fácil reconocer a un primo-Larry a primera vista. Como toda tribu urbana rural, suelen observar un estricto uniforme, que los diseñadores de producción de las películas americanas se han encargado de hacernos llegar: son tipos grandes y gordos, blancos y con voz aflautada. Hablan deprisa y no se entiende la mitad de las palabras que pronuncian, generalmente por estar ingiriendo al mismo tiempo enormes perritos calientes o hamburguesas de cuarto de libra regados con cerveza.
En cuanto al código de vestimenta, los trendsetters de la cosa se suelen decantar por camisetas imperio, bermudas, camisas de cuadros abotonadas hasta el cuello – o anudadas a la cintura las hembras- e informes petos vaqueros. En los pies, botazas de pocero, sneakers Nike de fantasía o sandalias con calcetines. Los complementos más utilizados son la gorra John Deere, los tatuajes, la furgona pick-up y el rifle de asalto encima de la chimenea que algún día, cuando cumpla los 17, utilizará el Lawrence Preston Smith III de turno para masacrar 37 compañeros de instituto porque se reían de su afición al patinaje artístico.
“Algún día, Larry Jr., este tractor John Deere, con remolque y todo, será tuyo”
“Y no poddía zer mejor el kalaznikov, papi Larry?”
Estados Unidos es un país deportista y los primos-Larry, como genuinos representantes de lo más profundo de esta nación, son entusiastas practicantes. Normalmente se decantan por los mayoritarios en sus estados, esto es, el baseball donde hace calor, el hockey hielo donde hace frío y el fútbol americano en todas partes. Es raro que a un primo-Larry le dé por el deporte de los urbanos de clase media alta y de los negros, el baloncesto, pero a veces pasa, hay varios ejemplos de ello. Uno de los más celebrados nació en West Baden Springs, Indiana, en el 56, pero se crió en una localidad vecina de imponente nombre: French Lick (textualmente, “lametón francés”). Se llamaba Larry Joe Bird. Vamos con él.
Como tantos otros grandes del deporte, nuestro primo Larry (Bird) era hijo de un alcohólico que acabó por suicidarse cuando él tenía 19 años. Pese a su turbulenta vida familiar, ya había destacado jugando en la High School local, lo que atrajo la mirada del gurú de Indiana University, Bobby Knight, uno de los más grandes y peor educados tíos que hayan pisado nunca una cancha de basket (su manera de protestar una falta era tirar una silla a la pista). El cateto de French Lick (The hick from French Lick) no se adaptó a la vida universitaria en un campus que era 15 veces más grande que su pueblo y acabó por volverse a casa en autostop sin haber llegado a debutar.
Este es el pollo que le pidió a la Kimberly Swanson de turno que le acompañara en el baile de promoción. Con esa pinta de nerd, seguro que acabó la noche en los dulces brazos de Onán.
En su pueblo se dedicó a las nobles artes de la jardinería y la barrendería para ganarse la vida, mientras que en sus ratos libres seguía haciendo lo que mejor se le daba: entrenar fanáticamente. Un año después, más maduro y recuperado del susto del campus de Mr. Knight, se enroló en la más pequeña Indiana State University, a la que consiguió llevar a la Final Tour del 79 de la NCAA, partido que finalmente perdieron por la sencilla razón de que el equipo contrario, Michigan State, estaba liderado por un tal Earving Johnson de 20 años que les destrozó con 24 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias. Con los años le acabarían llamando Magic…
Pese a la derrota, de hecho antes de ella, había un genio de los despachos que ya le había echado el ojo al Larry de Indiana State. Un tal Red Auerbach, de quien ya hemos hablado antes en esta santa casa. Red pensaba- y como siempre acertaba – que Bird encajaría como un guante en los Celtics, un equipo que se caracterizaba por ganar los partidos con una mueca de asco en la cara (gracias, Álvaro), la franquicia con más títulos, más orgullosa y más blanca de la NBA, que llevaba unos cuantos años de reconstrucción tras el campeonato del 76 con Havlicek y Cowens. En aquellos tiempos, los equipos se repartían en el draft a los jugadores de cuarto año de Universidad. En el de 1978, el astuto Auerbach sorprendió a todos eligiendo en el número 6 a Bird en su tercer año en Indiana State. Cuando los otros equipos protestaron, Red se limitó a recordarles que Bird había estado un año inscrito en la otra universidad de Indiana, aunque no llegara a jugar, por lo que estaba en su cuarto año, le gustara o no a los muy pardillos GM rivales que vieron como habían dejado escapar a un genio gastando sus elecciones en jugadores tan limitados como Phil Ford o Purvis Short.
Dejadme deciros una cosa: los verdaderos paletos son los otros General Manager, no mi chico.
Pese a sus indudables dotes persuasivas, lo que no consiguió Auerbach fue convencer a Bird de que se pasara a profesionales. Los primos-Larry son cabezotas y él quería terminar su ciclo completo de cuatro años con Indiana State. Ese fue el año que llevó a su equipo a las finales perdidas frente a Magic, tras una temporada perfecta de 33 victorias y ninguna derrota.
El resto de la historia ya es más que conocida. Bird llevó a los Celtics a 13 años consecutivos de play-off, 5 finales y 3 títulos. Y no ganó más porque en el otro lado de la Unión, en LA, estaba su viejo rival universitario Magic Johnson coleccionando también anillos y porque sus últimos años de carrera, ya con la espalda destrozada, asistió al advenimiento de un bulldozer conocido como los BadBoys de Detroit, que le castigaron el hígado rotando su marcaje entre Marc Aguirre, Dennis Rodman, Ricky McHorn y John Salley, todos ellos tiernos animalitos de más de 100 kg que hubieran cambiado a su madre por media dosis de crack antes que permitirle a Bird una bandeja fácil. Y cuando conseguía irse de su par, se encontraba con Billy Laimbeer haciendo ayudas debajo de canasta, teniendo en cuenta que lo que Laimbeer entendía por hacer una ayuda defensiva le habría nublado la vista a un ñu durante una semana. No era nada fácil ser un celtic en aquellos días.
Bird recibiendo jarabe de pistons por parte de un hijo de papá incrustado en el cuerpo de un primo-Larry.
Bird es comúnmente reconocido como el mejor tres o shooting forward de la historia. Nadie ha tirado como él. Su mecánica era fea: se ponía de medio lado, apenas saltaba y abría mucho los brazos, pero era exasperante para los contrarios ver que cuanto más le sobremarcaban, más las clavaba, sacando ventaja de sus 2,06- posiblemente el tirador puro más alto en los 60 años de NBA- lo que le hacía difícil de taponar. Uno de los eventos en los que más cómodo se sentía era en el concurso de triples del All-Star. Ganó las dos primeras ediciones sin despeinarse – en una de ellas entró al vestuario preguntando a sus rivales si se sabía ya quién iba a quedar segundo- y la tercera, con bastante más oposición pero dejando uno de los momentos más recordados de su carrera. Llegó a los últimos tres balones de la última ronda 2 puntos por debajo de Dale Ellis, un finísimo tirador de los Sonics que por aquellos años lideraba la liga en porcentaje de triples. Metió los dos primeros para empatar la final, cogió el último, el tricolor que vale dos puntos, hizo una breve pausa de un segundo para pensar, lanzó y antes de que entrara levantó su dedo índice y se largó al tranquilamente al centro del campo dejando claro a todo el mundo quién era el número uno.
Dale Ellis? Quién coño es Dale Ellis?
Bird es el jugador que mejor ha explotado sus limitadísimas condiciones atléticas: era lento y pesado, pero lo compensaba con un entendimiento del juego inigualable y con una competitividad enfermiza. Era el perfecto Celtic: blanco, orgulloso, competitivo, chulo y malhablado. Fue uno de los grandes en un apartado del juego que no sale en las estadísticas, el trash talking, consistente en poner nervioso al contrario hablándole durante todo el partido y no de forma precisamente delicada. Cuentan los viejos que Reggie Miller, en su año de novato, trató de desconcentrar a Bird cuando se disponía a lanzar unos tiros libres. El resultado fue que metió los dos sin mirar al aro, ya que los tiró mirando fijamente a Miller mientras le vejaba recordándole que él era el puto amo y el de los Pacers un rookie pardillo.
Bird se retiró en el 93, tras llevarse el oro en Barcelona con el Dream Team, convertido en una leyenda para cualquier aficionado al basket. En USA fue noticia durante varios meses, hasta el punto de que McDonald’s lanzó una hamburguesa conmemorativa haciendo referencia a su número retirado, nota bizarra que RBBE no podía dejar pasar sin mencionar, convirtiéndose en el primo-Larry más famoso del país y en el único que podía comerse una enorme quarter-pounder bautizada con su nombre, honor incomparable para cualquiera que, alguna vez en su vida, se haya calado hasta el entrecejo una gorra de John Deere.
4 marzo, 2008 a las 10:17 pm
Gracias por el post, yo siempre he pensado que el mejor jugador de la historia era Larry, pura leyenda, en un concurso de triples All star metió 17 seguidos para ganar el concurso, inenarrable la cara que se le quedo al segundo, pensaba que había ganado el anchova.
4 marzo, 2008 a las 11:18 pm
Hombres como Larry hacen grande el baloncesto!
4 marzo, 2008 a las 11:44 pm
Larry Legend:
http://es.youtube.com/watch?v=rlaAEvYvl5o
4 marzo, 2008 a las 11:57 pm
Coño, ¿pero esto no era la Real BALOMPEDICA? Pensé que esto acabaría desembocando en Kesey Keller, portero estadounidense del Rayo. Su perfil encaja perfectamente con el primo Larry:
Ponía una extraña posición para golpear el balón al sacar de puerta porque había jugado antes al béisbol, tenía una granja de pollos creo que en Texas, y una vez tras ganar en Riazor la presidenta invitó al equipo a una tremenda mariscada, pusieron las imágenes en la tele y Keller miraba como los demás se ponían las botas y él sin probar bocado porque no le gustaba el marisco. Ya sé que no hay que ser americano para que no te guste, pero la imagen era lamentable.
5 marzo, 2008 a las 12:52 am
@4
Esta bitácora está gestionada por rojos zapateristas firmantes del manifiesto-ceja, por lo que se toleran las desviaciones y depravaciones de quienes preferimos el deporte en el que no necesitas ser analfabeto para ser buen jugador.
5 marzo, 2008 a las 1:19 am
No, si va a resultar que epi es más listo que guardiola…
5 marzo, 2008 a las 1:39 am
Maravilloso.
Hay una leyenda que cuenta que después de un partido en el que a Bird le habían partido el pómulo, en las duchas estornudó y el ojo se le quedó colgando. No será cierta, pero impactante…
Qué bonito recordar a Mark Aguirre, el único jugador NBA vascoafroamericano
5 marzo, 2008 a las 1:40 am
Señor mister lobo, ya que vuelve uted a tocar tangencialmente el tema de las olimpiadas barcelona 92 and dreamteam niggas, y como usted es mismamente un habitante del gran imperio español (mas viejo que el hambre por lo que cuenta en estas entradas, presupongo). ¿Por que no hace un post sobre dicho evento?. Quiero decir, sobre como se vivio por alla la cosa. No resultados y estadisticas. Que para eso ya esta la whiskypedia. Gracias por adelantado.
5 marzo, 2008 a las 1:42 am
Usted disculpe.
No es uted es usted.
Quiero decir, su persona.
5 marzo, 2008 a las 2:32 am
@6:
La excepción confirma el periodo, Sr. Popotez. De todos modos, al juego de voy-a-coger-una-muestra-estadística-de-un-elemento-y-la-voy-a-suponer-representativa-por-lo-velludo-de-mis-pelotas podemos jugar dos: acaso Poli Rincón es más listo que Corbalán?
@8:
Golibariano, me está llamando viejo, hijo de mil padres? Como siempre que me piden temática para una entrada, me remito a la línea editorial de ésta nuestra santa casa. Cuando me dejen se hablará. Y está en sus manos, queridos lectores.
5 marzo, 2008 a las 10:06 am
Oh! Jrande Post!
Yo siempre fui Larryberdista, asi que agradezco sumamente el post.
De hecho aun conservo un par de camisetas con el jeto del primo Larry que da gloria bendita verlas… Puro arte de los 90!
Siempre recordare los piques a un juego del 286 que se llamaba «Celtics vs Lakers» que al menos conmigo, tenia la particularidad de que yo era incapaz de meter un triple con Bird.
Mientras mi hermano y el colega que se pidiera a los Lakers, se hartaban a meter canastas con Jordan y Magic…
Para cuando un post extenso sobre los Bad Boys?
5 marzo, 2008 a las 11:05 am
Se me cae una lagrimilla. En mi cumpleaños de los 17, esto… hace nada, me regalaron una camiseta de manga corta de Larry Bird. Todavía la tengo agujereada por todas partes, transparentada por otras, como un fetiche baloncestero. Esta época de exageración de músculos sin necesidad de demasiadas mancuernas ha acabado con la posibilidad de que jugadores de físicos dispares desarrollen al jugar personalidades tan acusadas. Sí, hay unos cuantos que pueden machacar lanzándose de espaldas desde el centro del campo, pero a mí me gustaba más lo otro, y no por nostalgia.
Otra petición para que Wolfe se la eche a la saca: Dominique Wilkins, de la noble escuela de los chupones. Y Nicos Galis para la parte europea.
5 marzo, 2008 a las 11:50 am
¡Qué entrada más buena!, leyéndola se acuerda uno de la frase del gran Hector del Mar de: «Recordar es volver a vivir».
Todo aquel que fuera aficionado al basket a mitad de los 80 y principios de los 90 guarda un buen recuerdo del primo Larry Bird(que muchos gañanes, para hacer gracia, le llamaban Larry pájaro), el tío fue muy grande. Yo creo que tengo todavía grabado, en una vetusta cinta de video VHS ,el concurso de triples donde levanta el dedo y se va meándose en Dale Ellis y el Trecet gritando como un poseso.
Y lo más bizarro fue que el hermano de Michael Jordan se llamaba Larry, Larry Jordan, y mucha gente pensaba que por el nombrecito iba a ser la hostia en verso y ¡el tío era una auténtica Ful de Estambul!
5 marzo, 2008 a las 12:28 pm
El gran Larry. Posiblemente mi jugador favorito. Jordan volará y todo eso, pero Larry, es NUESTRO hijo de puta.
La anecdota que posiblemente muchos no conozcan y que define lo que fue Larry en la cancha es la siguiente:
Partido del Dia de Navidad contra Pacers. Bird le dice a Chuck Person que le va a dar un Regalo de Navidad. Durante el partido, Bird lanza una triple imposible en los mismisimos morros de Person y mientras la bola surca los aires del pabellon, el bueno de Larry se gira y le espeta Person: «Merry fuckin’ Christmas!». Milesimas de segundo mas tarde la bola entra.
5 marzo, 2008 a las 5:36 pm
Fuckin’ great entrada!!!
Casi tan buena como la que Quique Alvarez le hizo a Robben el otro día…
A mi también me caía muy bien el Basurero de Indiana, sobre todo en su faceta de trash-talker…
Y muchos fuimos los que empezamos a amar este gay-deporte viendo aquellos maravillosos duelos entre Larry y Magic… Yo siempre fui partidario de Magic, por su sonrisa perenne y su «juego de dibujos animados». Pero Larry era mucho Larry… Por cierto, me recuerda a uno de los primeros juegos para PC a los que me enganché, del mismo nombre y temática totalmente distinta.
5 marzo, 2008 a las 7:00 pm
@14
Estuve tentado de meter esa anécdota en el post, pero la descarté por no extenderme demasiado con el tema del trash talking y porque me gustaba más el de Miller. Meterse con Person estaba meado, era un tipo tranquilo, pero Reggie fue uno de los grandes egos de su época, daba un duelo más titánico aun en su año rookie. De hecho, hay que estar muy loco para desafiar a Bird con 22 añitos en cualquier cosa relacionada con el tiro.
Hay otra frase que circula por ahí puesta en boca de Bird que, si fuera cierta, define muy bien al personaje. Cuentan que cuando le preguntaron por Nowitzki, otro de sus supuestos herederos, dijo algo así como «Es más alto que yo, más rápido que yo, tira mejor que yo e incluso es más guapo que yo, pero yo era mejor jugador». La he estado buscando en inglés (RBBE contrasta sus fuentes) sin éxito, sólo la he leído en blogs y artículos españoles, por lo que no la metí en el artículo. Sabeis algo de ello?
5 marzo, 2008 a las 8:11 pm
Increíble el post, nivelazo, mis más sinceras enhorabuenas. Esto sólo acorta la distancia para que este blog pase a llamarse RBBBE de manera definitiva… aunque ahora que lo pienso no estaría de más darle un pequeño giro… «Choca los cinco» sería un buen nombre. Bonito y directo.
BWAJAJAJA!!!!
5 marzo, 2008 a las 8:56 pm
Oye Wolfe, dile a tu novia que deje de escribir comentarios, que aún poniéndose de nick «llanerito» todos sabemos que es ella.
¿RBBBE? ¿Choca los cinco? Suficiente hacemos con dejarle publicar, a la criatura… que todo esto forma parte de un programa de integración social. Si queréis que le demos más bola esto va a acabar pareciendo el web del Ministerio de Asuntos Sociales o de la ONCE. Y todos sabéis que esto era, en principio, un blog del Proyecto Ombre.
5 marzo, 2008 a las 9:36 pm
Ratzia, Llanerito es un miembro ilustre del foro aquél de los baskos puros que está intentando sembrar la cizaña para destruir la RBBE desde dentro, que no te enteras y hay que explicártelo todo, joder.
6 marzo, 2008 a las 12:14 am
¡Loor a Larry! Loor a Larry! ¡Loor a Larry!
Y no tengo nada mas que decir.
Bueno, sí:
¡Loor a Larry!
6 marzo, 2008 a las 12:23 am
…estúpido deporte donde empiezan a meter goles (perdón canastas) en el primer segundo de juego y solo paran en el último despues de 40 minutos haciendo lo mismo, y gana el que «mas lleva». ¿Porqué no juegan cinco minutillos? (los últimos).
6 marzo, 2008 a las 12:53 am
Por culpa del Lobo me estoy quedando con la idea de que el baloncesto me gusta menos, pero sus anécdotas mucho más. Te pone morriñoso sin haberlo vivido (visto, mejor dicho), que ya es decir.
6 marzo, 2008 a las 1:42 am
En la época del programa televisivo «Polvo de Estrellas», de Ramón Trecet (año 88 o por ahí) recuerdon que seleccionaron entre las mejores jugadas de la semana un triple de Larry Bird. Era un triple normal y corriente, tampoco era decisivo en el partido. Entonces el locutor explicó que había que fijarse. Larry Bird había apostado algo, creo que con el masajista o algún utillero de su equipo, a que ese día metía un triple… con la izquierda. Efectivamente el tiro era un triple sencillito de un zurdo. Sólo que no era zurdo.
6 marzo, 2008 a las 2:25 am
Yo recuerdo otra que contaban en el «Gigantes»: al comenzar un entrenamiento de los Celtics el entrenador les vaciló a los jugadores diciendoles que el que la colara desde el centro del campo en un intento tenía el día libre. Larry Bird estaba cogiendo el coche a los cinco minutos..
Por cierto, no era lento, su «juego de pies» era rapidísimo.
6 marzo, 2008 a las 3:30 am
Sin ánimo de molestar a los fans de los deportes minoritarios y tal…
¿¿¿Qué???
6 marzo, 2008 a las 9:32 am
http://inthebench.blogspot.com/2007/06/al-baloncesto-se-juega-con-los-pies.html
6 marzo, 2008 a las 11:41 am
@24
Alfredo, Polvo de estrellas era mítico, con Carlos Pumares metiéndose con todo aquél que le importunara, especialmente con el Butano cuando se pasaba de hora. Pumares merecería un post bizarro, pero el más indicado para ello es Álvaro, a mí me sacas del basket…
Pero supongo que te referías a Cerca de las Estrellas, el no menos mítico programa de Trecet. Lo del triple con la zurda lo ha llevdo al extremo este AllStar Rasheed Wallace. Le convocaron a última hora por la lesión de Garnett y él, como medida de protesta (dice que lo suyo son los playoff, que el AllStar es una pachanga que apesta y que prefiere dedicar el puente a bañarse en las Bahamas) se lo tiró casi todo con la zurda. Y sí, metió una, un triple de hecho.
6 marzo, 2008 a las 1:28 pm
@24
Eso suena a leyenda urbana, me temo… Porque viene a ser la misma anecdota que una que cuentan de Mark Spitz: no queria entrenar un dia, y le dijo a su entrenador que si no le dejaria marcharse a casa si batia el record del mundo de los 50m libres. El otro le dijo que si, Mark calento un ratito, hizo una piscina cronometrada, y se marcho a su puta casa.
Pero bueno, ambas merecen ser ciertas…
6 marzo, 2008 a las 1:36 pm
Exacto, «Cerca de las Estrellas». Inolvidable la musiquilla de Faith, de George Michael, que servía de presentación. Y quizá lo tengo mitificado por la juventud de entonces, pero Trecet me parecía muy buen locutor de baloncesto. Al menos comparado con lo que suele haber.
6 marzo, 2008 a las 4:12 pm
Trecet era un poco del estilo del Montes…
A mi tendía a cansarme un poco, pero muchas veces era muy divertido. Con sus ding,dong para los triples, y demás soneria…
En cambio, Montes apesta.
(con perdón por la blasfemia, es Montes el que copió vulgarmente el estilo de Trecet, el poner la frase así es por si nos visitan jovenes de la ESO, que se dedican a esnifar pegamento, para que se hagan una idea los pobriños…)
6 marzo, 2008 a las 4:34 pm
Genial!!!!!!
Solo un apunte sobre Magic. Cuando se fundió a la universidad del primo Larry ya era conocido con Magic.
«Cuando por fin se unió al equipo de baloncesto de su instituto, logró con 15 años un triple-doble con 36 puntos, 16 rebotes y 16 asistencias. Después de esto, un periodista deportivo le denominó «Magic» por primera vez.»
Que grandes eran!
Todavía recuerdo un anuncio de Converse, en el que uno de ellos llegaba a un playground en un descampado derrapando con una limusina por una carretera de tierra!!!
6 marzo, 2008 a las 5:55 pm
secundo completamente la moción de #21, siempre me he preguntado porque no juegan sólo los ultimos 5 minutos de este estúpido deporte, si lo demás es todo igual de aburrido y ademas sin emoción
6 marzo, 2008 a las 6:01 pm
No solo os gusta la mierda de baloncesto (deporte del que solo salvaria de un exterminio a Norris, Sibilio, Solozábal, el Matraco y -quizá- Epi, mas que nada por ser del Barça, no vi nunca mas de 10 minutos de ninguno de sus partidos), además sois unos nostalgicos repulsivos, y lo peor de todo, os creeis y nos contais las leyendas de sueño americano que se inventaron para vender zapatillas y engañar a los millones de pobres que viven en los suburbios yanquis creyendo estar en el pais de las oportunidades
lamentable deriva revisionista la de RBBE
6 marzo, 2008 a las 6:07 pm
Culerot Malalt merece que se le fusile con los pies descalzos y demás privilegios burgueses propios de su infraetnia, en lugar de un vulgar paseillo, sólo por su comentario #32
6 marzo, 2008 a las 6:14 pm
Culerot Malalt no es de este mundo. Menos mal que viene con su nave espacial a darnos lecciones; la cultura occidental estaría perdida en caso contrario… Ese comentario socio-político-ochentero de los USA es digno del mejor analista político. ¿Has pedido plaza en Yale, Culerot?. Si no, dime algo, que yo temgo mano en la UIB, ahí encajarías a la perfección.
6 marzo, 2008 a las 6:42 pm
¿En la UIB? joder qué tiempos aquellos, cuántas cañas… eso sí que era el sueño americano.
6 marzo, 2008 a las 6:51 pm
Ràtzia, qué coño significa culerot, que el meu català no dona per tant.
Culerot, sinceramente, que consideres el basket un deporte «sin emoción» deja bien claro tu criterio. A mí con eso me vale. Ahora a disfrutar de un Mollerusa-Sabadell con glorioso marcador de 0-0, que seguro que la emoción te tendrá desatado por 90 largos minutos.
6 marzo, 2008 a las 6:56 pm
Culerot es un, cómo decirte, aumentativo de «culé» y es de uso habitual -despectivo, huelga decir- entre la hinchada perica.
6 marzo, 2008 a las 7:30 pm
Ah, entonces tú eres un jodido culerot, no? Ya no te llamaré más polonès cabrón. Ahora serás el culerot perrofláutico.
6 marzo, 2008 a las 11:20 pm
Muy bueno, Wolfe. Yo también leí eso de Bird acerca de Nowitzki, hace un par de añitos como mucho.
Ahora bien [SPOILER de batallitas] ni Trecet ni Montes ni hostias, el mejor era don Héctor Quiroga, como confirmaréis quienes tengáis mi misma habilidad para teclear con la mano izquierda mientras con la derecha, encallecida de empuñar el andador de aluminio, os sujetáis la bolsa de la orina. El primer partido embiei que vi en mi vida lo retransmitió precisamente HQ, el match decisivo de las series finales del 84, en el Garden, con la legendaria cagada postrera de Magic que se dejó robar un balón crucial (ante Denis Johnson?) a cerocoma del final. Lo televisaron un domingo a las mil y gallo pero como a la sazón yo no había probado aún las drunguis era asaz capaz de programar el Emerson Betamax con mando a distancia (de cable).
Y al aporrear la tecla del Play al día siguiente, qué maravishoso espectáculo se abrió ante mis párvulos ojos! Aquel parquet fosforito y el graderío claustrofóbico, el ñic ñic de las zapatillas, las gafas güibol de Kareem y las filmopásticas de Rambis, el ceño neandertal de Parish, el cagaprisas de Ainge, que más parecía un secundario de Porkys… Quiroga pronunciaba los nombres con exactísimo rigor de sudaca fascinado por la Yuma, y mis viejos rechistaban al verme embelesado, porque eran rogelios línea dura y no se habían pasado diez años torturándonos con casettes de Víctor Jara para que de repente nos embaucase el lado oscuro.
Aquella cinta Sony L830 me la vi unas 53700 veces pues acto seguido tenía grabada la superbowl de Montana forinainer contra los dolphins de Dan Marino, pero ésa ya es otra guerra, que el filogringuismo, gracias a dios y al Maine, Hundimiento de, no me duró ni un verano y a més a més tampoco es plan de que se nos inmole Culerot.