Sí, la vimos. Qué pasa. Y, estadísticamente, cada uno de los redactores que hoy estamos en activo, tres, vimos un partido. Pero la realidad es mucho más cruda: uno se los tragó los tres y los otros dos estaban de parranda y echándose unas risas pensando en el pringado que se había quedado en casa. Aunque no cayeron en la cuenta que quién ríe el último y tal, porque vale, esta jornada me la han colado a mí, pero resulta que en esta jornada han coincidido los tres partidos infinitamente más interesantes de los tres grupos en los que hay presencia de equipos de la Liga. Que imagino que las teles no deben estar muy alborozadas, pero yo sí. Lokomotiv, Fiorentina y Tottenham, al fin y al cabo, no están nada mal. Y todavía están mejor si quién posee los derechos de las retransmisiones es La Sexta, que entre multipantallas, Montes, Esteva, Gica, Julito, Shark, telepromociones y su recontraputísima madre consiguió que se me hicieran muy amenas las cuatro horas delante de la tele, y no por el fútbol, sino por la sarta de improperios que les dediqué de manera constante. ¿Se puede hacer peor? Probablemente sí, si el Zaragoza hubiera eliminado al Aris y pudieran ofrecer los partidos de dos en dos o de tres en tres. O fichando a Poli Rincón. Aunque siempre quedaba un hueco para inspirar profundamente y hacer memoria que eso era la liguilla de la HUEFA y que, de momento, mejor así. Ahora bien: si lo hacen algún día con la Champions, aunque sea con la previa, correrá la sangre.

Centrándonos en lo estrictamente futbolístico e intentando no caer en la oligofrenia de los comentaristas televisivos, el Atlético fue el de siempre, el Getafe, como nunca, y el Villarreal, ni lo uno ni lo otro. Así, el primero desperdició un 0 a 1 (golazo de Agüero, que no se diga, pero yo apostaría que fue fruto de un mal control) y un 1 a 2 para acabar sufriendo para empatar un 3 a 2 (el segundo gol ruso sería enormemente meritorio si no fuera porque quién cede al amago es Pablo Ibáñez) en los últimos minutos gracias a otro buen gol de Agüero. Apuntar sólo algo que los hijos de Aguirre, si están en edad preescolar, le podrían haber hecho notar antes del partido: si planificas un partido con dos laterales izquierdos (Pernía a la izquierda, Antonio López a la derecha) y con Pablo Ibáñez de central derecho dándole las ayudas al lateral, lo más normal es que la banda derecha de tu defensa sea un puto coladero (y la izquierda pues también, que Pernía se vale solito). Y así fue: ataque tras ataque sufriendo al tener que defender los unos contra uno en flanco débil. Bravo, estratega. Porque eso, sumado al dominio del juego aéreo (sic, que si alguien ha visto el tercer gol ruso, les llegan a rematar cuatro veces dentro del área, igual que en los córners siguientes) convierte un partido que puedes dominar con cierta comodidad en la media y la delantera en un suplicio en el que todo lo que ganas, lo pierdes inmediatamente después. Para eso, mejor un 0 a 0 y le ahorras motivos a los colchoneros para ahondar en su esquizofrenia, que al final a la masa social la va a tener que sostener la sanidad pública y la caja de la seguridad social. Y son muchos.

Y en los medios partidos (la RBBE aprovecha para hacer una llamada al orden y solicitar a La Sexta que no se limite a retransmitir sólo dos partidos a la vez, sino que hasta las semifinales usen el sistema de multipantalla para retransmitir TODOS los partidos en juego, que viéndolo todo no veríamos nada y todos seríamos más felices), el Villarreal sufrió en sus carnes el bluff de la Liga de las Estrellas, mientras que el Getafe destapó el bluff de la Premier, así que haciendo una regla de tres rapidita no sale que la Liga Italiana está a años luz de la Inglesa. Los castellonenses se vieron superados en todo momento por la Fiore, que pese a disfrutar del año rotatorio que a todo club italiano le corresponde con Vieri en la punta no se limitó a colgarle balones, y antes del minuto 15 ya habían chutado varias veces entre los tres palo, dándole lustre, por fin, al que nosotros predijimos que sería una de las estrellas de la Liga: Diego López. Al final Vieri consiguió marcar y que el árbitro no lo anulara, y al Villarreal le entraron las prisas, sin tener en cuenta que a la Fiorentina igual le daba por contraatacar, por lo que seguían haciendo subir el valor de mercado del lucense apadrinado por la RBBE. Y ya al final, después de infructuosas embestidas de escasa precisión (a juzgar por las imágenes de La Sexta, claro, que llegaba a las jugadas de peligro tarde y mal, con suerte para ver como el balón salía manso a saque de esquina rechazado por el portero), Rossi demostró que no sólo sabe rematar y puso un centro absolutamente perfecto que Capdevila convirtió en un 1 a 1 que sería valioso de no ser porque de cinco equipos, pasan tres. Vamos, que como si hubieran perdido, que a dieciseisavos van a ir sí o sí.

Y el Getafe dio la campanada en el campo del Tottenham, pero la verdad es que ahí ya tenían el badajo preparado para tocar a muertos (antepenúltimos en la Premier), que en las conexiones con White Hart Lane vimos bastante más a Jol y al dueño del equipo calvo y con pinta de invertido a pesar de la rubia que lucía a su lado que lo que pasaba en el campo. Todo un presagio. 1 a 2, Jol a su puta casa y el dueño a un hotel, que fijo que la casa se la habían quemado ya a esas horas los simpáticos muchachos del norte de Londres. Sólo destacar tres cosas. 1) El partido empezó 15 minutos tarde por un accidente de coche en las inmediaciones del estadio. Sospechamos que fuera un enviado de La Sexta para provocar el caos y conseguir seguir emitiendo fútbol media hora más (en el descanso y después de finalizar el partido del Villarreal, coincidiendo con los mejores minutos del partido de Londres) y, si así fuera, lo felicitamos. 2) Rubén De La Red protagonizó uno de los momentos de mayor vergüenza ajena que se recuerdan en el fútbol español sin contar con los habituales de El Que Tira Del Carro. Haciendo gala de  los ejemplos de virtud impuestos en su etapa de formación por mecenas como Míchel Melomerezco, celebró y reclamó con insistencia como propio un gol en el que toda su participación se limitó a despistar al portero, que confiaba en la calidad del del Getafe, al chutar al aire. ¿Creías que habías metido un gol en Europa? Sentimos decepcionarte: la UEFA se lo da a Granero. Y 3) Abbondanzieri, que entró por el lesionado Ustari, casi se carga el trabajo del resto del equipo con unos exultantes (e insultantes) últimos 15 minutos en los que se dedicó a moverse al azar por el área, independientemente de donde estuvieran el balón y los rivales, y echando la culpa a cualquiera que anduviera cerca, fuera o no compañero –hostiable en grado sumo, sin duda, pero un poco menos que Cañete, que hace lo mismo en la línea de gol, con el mayor peligro que ello comporta-. Para hacer estas cosas es mejor no vestirse de naranja fosforito, que es muy poco disimulado. Ah, sí, y un tal Braulio metió un gol de tacón. Agüero y Forlán están acojonados para la próxima temporada. En fin.

Este artículo fue publicado el viernes, 26 octubre 2007 a las 12:47 pm en la categoría de Actualidad.