Tras la desaparición en condiciones extrañas del redactor que cubría la sección sobre Serbia, RBBE, por la presente, anuncia a todos los medios nacionales, el Gobierno de España y la Casa Real, que ha firmado un convenio de hermanamiento con la República Checa. ¿Se acuerdan de esta noticia? Más información en el interior:
Gran Hermano a la checa. Lo llaman Big Sister (Gran Hermana), pero no es precisamente esto lo más original de cuanto ofrece el Night Club Big Sister, en pleno centro de Praga. Hotel, restaurante, bar, salón de baile, un montón de habitaciones decoradas fantásticamente… Y sexo a tutiplén y barato: 10 euros paga el que desee disfrutarlo, sin más.
La website del Big Sister recibe más de 300.000 visitas al mes. Baste el dato para comprender por qué razón se cobra tan poco dinero aquí por un polvo: 10 euros. La clientela de voyeurs, procedente de todo el mundo –de Alemania al Reino Unido, de Japón a Irán (sí, también), de Estados Unidos a Hong Kong, de la propia República Checa a la Argentina–, se desparrama –en el más amplio sentido de la voz desparramarse– por el local. Uno va al Big Sister, paga 10 euros –el precio de las consumiciones es además muy barato: dos euros y medio por un whisky de marca–, y venga, a la dulce cópula con las chicas del local, preciosas y hasta políglotas en algún caso…
Claro está, tanto y tan barato gozar tiene una contrapartida: se exige al visitante la firma de un documento por el que, en su condición de usuario de las meretrices, acepta ser captado por las cámaras del Big Sister para su exposición a través del website del local, y no sólo eso, sino también para ser grabado en DVD en virtud de una posible comercialización de sus polvos.
Digamos que no le falta clientela al Big Sister, ni entre los turistas que visitan la bella Praga, ni entre los naturales de la misma. Piensen en lo que son 10 euros y comprenderán las razones. En España pagamos más por asistir a una pésima puesta en escena de Romance de Lobos, ese monumento al teatro debido a Valle-Inclán. O por asistir a un flamenqueo cualquiera en una plaza de toros.
Herbert Grainix, austriaco, uno de los propietarios del local, dice que el Big Sister es “un espacio de relax en el que puedes gozar de un menú excelente, de una buena sauna, de una piscina cubierta, de un acuarium con peces increíbles, y claro, de las mejores chicas de la República Checa y de otros países, por una cantidad al alcance de todos”. Desde luego, y aunque el local siempre está hasta los topes, la parte del león del negocio viene vía Internet. “Funcionó muy bien –sigue diciendo Grainix– nada más abrirlo; la verdad es que no ha habido mayores reticencias; viene gente de todo tipo, turistas con más o menos dinero, checos también con más o menos dinero… en fin, toda clase de gente; incluso parejas de novios y matrimonios… ¿Qué más les da que los vean follar en todo el mundo? A muchos es eso, precisamente, lo que más les excita. Me he dado cuenta regentando este negocio de que hay más exhibicionistas de los que jamás hubiera supuesto”.
La decoración del local es realmente abigarrada, pero por su amplitud nunca llega a ser molesto tal abigarramiento, y más abigarrados aún lo son sus reservados, los lugares donde se copula directa y abiertamente bajo el imperio de las cámaras. Hay una habitación infernal, decorada como las calderas de Pedro Botero, otra habitación celestial, y así… “A nuestros clientes de la website –dice Grainix– al principio les parecía que había truco, que esos a los que veían en acción eran actores profesionales… Pero ahora sabe todo el mundo que no, que son gentes comunes, como ellos… Supongo que ahí también radica buena parte del éxito de este negocio. Los actores de porno profesional son muy aburridos… Aquí ves que a uno no se le pone tiesa, que otra se enfada si su marido hace más caso a una de nuestras chicas que a ella, todo eso… Lo nuestro sí que es ‘cinema verité’”. En su web (www.bigsister.net), el local anuncia 58 cámaras y 17 vídeos en directo en lo que sus dueños llaman “erotic club online”. Al cliente de la web le prometen enseñarle “los altos y los bajos del ofico más viejo del mundo”.
En el Big Sister se puede hacer de todo, aunque las parafilias tienen un límite. “Todo lo más –prosigue Grainix– aceptamos que un tío se vista de mujer, o que una tía se ponga una prótesis y sodomice a su marido mientras éste hace el amor con una de nuestras chicas”. Y entre la clientela más mesocrática, por así decirlo, abunda la de las parejas jóvenes que aún viven en las casas de sus padres y necesitan un poco de libertad. “Si aceptan ser observados por nuestras cámaras –concluye Grainix–, perfecto, les damos habitación aunque no requieran los servicios de nuestras chicas”.
Entre los proyectos más inmediatos del Big Sister se cuenta el de crear otro local semejante, también con website, pero sólo para homosexuales. Según Grainix es un negocio ideado merced a las cientos de miles de sugerencias al respecto llegadas de todo el mundo.
30 abril, 2007 a las 7:09 pm
Si despues de sufrir el comunismo en carne viva, un pais esta destinado a llegar al futuro por la puerta grande de semejante forma, solo me queda decir: Bienvenido el socialismo del siglo xxi en mi querida Venezuela. Viva micomandante Chávez, nojoda.
30 abril, 2007 a las 7:10 pm
O sera mejor decir el chocholismo del siglo xxi.
9 mayo, 2007 a las 2:40 am
ahí ahí
16 junio, 2007 a las 3:42 am
i’am really impressed!!