Mi padre va a morir pronto, ayudarle es una pérdida de tiempo. Si pudiera pedir un deseo, desearía que nos dejara. Regan Gascoigne, sobre Paul Gascoigne (o sobre la RBBE)

En breves fechas, si no hoy, si no ayer, se disputará el Campeonato de España de selecciones. Una competición que en nuestra infinita generosidad los españoles puros declinamos participar en ella para dejar plazas libres y que selecciones exóticas y entrañables como Brasil o Argentina, que no pueden participar en torneos europeos, se vayan fogueando de cara al Mundial y tengan posibilidades de pasar de primera ronda y dar una alegría a sus respectivos indígenas. De esta competición hay una serie de tópicos que deben decirse rápido y mal para quitárselos de encima y no volver a oírlos en lo que queda de mes a riesgo de que te incruste un bolígrafo de punta en el ojo: oh los argentinos que se desviven por su selección, ay los brasileños que pasan como de la mierda pero ay si resulta que tienen a doscientos mil jugadores de la hostia para hacer mil alineaciones cojonudas, anda la hostia los EE.UU que no hay que subestimarlos, pero ojo con México y su juego alegre, aunque para alegre el uruguayo que siempre puede dar la campanada, con permiso de Ecuador, revelación del último mundial. Hale, ya. Ahora, aquí dentro, vamos a despellejar a Hugo Sánchez como a una rata de río en la vieja Cataluña, para comérnosla asada con los dedos.

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En el momento en que el árbitro pita el final del torneo que marca para cada uno el fin de la temporada, los futboleros nos dividimos automáticamente en dos subgrupos, los que saborean los recuerdos más agradables del último año, y los que, como niño panza arriba, sufren una amnesia generalizada para los malos recuerdos y llenan el vacío pensando en el próximo ejercicio con ilusiones renovadas en forma de fichajes. El Barcelona no ha hecho esperar a su esquizofrénica afición, si bien ha mantenido el tipo hasta la clausura oficial de la temporada por respeto a la Corona y, sobre todo, esperando a que el baloncesto arreglara el desaguisado. Como no hubo suerte ante el Madrid más catalanizado desde Pep Cargol, era hora de soltar los fuegos de artificio antes de que cogieran moho. La pirotecnia más llamativa responde al nombre de Thierry Daniel Henry –para nosotros, Enrique-, que vendría a ser como esa descarga lumínica necesaria en los pueblos de mala muerte en fiestas para declarar la superioridad racial, moral y económica respecto a los vecinos de la aldea más próxima. Mucho escucharemos y leeremos las próximas semanas sobre la compatibilidad de Titi con sus, de momento, compañeros del ataque. Como aquí somos más listos que nadie, Laporta no es capaz de engañarnos, y no vamos a seguirle el juego de desviar la atención sobre otros temas menos amables con fichajes de campanillas. Lo que sí le reconocemos es que ha estado listo asegurándose una incorporación megamediáticagalácticaesotérica para que ‘el soci’ no reflexione demasiado.

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Ayer vi algo insólito, inimaginable, un tío del Betis aplaudiendo los goles del Sevilla. Decía que él iba «con su siudá». Ja, contesté yo, eso ni es ser bético ni es ser nada, ni español. Al final, cuando Javi Navarro paseaba con la copa confesó que ya le estaban empezando a dar asco. Yo eso de ser de todos los equipos de la ciudad de uno me parece anticristiano. Uno odia al de enfrente y se alía con el enemigo para joder al vecino. Así es la vida, así somos, romanos, joder, que los que inventaron nuestro país son ahora seguidores del Lazio y pregúntales tú si juega la Roma contra el Al Qaeda con quién van. En fin, el encuentro lo vi como anuncié sentado con una fritura, sepia a la plancha y mejillones tigres, es decir, hice caso el justo. Además no oía la tele. Pero me bastó para sentenciar ahora que el partido fue un ladrillo. También que lo decidió Palop al marrar Güiza delante de su cara lo infallable en lo que fue el minuto clave, pues escasos segundos después Kanouté enchufaba el suyo y único tanto del partido. El africano, con pinta de tutsi como Henry pero de color más toffe que ébano, está rebotado porque le sacaran de la concentración de su selección, la verdad sea dicha, para nada. Encima el tío quiere más pasta y se siente vejado todas las semanas con la propaganda de las apuestas en la pechera. Vamos, que le están apagando cigarrillos en el escroto y el resultado lo vieron ustedes en sus pantallas: Pulido y Pachón llorando como monas tras el pitido final. Muy simpática, por otra parte, la designación arbitral. Yo me reí mucho, sí, el colegiado, por si no le reconcísteis, era el señor que mejor asistió de todo el Camp Nou al gol de Messi con la mano. Campo de visión despejado, cabeza erguida, orientación perfecta, vamos, que Rodríguez Santiago vio tan bien el gol maradoniano como el penalti de Renato a Del Moral. Y ya está. Todo lo demás fue fútbol alemán. Güiza en su oportunidad solo delante de Palop podía haber hecho cuarenta mil cosas antes que ese regate tan tímido, yo que soy mejor que él y puedo ir dando lecciones a propios y extraños hubiera hecho un autopase hacia su izquierda o habría chutado desde lejos sin complejos, pero como a mi no me ficha nadie, os lo perdéis. Y nada majos, se acabó la temporada. Nadie le ha hecho ni sombra a este Sevilla ni nadie tiene explicación para las derrotas absurdas y ridículas que le han privado de ser también campeón de liga. No habrá que ver cómo fichan, ni cómo se mantienen ni a quién descartan, habrá que ver cómo sobrevive este equipo a la marcha de Alves. Y por último, decir que lo único que vimos nosotros y nadie más, lo que nadie os dirá, la megaexclusiva RBBE, es que Aitor Ocio le palmeó el brazo al Rey como diciendo «¡qué pasa, tigre!» Vaya baskos los de hoy en día, cuando no te bajan a segunda división, simpatizan con el Monarca y desestiman fichar por el Ethnic. Foto Pablo García MARCA.

He tenido que currar en sábado, que es una desgracia muy gorda, y he hecho el camino pasando por el Santiago Bernabeu a ver cómo andaba la plebe y a ver si, por cualquier cosa, podía indicar a algún ciudadano del mundo de provincias dónde estaba el mismo para que me diera alimentos de su pueblo y que, con un poco de suerte, estuvieran destinados para un niño desamparado y llevasen droga dentro. El impacto visual ha sido espectacular. Estaba todo hasta  el culo de aficionados, en su mayoría sevillistas. El año pasado yo tenía una entrada y estuve en la carpa que se montó para el Zaragoza en un colegio cercano en el cual había un ambiente acojonante. Me ha llamado mucho la atención una cosa que ya sabía, cómo es la masa social del Sevilla. Hay peña de todas las edades y credos, pero a destacar, esos grupos de cuatro hombres de sesenta a setenta años que, pacíficos y relajados, hablan de fútbol y se preguntan por un bar sin agobios pata tomar algo. Había pocos getafenses, la verdad, pero sí una hilera de sevillistas por toda la Castellana que llegaba casi hasta Atocha. Sé que están acostumbrados a las temperaturas extremas, pero ir de la estación al campo a mediodía por estas fechas es como para planear el paseo con víveres suficientes, camellos y un harén. Por lo visto son treinta mil andaluces los que han venido sin entrada sólo por el olorcillo a fútbol. Es una auténtica muestra de grandeza que suceda algo así en torno a un club balompédico. Pese a todo, el Getafe culmina hoy una odisea desde lo más profundo de los pozos abisales del fútbol español. Ángel Torres tiene mucho de Del Nido, aunque ambos se encuentran en un tempo diferente en este sentido, el sevillano ya ha ratificado con su gestión al Sevilla entre los cuatro grandes de España junto a Madrid, Barcelona y Valencia. El problema de Torres se encuentra en saber si sus consejeros tendrán capacidad para fichar como la tuvo el León de San Fernando y situar al equipo en la elite, tarea complicada, que lo mismo ya han tocado techo. De todos modos, no hay que fliparse mucho, Getafe tiene ciento cincuenta mil habitantes. En Coruña, por ejemplo, son cien mil más, y ahora están sufriendo lo indecible. Y lo que te rondaré morena, pues Lendoiro ha salvado su culo y las deudas vendiendo los derechos televisivos de cuando viajemos todos en burbujas aerodeslizantes, el cáncer tenga cura y exista la chupadora de pollas online por usb. Albergo ganillas de volver a bajar a las inmediaciones del campo antes del encuentro, pero me voy a jamar una fritura en una terracita con mis amigos cosanguineos de barriada y antenderé al partido en la medida que pueda. El fútbol es lo más embriagante que se pueda uno imaginar, pero hacer la fotosíntesis en terrazas con clima primaveral no se nos puede arrancar a los castellanos si no es con tijeras de podar. Como claves de última hora: Kerzhakov y su sangre gélida de la Madre Rusia, complexión balompédica letal en finales, y Casquero, ex del Sevilla, una suerte de Poulsen de segunda fila con mayor vocación ofensiva.

Españoles todos, y cuando digo todos digo todos, hasta los lapones, el sábado se jugará en el Estadio Santiago Bernabeu, Concha Espina número 1 (dicho número no está puesto en la fachada, así que si lo buscáis, os podéis bajar en la parada de metro Santiago Bernabeu o en la de los autobuses 14, 27, 40, 43, 120, 147 y 150 y una vez allí, en Concha Espina, le preguntáis a algún viandante dónde está el estadio, que seguramente os indicará amablemente su ubicación, la cual no tendrá mucha enjundia, es esta mole descomunal que tiene delante de las narices y se ve desde Cuenca, señor, pero ojo, no le ofrezcáis productos de la tierra como agradecimiento, ni la bota de vino ni un trozo de pan de la hogaza que lleváis debajo del brazo, que en Madrid la gente no coge comida a los desconocidos, porque desde pequeños nos inculcaron que tenía droga, a mi nunca me dieron droga en caramelos a la salida del colegio como a tantos y tantos niños y luego me la tuve que meter de mayor para satisfacer la carencia afectiva, pero esa es otra historia, y ¡ah! tampoco es necesario que cuando os dirijáis al peatón os quitéis la boina y la estrujéis nerviosos con los dedos mientras tratáis de hablar malamente en lengua española, es una costumbre arcaica, y no pongáis como excusa que José Ramón de La Morena vive en Madrid y se comporta así porque es un caso aparte, por otro lado, a los aficionados sevillistas se ruega que no vengan a caballo porque el hedor a orines se hace insoportable en las urbes con medios de locomoción de pasado el siglo XIX y también que tengan la misericordia de no contarle su vida a los transeúntes, que no os conocen de nada) la final de la Copa del Rey. El acontecimiento, una pachanga balompédica, no es más que una excusa protocolaria para rendir homenaje a la figura del Jefe del Estado, auténtico padre salvador de la Patria, guía firme y faro de la Civilización Occidental, mundo que desaliñado y resentido nos mira con ojos envidiosos. El Rey, Juan Carlos I de Borbón, conduce nuestras vidas miserables a un destino paradisiaco. Si no fuera por él, ya hace mucho que nos hubiéramos autosecesionado en, concretamente, ocho mil ciento ocho repúblicas independientes, el número exacto de pueblos en España a fecha 2001, y vete a saber si no se hubieran subdividido después autoestrangulándose como las células. Gracias a Él permanecemos unidos, cada día más y más dichosos, de modo que contemplar nuestra Gloriosa Bandera Rojigualda es como tener delante nuestro mismísimo corazón ahí pinchado en un palo ¡Viva el Rey! Detalles de los actos previos al homenaje al Rey, un partido de fútbol parece que será, en el interior.

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Ana Paula da Silva Oliveira, paulista de 29 añitos, hija de árbitro, técnica de administración y árbitro asistente desde 1999. Ella dice de si misma que, con ese perfil (intuyo que no se refiere al perfil biográfico, sino a otro perfil) “bem que poderia concorrer ao posto de miss. Mas a jovem paulistana, criada en Sumaré, preferiu controlar as escapadas irregulares de 22 marmanjos”. Suscribimos, a priori. Aunque aquí, mientras Gatinho no salga de su letargo, no dominamos demasiado el tema del extremeño del norte, pero lo de que prefiere controlar las escapadas irregulares de 22 “marmanjos” no es la primera que lo afirma, sino que en el Levante español hay varias que también lo dijeron y sólo obtienen publicidad cuando las saca The Sun en la portada (o cuando se hacen públicos los sumarios de juicios a media plantilla del Leicester por violación). Y abunda en nuestra interpretación el hecho de que en su web se ofrezca la posibilidad de que el hincha “contrate a Ana”. A lo que íbamos: que la chica ha firmado con Playboy, edición Brasil, para posar desnuda en el número de julio. A lo que nosotros decimos: Víctor, chato, tú que eres joven, heterosexual y que vives en el Brasil, tú que nos lees a menudo e incluso comentas… no seas rácano y cómpranos (y mándanos) unos cuantos ejemplares. Ojo, no por nada, sino porque la RBBE se hace eco del fútbol en toda su magnitud como acontecimiento sociocultural, superando los límites estrictos del terreno de juego para trascender en nuestros análisis y contribuir a dignificar este deporte tan injustamente vilipendiado por la intelectualidad de todo pelaje. Y qué cojones, que le queremos ver las peras. ¿Quién decía que el fútbol no era cosa de mujeres? ¡Viva Ana Paula! Más fotos en el interior:

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Sí amigos, aunque ayer pareciera que sólo se dilucidaba quién iba a ganar la Liga y quién va a aspirar a ganarla en Segunda el año que viene, cuando todo lo que viene siendo la España futbolística tenía los ojos clavados en Madrid y Tarragona (y Sevilla de reojo) por lo alto, y deseando que Betis y Athletic se dieran de bruces en el pozo, había otros equipos ocultos en las sombras rajándose la cara a navajazos por ganarse el derecho a ser los mediocres más brillantes de Europa, bien fuera con pase vip clasificando para la HUEFA o vía la penitencia de la Intertoto. Y a fe de Dios que el pelotón de mediocres de la Liga española es amplio, aunque en las últimas semanas había ido reduciendo sus unidades por agotamiento hasta los tres que ayer seguían con opciones: Zaragoza, Atlético y Villarreal. Bueno, y otro, el Getafe, que la iba a jugar sí o sí gracias a que er-mejoh-clús-der-mundo, si supera la previa en agosto contra vete tú a saber qué equipo chipriota, será el segundo equipo andaluz del universo en jugar la Liga de Campeones. Y, para que no se me acuse de amnesia selectiva, hay un quinto equipo en liza, el Español de Barcelona, que le pidió a la UEFA, por boca de la RFEF, que les dejaran jugar por no se sabe bien qué extraña demanda igualitaria de inequívoca inspiración socialdemócrata, pero me parece que lo más cerca que estarán de Europa la próxima temporada será cuando visiten el campo de la Real… ah, no, que ahí ya no verán más fútbol de primera.
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Ahí lo tenéis. El símbolo más emblemático de Madrid, una grúa, al fin se vistió de blanco por la consecución del campeonato nacional de Liga. A su derecha se puede apreciar a la diosa Cibeles, símbolo de la fecundidad, razón por la cuál el Madrid viste de blanco lefa. Antes de entrar a desmenuzar la jornada, una puntualización. Esto de tener un alcalde en cuyas obras hay más irregularidades que en las de Tony Soprano, no en vano, está liado con una testaferra de la mafia, es una puta pesadilla. Y lo es porque para lavar la imagen tiene que hacer gestos simbólicos, que van desde dárselas de liberal arreglado pero informal, a joderte la celebración de una liga. Vamos a ver, alcalde, desgraciado, ¿para qué cojones queremos un trozo de marmol esculpido si no es para subirnos a él y gritar «oeeeeeeeee, yepaspañaaaaa»? Celebrar un triunfo balompédico con una gran sonrisa y un fuerte abrazo no tiene ningún sentido. Las mamparas esas que protegían la estatua daban una imagen de Europa Occidental asquerosa -y si eran decorativas, estimado cejas, que Dios te conserve el sentido del gusto. Esto es el norte de África para nuestro orgullo y queremos subirnos y si se le rompe un brazo, pues se pone otro ¡que es marmol! que sólo tiene doscientos años. Y si es tan valiosa, métela en un museo y pon otra de pega para que seamos felices ¡Que pertenece al pueblo! Por lo demás, hay mucho que contar de lo que ha sido esta liga, que como gran coronación metafórica ha sido ganada con un autogol de culo. En breves, toda la información, en el interior de esta entrada.

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En el descenso y la salvación todo ha quedado igual. Poca emoción. El Betis sólo ha estado quince minutos en segunda y rápidamente han dado tres pases a derechas que ha enchufado Edú. Tras el tanto, con los vigueses desesperados por un gol del Racing, los montañeses le han hecho un homenaje al grandísimo Pablo Alfaro con entrega de placas, la mujer, las hijas, la de dios, una cosa que con cero a cero hubiera terminado a hostia limpia, pero que tal y como ha sido sólo ha perjudicado al Celta. Lo demás se ha mantenido dentro de la lógica normal. El Levante ha dado poca guerra, claro, no estaba Salva, y el Athletic se ha despachado a gusto. Incluso podría haber metido unos cuantos más que le ha quitado a Urzáiz un gran Molina. La jugada clave del partido ha sido un giro de Etxeberría que ha dejado sólo a Aduriz para meter el pase que ha supuesto el autogol que abría la lata. El Celta, por su parte, ha ganado a un Getafe que mereció más. Los vigueses han dado pena penita pena aunque hayan ganado. Por momentos un gol del Celta jodía al Bilbao, pero no ha podido ser. Y por último, la Real no se ha encontrado con la carambola termonuclear que les dejara en Primera. Cuarenta años de historia en la máxima categoría a la basura y, pese al mal año, quedará en el recuerdo ese penalti malogrado de Savio que hubiera cambiado la predisposición para el día de hoy. En Valencia hemos visto un portero muy simpático que hacía cosas muy estrafalarias y no se ha comido un gol olímpico de casualidad. También un balonazo de Albiol a Albelda desde tres metros con todas sus fuerzas qeu casi nos mata al jugador siempre mejor pagado del Valencia. En fin, se nos van un gallego, un vasco y un catalán; suben un andaluz, un murciano y un castellano. La Liga contará con más españoles «de bien» lo que le quitará gracia.

En esta próxima jornada de la muerte en la que unos llorarán, otros sonreirán, otros carambolearán para bien y para mal, una jornada, en definitiva, en la que un grupo de mexicanos jugando a tirar un revolver al aire y que cuando caiga y se dispare al que le toque le ha tocao pero a ver quién es el puto chíngale guey que se aparta resultaría un espectáculo mucho más plácido y sosegado para contemplar; en esa jornada el Athletic de Bilbao recibe al club del nido del águila, la caverna del orco o el agujero del culo de nuestro país. Valencia, famosa por sus asesinos y comarcas con índices de drogadicción superiories a los de Miami 1979, es la ciudad en la que juega el Levante, club entrenado por Abel Resino -célebre tras su retirada por las manifestaciones callejeras en las que participó en favor de mayores restricciones a la admisión de estudiantes en la Escuela de entrenadores- de voz cazallosa y fútbol, quién lo iba a decir, suicida. Y esos stukas que se lanzan a saco a por la portería contraria bajo la atenta mirada de los huevos de Tomassi -es lo que tiene, si eres ofensivo necesitas un tipo que te recupere balones como riquezas ajenas un arqueólogo inglés- están capitaneados por Don Salvador Ballesta, egregio Último Español de Iberia. Me gustaría grabar el partido. De propina, chicos, respecto al Bilbao, en el interior dejo una anécdota con Julen Guerrero que es por lo que yo recordaré toda la vida al club del Norte.

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