Todos aquellos que no tenemos nación o que caso de tenerla la FIFA la considera al mismo nivel que el Mundodisco, la Tierra Media, Euskal Herria u Oz, y en menor estima que, qué sé yo, Gibraltar o las Feroe, siempre podemos refugiarnos en brazos de los pocos estados socialistas que resisten en este mundo globalizado de neoliberalismo galopante y bla bla bla (inserte aquí sus citas preferidas de Ignacio Ramonet). A menudo hemos seguido en esta santa casa las cuitas deportivas de los Hombres Nuevos Socialistas de Cuba, Vietnam, Venezuela o la URSS (sí, hemos dicho la URSS), pero aunque Proudhon (un señor que no sólo era anarquista, sino que encima ¡era francés!) afirmara que no hay otra alternativa para las mujeres que ser amas de casa o prostitutas, aquí, ni que sea porque a veces nos leen nuestras venerables madres y amantísimas esposas, vamos a dar cabida también a las Hombras Nuevas Socialistas, concretamente a las Hombras de Corea, que están defendiendo con honor al Líder, al Socialismo y a la Humanidad en la Copa Mundial para féminas que estos días viene disputándose en la República Popular China, un país que anda coqueteando cual guarrilla quinceañera con el capitalismo y cuya única esperanza de no ser violada analmente por dos taxistas y tres estibadores del puerto pasa por que Kim Jong-Il ejerza de hermano mayor, le pegue tres hostias, la meta en cintura y le plantifique una falda plisada hasta los tobillos, que desde que papá Mao la dejó huérfana está insoportable con esto de la edad del pavo. De momento, conformémonos con glosar las gestas del equipo femenino (es un decir) coreano, vanguardia comunista en una China que pierde el norte por momentos, que al fin y al cabo es como tifar por España, porque ahí las tenéis, con los cuartos de final contra Alemania, vigente campeona del mundo, a la vuelta de la esquina. Ah, sí, tenéis razón, la de la foto que encabeza este artículo no es coreana, es sueca, pero… ¿habéis visto esos pezoncillos?

Tengo el pálpito de que el grupo donde encuadraron a nuestras heroínas hepatíticas de ojos rasgados no fue fruto del azar de un sorteo en Suiza, ni tan siquiera del tongo de las bolas frías y calientes, sino que parece tal cual diseñado por el cabronazo de Robert Kagan y sus esbirros del Carnegie Endowment for International Peace para llevar a cabo un experimento de ingeniería social y geopolítica. A saber: el imperio norteamericano del capitalismo rampante, la decadente Suecia de la socialdemocracia europea, la marginal Nigeria, con su mayoría musulmana (ya, hubiera quedado mucho mejor meter a Irán o Afganistán, pero es que se ve que el burka es bastante incómodo para chutar) y nuestras Hombras Nuevas enarbolando la bandera del Socialismo Internacional, con dos ovarios.

Y psè, ni tan mal. Segundas de grupo, tras el Imperio, después de empatar contra las estadounidenses, que en esto del fútbol femenino también son una potencia mundial (de los 25 partidos que han disputado de Copa del Mundo sólo han dejado de ganar 5), ganar a las nigerianas por 2 a 0 (con dos goles de córner, uno de ellos olímpico, vamos, que esto de hacer el ridículo en las salidas por alto no es exclusivo de los portadores de cromosomas XY) y perder contra las suecas por 2 a 1, pero mandándolas de vuelta a la vieja Europa gracias al goal average general. Sí, estimado Robert Kagan: seguimos en pie. La Guerra Fría no ha terminado. Os estamos soplando la nuca. Mientras vosotros os preocupais por el auge islamista, el Segundo Mundo, la enésima Internacional, callando como putas, se rearma para dominar el Universo conocido. Joder, paro que se me está poniendo dura. Vamos a centrarnos.

En la página web de la FIFA podéis ver vídeos con los mejores momentos de la mayoría de partidos, y tendréis que aceptar, aunque sea en la intimidad y refunfuñando entre dientes, que la bromita tan manida de que el fútbol femenino, ni es fútbol ni es femenino habrá que reservarla sólo para gente que no lea la RBBE. Porque hay que ver cómo juegan las tipas. Y sí: hay que ver lo buenas que están algunas, también. Ya, que las coreanas no, pero es que si encima de jugar bien al fútbol y ser comunistas estuvieran buenas, serían las mujeres perfectas. En fin, para los vagos -y para los pajilleros-, he aquí una breve selección de imágenes del campeonato en su fase previa:

Sacrificadla, por el Socialismo, por amor al buen gusto, por lo que sea, pero sacrificadla

Si, tal y como parece, la coreana tiene rabo, se lo tiene que estar pasando bomba

Víctima useña del comunismo internacional (en serio, la foto está tomada después de recibir un cabezazo de una coreana)

Remembering the Falklands

Hacer la tijera

¡Viva el fútbol femenino! (y la lluvia)

El salto del tigre (el del suelo es Okunowo)

Aquí, muchas más. Seguiremos atentos a nuestras pantallas para la segunda fase.

Este artículo fue publicado el miércoles, 19 septiembre 2007 a las 5:47 pm en la categoría de Hasta la Victoria Siempre.