MAC III: Mi iPhone se estampa contra el duro suelo
Como Ustedes recordarán, tengo un Macbook. Hace unos meses eché un poco de cerveza en el teclado y mi Macbook, profiriendo horripilantes chirridos de dolor, expiró.
O eso parecía. Mientras escribía un incendiario post denunciando la frágil metrosexualidad 2.0 de Macbook y su diseño impecable a precio de oro, mientras lloriqueaba por la pérdida de mis 1000 € invertidos en pro de la Modernidad, … Mi Macbook, pacientemente, descansaba. Reposaba de sus heridas. Y, ante el estupor general, resucitó. Así que escribí un inflamado post de amor incondicional por Mac.
Hoy llega la hora de rectificar de nuevo. De reflexionar. De pensarse dos veces las cosas. ¿De verdad Mac es tan in como aparenta? Y, sobre todo, de contar un terrible secreto: ¡Tengo un iPhone! En un momento de locura, decidí renovar mi teléfono móvil, el cual, desde tiempos remotos, respondía siempre a dos principios fundamentales:
– “que salga gratis o el más barato”; y
– “que sirva para llamar y ya; mariconadas, las justas”
Pero, como Ustedes sabrán, vivo rodeado de gente con escasa autoestima y cuya condición sexual es, como mínimo, equívoca. Gente Mac. Y la Gente Mac no paraba de darme el coñazo con que si un iPhone es el futuro, que si así podré enviar twitters de esos, que si más me vale tener algo con lo que pueda acceder a Internet desde cualquier sitio, … Y, como uno no es de piedra, al final abdiqué. Después de todo, mi experiencia con el Macbook, por aquellas fechas, era muy positiva. ¡Qué diablos! ¡Me compraré un iPhone!
Y, durante semanas, la experiencia fue también muy gratificante. ¡Venga a recibir correos y enviar WhatsApp! (una especie de SMS, pero que cuentan con la condición más valorada por cualquier español que se precie: sin pagar) ¡Toma tweets, toma! Y, además, el iPhone también sirve para hablar por teléfono, pásmense Ustedes. Bien es cierto que no muy bien, pero ¿acaso hablar por teléfono reviste alguna importancia?
Hasta que un aciago día, hará más o menos dos meses, se me resbaló el iPhone de la mano cuando iba por la calle y cayó encima de una baldosa, resquebrajándose la pantalla.
En este punto del post, tal vez debería colgar aquí alguna foto de mi pantalla resquebrajada, para plasmar la gravedad del asunto. Pero el problemilla es que, para ello, necesitaría hacerle una foto a mi iPhone. Lo cual, a su vez, implicaría fotografiar un espejo para captar así la pantalla rota en cuestión. Y, miren Ustedes, por muy rarito que se vuelva uno con Mac, yo aún no soy una poligonera. No he llegado a ese nivel.
Por otra parte, aunque la pantalla estaba rota, pero bien rota, todo lo demás funcionaba perfectamente. No es que se pudiera leer con mucha nitidez en la parte superior de la pantalla, pero qué más da. Por otra parte, al responder al móvil, lo de ponerme un montón de cristales rotos en la cara como que imponía un poco, pero lo solventé enseguida (apenas un par de semanas después) haciendo lo que hay que hacer cuando no quieres que tu aparato te dé un disgusto: cubriéndolo con algo que impida el contacto directo, en este caso un cobertor de plástico.
En fin, que si todo funcionaba bien, a fin de cuentas… ¿para qué cambiarlo? Yo también pensaba así, pero había dos factores que me impelían a arreglar la pantalla. Por una parte, la presión de mi MacWorld particular, para el cual yo no había entendido nada de Mac, pues no me daba cuenta de que, con Mac, la utilidad del producto es un aspecto secundario: lo importante es su impecable diseño exterior.
Recordemos, además, que la experiencia con el Macbook me había demostrado una sorprendente característica de los dispositivos Mac: su capacidad de regeneración. Con el tiempo, quién sabe. ¿Y si la pantalla del iPhone iba recuperándose poco a poco y volvía a su estado primigenio? Recuerden al malo de Terminator II, el T-1000; o, para entendernos, el Terminator líquido. Uno de los malos más terroríficos de la historia. Por mucho que le atizases, el tío se recuperaba de todo y volvía a estar operativo siempre, una y otra vez. ¡El Terminator líquido parecía fabricado por Steve Jobs en persona!
El terminator líquido. A pesar de su mal aspecto, créanme: el tío volvía a la acción en un santiamén
Pero el tiempo pasaba y la pantalla del iPhone no parecía mejorar en absoluto. Por otro lado, cuando me compré el móvil, en un momento de locura opté por hacerme un seguro con una turbia compañía (distribuidora de Vodafone) llamada Internity, que por 48 € al año me aseguraba el iPhone respecto de cualquier robo y desperfecto. “En diez días le solucionamos su problema”; “mientras arreglamos su teléfono le proporcionaremos otro equivalente», y cosas así.
¡Ah, bendita ingenuidad! ¡Pensar que las condiciones garantizadas por una empresa, en España, podrían tener algo que ver con las condiciones efectivas del servicio!
Pero más dura sería la caída. A Saulo el Señor le tiró del caballo para que viera la luz y se levantase convertido en Pablo. Conmigo la cosa no sería tan fácil. Por resumir:
– Llamé al seguro y me pidieron un montón de documentos, que podía enviar por fax (preferentemente) o por correo electrónico (sólo cuando me puse muy, muy pesado me dijeron que también existía esa exótica posibilidad). En aquel momento no tenía mi chaqueta de lentejuelas, así que deseché el fax y decidí probar con el correo electrónico. Llamé por teléfono y me confirmaron la recepción de los documentos. “En diez días arreglaremos su problema”.
– Pasaron diez días. Volví a llamar. Me dijeron que huy, qué contratiempo, no habían recibido los documentos, o los habían perdido. Volví a enviar el correo y a llamar. “En diez días arreglaremos su problema”.
– Pasaron diez días. Volví a llamar. “Qué despiste. Perdone. Esta misma tarde le enviamos un correo electrónico para explicarle a dónde ha de dirigirse para arreglar el móvil”.
– Dos días después, volví a llamar. Me enviaron, por fin, el famoso correo, en el que decía lo siguiente:
Estimado/a Cliente,
En relación al contrato de seguro de referencia suscrito con CHARTIS EUROPE, ponemos en su conocimiento que dicha entidad aseguradora nos ha hecho saber que, para seguir tramitando su siniestro, Vd. puede enviar sin gastos su equipo a nuestro Centro de Diagnóstico.
Para ello, le rogamos deposite su equipo en cualquier agencia de nuestro transportista NACEX. Le facilitamos el nº gratuito de NACEX dónde le indicarán la agencia que mejor le convenga:
900 100 000
Previamente, deberá introducir el equipo siniestrado (junto con todos sus accesorios, componentes, etc), junto con toda la documentación (ticket de compra y escrito detallado de la incidencia) y el cupón adjunto, rellenado y firmado por usted, todo ello debidamente embalado en una caja, indicando en NACEX el código 2808/833, CON SERVICIO DE 19 HORAS y la dirección de envío:
C/ Juan de Mariana nº 17B 1º izq
28045 MadridUna vez efectuado el diagnóstico, nuestro Centro Técnico se pondrá en contacto con Vd.
Para cualquier consulta le recordamos que estamos a su disposición en la dirección de correo electrónico: aseguradointernity@spbiberica.com
La verdad es que nunca había oído hablar del Chartis ese, ni de Nacex, que suenan como a empresas constituidas para regentar puticlubs en la Costa del Sol. Pero lo relevante es que, vamos a ver: después de marearme durante casi un mes, la gran solución es… ¿que envíe el teléfono a un oscuro apartado postal y “ya verán”? ¿Para cambiar una pantalla?
Llámenme tiquis miquis, pero a mí lo de quedarme sin teléfono un período indefinido de tiempo (mucho, mucho tiempo, habida cuenta de la incompetencia de “Internity”) pues como que no. Y ya sé que vivo en Valencia, una minúscula población de la costa española alrededor de la cual se concentra la tercera conurbación del país, con apenas un millón y medio de habitantes, y que no podemos pretender que nos pongan, no sé, un servicio técnico aquí, una asociación con alguna empresa local, del pueblo, para arreglar el asunto. ¡No vaya a ser que el seguro de Internity tenga que aplicarse en alguna ocasión!
De verdad les digo que, si no fuera porque ya he anulado el seguro y porque, recordemos, no me hace gracia estar semanas y semanas sin teléfono, ahora mismo me iría al peor barrio de Valencia y me pasearía distraídamente con mi iPhone hasta que algún buen lugareño tuviera a bien solicitarme un intercambio “tú me das el iPhone y yo me abstengo de propinarte dieciocho heridas de arma blanca” que pudiera llevarse a cabo con eficacia y prontitud. Pero, en todo caso, sí que querría dedicar a los amigos de Internity un emocionado recuerdo SEO “posicionamiento en Google” en el siguiente párrafo:
Internity es un timo. Internity.es, el seguro que no arregla nada. No te hagas un seguro con Internity, son unos ladrones. No asegures tu iPhone, Blackberry, Smartphone, portátil, con Internity.es. Chartis y Nacex no sé qué son, pero suenan muy mal. Internity malo. Internity Bildu. Internity Ortega Cano. Internity Zapatero. Internity sex. Bizarre
Así que me resigné a buscar una solución alternativa. Y, como buen usuario Mac, primero busqué la solución Mac, del servicio técnico de Mac, avalado por Mac, con el sello de calidad de Steve Jobs, experience it, o lo que quiera que pongan en la publicidad de Mac. Y Mac me respondió como acostumbra. “Se lo arreglamos por 210 €. Recogemos el iPhone en su casa y en una semana está arreglado”.
Recuerden: 210 €, una semana. ¡Para arreglar una pantalla! ¡Mac es demasiado generoso! Pero, a pesar de todo, colmillo retorcido que tiene uno, pensé: “¿y si pruebo fuera del Universo Mac? ¿Y si busco alternativas en el frío mundo exterior?”. Cosa que, ciertamente, podría haber hecho hace dos meses, y no ahora, pero de ser así los adoradores de Mac me habrían retirado el saludo. ¿Buscar una solución externa a Mac para un problema con Mac? ¿Tú quién te crees que eres, Windows Millenium?
Así que he buscado en Google. La verdad, no hay muchas tiendas que ofrezcan arreglar pantallas de Mac, al menos en Valencia. Cosa inexplicable, dado que la demanda, a buen seguro, será alta. Mi teoría es que los gafapastas adoradores de Mac, cuando se enteran de que alguna tienda intenta arreglar iPhones, iPods, iPads y demás sin pasar por el aro de Mac, van a la tienda y la revientan a base de organizar veladas para declamar poemas y de redecorar el local con un estilo minimalista de gusto exquisito.
Por suerte, la única tienda que he encontrado en Valencia ciudad estaba al lado de mi trabajo. He ido, he dejado el teléfono durante una hora (la peor hora de mi vida; ¡huérfano de Mac!¡ni siquiera me he llevado el Macbook para consolarme!) y lo he recogido en perfecto estado. 65 € en total. Y, sobre todo, una hora. A años luz de Mac, Internity, y sus ritmos geológicos de resolución de problemas. Me siento como Judas: ¡He perdido el favor de Mac por unas cuantas monedas de plata!
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Es decir, que te has comido el timo de Internity del todo.
¿Lo de esa gentuza no es denunciable? Ya sé que como MaCquero 2.0 mola más ponerles un mal párrafo para el posicionamiento de Google y todo eso pero, sinceramente ¿usted les buscó en Guguel antes de hacerse el seguro? Pues eso…
Comentario escrito por Nacho Pepe — 31 de mayo de 2011 a las 8:38 pm
No, me temo que no. Hice el seguro conforme me compraba el iPhone, al mismo tiempo. Lo que he hecho ha sido darme de baja del seguro y que el banco me devuelva los pagos, al menos el del último trimestre.
Comentario escrito por Guillermo_Lopez — 31 de mayo de 2011 a las 9:18 pm
Lo único que conozco de aquí es NACEX, que es (o hace años era, al menos) una empresa de transportes normal y corriente. Como MRW, pero en naranja.
Pero hombre de Dior, ¿cómo se te ocurre suscribir un seguro con una empresa que directamente habla de proctología en su marca? Estos niños…
Comentario escrito por Otis B. Driftwood — 31 de mayo de 2011 a las 9:20 pm
Lo cierto es que Chartis es una aseguradora bastante potente en el ramo de responsabilidad civil y de daños en la industria. Esto debería servir para confiar en ellos, pero lógicamente serán tan fiables como cualquier aseguradora: más bien poco si tienen a su disposición una larga lista de cláusulas redactadas en su propio beneficio. Si a eso añadimos que Chartis creo que es filial de aquel nido de piratas llamado AIG, compañía nacionalizada por el gobierno USA, casi habrías tenido que llamar a Obama para recuperar el iPhone.
Enhorabuena por el feliz desenlace, en todo caso. Aunque esto te costará una viaje a la Mac-Meca en Cupertino (previo arrepentimiento público ante un empleado de una Apple Store).
Comentario escrito por David Del Toro — 31 de mayo de 2011 a las 9:38 pm
Es que los hombres Mac gays de verdad lo que hacemos es suscribir el seguro que ofrece la propia Apple, joder, que cuesta como cuatro o cinco veces más que cualquier otro seguro. Y así no te llevas luego este tipo de disgustos.
Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 31 de mayo de 2011 a las 9:48 pm
Pues dirán lo que quieran los infieles del Windows, pero desde que tengo un iPhone, como que soy mejor persona.
Y sí, el iPhone también sirve para hablar por teléfono. ¿Quién lo diría?
Comentario escrito por lingüista — 31 de mayo de 2011 a las 10:10 pm
Con que Internity, eh?
http://www.ciao.es/Internity__Opinion_1785970
http://www.ciao.es/Internity__Opinion_1168731
http://www.ciao.es/Internity__Opinion_1859634
http://www.gsmspain.com/foros/h894020_h-permanencia_Operadores-Vodafone_estafa-internity-URGENTE.html
Comentario escrito por thule13 — 31 de mayo de 2011 a las 10:39 pm
Joder, lo tuyo con Mac es de cine. Bueno… reconozco que mis móviles suelen morir o desaparecer de las maneras más inverosímiles. Se quedan encima de la fichadora del metro, se suicidan en la lavadora o simplemente desapaecen sin más. Así que, después de todo, que lo hayas recuperado es fantástico.
Sigo leyéndote con mi humilde (¡pero precioso!) eMac G4, 6 añitos soportándome…
Comentario escrito por Gekokujo — 01 de junio de 2011 a las 5:07 am
Reconozcamoslo, cada país tiene sus ventajas competitivas y movilchip es el paradigma de las nuestras, ¡abajo los encofradores, arriba los jailbreikiadores!¡El siglo XXII será nuestro!
Comentario escrito por Paco Pérez — 01 de junio de 2011 a las 9:41 am
¿Sabes que?, que en el fondo me alegro de tu desgracia, bueno, no de la tuya en particular, sino de este tipo de desgracias. Las operadoras nos ofrecen el oro y el moro, resolución de incidencias, atención al cliente, cambios gratuitos, seguro…y tragáis, y pensáis que os van a tratar como la reina de Inglaterra ya que “yo pago una cuota y llevo XX años con vosotros”. Se aprovechan de la natural avaricia humana, del ego del consumidor, del gilipollas subidito de tono que todos llevamos dentro.
Si en el fondo, ¿no eras más feliz con tu antiguo móvil 2 funciones (msn y llamar)?, ¿No te sentías más hombre y más macho?, ¿No vivías más despreocupado?.
Conozco tipos que tienen estos IPhones, con mil aplicaciones (¡mira, suena como una espada laser tio, jaja, que risas, tengo casi 40 años y soy virgen!), pero el problema principal es que estos cacharritos no incluyen una lista de amigos para poder bajar a tomar una cerveza, que es lo que realmente algunos necesitan. Eso si, que entretenido se va en el metro con tus juegecitos.
Comentario escrito por Bunnymen — 01 de junio de 2011 a las 10:09 am
Bunnymen, eso de que en España creemos que las empresas nos tratarán como reyes será gente como Guti, porque yo, desde luego, no. Tengo asumido qué es España y por eso intento que mi interacción con las empresas españolas, a cualquier nivel, se dé en el menor grado posible. Ya me jode que me colaran el seguro, que firmé por un terror atávico a que me lo robasen (la verdad es que la tesitura de romper la pantalla ni me la había planteado).
No puedo estar más de acuerdo, por otra parte, con tu reflexión final. Ya me ha pasado más de una vez, quedar con gente para tomar algo y que se pasen la mitad del tiempo haciendo chorradas con el móvil o, mucho peor, contándome qué chorradas se han bajado (es la extended version de uno de los temas de conversación que más odio: «pues este es el móvil que me compré, que me dejaron a muy buen precio, y con una tarifa que…»).
Comentario escrito por Guillermo_Lopez — 01 de junio de 2011 a las 10:54 am
Guillermo, ya te dije que no es caso concreto, es una generalización, basada en un par de años que pase fogueándome laboralmente en servicios de asistencia técnica que hicieron aumentar considerablemente mi misantropía, por suerte queda gente normal. Pero esta experiencia tampoco es necesaria, tu mismo lo podrás ver cuando vayas a cualquier tienda de telecomunicaciones que siempre habrá un cliente, que no pide, sino que exige, cual señor feudal que se cumpla su férrea voluntad. ¿A que seguro que conoces a alguien (varios) así?, o clásico súper listo español de “yo llamo para cambiarme y tengo móvil nuevo cada tres meses”.
Los avances en tecnología de las comunicaciones de los últimos veinte años, vienen a demostrar que la especie humana no es una evolución del mono sino que procede en origen de una puta hez.
No veas las superventajas que me ha supuesto a mí la popularización de los móviles. Ahora para quedar cuatro tolais, no basta con llamar a un par de fijos y decir “llama a tal y ese que llame a pascual, nos vemos a las diez”. No ahora gracias a la libertad que nos ofrecen las teleoperadoras hay que hacer treinta cruces de llamadas, para hacer esto mismo, y la constante disponibilidad vía móvil nos deja ser impuntuales, quedar con tres grupos a la vez y llegar tarde y mal a todas las citas. Por no hablar de la simpática costumbre de atender SIEMPRE el móvil, dándole preferencia a la compañía física.
Y eso solo usos sociales, por que los profesionales son la monda lironda. Móvil de empresa = persona 24h de empresa. Por supuesto, los móviles de guardias, para dormir tranquilito y relajado. Y la maravilla del wifi y portátiles, que, en palabras literales de un gran amigo “te puedes conectar por wifi y trabajar desde tu casa o donde quieras”. ¡Y con este me había bajado yo decenas, o centenas de botellas de DYC de litro!, mano a mano. Que triste ver los titanes que fuimos y los tristes en que nos convertimos.
PS: ¡Anarco-primitivismo REAL YA!
Comentario escrito por Bunnymen — 01 de junio de 2011 a las 11:21 am
A mí lo que me fascina de los obsesos de las tarifas de móviles es la cantidad de tiempo y dedicación que le ponen al asunto, y la reflexión final: Qué listo soy, le he sacado sangre a la compañía, me he hecho de oro a su costa… ¿Gracias a ofertas que me ha proporcionado la compañía?
Sí que le digo que sus amigos son muy raros. Nosotros quedamos por sms o correo electrónico y con uno de envío y otro de confirmación va que chuta. Ahora bien, tiene Usted razón en el uso del móvil como estrategia para llegar más tarde y de mala manera. Como obseso prusiano por la puntualidad, pocas cosas hay que me pongan más de los nervios que eso. Pero tengo el problema de que mis amistades me la llevan clavando con la falta de puntualidad desde hace mucho, mucho tiempo. En los noventa solía quedar con ellos en unos recreativos y no era tan terrible que te llegase la gente media hora tarde o más, pero cuando quedas en una esquina o para hacer algo en un momento determinado (por ejemplo, ir al cine) no veas lo que cabrea la falta de formalidad (al menos, el móvil me permite insultarles en cualquier momento y por vías diversas, y así me entretengo).
(Nota para cualquiera menor de 25: los «recreativos» eran unas salas tétricas donde los adolescentes se agolpaban para soltar cinco o veinte duros para jugar a videojuegos sensiblemente peores que los actuales, pero mucho más divertidos. ¡Ah, qué no daría yo por una máquina recreativa como Dios manda! Nota II. cinco duros son unos quince céntimos de euro. Nota III. ceinde duros son sesenta céntimos de euro. Nota IV: hace unos años, no existía el euro. Existía una cosa llamada «peseta», que se agrupaba en múltiplos de cinco, un «duro» eran cinco pesetas)
Comentario escrito por Guillermo_Lopez — 01 de junio de 2011 a las 11:46 am
Quedar en los recreativos es todo un clásico noventero. Lagrimas en la lluvia perdidas.
A mi hay dos cosas, fuera de las impuntualidades y demás, que me irritan hasta el punto de agarrar por las solapas y decir “hazlo otra vez y juro por dios que te mato”:
-El que además de llegar tarde, llama para decir “¿donde estáis?”(¡si ya te lo dije mamón!), vuelve a llamar para decir que ha ido a ver a no se quien (no tenia otro momento que cuando queda contigo) y que llega tarde, y vuelve a llamarte para decirte que esta con no se quien en no se que sitio y que vayas.
-El/la que interrumpe cualquier conversación contigo, aunque estéis solos, habla 20 minutos por el teléfono, y luego muy consideradamente te dice “perdona, bueno entonces decías que?”. Pues no, no te perdono y me voy a casa. (Toque misógino: Pongo el/la, por que en mi experiencia con más “las”, aunque “los” por ser menos me irritan más. Si hasta en una ocasión me interrumpieron el acto carnal… para ponerse a hablar por el móvil… ¡con su madre!. Por supuesto esa relación término, corte unilateral por mi parte).
Bueno, un saludo y dejo que hablen los demás, que estoy acaparando. Voy a laborar un rato (corto).
Comentario escrito por Bunnymen — 01 de junio de 2011 a las 12:08 pm
La solución es bien sencilla, desconecten el telefóno portátil durante días y salgan de casa sin él.
Respecto a la puntualidad, mi paciencia dura cinco minutos, pasado dicho tiempo me voy. También es cierto que casi no tengo amigos (otra cosa son los conocidos) lo cual favorece en grado sumo la labor.
Comentario escrito por desempleado — 01 de junio de 2011 a las 12:31 pm
Yo tambien pagaba religiosamente un seguro de esos que cubren de todo, tonto de me, que creia que era de T-Mobile y en realidad era de una empresa subcontratada.
Ni decir tiene que despues de tener el mobil un mes en el servicio tecnico me dicen que es culpa mia por haberlo dejado caer y que se lavan las manos
Al final hice lo mismo, lo lleve a un carnicero pakistani que en 30 minutos me cambio la pantalla por 40 euros
Desde entonces paso mucho de pagar seguros, panda de ladrones
Comentario escrito por manolo — 01 de junio de 2011 a las 2:22 pm
Bunnymen, ¿ no sería una parafilia incestuoso-gay-exhibicionista de la chica y ud. no lo pilló?
Por cierto, hay lugares sin cobertura y, después del fastidio inicial de alguno, la gente se acostumbra en seguida a ellos, como en una vuelta a los pre-noventa, y vive normalmente sin móvil. Las copas ayudan.
Comentario escrito por gus — 01 de junio de 2011 a las 2:36 pm
gus, ni idea, pero hay cosas que mejor no saber nunca, ni siquiera plantearselas.
Comentario escrito por Bunnymen — 01 de junio de 2011 a las 4:19 pm
Por cierto, Guillermo, un apunte.
Se puede ser moderno y estar conectado a todas horas sin rendirle vasallaje al Sr. Jobs.
Yo tuve un MacBook y desde entonces uso un reproductor de Mp3 de otra marca, todo lo que puedo permitirme japnés y mi ordenador y mi móvil son taiwaneses. Y el móvil hace todo lo que el I-Phone y hasta más barato, oiga.
La próxima vez antes de arreglar el cacharro del demonio mira también cuánto cuesta una de las alternativas y quizá te sorprendas.
Comentario escrito por Nacho Pepe — 01 de junio de 2011 a las 4:53 pm
yo lo resumiria mas bien con que asco de tecnologia, en lugar de avanzar retrasa.. tanto twitter y tanto facebook de mierda.. ahora hasta tirarse un pedo es algo digno de conocimiento publico. nos han penetrado pero bien con la mierda del consumismo banal y la individualidad exacerbada hasta la imbecilidad mas absoluta
Comentario escrito por lalo — 01 de junio de 2011 a las 5:05 pm
Los smartphones son una maravilla. Cuando estás con alguien y le llaman por teléfono, pues te pones a mirar cosas y ya está.
Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 01 de junio de 2011 a las 11:04 pm
Ya estoy deseando que compres el iPad a ver si cuentas una historia tan divertida, y que derive en comentarios también tan interesantes. Saludos
Comentario escrito por Solidamente — 02 de junio de 2011 a las 11:24 am
A mi, personalmente, los móviles que tienen muchas pijadas (iphone) no me llaman en absoluto. De hecho siempre me decanto por modelos que en ocasiones no tienen ni cámara! Y no es solamente por la alta tasa de siniestralidad que padecen conmigo, malpensados, es que aparte de llamar o mensajear, no les veo ningún atractivo más.
Las personas que temen estar solas suelen hablar mucho por teléfono, de eso me he dado cuenta. A mi como no me disgusta la soledad, pues apenas sí llamo o lo hago un poco forzado. Ahora mismo no uso teléfono y la verdad es que no lo echo de menos. Encuentro más gratificante comunicarme con mensajes que contesto cuando me da la real gana.
Por cierto, que por razones obvias me planteé en un par de ocasiones contratar seguro. Pero por lo que veo sale más rentable irse a los chinos, que es lo que casi siempre he hecho, menos mal.
Por contra, eso del tablet (ipad) ya me parece otra historia. Hay una aplicación muy curiosa que te permite seguir los fenómenos astronómicos apuntando tu ipad hacia cualquier dirección, son tonterías como esta las que me hacen sospechar que al cacharro sí se le puede sacar juguillo.
Pero lo mejor será esperar a que se lo compre Guillermo para determinar la resistencia y calidad del producto.
Comentario escrito por Gekokujo — 02 de junio de 2011 a las 11:58 am
Anticipo del capítulo MAC IV (Guillermo se compra un ipad):
http://www.youtube.com/watch?v=_vrJ83dEec4
Comentario escrito por David del Toro — 02 de junio de 2011 a las 6:13 pm
Por tener un mac Blanquito Apple ha decidido regalarte la tapa de abajo cuando se te manche.
Te la mandan por correo de gratis, solo tienes que pedirla.
Aquí:
http://www.apple.com/support/macbook-bottomcase/
No questions asked. Bueno, se supone que te la dan si esta estropeada pero you are the judge of that.
De nada.
Comentario escrito por Felipe — 06 de junio de 2011 a las 3:43 pm