Como la sección vaga pero no andaluza de RBBE cree que la temporada oficial no comienza hasta que empieza la Liga, volveremos a pasar de puntillas por este trofeo veraniego llamado Supercopa. Todo lo que interesa sobre ella, además, está expuesto por nuestros comentaristas de excepción en la entrada anterior. La barcelonización del Madrid sigue su curso, los fichajes llegan de la mano de presiones sociomediáticas en lugar de obedecer a las necesidades del equipo. Lo mejor de éste, sus defensas, se empeñan en protagonizar los partidos tanto en su parcela como en el ataque, dónde ese fallo lamentable en un control de Raúl habla a las claras de cuál es el problema del equipo, no tanto el que nunca hace nada por sí mismo, sino como ejemplo de la calidad media de sus jugadores ofensivos, con poquísimo desequilibrio individual y dependientes en exceso de las eventuales ausencias o bajas formas de Van Nistelrooy. El inventor de este modus vivendi, el F.C.Barcelona, navega en una balsa de aceite como lo hacía su rival en los plácidos años del gaspartismo y del nuñismo precruyffista, con todo atado y bien atado, esperando, eso sí, que la vacuna contra el mal del vecino contraído el año pasado, la galactización, funcione como es de esperar. Conforme se pongan las cartas boca arriba definitivamente, trataremos de la enfermedad o curación del Madrid. Ahora es el momento de hablar del que parece haberse curado del arma de destrucción masiva que representa el entorno de cualquiera de los dos, pese a quien pese, faros y guías del fútbol español:

Porteros:

Valdés: El guardameta responsable de salvar los muebles en la retaguardia culé en el año XIII d.Z., a pesar de haber contribuido a que el equipo sea, de nuevo, el menos goleado de la Liga, ha fallado estrepitosamente en lo que no solía, sumiéndonos en la más absoluta desesperación, esto es, seguir parando balones increíbles pero, sorprendentemente, dejar de atajar balones fácilmente parables, que nos han costado un potosí. Sirvan como ejemplo este gol contra el Liverpool o el encajado en el último minuto contra el Betis por el palo corto. Veredicto: ¡Que sea la última vez! 5/10.

Jorquera: Sinceramente, si fuéramos capaces de escribir una sola línea más sobre él después de esto, pediríamos turno para reemplazar, a la vez, a Corín Tellado y a Marcial Lafuente Estefanía cuando ya no quede ningún original de ninguno de los dos pendiente de publicación. Que incluso nuestra imaginación tiene límites. Veredicto: Renovación vitalicia / refuerzo de lujo para que el Barça B suba de Tercera. 8/10.

Defensas:

Zambrotta: A pesar de la extendida creencia de haber fichado, así lo reflejaba el contrato, a Gianluca Zambrotta, exjugador juventino, la realidad es que el Barça no pudo contar con sus servicios hasta bien entrada la temporada, coincidiendo con el mercado invernal, cubriendo su sitio los primeros meses de competición con Giancarlo Zambrotta, gemelo del primero y tornero fresador de profesión, mientras que Gianluca gozaba, junto con Fabio Cannavaro, de unas eternas celebraciones por la consecución del Campeonato del Mundo en Hawai, hasta que se hartó de sexo, drogas y ukelele. Inaudito, increíble, el hecho de que se hartara. Cuando volvió demostró que valer, vale, a pesar del empeño de no jugar en su sitio ni por error. Gran fichaje para la temporada que viene, pues este año poco tiene por celebrar y puede que llegue hasta descansado. Veredicto: No evaluado. -/10.

Belletti: Por culpa de su gol en París el FC Barcelona se adjudicó la segunda Copa de Europa, pero también por culpa de ese gol la afición ha tenido que soportarle otra temporada más. Otra temporada en la que se ha empeñado, cuando ha podido jugar, que no ha sido a menudo, en demostrar que ni ataca ni defiende ni todo lo contrario: blando en defensa –sus oceánicas, más que lacustres, pérdidas de concentración-, cuando se decide a atacar descubre que no sabe centrar –aunque para qué, que la delantera culé no se destaca precisamente por adorar el juego aéreo-. Ya ha dejado lo mejor de sí en Barcelona, esto es, las botas con las que marcó el dichoso gol de París, a buen recaudo en el Museu, y a todos debe quedarnos la sensación de que representa una manera de entender los cometidos del defensa lateral aún sin haber alcanzado las cotas de los precursores (Cafú, del que fue, y seguiría siendo, eterno suplente) mientras que ya se ha visto ampliamente superado por el rendimiento de las nuevas generaciones (Sergio Ramos o Daniel Alves, entre otros). Veredicto: Sport y El Mundo Deportivo siempre se acordarán de ti. 2/10.

Sylvinho & Van Bronson: Los analizo juntitos por ahorraros tiempo y porque tal y como se ha desarrollado la temporada pareciera como si Raijar decidiera alinear a uno o a otro lanzando una moneda al aire. El primero, la temporada anterior no jugó ni un minuto en Champions; en ésta, sí. He aquí el culpable, señores. Del segundo, el último holandés del Barça tras 11 temporadas alimentando a, por lo menos, una familia neerlandesa, mi novia dice que es guapo. Al margen de estos hechos anecdóticos, los laterales zurdos han ido perdiendo peso en el equipo al mismo tiempo que Ronaldinho iba ganándolo en su abdomen y perdiendo presencia en el juego colectivo: mientras el brasileño calentaba la pierna deambulando por la delantera por si se daba la situación que había que ejecutar algún tiro libre o penal, los laterales le buscaban al pasar del medio campo para doblarle y llegar a la línea de fondo a poner el centro, pero no, ahí no estaba para devolverles las paredes precisas de antaño con el taconcito, la espalda o el culo. Y en defensa, pues algo parecido: superados por las circunstancias, a los 30 años ya no están para perseguir a los delanteros voluntariosos del equipo rival, amén que ninguno de los dos fue jamás un gran defensor. El devenir de la temporada ha puesto al descubierto las vergüenzas en el lateral izquierdo. Veredicto: Uuuuuuuuuuuuuu, que viene el negro –Sylvinho, quédate para hacerle de papá postizo a Iniesta-. 5/10.

Puyol: Propongo llamarle, desde aquí y desde ya, el hombre burbuja, que esto en la España de hoy seguro que se entiende; es como el mercado inmobiliario: parece que va a reventar pero no, el tío sólo está en fase de aterrizaje suave (en franca decadencia, dicho de otro modo). Y a partir de este certero análisis se alinean dos grandes corrientes de opinión: los agoreros que prevén que esto es la antesala de la catástrofe y los nuncabajistas que, aún reconociendo el estancamiento, siguen considerándolo una inversión segura. Nosotros, visto lo visto este año, somos más de pensar que o le ponen un central que corra (mucho) a su lado y le descargue (un poco) de volumen de trabajo o el chaval cumple los treinta en la Gramanet, porque no se puede fiar todo el juego del capitán del Barça al físico, que Gina Lollobrigida no hay más que una y sólo los diamantes son para siempre. Veredicto: El nuevo Alexanko. 6’5/10.

Thuram: Caso parecido al de Jorquera. No deportivamente, claro, sino literariamente: nada podemos añadir a lo que ya se dijo aquí. Bueno, podríamos añadir algo sobre el gol de Tamudo y la libre interpretación del fuera de juego patrocinada por el francés que acabó propiciando que el FC Barcelona no ganara la Liga, pero a un servidor el BDSM no le pone muy cachondo, ya me disculparán. Veredicto: deprisa, deprisa, a chupar del estado francés, en forma de pensión de jubilación, antes de que Sarkozy lo liberalice. 5/10.

Márquez: Que lo fiche el Madrid. O que el Barça le pase el sueldo a través de Iberia. Pero la situación de este año es insostenible a corto plazo. Una de las piezas que dio el equilibrio necesario al Barça campeón del ya lejano 2006 fue el “mediocentro defensivo”, sitio para el que habían reconvertido a Márquez cuando era necesario. La llegada de Thuram tenía que propiciar que la reconversión, coyuntural en su momento, se convirtiera prácticamente en definitiva, y lo único definitivo ha sido que nadie ha dado la talla, ni ahí ni en el centro de la defensa, por causas diversas (la edad –Thuram por viejo, Motta por eternamente joven-, las lesiones o lo que sea), pero todas infinitamente más dignas que dejar al equipo colgado por culpa de una mujer. Y no de una mujer cualquiera, sino de la que fuera la mujer de Alejandro Sanz, que a saber qué le ha visto a nuestro mexicano, si justo lo mismo que al gaditano o todo lo contrario. A cuál peor. Veredicto: los cojones, úsalos en el campo, hijo de la gran chingada. 4/10.

Oleguer: Impecable temporada del joven multikultural. La impericia de Raijar ha impedido, relegándolo demasiado a menudo a la suplencia, que el chaval deba sentirse demasiado culpable del desorden defensivo del equipo. Y cuando ha jugado ha sido la propia defensa, envejecida, despistada o váyanse a saber ustedes qué, los que han puesto de manifiesto las carencias ya conocidas del de Sabadell, descargándole, de nuevo, de responsabilidades. Vamos, que la culpa es de los demás. Que Oleguer sirve para lo que sirve, en el campo (para cubrir con relativa solvencia las bajas eventuales del lateral derecho o el central de una defensa que funcione como un reloj) y fuera de él (seguir manteniendo, por contraste, el mito del futbolista analfabeto… y conseguir que casi prefiramos que dure muchos años, no Oleguer sino el mito). Veredicto: Si en lugar de ser de Sabadell fuera de As Neves (Pontevedra), el pabellón local se llamaría Oleguer Presas en lugar de Míchel Salgado. 10/10.

Eto´o: Con el mejor defensa del equipo lesionado durante buena parte de la temporada se hace bastante complicado repetir el rendimiento de temporadas anteriores. El que corre como un negro y cobra como un blanco solía ser el referente de la asfixiante presión defensiva azulgrana que permitía recuperar los balones perdidos con mucha rapidez y, la mayoría de veces, más allá de los tres cuartos de campo, acojonando al rival que a) era incapaz de hacer nada de provecho con el balón en el poco rato que lo tenía en su posesión y b) se veía abrumado al no poder desplazar el juego a su zona de ataque o, como mínimo, a la zona de medios, provocando todo ello una sensación de agobio que te ocupa la cabeza ya no en defender sino en tratar de adivinar cuándo llegará el primer gol. Gol que te iba a marcar el propio Eto’o a la mínima opción que tuviera, tal y como ha demostrado, a pesar de los pesares físicos y anímicos, desde su recuperación. Veredicto: Calladito estarías más guapo. 8’5/10.

Centrocampistas:

Xavi & Iniesta: Los dos “pequeños” se han pasado el año al borde de la lesión crónica de vértebras, pues el juego del Barça, a ratos, les podría haber provocado una tortícolis de cierto alcance que derivara en algo peor que les dejara sentados de por vida en una silla de ruedas. Que quizá en los años veinte los rivales se sorprendían del juego del rival, de su posicionamento táctico, pero pensar que hoy en día se va a sorprender a alguien repitiendo semana sí, semana también, la misma disposición sobre el campo, los mismos automatismos… es pecar de inocente. Porque si bien en las anteriores temporadas tampoco había margen para la sorpresa, la diferencia estaba en hacerlo todo un poco más rápido que los rivales. Cuando esa marcha de más no existe, pasa lo que pasa, que cada balón para Xavi o Iniesta era un reto insuperable, bailar alrededor del cuero intentando traspasar con la vista los tórax de los tres defensores que les presionaban para lograr otear a algún delantero que se medio desmarcara con ganas y que no estuviera en actitud postcoital mirando a la grada. Y sino, pues pase al central y a verlas pasar, como un Íker Jiménez de la vida que con suerte se nos desnuca un día 11 cualquiera viendo a los OVNI pasar en la montaña de Montserrat. Eso sí: mientras que Xavi tiene problemas con los complementos, Iniesta, sólo con que acierte un pase al hueco va a ser reclamado por el de Brunete como capitán de la selección mundial del International Superstar Soccer 7. Cosas de la prensa. Veredicto: La culpa, esta vez, no ha sido vuestra. 6/10.

Deco: Tengo que morderme las yemas de los dedos para no echarle buena parte de culpa de lo que ha pasado en el Barça a este señor. Más preocupado en resolver unos inexplicables problemas personales que en repartir estopa en el centro del campo y, a la vez, repartir balones a los delanteros (aunque buena parte de la temporada tuviera por delante a Gutyonsen y Giuly, que eso desmoraliza a cualquiera), Deco ha sido en buena medida el termómetro del estado de forma del Barça. Asumido su rol, que nos hizo olvidar durante dos temporadas que en el Barça jugó un señor llamado Davids, aún a cuenta de olvidar el propio Deco que en el Porto él era la máxima estrella, se echó al equipo a los hombros para darle lustre al trabajo de las figuras que no habían dado una patada desde que eran alevines. Pero esta temporada algo ha cambiado, quién sabe, puede que la condición física, o la motivación, o el rendimiento de los jugadores a los que tenía que servir, pero el hecho cierto es que ni Deco ha sido el de otros años ni, consecuencia de esto, lo ha sido el Barça. Le ha salvado que lo gris de su trabajo no le convierte en blanco mediático fácil –excepto para Martí Perarnau-, de manera que se puede permitir el lujo de hacer borrón y cuenta nueva de cara a la temporada que viene, que entre los quilos de más de Ronnie y la incontinencia verbal de Eto’o pocos somos los que nos hemos entretenido en contar los varios centenares de balones perdidos por el español del oeste. Veredicto: Haz como Henry y deja a tu mujer, que el Barça te necesita. 4/10.

Motta: Escribo esto con lágrimas en los ojos, pues sé que podría muy bien ser el epitafio a la etapa azulgrana de esta eterna promesa, debilidad mía y de cuatro más. Es el hombre del que siempre se tiene la sensación que está gozando de su última oportunidad. Un hombre al que le persigue la desgracia desde que Enric Reyna lo incluyera en un sobre sellado junto a la venta de los terrenos del Mini como receta para salvar el club, por aquel entonces en peligro. Y sus frágiles articulaciones y, sobretodo, su frágil cabeza, no han sido capaces de soportar esta presión. Portento físico, de carácter agresivo, muy dotado técnicamente, sólo la mala suerte y la mala cabeza le han privado de ser un mediocentro defensivo que marcara época en el Barcelona, y esta temporada no ha sido la excepción, aunque los adictos a esto del fútbol pudimos ver en la farsa de la Copa Catalunya que su nivel –real- está –o podría estar- a años luz por encima del 90% de jugadores del Barça. Pero claro, la Copa Catalunya son dos partidos de mierda que poco o nada tienen que ver con partirte la cara en Anfield o en el Pizjuán. Veredicto: Adiós, con el corasssón… 4/10.

Edmilson: Desgracia tras desgracia hasta la paraplejia final. No sé a vosotros, pero a mí no se me ocurre otro final más perfecto para el brasileño, pieza clave en el Lyon invencible de principios de la década y con una participación a ser muy tenida en cuenta en el Brasil campeón del mundo, que desde que llegó a Barcelona empalma infortunio tras infortunio para no dejarnos ver las alabanzas escritas en baba y lefa de los artículos del Sport y EMD del verano en que fue fichado. Y lo que es peor de todo: a Edmílson le sale muchísimo más rentable estar lesionado que no estarlo, pues cuando está convaleciente aún quedamos románticos como yo que pensamos que el tipo es un excelente mediocentro defensivo con una asombrosa capacidad para construir juego y con un desplazamiento en largo de precisión milimétrica… la lástima es que cuando puede empalmar dos partidos se empeña en demostrarnos que estamos muy pero que muy equivocados. Veredicto: Peret dejó la música para ponerse a predicar, sigue su ejemplo. 3/10.

Delanteros:

Ezquerro: ¿Ezquerro? ¿Quién coño es Ezquerro? Aunque esto debería ir a la categoría de rumores, creo que Ezquerro es el señor que se follaba a la hija de Frank Raijar y que, incomprensiblemente, en lugar de cobrar de este por quitársela de encima, cobraba del FC Barcelona. Alguien debería preguntarle sobre esto a Laporta en una asamblea de compromisarios, y deberían hacerlo deprisa, porque no creemos que pase de este verano que entre en alguna operación aunque sea con el Nástic o el Athletic. Valoración: no presentado. -/10

Giuly: El jugador corso ha ido de más a menos (de hecho, cuando fue fichado del Mónaco, medía un metro y ochentaycinco centímetros). Tan de menos que esta temporada apenas se le ha visto, aún gozando de la circunstancia, favorable para él, y sólo para él, de que Eto’o y Messi sufrieran lesiones de alcance. A pesar de todo ello, no ha dicho ni una mala palabra, ni una sola queja de su situación en el equipo, hasta el punto de llegar a valorar seriamente la posibilidad de permanecer en el club la temporada que le resta de contrato a sabiendas que el cuerpo técnico no cuenta con él. Esto, que debería ser aclamado, y de hecho lo es en la prensa deportiva (sic) seria (sic) y entre el aficionado medio (tonto), en la RBBE es motivo de la muy pecaminosa ira: un jugador del Barcelona no puede ser así de conformista, tiene que querer jugar, creerse el mejor del mundo en su puesto, poner los cojones sobre la mesa y sobre el campo y todo cuanto tópico viril se os ocurra. Pero no. Ha jugador poco y mal. Veredicto: adiós y gracias, que con tanto francés esto empezará a parecer cualquier cosa menos un vestuario de fútbol masculino. 4/10.

Saviola: Si de mí y Tredici dependiera, este chico volvería a la mina de azufre de la que jamás debería haber salido. Pero los astros se han alineado y parece que va a fichar por el Madrid, hecho este que va a llevar el antisaviolismo a cotas jamás conocidas, ya que la más de media España merengue va a sufrir en sus carnes las gestas populistas y demagógicas del que “siempre que sale, cumple” (como para no cumplir, con la gente que ha tenido alrededor para ponerle balones, algo iba a marcar, aunque fuera de rebote). Y para eso el Madrid ya tiene a Raúl González Blanco. Veredicto: cuestación pública para pagarle un billete de ida en el puente aéreo ¡ya! 0/10.

Gutyonsen: Fichar a un interior-volante-mediapunta culogordo y torpón para suplir al probablemente mejor delantero centro del mundo se nos antoja tan acertado como intentar que el churrero cure tu apendicitis, pues al fin y al cabo lleva una bata blanca como si fuera médico. Que se puede probar, y puede hasta que salga bien, que correr y chutar (o cortar y coser) está al alcance de casi cualquiera. Pero lo más normal es que pase lo que ha pasado: que la cosa no funcione. Pero podría haber sido mucho peor. Gutyonsen metió algunos goles que ayudaron a soportar la ausencia del negrito zumbón, pero a diferencia de aquél, condicionaba el juego colectivo y obligaba al equipo a hacer cosas para las que no estaba diseñado (como si el equipo estuviera ya para muchos trotes). De manera que ni the clockwork codfish hizo mejor al Barça ni tampoco el Barça permitió que viéramos lo mejor del islandés (aunque empezamos a sospechar que lo mejor que sabe hacer este tipo es rock indie en el garaje de su casa). Veredicto: con Henry en el equipo, ya no tendrás excusas; en un año pasamos cuentas. 6/10.

Messi: Lesionado durante cinco meses, se ha dedicado a marcar espectaculares goles inútiles. Y no, no estamos pensando sólo en el gol contra el Getafe, sino en todos y cada uno de los goles que marcó desde su reaparición, pues no sirvieron absolutamente para nada. En cualquier caso, apuntó suficientes detalles para hacernos creer a los aficionados que a su alrededor se va a construir la futura dictadura mundial azulgrana… hasta que nos lo robe el primer equipo italiano que pase por ahí. Velocidad, con balón y sin él, excelente finalización, regate, técnica espectacular… lo que no sabemos todavía es si da buenos pases o no, porque cuando pilla la pelota no la suelta. Habrá que llevarlo al psicólogo, que tanta ansiedad no puede ser buena. O eso o a unos señores rumanos que le enseñen fotos de Eto’o, Henry y Ronaldinho mientras le explican amablemente que hay que compartir con ellos el balón… Veredicto: alabado sea el Señor. 9/10.

Ronaldinho: A pesar de que estamos tentados de juzgarlo con dureza, debemos contextualizar su mala temporada: ha estado aquejado de sobrepeso y alcoholismo, hecho este que le ha impedido rendir como nos tenía acostumbrados (y acorde a lo que cobra). Que se lo tomarán ustedes a guasa, pero con tanto progre lo de ser gordo y borracho, que de toda la vida de Dios habían sido un par de vicios, en el mejor de los casos, y motivos de mofa, en el peor, ahora son “enfermedades” que convierten a quien las padece en un “enfermo” que merece toda nuestra compresión y apoyo, incluso de los servicios de la sanidad pública si se terciara. Y entenderán que en esta santa casa no somos partidarios de hacer humor de todo, sino que tenemos claros nuestros límites, y no vamos a traspasarlos sólo por el hecho que uno hijo de la gran puta de los jugadores de fútbol mejor pagados del mundo haya decidido pasarse el año borracho y follándose a putas brasileñas sufrido un par de percances de salud que le han impedido responder a las expectativas individuales y que han condicionado el rendimiento colectivo. Desde aquí, Ronnie, te mandamos todo nuestro ánimo para que te recuperes pronto. Un besito. Veredicto: al Milán con un lacito antes de que sea demasiado tarde. 5/10.

Cuerpo técnico:

Frank Raijar: Muy bien, en su línea, no ha hecho nada que no hiciera las tres temporadas anteriores. Amable con la prensa, amable con la plantilla, simpático, elegante, jamás dice una palabra más alta que la otra… pero, y pongámonos de pie, que voy a citar a José María García, “ni una mala palabra, ni una buena acción”. El violinista del Titanic… Veredicto: Déjale calentito el sillón a Wenger. 4/10.

Johan Neeskens: A pesar de la indefinición de su rol en un cuerpo técnico que cuenta con casi tantos efectivos como la propia plantilla, que la foto oficial del club parece un póster rollo ¿Dónde está Wally? en el que hay que encontrar a los futbolistas profesionales del club entre tanto preparador físico, fisio, entrenador de porteros, delegado, encargado de material, primer entrenador, segundo, tercero y hasta cuarto, en la RBBE ya hemos encontrado el cometido ideal que el otrora ídolo de masas debe resolver antes de mediados de agosto: coge el coche, hijo de puta, y tirando dirección Ámsterdam para convencer, ya sea por las buenas o por las malas, a Henk Ten Cate que se olvide del Ajax y que vuelva a Barcelona a entrenar tal y como había hecho las tres temporadas anteriores. Y es que ganar algo sin entrenador sólo funciona en los partiditos con balones hechos aprisa con papel de plata a la hora del recreo de la EGB…

Lo mejor:

·La borrachera de títulos, al conseguir un histórico doblete que acredita al equipo azulgrana como mejor equipo de España (Supercopa de España ganada al Español por un global de 5 a 0 y en cuyo partido de ida celebrado en el estadio municipal Lluís Companys quien esto escribe temió por su propia integridad física, negando su barcelonismo y poniendo la palabra del apóstol Pedro al nivel de fiabilidad de Don Corleone) y mejor equipo de Catalunya (en otra victoria épica contra el vecino ya glosada aquí).
·Que Messi parece que no se quedará en promesa.
·El descenso del Barça B a Tercera División que precipitará la incorporación al primer equipo de Bojan y Dos Santos, dos jugadores que, junto a Messi, han de ser el futuro del club, al menos hasta que no sobrepasen la edad legal para asistir con asiduidad a boites, discotecas, bares de copas, güisquerías y otros antros de mala reputación tal y como hace el resto de la plantilla.
·La certeza de que es difícil hacerlo peor.

Lo peor:

·Perder la Liga por la diferencia particular de goles contra el Real Madrid.
·Llegar a la situación descrita en el epígrafe anterior gracias a dos goles de Raúl Tamudo, capitán de un equipo que, hasta 2008, también juega en la ciudad de Barcelona.
·No haber sido capaces de ganar a nadie (no, un 0 a 4 al Recreativo, un 0 a 6 al Atleti o un 1 a 5 al Nástic no es “ganar a nadie”) en toda la temporada. El FC Barcelona, y que quede escrito bien a las claras, no ha podido ganar a ningún equipo medianamente serio ni en Liga ni en Copa de Europa (exceptuando una victoria que nadie pudo ver ante el Sevilla en el Camp Nou y un 0 a 1 en Anfield que muchos querríamos no haber visto).
·El desbarajuste institucional que nos hace recordar épocas que creíamos felizmente olvidadas. Para esto, que vuelva Gaspart. O que venga Florentino.

Este artículo fue publicado el martes, 21 agosto 2007 a las 1:42 pm en la categoría de Reportajes.