Alguien comentaba el otro día un planteamiento curioso para revitalizar el fútbol de selecciones, que hiberna de manera perpetua para despertar únicamente el mes de junio de cada dos años. Todo sería igual que ahora, excepto que tras la consecución de la Copa del Mundo de la FIFA por una selección, ésta pondría el título en juego cada vez que disputase un partido, oficial o amistoso, bastándole con el empate para retenerlo. RBBE, reacia a fuer de monárquica a la introducción de novedades en el fútbol, lo rechazó en un principio, pero tras cinco arduos minutos de investigación, llegamos a la conclusión de que no sería una mala idea, pues nos permitiría vivir un par de finales al mes sin devaluar el valor de los mundiales conquistados, tan sólo se verían obligados a entregar la copa al país que les derrotara. Bueno, y también porque el actual campeón del mundo sería un país amigo de esta casa, pero sobre todo para que algún día pudiésemos ver ese precioso trofeo en La Zarzuela flanqueado por el Jefe del Estado a su derecha y Rodríguez Zapatero a su izquierda.

Pues bien, un mes después de que toda la prensa deportiva española admitiera por primera vez el verano pasado el justo triunfo de un equipo italiano en cualquier disciplina y/o competición, Croacia derrotaba al combinado terronipadanio por 0-2 en un amistoso perpetrado en Livorno. Como quiera que los croatas han defendido el cetro conseguido en la ciudad cuyos bingos y casinos experimentaron una fuerte subida en sus acciones tras la confirmación del fichaje de Diego Tristán por su club más representativo, ante rivales de la talla de Inglaterra, Andorra, Israel o Rusia, proclamamos al mundo la buena nueva, Yugoslavia es la vigente campeona del mundo de fútbol, siempre que llegue a buen puerto la reunificación merced a las conversaciones y tratados internacionales auspiciados por esta casa. Con esto, los paneslavistas del sur se llevan como premio de consolación este dudoso honor, que no repara ni mucho menos lo que podría haber sido una fastuosa vitrina, rota por las guerras de los años noventa.

Durante esa década asistimos a la consagración de la mayoría de integrantes del combinado plavi campeón del mundo sub20 en Chile´87. Los Suker, Mijatovic, Boban, Prosinecki, Jarni y compañía (entre ellos Dragoljub Brnovic, una de las últimas adquisiciones de José Manuel Lara padre para su Ahpañó, o Dubravko Pavlicic, que militó en el Hércules, primer equipo blanquiazul que colaboró para que Capello ganara la liga española), tuvieron la suerte de sufrir muy poco tiempo aquella cláusula que prohibía emigrar a Occidente a los deportistas yugoslavos menores de 25 años, y que sólo un semidios como Drazen pudo saltarse a la torera, pero vieron cómo se dividía un equipo que habría ganado algo, como lo prueba la señal de la victoria danesa en la Eurocopa´92, una suerte de homenaje a la selección sustituida. A pesar de esto, consideramos y creemos, como Luís Aragonés, que, al igual que el Mundial de Italia, dónde debutaron miembros del equipo júnior como Jarni o Prosinecki –puesto por las nubes por un legendario locutor madrileñoastur en un amistoso celebrado en Ljubliana previo al torneo, al grito de ‘ufff, el rubio, qué caalidaaaad’ (partido que lógicamente ganó España 0-1 con gol de Manolo para luego convertirse en la última víctima de la Yugoslavia unida gracias al amor de José Miguel González Martín del Campo por su peinado, y en el que sobresalió el marcaje de un alopécico y espigado central apellidado Spasic sobre un prematuramente crepuscular Emilio Butragueño Santos)-, la cita sueca no era todavía el momento, pero sí el ciclo entre 1994 y 1998, en el que vimos el apogeo de las carreras de estos futbolistas más la aparición de otros valores más jóvenes.

Y esto no es sólo fútbol ficción, porque recordemos que la cuarta de USA´94 fue Bulgaria, con una disciplina de equipo similar, sino inferior, a la que podrían tener los yugoslavos, y lo más sangrante, una parte del todo, y quizá sin ser la mejor parte, hizo tercera en Francia´98, teniendo contra las cuerdas en la semifinal a los anfitriones, que sólo pudieron remontar con dos goles de Lila Thuram, que aprovechó una alineación astral que sólo se repite una vez cada doce años, y cuya última aparición coincidió con el hat-trick de Pichi Alonso al Goteborg en las semifinales de la Copa de Europa que ganó el Steaua. Así pues, está claro que la República Federal Yugoslava, o el Reino SHS en caso de que Arkan hubiese tenido tiempo de restaurar la monarquía, o como le quieran llamar a este conjunto de naciones si hubiesen permanecido unidas, habría jugado finales, y conocida la competitividad y el colmillo retorcido de sus súbditos, sentenciamos que alguna habría ganado con un once no muy diferente a éste:

Portero. Mal empezamos, diréis con razón, y es que esta demarcación, competencia delegada a los croatas, fue siempre lo más flojo del balompié balcánico, y porqué no decirlo, eslavo, por mucho Dassaev que nos vendieran. Gabric, que hizo buenas actuaciones en el Hajduk Split de Champions, y el titular arlequinado en Francia´98, Ladic, se disputarían el puesto. Puesto que el primero nos da juego porque durante su estancia en el PAOK de Salónica, coincidente con la guerra de Croacia, fue amenazado en repetidas ocasiones por extremistas serbios y griegos simpatizantes de éstos –seguramente fans del glorioso Aris-, se le otorga la titularidad. En caso de emergencia, siempre podrían repescar a última hora al serbio Kralj, arquero que llegó a ser del PSV Eindhoven, y que tenía toda la pinta de haberse dedicado a esto porque una buena mañana, horas antes del clásico Partizán-Estrella Roja, alguien de la “peña” estrellista Delije, embrión de los futuros Tigres de Arkan, habría apaleado o envenenado a todos los guardametas del club partisano desde el juvenil al primer equipo, por lo que sus técnicos hubieron de llamar al suplente de suplentes de la sección de balonmano, que minutos antes había aterrizado en Minsk para disputar la ida de los octavos de final de la Copa EHF.

«Siete metros… ¡Adentrooo!»

Zoran Mirković. Lateral derecho que fue titular de la Juventus varias temporadas por delante de los Birindelli, Torricelli y otros genios del balón, por lo cuál sentenciamos que era muy bueno. Respetuoso con el fútbol, nunca dijo una palabra más alta que otra desde su demarcación, de hecho, era conocido como “Bata”, apodo que se otorga en Belgrado a los jóvenes simpáticos y educados (sic). Amigo de sus amigos, colaboraba en buenas causas como demuestra la fotografía. Como mandan los cánones del buen lateral, remató su carrera en el Fenerbahce turco.

Miroslav Djukić. De él está todo dicho.

Siniša Mihajlović. Aunque también merecería una entrada propia, diremos en su favor que profesa la religión maradoniana desde que era un crío como todo hombre de Bien. De padre serbio y madre croata, su ciudad natal, Vukovar (Croacia), fue una de las más castigadas en la guerra. Si bien sobre esa contienda no se mojó mucho, su compromiso patriótico se hizo fuerte con motivo del ataque de la OTAN, dónde trabó amistad, como podemos ver en la foto, con el clan arkadio. Populista y demagogo, siempre negó su condición de serbio o croata, considerándose yugoslavo, aunque hay que decir que también posee la nacionalidad italiana. Acusado de racismo por Patrick Vieira en un Lazio-Arsenal de Champions, Sinisa respondió que él no era racista, si no que simplemente se limitó a informar al francés sobre su raza, al igual que él podría haberlo hecho con la suya, la zíngara (sic).

Robert Jarni. Fenomenal carrilero zurdo, de gran calidad, razón ésta por la que la Juventus decidió venderle al mejor postor, en este caso el primer Betis exitoso de Serra Ferrer, que tenía a Alfonso, Finidi y al croata como estandartes. Amante del tenis, al menos en los tiempos de gloria de su compatriota Goran Ivanisevic, de tan potente saque como los zurdazos de Jarni (quizá ahora con la explosión del tenis serbio se lo haya replanteado), su parecido con Pepe Carrol no nos permitía en aquel tiempo asumir que se trataba de uno de los mejores del mundo en su puesto. Llegó al Real Madrid de la mano de Lorenzo Sanz con el vistobueno -qué remedio- de Guus Hiddink, un pelín viejuno y además con la etiqueta, como es obvio, de suplente de aquel fastuoso Roberto Carlos da Silva, por lo que acabó en la UD Las Palmas antes de dar sus últimas patadas en su región croata natal.

Hasan Salihamidžić. Bosnio musulmán no practicante como podemos ver, se trata en realidad de un alemán de origen bosnio, totalmente adaptado al estilo de vida occidental, permitiéndose licencias como la de estar considerado por las teutonas como uno de los futbolistas más atractivos de la Bundesliga. Al igual que los germanocroatas hermanos Kovac, juega con la selección de su pueblo por amor a… su integridad física, pues los tres recibieron amenazas que serían cumplidas en caso de alinearse con la alemana. Aguerrido y polivalente, todo nervio y corazón, sigue siendo un jugadorazo que merece poder contar que jugó en la Juve. Especialmente motivado y brillante en las eliminatorias Bayern-Real Madrid, cuentan los reporteros a pie de campo del Bernabéu que en su última visita al coliseo blanco la tomó con el público en forma de escupitajos, algo que, desprendiéndonos de los colores de unos y otros, nos parece especialmente digno de alabar. Un genio, en definitiva.

Zvonimir Boban. Con un curioso apellido (Boban es el diminutivo de Slobodan, por lo que vendría a ser como si un español se llamase Pedro Manolo), es de los pocos futbolistas que llegó a la elite teniendo un padre forofo. En su caso la figura paterna fue clave, porque tras ser rechazados él y su hermano en una prueba con el Hajduk Split, el cabeza de familia lo vendió todo y se llevó a los Boban a Zagreb, dónde probarían, esta vez con éxito, con el Dinamo. Íntimo amigo de Drazen Petrovic y quizá por ello centrocampista de extraordinaria calidad, aunque pasó muchos años en el Milan no siempre fue titular debido a la enorme competencia entre extranjeros. Su última aportación a nuestro deporte predilecto fue su actuación en el mundial francés, simplemente magistral… excepto en la semifinal contra los anfitriones, dónde regaló uno de los goles para a continuación desaparecer del juego como devorado por su propio error.

Dejan Stanković. Junto a Salihamidzic, representa a la última hornada de futbolistas yugoslavos del siglo XX. Tiene el honor de ser el jugador más joven en debutar con el Estrella Roja, a los dieciséis años y cinco meses, y tras caer en las garras del clan Mihajlovic, sigue a éste allá donde va. Actualmente es el jugador plavi de más calidad y clase, como podemos observar en la fotografía que ilustra a su socio Sinisa, pero destaca sobre todo por ser un centrocampista completísimo, con despliegue físico, buen disparo y gran técnica individual. Una lástima que juegue en el Internazionale, de hacerlo en España o Inglaterra brillaría con luz propia.

Robert Prosinečki. Más conocido como Prohinejki en la zona centro, en su haber figura que gracias a su fichaje por el Madrid disfrutamos cuatro años más de Mendoza, que no dudó en presentar a Robert antes de saber si podría contar con él, pues aún estaba en vigor la normativa de los 25 años; en su debe, que no nos permitió ver a Alfonso Ussía como presidente, birlándonos un descojone magnífico. Después de engañar a Real y Atlético en un acuerdo a tres bandas por el que el club blanco abonaba las deudas contraídas con el futbolista para darle la carta de libertad y que fichara por los rojiblancos, Marlboro no tardó ni horas en firmar por el Barcelona, por donde pasaría sin pena ni gloria junto a otro balcánico, el bosnio musulmán Meho Kodro.
Actualmente, como todos sabéis, es la imagen de la automovilística francesa Rénault.

«Todasss para mí»

Davor Šuker & Predrag Mijatović. Junto a Romário & Stoichkov, quizá la mejor pareja de delanteros de la década de los noventa, lo que no impedía que Capello los sustituyera casi siempre en el Madrid, sobre todo al croata. Galanes balcánicos del papel couché español junto a Marc Ostarcevic merced a Ana Obregón y Mónica Pont, los dos comparten también admiración por una misma mujer, la actriz Demi Moore. Sin embargo, en cuestión de actores, Davor elige a Richard Gere, mientras Pedja se decanta por Jack Nicholson, cuestión de estilos. Si nos vamos a las películas, Suker elige «Cuando un hombre ama a una mujer», mientras el montenegrino opta por «Lo que el viento se llevó», anunciándonos sus verdaderas intenciones en su actual puesto de director deportivo blanco.
No sabemos quién del Sevilla descubrió al croata, pues en esa época, Monchi todavía se dedicaba a meter dentro de su portería balones que iban fuera, pero se conoce que fue Pasieguito quien recomendó el fichaje de Mijatovic por el Valencia. Jugadorazos los dos, nos quedamos con Davor por el simple hecho de que su hermana fue jugadora de voley.

El banquillo:

Goran Djorović. Central serbio de Pristina, Kosovo, sólo por lo cuál ya merece estar aquí. Tentado por el Arsenal, fichó por el Celta porque el club gallego le concedía fichar también a su hermano gemelo Zoran, que no valía ni para el Ourense. Como vemos, el nepotismo en Galicia no es sólo patrimonio de las Diputaciones, sino también de los clubs punteros, pues en una maniobra semejante, el Deportivo fichó a Lionel Scaloni y a su hermano Mauro.

Mitko Stojkovski. La cuota macedonia. Íbamos a poner a Naumoski, pero al rato nos dimos cuenta de que si hablábamos de baloncesto, vendría a la cabeza la más grande constelación de talentos que pudo haber disfrutado equipo alguno y eso ya sería abusar. Como Pancev también daba un poco el cante, primero por su edad y luego por su propia calidad futbolística como demuestra su fichaje por el Inter, nos decantamos por este voluntarioso y limitado lateral, valga la redundancia, que jugó en el Real Oviedo de la mano de Antic, como tantos otros.

Milenko Aćimović & Zlatko Zahović. La cuota eslovena, en este caso doble atendiendo a la renta per cápita del pequeño país alpino, adjetivo que viste mucho, parece que estemos hablando de la apoteosis del Estado del bienestar. Acimovic, cuñado de Dejan Stankovic desde que fueron compañeros en el Estrella Roja, ha acabado formando parte de otra cuota, la de jugador caucásico del Lille. En cuanto a Zahovic, era un futbolista desequilibrante en Portugal que llegó demasiado maduro, por no decir putrefacto, a Valencia.

Dragan Stojković. La cuota necesaria para vender camisetas en Extremo Oriente, y también en su país, en el que es venerado pese a su prejubilación anticipada en la liga japonesa. Capitán indiscutible y siempre con el diez a la espalda, este miembro de honor de la historia negra del fútbol español es el actual presidente de la Federación Serbia.

Dejan Savićević. Algo más veterano que la mayoría, lo ponemos de suplente porque ése fue su rol en Francia´98, mundial al que llegó muy mayor, pero le respetamos la foto. Dueño y señor del Estrella Roja campeón de todo, y autor de uno de los mejores goles -con la venia de Zizou- en una final de Copa de Europa (Zubizarreta sigue sufriendo a día de hoy dolores lumbares causados por contemplar la vaselina que le endiñó), Sacchi se enamoró de su juego en el famoso encuentro contra los rojiblancos en l989, en el que los italianos estaban siendo eliminados hasta que el partido fue suspendido por la niebla, decretando la UEFA que se repitiera entero. En el replay pasarían los rossoneri por penales, por lo que este montenegrino, también presidente de su federación respectiva, cree que su Estrella Roja era superior al Milan de los holandeses.

Slaviša Jokanović. Currante gris salido de la cantera de la Vojvodina de Novi Sad, tuvo suerte de desarrollar su carrera antes de que se impusieran los peones negros musculados en su demarcación de mediocentro. Futbolista honrado pese a que su hermano era cámara de la TV yugoslava, asegura que Antic es el mejor entrenador que ha tenido.

Vladimir Jugović. Otro trabajador serbio de la zona ancha, pero con mucha más calidad que el anterior, desarrolló su carrera en Lazio y Juventus en lugar de Oviedo y Tenerife. Llegó al Atlético peinando canas, por lo que sobra todo análisis sobre su fracaso en la Liga.

Goran Vlaović. A los diez años ingresó en el seminario por recomendación de su tío, sacerdote católico. A los trece sufrió una rotura de tibia que los médicos recomendaron operar. El futuro delantero croata no les hizo ni caso y a los dos meses ya estaba jugando otra vez. “Fue un milagro, Dios quería que me dedicara al fútbol” cuenta nuestro protagonista, que dejó el seminario y se dedicó fulltime al deporte. Pero como al César le pertenece lo que es suyo, Goran forma parte de esa larga lista de futbolistas capaces de firmar por dos clubs a la vez (Valencia y Napoli), al igual que Figo hiciera con Juventus y Parma, lo que posibilitó su fichaje por el Barcelona como castigo a su voracidad. Este fanático religioso era un delantero aceptable, sobre todo rápido, y aunque su compatriota Alen Boksic era mucho mejor, Vlaovic merece estar aquí por sus creencias.

Dejan Petković. En todo combinado balcánico debe haber algún miembro que sirva para que los más listos saquen tajada de su fichaje, por lo que convocamos a ‘Rambo’ para completar esta lista de 22, para regocijo del coprotagonista de “Dos pelotas y un balón”, novela autobiográfica del añorado Ramón Mendoza Fontela, y de otros muchos personajes del fútbol español y mundial. En caso de que algún menino da rúa de ocho años de las favelas de Rio de Janeiro lo retuviese a punta de pistola y no pudiese llegar a tiempo, se convocaría al también serbio Perica ‘El Átomo’ Ognjenovic.

Entrenadores:

Željko Obradović. Ante las repetidas negativas de Radomir Antic a las varias propuestas que él dijo haber recibido(?) en esa época para dirigir a la selección de la Gran Serbia en sus diversas denominaciones, apostamos por este otro perro viejo de los banquillos, en cuya cara podemos observar una de las más asombrosas personificaciones del Mal en una faz humana, lo que hace que nuestra admiración por él sea aún mayor. Y como el fútbol de selecciones carece del rigor táctico del de clubs, apostamos por este ganador nato como conductor de este sensacional grupo.

Vladan Lukić. Como su calidad no le daba para integrar el plantel, lo colocamos como asistente del técnico. Y es que para motivado, él, y hasta aquí puedo leer, porque éste sí que merece una entrada propia, así que no adelantaremos nada por el momento.

Este artículo fue publicado el jueves, 16 agosto 2007 a las 10:16 pm en la categoría de Reportajes, Serbia Über Alles.