De cómo me convertí en Bankero
Toda mi vida había tenido mis ahorros –más bien escasos, que soy funcionario y me gasto siempre el sueldo en caviar y marisco- en Bancaja. Fundamentalmente, por comodidad (Valencia está plagada de sucursales, como es lógico), y también porque los bancos siempre me han dado repelús; siempre me han caído mejor las cajas de ahorro, con su obra social, su compromiso con el territorio, … Todo esto que, entre ellas, sus órganos de Gobierno y MAFO, saltó por los aires hace tres años.
Desde el momento en que Bancaja fue comprada por Cajamadrid para formar “El gran banco del PP” tuve claro que tenía que largarme de allí. Ya no tenía vinculación real con el territorio, ya no sería una caja de ahorros, y pasaría a formar parte de una especie de absurdo proyecto ladrillístico-madrileño… Pues, para eso, me voy. Pero, como soy muy vago, tardé casi dos años en irme.
La cuestión era: ¿adónde irme? En un primer momento me tentó irme a Caixa Ontinyent, o a alguna Caja Rural, pero abandoné el proyecto por la mencionada falta de comodidad, que también me obligó a dejar de lado los otros dos proyectos patriótico-imperialistas que me tentaban: Ibercaja (o como quiera que se llame ahora) y el Deutsche Bank.
Así que me quedaban La Caixa, BBVA y el Santander. Al BBVA no me podía ir porque hace doce años me intentaron timar con una tarjeta de crédito. Bueno, el hecho es que tenía una tarjeta de crédito (Visa Repsol). Después de dos años, anulé la tarjeta. Fui a la sucursal del BBVA, firmé todos los formularios de anulación, etc. Lo clásico. Y un año después me llegó una notificación de deuda en la que decía que había de pagar 15 euros al BBVA en concepto de renovación del año anterior. Me negué y durante un par de años recibí simpáticos avisos de empresas de impago cada vez más chungas para cobrar mi deuda (que ascendía a 50€; en efecto, de 15 a 50 en cinco años). La última vez me llamaron por teléfono y tuvo lugar uno de esos momentos trascendentales en la vida de un ser humano:
– Mire, señor López, que le conviene pagar esta deuda, o tendremos que empezar acciones legales contra usted.
– Pues empiécelas, empiécelas cuanto antes, que estoy deseando que comience el juicio y poder explicar cómo intentan clavarme una deuda inexistente.
– Pues mire… ¡Usted lo ha querido! ¡Ahora mismo le envío los documentos con la notificación judicial!
– Uuhhhhhh,…. ¡mira cómo tiemblo!
Y me colgó el teléfono (Cuando hablo de momento trascendental me refiero, en concreto, a “Uuhhhhhh,…. ¡mira cómo tiemblo!”). Naturalmente, aún estoy esperando los documentos.
Bueno, pues de las dos opciones que me quedaban, me fui al Santander, que no cobraba apenas comisiones, o eso decían. Craso error. Incluso domiciliando la nómina, sí que me cobraban comisiones por cualquier transferencia, y no pequeñas. Pero lo que me cabreó de verdad fue (ese fue mi principal error) que se hincharon a cobrarme comisiones abusivas, ahí sí que sí, por las operaciones en bolsa, que se cepillaron casi todas las pequeñas ganancias que tuve a lo largo de mis cinco meses en el Santander (gané unos 300 € y de ahí le pasé 200 € a mis socios del Santander, en un total de cuatro operaciones a cual más modesta). Exigí, muy firme, que me devolvieran las comisiones más escandalosas (las que me habían cobrado por operar en la bolsa de Nueva York, y que ascendían al 8% del total invertido. Lo cual, por mucho que «el total» fuesen sólo 1000 €, seguía siendo un escándalo). Aún se están descojonando en la sucursal. Para mí que Emilio Botín llama para que le cuenten otra vez la historia del que quería que le perdonasen unas comisiones abusivas cuando se aburre de explicarle a Rajoy lo que ha de hacer en cada momento.
Volví a empezar de nuevo. Me abrí una cuenta “sólo para la Bolsa” en ING direct (todo bien, sin timarme con comisiones) y me abrí la cuenta “normal” en La Caixa, que era el banco que me quedaba. Muy majos, me regalaron una tele. Pero, por lo demás, peor que el Santander. Más comisiones que en el Santander, por más cosas, y sólo puedes operar por Internet en la mayoría de los trámites. En concreto, pretenden que metas tu dinero en un sobre y lo ingreses a través de un cajero, como si estuviéramos en 1965 y yo regentase un colmado. Pues mire Usted, señor La Caixa, así no.
A todo esto, yo no había cerrado mi cuenta en Bankia. Sólo la tenía ahí en previsión de ir pasando los recibos a La Caixa. Como soy muy vago para todo estos trámites coñazo, la verdad es que sigo pagando casi todos los recibos allí, lo cual me obliga a hacer periódicos ingresos de La Caixa a Bankia. Pero claro, como La Caixa pretende cobrarme una comisión cada vez que me ve respirar con demasiado entusiasmo, lo que hago es sacar dinero del cajero en La Caixa, cruzar la calle e ingresarlo en Bankia, en un escenario que haría las delicias de un jubilado.
Por otra parte: Bankia nunca me cobró ninguna comisión, ni tampoco por hacer transferencias (ahora sí que me cobra, claro, una vez quité la nómina de allí). Valencia sigue lleno de Bankias y ahora, gracias al buen hacer de los gobiernos autonómicos de Madrid y Valencia, que lograron quebrar las dos cajas incluso antes de fusionarlas, Bankia es propiedad del Estado español. De ti y de mí. Pero, desde hoy, más de mí que de ti (enseguida lo explico).
En resumen: decidí que voy a volver a Bankia. Un año después de irme y de hacer un absurdo tour por el siniestro mundo bancario español, volveré al banco probablemente más siniestro de todos. Pero, claro, está el pequeño detalle de la tele que los de la Caixa, qué majos, me regalaron, y que comporta una permanencia, en plan compañía de móviles, de dos años con nómina (si no recuerdo mal; igual puedo cambiar la nómina, pero la verdad es que no lo sé). ¡La trampa perfecta! ¡Ahora puedo ver en la tele de La Caixa los mejores programas de cobro abusivo de comisiones al ahorrador cretino y descerebrado!
Pero, pese a todo, pensé en una solución que me permitiera volver a mi maravilloso mundo sin comisiones de Bankia, dado que siempre puedo ir tirando con el círculo virtuoso de cobrar mi nómina en La Caixa – sacar el dinero y llevarlo a Bankia – hacer mis pagos y transferencias desde Bankia (que tampoco es que haga muchas, pero oiga, que no quiero regalarle 20 € a La Caixa cada vez que haga una). Esa solución se llama “tener acciones de Bankia”.
Todas las entidades financieras suelen ofrecer esa promoción: “compra 1000 acciones y no pagues comisiones”, más o menos. Pero, claro, comprar 1000 acciones del Santander, o de La Caixa, está fuera de mi alcance y, sobre todo, de mis intenciones; no puedo hipotecar 3500 o 6000 € en la muy saneada banca española.
En cambio, 1000 acciones de Bankia son otra cosa. Porque, dada la majestuosa cotización de Bankia, 1000 acciones de Bankia cuestan menos de 300 €. Así que lo he hecho. He comprado, no ya 1000, sino 3000 acciones de Bankia, dispuesto a vivir de nuevo en ese mundo maravilloso sin comisiones. He comprado 3000 porque tengo la esperanza de que alguna oleada especulativa suba mis acciones lo suficiente como para vender 2000 con beneficios y así poder asumir la pérdida de las otras 1000 cuando el sistema financiero más saneado del Universo vuelva por sus fueros. También puede pasar que se vaya a la mierda desde el principio y pierda mis 900 €. En ese caso, tendré que hacer unas cuantas transferencias hasta llegar al límite en el cual me habría gastado esa misma cantidad si las hubiera hecho desde La Caixa.
Por otro lado, también puede ser que en el 2027 sea uno de los accionistas de referencia de Bankia, y pueda ponerme a mandar a gusto. Lo primero que haré será exigir que los jugadores del Madrid y del Valencia, que a fin y al cabo son equipos propiedad de Bankia, tengan que sacarse un doctorado en cualquier campo de las Humanidades o las Ciencias Sociales para poder jugar en el Madrid o el Valencia. Por joder, más que nada, que un equipo me cae muy mal y el otro me da lo mismo. La reacción atávica del español cuando tiene poder: abusar de él y emplearlo en proyectos faraónico-ridículos.
La verdad es que con tanta fusión esto de la competencia bancaria parece más una ilusión que una realidad, en los depósitos llevan desde enero ofreciendo la miseria que les marca el BdE.
Pero por dios, comprar ahora acciones de Bankia es una locura, aun no han bajado al céntimo, que es donde estarán pronto, y ni aun comprándolas a céntimo te aseguras no palmar pasta, ya que podrían hacer un «contrasplit» y juntar 100 acciones en una a 1 euro, y de ahí vuelta a caer…
Bancos sin comisiones hay, lo que pasa que hay que buscarlos, creo que ningúno online pone comisiones, y bancos físicos pues no sé, te podrías haber ido al Sabadell por ejemplo en vez de a la Caixa, con la nómina no tienes comisiones y te devuelven el 3% de los recibos…, claro una vez que te metes en La Caixa y tienes la permanencia pues es bastate putada irte…
Comentario escrito por almujul — 11 de marzo de 2013 a las 8:42 pm
¡Triodos! ¡Todavía puede dar un paso más en la espiral bancaria y hacerse una cuenta en Triodos! No le regalan nada, quede claro, pero solo le cobran 18€ por una tarjeta ¨ecologica» que, convenientemente exhibida en las reuniones del 15M o en las manis indignadas, aumentará por tres sus oportunidades de aparearse con algún ser de su misma especie. Por lo demás, la banca ética es un coñazo, pero HOYGA, mejor eso que arriesgarse a ser incluido en una demanda popular (seguro que Goirigolzarri se las arreglaría, don Guillermo, para hacerle figurar como responsable de algo).
Comentario escrito por sinanpacha — 11 de marzo de 2013 a las 8:56 pm
[…] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos De cómo me convertí en Bankero http://www.lapaginadefinitiva.com/weblogs/articulosglopez/archiv… por Corcega hace […]
Pingback escrito por De cómo me convertí en Bankero — 11 de marzo de 2013 a las 10:38 pm
JAJAJAJAJAJA… Perdona que me descojone, Guillermo. Pero mira que leer esto el mismo día en que Bankia me ha aceptado la baja incentivada como esbirro de El Mal… JAJAJAJA… Ay, perdona, que me he caído de la silla. Y conste que todavía soy cliente. Bueno, hasta que me ingresen la indemnización. Después huiré despavorido. ;)
Comentario escrito por Camarada Bakunin — 11 de marzo de 2013 a las 10:43 pm
[…] De cómo me convertí en Bankero […]
Pingback escrito por Enlaces compartidos — 12 de marzo de 2013 a las 7:00 am
Me sabe mal decírtelo así querido Guillermo pero…tu inversión de 900 maravedíes de vellón en Bankia se va a comer los mocos.
Mi padre ha sido bancario de profesión (ahora es de esos que se ha prejubilado y vive como un pachá con una pensión que yo jamas osaré ni siquiera soñar) y al preguntarle hace algunos años (en plena efervescencia burbujeril) sobre en que productos/inversiones podría invertir mis ahorrillos su respuesta fue categórica: Gástatelo en viajes y comidas.
Saque esos 900 euros ipso-facto y vayanse usted y su parienta a un destino paradísiaco y evocador, como la comarca de las Hurdes o la de las Batuecas…hágame caso!
Comentario escrito por Garganta Profunda — 12 de marzo de 2013 a las 8:04 am
Debo confesarle que ha pecado de ingenuo. Siento decírselo. Me recuerda a los que se cambian veinte veces de móvil para volver a la compañía inicial.
Respecto a la bolsa, mi momento transcendental fue cuando le dije al empleado de turno (harto de que me intentara vender cualquier producto financiero superguai de la muerte cada vez que pisaba la sucursal): «el que tiene que trabajar para crear plusvalía soy yo, mi dinero no tiene que trabajar». Su cara fue un auténtico poema.
Tambián admitiré que mi dinero lo muevo en modo jubilado. Y más que lo haré después de la comisión asesina que me clavaron estas navidades por transferir dinero para adelantar hipoteca. Claro está que hacer la operación desde ventanilla implicaba una comisión aún más asesina
Comentario escrito por desempleado — 12 de marzo de 2013 a las 10:19 am
Guillermo, siendo un pionero del mundo digital como es que no has buscado como ya te han comentado un banco online? Tienes desde posibilidades ligadas al Eje del Mal, Openbank la filial internetera del Banco Santander, o e-popular.com (Opus Dei online para tod@s) hasta depositar tu confianza en bancas de otros lares (Ing, etc…).
Servidor cuando laboraba como docente antes de ser recortado tenía su nómina en Openbank y oiga ningún problema, puedes usar los cajeros y oficinas del Santander o Banesto sin ningún coste adicional, 0 comisiones por transferencias, sin cuotas de tarjetas… como no juego en bolsa no sabría decirte cuanto te tajan en comisiones..
La Banca Ética la dejo para cuando sea funcionario (JA me parto!) o tenga un trabajo estable (ahora estoy por los suelos descojonado!)… pero me parece la mejor opción… al menos no financias guerras en África…
Lo que sea antes de Bankia que es el Horror!!
Comentario escrito por Kalifa — 12 de marzo de 2013 a las 10:50 am
Es increíble lo potentado que eres, no sólo comes caviar y mueves valores en la bolsa de Nueva York, ‘sino que además puedes pagar todas las comisiones de la CAIXA!!!!!!’…
En serio, ojo en la Caixa hasta con la banca online.., que si te conectas mucho también te clavan comisión…
http://www.diarioinformacion.com/benidorm/2013/01/11/caja-cobra-181-vecino-lalfas-intensivo-cuenta-online/1332633.html
Saludos
Comentario escrito por asertus — 12 de marzo de 2013 a las 11:06 am
Miré los bancos online, pero al final siempre veía el problema de los cajeros y las contadas y absurdas ocasiones en que tuviera que hacer trámites presenciales (que con la Universidad, por increíble que parezca, aún me tocan algunas). Tengo la cuenta en ING para la bolsa y estoy muy satisfecho de cómo funciona, pero no me veo desviándolo todo ahí. Y además, como tengo esa «maravillosa» permanencia en la Caixa…
Por otra parte: sepan Ustedes que ante el clamor de aquí y de twitter, y dada mi atávica falta de confianza en los bankeros, he vendido la parte de mis acciones que no necesito para conseguir el círculo virtuoso de no pagar comisiones, con un beneficio / pérdida del 0% (es decir, mucho mejor que casi cualquier otra persona que haya comprado acciones de Bankia). ¡Éxito!
Comentario escrito por Guillermo — 12 de marzo de 2013 a las 11:08 am
@2: pues como usuario de banca ética le aseguro que mis apareamientos incluso han disminuido desde que me llevé allí el dinero. Pero lo tengo sin tarjeta, sin operaciones y sin nada, solo lo he «bunkerizado» en un depósito a la espera de que el SIFIMSMYUC implosione definitivamente. Y si, es un coñazo, pero mis ahorros prefiero dárselos al tio más coñazo posible que a los Masters de Universo. La Bolsa ni tocarla, para jugar está la Primitiva. El día a día lo llevo desde el Satan – perdón, el Santander.
@7: eso ya lo dijo Jerry Seinfeld: «Dicen que debo relajarme y que mi dinero trabaje por mi. Pero prefiero trabajar y que mi dinero se relaje. Porque cuando mi dinero va a trabajar, al final siempre lo despiden.»
Guillermo, tal vez le interese esto para ahorrarse un paseo mensual de acera a acera: cuando me fui de Bankia a Triodos (si, yo también me he vuelto insumiso financiero; y también me intentaron timar ¡dos veces! con una tarjeta desde mi propio banco), quise transferir el dinero desde Bankia y me anunciaron una comisión del copón, el 1% prácticamente de mis ahorros. Así que lo que hice fue ordenar desde Triodos una «Orden de Ingreso», que yo no conocía pero que al parecer consiste en que la gente de Triodos va a Bankia y les dice «Regularizado reclama este dinero». Y Bankia lo transfiere de gratis. Tardan varios días, pero sabiendo usted que el día 5 de cada mes tendrá que pasar cierta cantidad de La Caixa a Bankia, tal vez le convenga.
Comentario escrito por Regularizado — 12 de marzo de 2013 a las 4:10 pm
Joder Guillermo! Es usted un esbirro de Satanás. La Caixa y Bankia.
¿Le he contado mi experiencia de cómo pretendían en La Caixa cobrarme el uso de un transporte blindado el día que pretendía retirar mis ahorros para comprar el agujero en el que habito? Escena surrealista que ni Berlanga pasado de ácidos se atrevería a imaginar. Y no se piense que estaba movilizando las reservas de oro de Fort Knox. Se trataba de sacar dos millones de pesetas y lo había avisado una semana antes.
Desde entonces, mis tratos con esa entidad se rigen por un estricto protocolo: pasamontañas y escopeta recortada son aspectos irrenunciables de la vestimenta.
Comentario escrito por Judge Dreed — 13 de marzo de 2013 a las 10:31 am
De accionista de Bankia a accionista de Bankia: mis más sentidas condolencias… Ahora, lo mío fue peor, canje de preferentes por acciones, a 3’75 euros cada una: no sé si reírme o llorar. Podría haber aprovechado mejor esos 2000 euros yéndome de crucero por el Mediterráneo, como hacía todo el mundo, o incluso dándoselos a Ruíz Mateos.
Comentario escrito por Eye — 13 de marzo de 2013 a las 5:00 pm
Yo sentí la tentanción del Triodos, pero te pones a buscar y hay más cosas oscyras que claras. Todo lo escribe el hombre que salió con el follonero y da mala espina.
Conclusión, al tío botín desde el principio y sin gestiones on-line, por si acaso.
Comentario escrito por Bailiazgo — 13 de marzo de 2013 a las 10:20 pm
Yo me uno al clan de personas que se pensaron lo de Triodos, y tras una busqueda en la Internete se echaron para atrás. En concreto lo que no me gustó es que parte del dinero que se invertía como obra social iba a pagar magufadas varias tipo homeopatía y tal, y por ahí uno no pasa. Parece ser que va todo en un pack giliprogre (banca ética, homeopatía, ecologismo y antipatriarcado).
Comentario escrito por Francesc — 14 de marzo de 2013 a las 8:19 am
La banca ética no deja de ser banca, claro. Pero Bankia, BBVA y Santander son a la banca lo que PP y PSOE son a la política. Cualquier solución pasa inevitablemente por no votarles, aunque las alternativas no entusiasmen.
Comentario escrito por Regularizado — 14 de marzo de 2013 a las 8:24 am
No me puedo creer que tantos de ustedes pierdan su tiempo y dinero en la bolsa española.
Los que de verdad sabemos, llevamos haciendo el agosto en pleno invierno ya varios meses con la famosa «Guerra de Divisas»
http://www.ft.com/intl/cms/s/0/d7973e72-7603-11e2-8eb6-00144feabdc0.html#axzz2Na5osLGv
Guillermo, déjese de ING y especule como los grandes. Lo de Bankia lo podría redondear comprando acciones de Banco Popular, en unos años podría fusionar ambos y ponerse un sombrero de copa.
Comentario escrito por Nacho Pepe — 15 de marzo de 2013 a las 9:00 am
Gracias Guillermo por abrirnos tu corazón bancario. Como ex-empleada de banca debo decir que las tarjetas revolving y las cuentas-regalo son los dos peores inventos que ha fabricado el diablo y lo más curioso es que muchísima gente las contrata. Además del engorro de la permanencia y las comisionazas que te clavan con la cuenta-regalo, está otro factor que no has nombrado y es que tienes que pagar el IRPF correspondiente porque el regalo de la tele supone un incremento de riqueza. Es decir, que empiezas a sumar y la tele sale más barata si la compras en una tienda. Pero aún así, la gente pica. Es uno de los productos bancarios más exitosos y, a la vez, uno de los que produce más insatisfacción en los clientes.
#11 Esas transferencias inversas de las que hablas tienen varios nombres (captahorro, orden de ingreso…) y son más viejas que la tos pero los bancos no las publicitan porque prefieren que se hagan en sentido inverso y cobrar omisión, claro. Además, el banco que recibe la orden de enviar el dinero puede actuar de tres maneras: 1) aceptar sin más, 2) ponerse en contacto con el cliente para que reconsidere su decisión (alunos gestores se ponen muy pesados) y 3) negarse a realizarla, aunque siempre con justificación por ejemplo, tener deudas pendientes de pago en la entidad.
Comentario escrito por JoJo — 18 de marzo de 2013 a las 9:35 pm
Por lo que has contado tú y me han contado más conocidos, lo que mejor he hecho es no irme de Bankia. Me parece la opción menos mala.
Aún recuerdo que en La Caixa me querían cobrar 30€ por renovar la tarjeta que se me había tragado un cajero defectuoso, hasta que no amenace con denunciarles al Banco de España no entraron en razón.
Acto seguido decidí cancelar mi cuenta y llevarme los 6 mil € que tenía allí; casi llaman a la policía.
Y sí, también sacaba dinero de La Caixa y cruzaba la calle para meterlo en Bankia.
De todos modos, Vd. es funcionario, lo cual significa que solo trabaja 18 horas a la semana (cuando no está de manifestaciones o desayunano larga y tendidamente ) asi que tiene tiempo para sacar todo su dinero e ir perdiendo las mañanas en pagar los recibos dinero en mano. No sea tan quejica.
Comentario escrito por danniel — 20 de marzo de 2013 a las 11:33 am
[…] En el capítulo anterior, me sentía fuerte y poderoso con mis acciones de Bankia. ¡Por fin podría dejar de pagar comisiones! Tenía cierto encanto, o al menos lo tenía para mí, el acceder a la mítica característica de la banca española “si tienes 1000 acciones no pagas comisiones”, merced a la espléndida gestión de Bankia y las entidades que la forjaron, responsables de su quiebra y actual nacionalización, que había llevado a la empresa a cotizar a 0,26 € por acción, más o menos unas quince veces menos que el precio con el que aparecieron en el mercado apenas dos años antes. O sea, que con menos de 300 € te hacías con mil Bankias, y a vivir. […]
Pingback escrito por De cómo vendí mis Bankias apresuradamente | Chapapote Discursivo — 20 de marzo de 2013 a las 8:04 pm
Tengo mi cuenta en la caixa desde hace años, y al principio me cobraban 3 euros por cada transferencia, pero me puse burra y negocié y conseguí que no me cobren por las 3 transferencias mensuales que hago.
Creo que cada sucursal se comporta de una manera. De hecho me cambié de sucursal hace unos años porque me mosquée con la directora de la anterior sucursal, y cuando fui a la nueva lo conté, y gracias a eso conseguí cositas como lo de 0 euros por tres transferencias/mensuales.
En fin, lo que quiero decir es que no son solo las particularidades de cada banco, sino también las de cada sucursal.
Comentario escrito por Teresa — 26 de marzo de 2013 a las 2:02 pm