Llevo cierto tiempo (dos semanas), por razones que no vienen al caso, sin actualizar mi bitácora, y como esto de las bitácoras viene a ser como el deporte, o como el sexo (es preciso entrenar para dar después lo mejor de sí), me permitirán que en mi reentrada haga de nuevo gala de mi vagancia y deje que otros hablen por mi, poniendo aquí lo más interesante que me he encontrado en mi navegación diaria por Internet (ahora pongo una foto de mi familia y esto ya parecerá una página personal de los años 90):

– Antes de nada, el Barómetro de Noviembre del Real Instituto Elcano arroja datos muy, muy interesantes. La prensa ya destacó en su día los fundamentales, es decir, que el 85% de los españoles consideran que la guerra no mereció la pena, pero hay una división casi al 50% en cuanto a la conveniencia de mantener o no a las tropas españolas (es de suponer que tras la muerte de siete españoles el porcentaje de “contrarios” haya aumentado, aunque vaya Usted a saber, en mi caso, por ejemplo, que no creo que les cuente ningún secreto si les digo que estoy radikalmente en contra de esta guerra, también creo que no hay más remedio que mantener a los soldados, por razones que expuse ya aquí); con todo, lo más interesante es el primer dato, lo del 85% de contrarios, si lo comparamos con otros países europeos: sólo Francia mantiene porcentajes similares (aunque en el caso español son menos los que creen que sí mereció la pena), mientras en los otros países, rutilante Nueva Europa, que apoyaron la invasión los porcentajes son significativamente menores (68% en Italia, 62% en Polonia, 51% en el Reino Unido); es decir, de nuevo hemos de apuntar en el balance político de Ánsar el mantener con toda tranquilidad una posición totalmente divergente respecto de sus súbditos, porque, claro, a diferencia de lo ocurrido en otros países (sí, incluso en Italia), él no se molestó en explicarnos nada, total, para qué (recuerden esa maravillosa entrevista en televisión con aquello tan bonito de “créanme, confíen en mi, las Armas de Destrucción Masiva existen”. Se lo dije a mi vecina).

En el Barómetro se muestran otros datos interesantes (por ejemplo, una mayoría de españoles consideran a EE.UU. el “muy mejor amigo” de España, frente a las demás opciones –claro que sólo EE.UU., como muy mejor amigo que es, nos está otorgando, a nosotros y a sus amigos iraquíes, la Paz de los cementerios), de los cuales yo destacaría esta maravillosa calificación de los españoles como “palomas”, es decir, personas que priman el poder en su manifestación económica y en todo caso rechazan la guerra (un 65% en España, frente a un 49% de Francia, 19% del Reino Unido, y 10% de los USA); por el contrario, sólo un ridículo 2% se manifiestan como “halcones”, uséase, “nada como un buen Pepino nuclear para ver quién manda”, frente a un 22% en EE.UU., un 14% en el Reino Unido y un 6% en Francia (claro que ellos tienen Pepinos nucleares y nosotros no, pero en cualquier caso el porcentaje de España es el más bajo en la comparativa). También es el más bajo el porcentaje de “pragmáticos” (priman la economía pero no excluyen la guerra en determinados casos, en el que, por cierto, me encuadraría yo, y llama poderosamente la atención que España gane, por la mínima, pero gane, en la categoría restante, “aislacionistas”, que dan prioridad al poder militar pero excluyen la guerra, con un 11%, o sea, “por el Imperio hacia Dios”. ¿Y Usted qué es, una amariconada Paloma o un machote Halcón, o ninguno de los dos? (en todo caso, si es Usted un Halcón, recuerde que el Ejército español, además de patético, es caro de utilizar, y que aquello de enviar gente a morir nunca es demasiado popular en un país democrático).

Ya ven que soy un pesao, prometí reincorporarle con calma y ya les he soltado este tostón. En fin, vamos con las demás recomendaciones:

– Descacharrante Diario de un castizo en Oslo, en Microsiervos.
– Artículo de Lorenzo Contreras en La Razon (vía Libro de Notas), donde habla del aislacionismo, que por momentos parece voluntario, de Ánsar, y lo compara (de forma injusta para el pobre Valido) con el Conde – Duque de Olivares.
– Más Razon, la canela fina de Luis María Anson (vía prnoticias), donde se pregunta angustiado si no será mejor responder algo a las demandas nacionalistas antes de encontrarnos de sopetón con la República o “algo peor” (o sea, la destrucción de la “indisoluble unidad de la Patria”). Y lo peor es que, aunque confunda las consecuencias del problema (el ascenso y radicalización de los nacionalismos) con el problema en sí (Ánsar), acierta en el diagnóstico, pues no en vano me lo ha copiado: en cuatro añitos, a lo sumo ocho, de ansarismo, Españaza Rota.

Y antes de terminar este ecléctico y caótico post, una preocupante constatación: si ya les conté hace meses que tenía que sufrir diariamente y en silencio, como unas auténticas hemorroides digitales, el suplicio del SPAM, acabo de descubrir que éste comienza a extenderse a los weblogs, constatándolo en mi propio weblog, donde me he encontrado, para mi horror, con cinco supuestos Comentarios hablando de cómo alargar el pene. Señores spammers, hagan el favor de enviar su publicidad a aquellos a los que pueda interesarles, no a los que claramente no pertenecemos a su público objetivo.