Pablo Iglesias hace un Beatriz Talegón
Es posible que ya no la recuerden, porque ha pasado mucho tiempo (¡casi un año!), pero antaño hubo una joven promesa del PSOE español denominada Beatriz Talegón. Se hizo famosa cuando apareció en una convención de la Internacional Socialista y se puso a decir lo que usted y yo, con un palillo en la boca, el ducados en una mano y el brandy Soberano en la otra, hemos querido decir siempre en el bar de la esquina: que los políticos viven muy bien, con sus cochazos y sus hoteles de cinco estrellas.
Normalmente nadie le habría hecho ni caso ni la cosa habría tenido ninguna relevancia (recuerden: Internacional Socialista), pero a alguien se le ocurrió colgar el vídeo en Youtube y algún famoso lo vio. Caviló si ponerle un FAV, pero finalmente hizo RT. El resto es historia: el ascenso de Talegón fue tan vertiginoso como su caída, devorada por los nuevos y los viejos medios que previamente la habían aupado al estrellato. Tan fuera de juego quedó que… ¡Ya ni siquiera se baraja su nombre de cara a las primarias del PSOE!
Bueno, pues este fin de semana hemos asistido a algo parecido, aunque está por ver si la caída es igual de profunda o se queda en un mero susto. Hablo de Pablo Iglesias, el profesor de la Complutense y contertulio / colaborador habitual en varios medios de comunicación. Lo primero que tengo que decir es que hace un mes no sabía que Iglesias existía, lo cual supongo que no habla muy bien de mí y de mi apego a la realidad. Hace mucho tiempo que decidí que las tertulias de La Sexta me resultaban insoportables, ante la constatación de que allí la cosa no iba de debatir nada, sino de gritar y montar follón para los ya convencidos. Los gritos no me entusiasman en televisión, y supongo que por eso veo tan poco la TV española (al menos, las que no me clausura la autoridad competente). Veo a veces las tertulias de TVE 24h; allí no gritan tanto, fundamentalmente porque como todos están de acuerdo en que la portada de La Razón del día siguiente resulta particularmente acertada, poco queda por discutir.
Sin embargo, al enterarme de que Pablo Iglesias había montado un movimiento político con vocación partidista (es decir, con vocación de constituirse en partido político o asociarse con uno), «Podemos», y que la cosa había generado mucha expectación, me miré algunos vídeos. Me pareció alguien comunicativamente muy eficaz, que se expresa bien, con claridad, y que sobre todo sabe aguantar las embestidas de los mercenarios que tiene en frente (habitualmente lo peor de la caverna periodística española, que ya es decir) y devolvérselas sin perder la compostura. En resumen: entiendo que tenga éxito entre el público de izquierdas que está cada vez más harto del PP. También entiendo que en IU estén acojonados ante su indisimulado propósito (totalmente legítimo), que es forzar unas primarias abiertas en IU, que la nomenclatura del PCE no pueda controlar, y en ese escenario el combate Cayo Lara vs Iglesias (o Cayo Lara vs Una inanimada barra de carbono) tendría un claro desenlace.
El viernes trascendió que Iglesias, en la presentación de un libro, había explicado su única experiencia violenta, que fue defendiéndose de unos energúmenos que querían robarles una mesa de mezclas (o algo así). Y se refirió a ellos en estos términos: “un grupo de lúmpenes, de clase mucho más baja que la nuestra”. Droga dura, porque además no lo soltó en un momento, digamos, de indignación en que se acababa de pegar con el “lumpen”, sino años después, tranquilamente. Y uno no sabe si es que Iglesias está tan imbuido de la dialéctica de la lucha de clases que lo lee todo en esos términos o es que, sencillamente, considera que también en la lucha de clases hay clases, y algunos son de mejor clase que otros.
Sea como fuere, estaba claro que la frasecita le podía crear muchos problemas, sobre todo en el momento en el que se embarcaba en un proyecto político (que ha arrancado con una fuerza indudable), así que Iglesias publicó un texto para explicarse. Un texto… Indescriptible. Un “me disculpo, pero no tanto” acompañado de un discurso trufado de citas ideológico-académicas totalmente prescindibles. Un texto que acaba dando la impresión de que Iglesias está mucho más lejos de sus representados de lo que hasta entonces cabía sospechar, y mucho más cerca, en definitiva, del arquetipo prefigurado en su artículo (y en sus declaraciones): el profesor universitario imbuido de una ideología revolucionaria, que despliega con contundencia en un discurso tan florido como valiente… aunque luego, por supuesto, no haga nada de nada y lleve una vida ordenada y burguesa, a lo sumo adornada por habituales escarceos con la izquierda “de verdad” tras los cuales hay mucho de frívola fascinación de la izquierda caviar, y poco de compromiso revolucionario, pues lo que está claro es que, al final, por un lado se quedan los lumpen y por otro los que se apropian de su representación y piden su voto. Porque, sin el lumpen, no se comerán una rosca, puesto que tampoco hay tanta gente que haya leído a Negri o Harnecker -ni siquiera que hayan visto «Navajeros»- y de ellos lo más probable es que la mayoría ya hayan pillado cargo y voten al PP.
No sé si me excedo en mi exégesis del texto; muy probablemente sí, en cuanto a su significado e implicaciones. Quizás me pierde la asociación entre lo que leo en el texto y lo que estoy tan acostumbrado a ver, desde hace años, en el mundo universitario. También, que no me conozco demasiado la trayectoria de Pablo Iglesias, más allá de este desliz y su reacción. Creo que es una persona formada e inteligente, que aquí ha cometido el error (doble) de comportarse como una caricatura de sí mismo. En cualquier caso, si se confirma el Talegón de Pablo Iglesias e IU continúa con alguien tan eficaz al frente como Cayo Lara, me parece que será una oportunidad histórica la que estará perdiendo para dar un salto cuantitativo de verdad y apropiarse de una parte del espacio electoral del PSOE, cuyo electorado, no es ningún secreto, está más alejado que nunca de este partido, y también más izquierdizado (por las circunstancias que nos ha tocado vivir). Porque en este estado de cosas, y a poco que el PSOE ponga a alguien medio decente a los mandos, muchos de sus votantes “flotantes”, ahora en IU, volverán al redil.
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Pingback escrito por Pablo Iglesias hace un Beatriz Talegón — 03 de febrero de 2014 a las 10:22 pm
Bienvenido al show business, Pablo Iglesias.
De su entrevista en Público:
«La necesidad de liderazgos, que yo entiendo como personas capaces de comunicar y emocionar, es una prueba de nuestra enorme debilidad. Si la sociedad civil estuviera articulada de verdad no sería necesario que un tipo con coleta le dijera unas cuantas verdades a Marhuenda para emocionar a mucha gente. Pero por desgracia somos débiles y yo creo que no podemos prescindir de nuestra capacidad de emoción. El problema es que si los portavoces siempre se eligen en despachos o en complejísimos procesos internos, es difícil que sepan emocionar»
http://www.publico.es/politica/495300/pablo-iglesias-en-situaciones-excepcionales-no-vale-con-hablar-hay-que-comprometerse
Ahora resulta que los políticos deben ser expertos en emocionarnos, no gestores eficaces. Muy emocionante todo.
Comentario escrito por teresa — 03 de febrero de 2014 a las 11:04 pm
Cuidado, Guillermo. A mí por decir cosas parecidas en un foro frecuentado por paladines de la «Hizkierda Húnica y Berdadera», me han tachado de facha, nada menos.
Comentario escrito por Karraspito for President — 04 de febrero de 2014 a las 12:10 am
Bueno, está claro que todo el que tenga cierto alma de líder, tiene un gran ego y algo de afán de protagonismo; por eso no basta, a menudo, con ser inteligente y estar documentado para querer meterse en ciertos berengenales de altas esferas (me refiero, quizá expresado incorrectamente, en apuntar a la política).
De todos modos, tu crítica medida y muy razonada me parece interesante, en el sentido (y tergiversando el tono sobrio de tu opinión) a que podría ser entendida como ese noble arte español, milenario y tan nuestro, del critiqueo y del inmobilismo, de ver más claramente las cagadas y las imperfecciones de algo que parece prometedor para que cambie algo, para no salir del «no va a cambiar nada», «otro tío igual que el resto».
Me da la impresión de que la gente está buscando una figura, un líder, al que confiarle sus esperanzas, desde hace bastante tiempo. Este tío, más listo o más tonto, con unos argumentos que defendemos la mayoría de los de por aquí, al menos parece que intenta meterse en la palestra y «hacer algo» (muy entre comillas, no digo que lo único que pueda hacerse es meterse en política), cosa que la mayoría no pasamos de conversaciones de bar. Lo que salga de eso, ni idea, pero parece algo fresco. A otra gente que va del mismo palo, como Ada Colau o Arcadi Oliveres, creo que también se les ha insistido más de una vez en que intenten algo políticamente, y creo que no están muy por la labor, como que a nivel personal piensan que ése no es su campo (y lo entiendo porque, como digo, para meterse ahí creo que tienes que ser un tipo de persona muy determinada, y aunque reunas conocimientos y buenas intenciones, creo que muy poca gente está hecha para eso, si te quieres meter de forma honesta).
Y eso también hace plantearme, si realmente esperamos un cambio, si ese modelo político de siempre, esperando un nuevo partido político, un líder salvador al que seguir, porque nos «emociona» con sus palabras (por cierto, qué mal rollo; Hitler también emocionaba con sus discursos, y me parece todo un referente en cuanto a oratoria que no hemos superado) es aún viable, o ya quedó obsoleto, o es una forma de delegar la responsabilidad de cada uno en su radio de acción en otra persona mientras uno ya se siente comprometido políticamente yendo a votar cada par de años.
Comentario escrito por bofifa — 04 de febrero de 2014 a las 2:08 am
Con todo el linchamiento y fenómeno fan que se está viendo con esto, Guillermo como siempre nos proporciona un respiro de análisis sosegado y lúcido.
Lo del afán de protagonismo de Pablo es más que «algo» y viene de largo, y por desgracia no por eso tiene la habilidad necesaria para hacer carrera en política, como demuestra la monumental cagada de las disculpas.
En cuanto a ego, su compa Monedero anda aún más sobrado, así que yo veo posibilidad de fácil relevo dentro del proyecto si hay caída, o incluso de lucha intestina de poder si no la hay.
Si el objetivo del proyecto es el que apunta Guillermo, entonces yo aplaudo con las orejas. Ojalá logren forzar desde fuera lo que alguna, muy buena, gente está intentando lograr desde dentro de IU.
Y a si conozco (muy poco) a Pablo es de hecho porque no es alguien que no haga «nada de nada». Por mucha grima que me de el chaval por su egotismo, se debe reconocer que de joven (época del movimiento globalización) estaba muy implicado y se le veía en las calles. Evidentemente, la vida no nos permite a casi nadie ser activistas a tiempo completo durante muchos años.
Yo intenté leerme varias veces a Negri y desistí. Y lo flipo con los que están criticando a Iglesias por lo contrario que apunta Guillermo: no ser lo suficientemente profundo en su análisis de clase, en plan «tú los llamas lumpen pero son víctimas del sistema».
Oigan, de verdad que los hijos de proletarios de barrio obrero, por muy politizados que estemos, si venía un costra a robarnos no nos poníamos a filosofar sobre la injusta sociedad que impulsa a esa pobre gente a ser un parásito. Sobre todo cuando muchos se han estado levantando poniendo ladrillos el triple que nuestros viejos en las fábricas.
Comentario escrito por nachopepe — 04 de febrero de 2014 a las 9:16 am
Si quieres droga dura de verdad, algunos de los análisis de «Podemos» en rebelion.org son verdaderamente tremendos.
Errar es humano. ¡Ojalá no haya «talegón»! Aunque debo confesar que entre Iglesias y Monedero, prefiero a Monedero.
Y no, tampoco soporto los «debates» (por llamarlos de algún modo) de la secta. Prefiero a Balbín al mando de la nave.
Comentario escrito por desempleado — 04 de febrero de 2014 a las 11:31 am
Con todos los respetos, hablar del Pablo Iglesias o Monedero sin mentar La Tuerka o Fort Apache, es como no saber todavía de lo que hablas.
Comentario escrito por Hectorium — 04 de febrero de 2014 a las 12:05 pm
Pues claro que un político tiene que emocionar. Un político es un lider, asi que no sólo tiene que saber ser buen gestor (cosa fundamental); tiene que ser capaz de catalizar algo mas en sus «liderados». Aunque sean cosas tan simples como respeto, sentimiento de ser escuchado y tomado en cuenta, optimismo, o lo que sea.
Eso no tiene nada de malo. Joder, es que es fundamental. Sin eso lo que tienes es un burócrata. Y los burócratas son muy necesarios si, pero la política es mas que la gestión de un proceso ya establecido o como mucho la optimización del papeleo pertinente, es establecer metas, es decidir entre opciones, y es representar a gente a la que se les «vende» la ilusión de que esos cambios y esas metas son posibles, y para eso hace falta emocionar algo.
Vale, no es que haya que escribirle poemas al lider como salvador de la humanidad, pero un político sin carisma es un … Rajoy…
Comentario escrito por Latro — 04 de febrero de 2014 a las 12:17 pm
El problema es que el chico quería explicar algo muy simple, como dice nachopepe, pero lo enredó con tanta fanfarria política y haciendo gala de un discutible sentido del humor, que le salió el vídeo y de propina la rectificación. Sólo con utilizar la sencillez para explicar que un día que les fueron a robar al centro social no les quedó más remedio, en última instancia, que recurrir a la violencia para que no les measen en la cara, pues ya estaba.
Comentario escrito por Álvaro — 04 de febrero de 2014 a las 12:31 pm
pues de todo el artículo, me quedo con la reflexión final. en el último momento, vendrá esa ‘inanimada barra de carbono’ pero con vestido de psoe y se llevará el melón como siempre.
Comentario escrito por karpov — 04 de febrero de 2014 a las 12:34 pm
Yo no sé muy bien cómo ha ido todo el lío, pero el tío lo que hace es un poco-bastante de autocrítican ¿no? En plan «mucho decimos de la violencia del poderoso frente al débil, pero hay situaciones en las que, frente a un desheredado convertido en mangui, o te lías a hostias, o te quedas sin mesa de mezclas». Eso sí, las referencias académicas, que yo creo que pretenden reforzar esa ironía autocrítica, son contraproducentes para el texto y su mensaje, y lo tiñe de una pedantería algo insufrible.
Comentario escrito por kirikiño — 04 de febrero de 2014 a las 2:48 pm
A mí lo que me inquieta de todo, y nadie lo ha resaltado, es que en estas bullas de la izquierda hard madrileña y los espacios autogestionados de reflexión política y combate social contra el capitalismo siempre, pero siempre, haya una mesa de mezclas por en medio.
Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 04 de febrero de 2014 a las 9:41 pm
Jajaja. Es el DJ para la pelea de gallos. You know, freestyle. Patrocinado por Red Bull. Próximamente en el streaming del diaro.es
Comentario escrito por teresa — 05 de febrero de 2014 a las 1:39 am
#12 Pues yo veo un avance que haya una mesa de mezclas. No hace tanto que una revolución sin drogas era poco menos que imposible además de un aburrimiento y un sinsentido.
Saludines
Comentario escrito por Teodoredo — 05 de febrero de 2014 a las 11:49 am
Yo tampoco conocía a este señor hasta que saltó a la palestra. Creo que desde Felipe González y Anguita ningún político español ha vuelto a tener carisma, Aznar tenía carácter (mal carácter), ZP talante y Mariano barba pero no carisma. Pero el principal problema de comunicación de la izquierda es que no habla un lenguaje que entienda la gente y en esto la derecha lleva varios cuerpos de ventaja. Una cosa es intentar ligar con el método marxista de LPD y otra movilizar a las masas. Las citas cultas y la pedantería del idioma asambleanés no le dicen nada a Manolo el del bar y mucho menos a la señá Maruja la del quinto, pero viene Mariano diciendo que hay que hacer las cosas como Dios manda y le captan inmediatamente. Supongo que en tiempos del exilio se perdió el contacto con la población y el lenguaje fue degenerando en un discurso para consumo interno. Si siguen hablando como en una célula clandestina no pasarán de un puñado de frikis jugando al rol. A la gente le gustan las frases lapidarias como las animaladas que sueltan los tertulianos de la derecha. Hay que levantar la voz, cagarse en Dios y dar un manotazo en la mesa para demostrar que tienes razón y estás diciendo la verdad. Qué es eso de pedirle disculpas a unos ladrones? si te entran a robar te cagas en su puta madre y ya está. Luego intentas explicar por qué pasan estas cósas y dar soluciones en lugar de pedir la pena de muerte como hace la derecha. Pero la primera reacción no admite disculpas ni disimulo de lo contrario parecerá algo artificial e impostado y la gente empieza desconfiar y no creerse el discurso.
Ya no quedan masas de trabajadores en las minas y las fábricas ní líderes obreros, el proletariado está atomizado en empresas de servicios y aspiramos que esa gente se identifique con un profe universitario exponiendo un tema?
Perdón por las groserías, espero que no hagan saltar el antivirus.
Comentario escrito por emigrante — 05 de febrero de 2014 a las 12:52 pm
#15 «Hay que levantar la voz, cagarse en Dios y dar un manotazo en la mesa para demostrar que tienes razón y estás diciendo la verdad»
Pero emigrante, éso sería… ¡populismo! ¡Oh, no!
Saludines
Comentario escrito por Teodoredo — 05 de febrero de 2014 a las 1:11 pm
Bueno, eso de que a Mariano se le capta inmediatamente… Hasta cuando da soflamas (llenas o de lugares comunes o de tonterias) se le ve la pereza, la falta de carisma y el apoltronamiento .
Comentario escrito por Latro — 05 de febrero de 2014 a las 1:33 pm
#16, hombre, pensándolo mejor esa no sería la labor propia del líder sino la del mamporrero. Felipe tenía carisma pero tenía, además, a Alfonso Guerra.
Comentario escrito por emigrante — 05 de febrero de 2014 a las 2:58 pm
La eclosión de nuevos partidos quizás responda una vez más, al deseo de emular a Hitler. Parece mejor ser el Führer de un partido que una cabecilla de alguno ya constituído. Tal vez por eso se repita tanto el cliché.
Comentario escrito por Yuri — 07 de febrero de 2014 a las 12:51 pm
En el «aula de kultura»de mi facultad no recuerdo si había mesa de mezclas, pero sí recuerdo que había ordenador con videojuegos y un televisor muy grande para ver a Goku
Comentario escrito por Rafa — 07 de febrero de 2014 a las 1:09 pm
Es un reflejo, triste a más no poder, de lo que es la izquierda en España. Sale alguien en tv tres días peleándose dialécticamente con la derecha o denunciando algo evidente en algún sitio ad hoc y ya tenemos una nueva promesa, un nuevo líder, un nuevo gurú…hasta que se le deja hablar un poco más y mete la pata, con lo que volvemos a empezar. El problema es el poco sentido de la autocrítica y del ridículo de esta gente. Entre que se ven muy bien en televisión, y que un grupo de fans no para de decirlo ya tenemos un nuevo personaje de «importancia», que por supuesto debe ir disfrazado adecuadamente (coletas, pulseras, posturas de seguridad, estilo aquí estoy yo..) y nada,en cuanto se pueda a fundar plataformas con dos amiguetes que solo respaldan otros cuatro amiguetes y algún/na grupie. Todo esto me recuerda al viejo chiste sobre los troskistas: Un troskista, un partido, dos, una Internacional, tres una escisión». Ved sin ir más lejos, lo que ha ocurrido en la prensa. Desapareció el diario «Público» y en su lugar tenemos tres diarios digitales: Infolibre, Público y El diario.es y los tres te piden ser socio por una módica cantidad. la izquierda en España es para llorar
Comentario escrito por rosschak — 07 de febrero de 2014 a las 8:31 pm
Pena de no haberlo descubierto antes para poder opinar ahora voy a ver si aprendo en conectarme y seguir estos articulos o debates nuevo en redes un frenopatico encimá ignorante profundo
Comentario escrito por ros andreu — 03 de julio de 2014 a las 8:54 pm
[…] embargo, pronto LPD se dio cuenta de que Pablo no iba por buen camino: no se puede hablar de lúmpenes impunemente a gente que no ha leído la primera página del El […]
Pingback escrito por El año que LPD descubrió a Pablemos « La Página Definitiva — 03 de noviembre de 2014 a las 9:26 am