En el balompié la única Verdad se llama Victoria. Todo lo demás es papel mojado. Puede haber tácticas, estrategias, claves, detalles, un centímetro a un lado o a otro te puede cambiar la vida, pero nada es más cierto que el resultado y la clasificación. El Real Madrid ahora mismo es líder. Esa es la Verdad y todo lo demás viene a través de la laringe por inseminación. Ahora bien, no por ello va uno a ignorar los detalles. Esas descarguitas eléctricas que te da tu cerebro cuando no se puede estar callado. Esas situaciones en las que sólo repara un niño y se calla para no parecer tonto o las dice y le dan dos duros para que se compre una bolsa de pipas y cierre la boca, que da mucho mal. En este espacio, ágora de nihilistas y majaderos, lo peregrino tiene un trono de oro macizo, así que le vamos a prestar en esta tarde de toros especial atención a la Teoría del Caos. Dice el cancionero popular británico: «Por un clavo se perdió la herradura, por una herradura se perdió el caballo, por un caballo se perdió el jinete, por un jinete se perdió la batalla, por una batalla se perdió el reino». También conocida como por el aleteo de una mariposa en Pekin le tocó a tu madre en el reverso de la tapa de un tarro de mantequilla un crucero por las Antillas del que además de venir preñada nos ha cogido la lepra el jodido putón. Hoy nos estamos refiriendo a una mariposilla en concreto, a Lilier Thuram.

Tras la final del Cabezazo de Zidane, Thuram decidió dejar el fútbol. Dijo que, después de lo de la Juve y lo del Mundial, este deporte no le daba más que disgustos. Llegar a una final de un Campeonato Mundial  le parecía una mierda si no la ganabas. Así de morroputa son los gabachos. Y fue ni más ni menos que Diego Armando Maradona el que le recomendó seguir, que aún le quedaba cuerda para rato. Así que fichó por el Barça, club que hace juego con sus gafas de pasta de persona sofisticada, moderna, desenfadada y cuando de que reir a de que reir y cuando de que trabajar a de que trabajar.

Y es que sí, Thuram encaja en el Barcelona como un rollo de doscientos deuvedés vírgenes en el recto de Andrés Montes. Le sienta bien el catalanismo. De hecho, este año en Perpiñan presentó junto con Olegario un manifiesto en defensa del uso del catalán en las regiones francesas denominadas graciosamente con el apelativo Catalunya Nord, así como Oslo es para mi un barrio del norte de Madrid y me daré de hostias hasta la partición por más de dos sitios del tabique nasal con quien diga lo contrario.

A la firma del manifiesto se unían grandes personajes de los lupanares portuarios de la zona: Juan Laporta; Giuly, Raimundo Doménech, Ariadna Gil, Manuel Chao, Luís Llach, Quimérico Monzó e Isabel Clara-Simón. Y ahí estaba Thuram, nacido en Ponte-a- Pitre (Guadalupe, Islas Antillas), y criado en Fontainebleau, arrabal de París. La empatía catalina la alcanzaba porque, según dijo, de pequeño le prohibían expresarse en criollo y le obligaban a hacerlo en francés. Por eso, camiseta de los Països en ristre, apostilló: «Es muy importante que todas las personas de la tierra puedan defender su cultura y hablar la lengua de sus abuelos; así se mantiene la identidad cultural (…) para que los niños sean unos adultos responsables y abiertos a otras culturas, hay que enseñarles primero a amar la suya». Para luego aplaudir a un sujeto que recordó, cagándose en Dios, una cita de Luís XIV «El uso del catalán repugna y es contrario al honor».

Y hay más cosas que sólo se pueden aplaudir en Cataluña, Thuram es lector del Liberation, periódico fundado por Sartre, además, en las horas muertas de las concentraciones el hombre se sienta, cruza las piernas, frunce el ceño y abre un tratado de filosofía clásica. Sus compañeros de la selección francesa, con varias cicatrices por heridas con arma blanca y tres o cuatro orificios de entrada y salida de bala por cabeza, le llaman «El Intelectual». Como tal, el hombre se fue a vivir a Sarriá, barrio al que denomina pueblo, y al que no se ha adaptado del todo. Dice que su mujer e hijos llevan de puta pena los horarios de las comidas. Y que eso es «muy duro». Yo una vez leí en El Periódico de Catalunya una columna donde una tía, no recuerdo su nombre desgraciadamente, sostenía que los horarios  de comer en España eran una imposición del centralismo madrileño, ciudad de vagos y funcionarios -los cesantes- que no curraban por la tarde y por eso comían a altas horas, costumbre que extendieron vilmente al resto del territorio. Si El Periódico de Catalunya estuviera entre las lecturas filosóficas de Thuram hubiera encontrado la respuesta. Por lo demás, otro problema de adaptación aún más grave que nuestros laxos y maravillosos horarios, fue su suplencia. Dijo que no había venido a hacer turismo, que nunca en su puta vida había dejado de ser titular. Que quién coño era el tío coletas ese, el tal Márquez.

De lo que no habló en esa ocasión fue de sus problemas físicos, tras haberse comido todos los partidos de la Juve el año anterior, haberse jugado el Mundial entero y no haber hecho la pretemporada con el Barça. Sin embargo, pese a todo esto, Thuram se embolsa seis millones de euros al año. Razón por la cuál, cuando Thuram y Vieira invitaron a unos inmigrantes ilegales okupas recien desalojados de un inmueble a un partido de la selección, el fachilla demagogo Philippe de Villier, líder de Movimiento por Francia, le dijo que él y Vieira deberían «alojarlos en sus casas, darles techo y comida» porque, manda cojones, «es curioso ver a multimillonarios dar lecciones a la sociedad». De todas formas, Thuram ha montado varias escuelas en su barrio, que es un barrio rollo 1997: Rescate en Nueva York.

En esta línea, normal entonces que Nicolas Sarcozy tuviera sus más y sus menos con él cuando el ahora presidente de Francia se refiriera a los jóvenes que quemaban coches para protestar por su marginación, desempleo y demás, como «chusma (racaille)», por no decir simple y llanamente «hijos de puta». Sarcozy declaró: «Thuram hace mucho tiempo que no ha estado en los barrios delicados. Vive en Italia, con un salario importante. Permítanme que les diga que creo que conozco un poco mejor lo que pasa en esos barrios que Lilian Thuram, que seguramente tiene una visión nostálgica».

Y si lo que quiere Usted es que rice el rizo, pues rízolo: recién descubierto por el ínclito Arsène Wegner en el Monaco, sonó para el Lazio, y el moreno manifestó: «yo no juego para fascistas». Thuram es un tío culto, de excelentes modales, comprometido, solidario, dado al gesto político, a la lección moral. Thuram es un tío merecedor de la medalla de oro y brillantes de la Generalitat, si la hubiere, de los actuales inquilinos del poder en la Valencia del Norte.

Pero como en todo lo ideal, como en todo lo perfecto, lo que falla es morrocotudo, la hostia. El lado oscuro de este oscuro de piel nieto de esclavos hace llorar al chino de mierda infante que mora por las gradas del Nou Camp. La situación crítica que se está viviendo ahora en el Barcelona, si fuese sólo causa del aleteo de una mariposa en Pekin, o si éste fue el que dio comienzo la reacción en cadena, es del aleteo de Thuram.

Cuando el Real Madrid estaba, más que visto para sentencia, en el corredor de la muerte con fecha para su ejecución, cuando los blancos fueron al Nou Camp a morir matando, a caer por los que fuera pero con orgullo y dándolo todo, lo más que podía hacer, lo mismo que está haciendo ahora, se encontró incómodo sobre el césped desde el minuto cero, bailado por el Barça que se acercaba al área como un cuchillo caliente en mantequilla. Ahora bien, los mesetanos estaban mordiendo los dientes. Rabiando impotentes hasta que, de repente, fueron pudientes. En una tímida jugada de ataque del Madrid en la que el amigo catalanista de Thuram, Olegario, deja en plena libertad y socialismo autogestionario su banda, Higuaín centra al bulto y Thuram despeja al centro, ni a corner, ni arriba, ni abajo: al centro. Y adentro que la enchufó Van Nistelrooy. Gracias a esta genial asistencia del guadalupeño, francés o la que quiera que sea su cultura, origen e identidad, defenestrando el código de conducta del defensa central, el Madrid planteó el partido a la contra y a partir de ahí todo le fue de cara, sumado ello a que la expedición madridista fue a Barcelona que parecía que venía del Pryca cargadito de bolsas por cómo tenían de hinchados los testículos, no se llevaron el partido sólo por una genialidad de Messi en el último minuto. Pero desde ese día, no hay más que ver el envite que le han dado a la competición, que son el puto líder de la clasificación.

¿Y cómo se pusieron líderes? Pues fíjese señora, porque en el minuto ochenta y ocho de un partido ganado, Assussao saca una falta que sorprende a toda la defensa y en especial al tío que cubría el saque, ni más ni menos que Lilier, nuestro amigo, de espaldas y andando despacito, todo tranquilo. Lo nunca visto en un jugador veterano -34 years dando pataditas al cuero.

¿Pero es sólo eso? No, el Barcelona está empatado a puntos con el Madrid, pero la diferencia de goles particular beneficia a los castellanos. ¿Por qué? Verá Usted, señora, porque en el partido de ida en el Bernabeu el Madrid ganó dos a cero en otro encuentro en el que fue bailado por el Bacelona, pero que se le puso pronto de cara por un gol de Raúl. Tanto al que asistió como espectador privilegiado Lillier Thuram, que sólo acertó a poner el culo en pompa con la boca abierta mientras Raúl remataba acariciándose un pezón.

Qué tres aleteos más sonados, Lilier Thuram.

Este artículo fue publicado el martes, 15 mayo 2007 a las 6:54 pm en la categoría de Reportajes.