Hiperliderazgo a la española
Una de las características más relevantes del sistema político español es, se supone, su naturaleza parlamentaria. A diferencia de lo que ocurre en Francia o en EE.UU., no existe la posibilidad de elegir directamente al presidente del Gobierno, ni al presidente de la comunidad autónoma, ni al alcalde del municipio correspondiente. Los ciudadanos votan una lista (cerrada cual defensa del Sporting de Gijón en el Bernabéu) y después será el partido o coalición de partidos que resulte mayoritario quien nombre al poder Ejecutivo.
En teoría, este tipo de sistemas refuerza al poder legislativo. En la práctica, ocurre justo lo contrario: el Legislativo tiende a funcionar como mera correa de transmisión del Ejecutivo, que es quien corta el bacalao y quien anuncia al grupo parlamentario o municipal qué es lo que se hará en cada momento, y cómo. Es un proceso que se realimenta a sí mismo habida cuenta de la capacidad del Ejecutivo para mandar, controlar a su partido (salvo en casos de partidos emanados prácticamente “de la nada”, como UCD, que en cualquier caso nunca habrían acabado así, suicidándose, en un contexto democrático más madurado) y colocar gente en los puestos clave. Un proceso que además viene muy reforzado por la preeminencia de la televisión en el sistema de medios de comunicación y la subsiguiente comunicación basada en la imagen.
Todo esto acaba conllevando una clara hipertrofia del poder en manos del presidente del Gobierno, que hace y deshace a su antojo. Y esto tiene profundos efectos electorales, prácticamente desde los inicios de la democracia en España. UCD pasó de ganar las Elecciones a desaparecer cuando, hábilmente, los barones se deshicieron de Suárez; la sucesión de González en el PSOE, cuando finalmente el felipismo logró cargarse a Borrell y colocar a Joaquín “mirada limpia” Almunia al frente, provocó el peor resultado del PSOE desde 1979.
Por otra parte, un modelo centrado en el liderazgo tiene el problema de que el líder puede convertirse en un lastre para su partido. Pero como al mismo tiempo sigue mandando, el partido lo tiene muy difícil para desembarazarse de él. Por eso en estos casos lo más inteligente es hacerse un lado antes que arriesgarse a llevarse una buena yoyah de manos de los ciudadanos, como intentó hacer Aznar en 2004 con el dedazo a Rajoy y como está haciendo ahora Zapatero vista su evidente amortización electoral de resultas de la crisis económica. Eso tiene la ventaja adicional de que ambos pueden sacar pecho por ahí reivindicando su condición de Invictus.
A Aznar no le salió muy bien el asunto, aunque no esté totalmente claro qué fue más importante, si la imagen de crispación, autoritarismo y pérdida del rumbo que dio Aznar en 2002 – 2004, con la Guerra de Irak como principal estrella, o la delirante gestión de los atentados del 11M, a tres días de las Elecciones (probablemente la respuesta esté en la suma de ambos factores, con el 11M como factor recordatorio y potenciador del voto anti-Aznar). El caso es que Rajoy se llevó en su cara la yoyah antiaznarista de 2004.
La pregunta es: ¿a Zapatero puede salirle bien la jugada? O, al menos, ¿puede salirle mejor? ¿Y qué podemos entender por “mejor”?
Los medios de comunicación ya se han apresurado a sacar el tarro de las esencias sondeoscópicas: según El País, si el candidato es Rubalcaba el PSOE no sólo ganaría las Elecciones aquí, sino en EE.UU., en India y en cualquier país en el que Rubalcaba decidiera presentarse. Si hacemos caso a El Mundo, lo relevante no es tanto si se presenta Rubalcaba o Chacón (a la que Pedro J. mira, en todo caso, con mejores ojos, por aquello de tocar las narices a Rubalcaba y reivindicar el inexistente efecto electoral de “su” caso Faisán), sino la importancia de la recuperación socialista una vez librados de Zapatero.
En este último aspecto coinciden todas las encuestas, y también la percepción pública: el “efecto Zapatero” le permite recuperar al PSOE unos cuantos puntos en las encuestas. Combinando esto con una incipiente recuperación económica y marcando bien los tiempos (primarias – nuevo candidato – recuperación – Generales), los más delirantes incluso sueñan con la victoria. Todo puede pasar aún, pero parece más razonable pensar en el escenario que ya se está prefigurando: victoria del PP por mayoría simple ante –probablemente- Rubalcaba, con Chacón de número dos con cuatro años por delante para foguearse en primera línea. Ello nos dará ocasión de comprobar ese axioma tan divertido que han intentado crear desde los mentideros de la derecha española: el de que Mariano Rajoy “será mucho mejor presidente que candidato”, que sirve para poner paños calientes al hecho obvio de que, como candidato, Rajoy deja mucho que desear.
Ya verán qué bien, ya: pasaremos de: a) un presidente que tomaba decisiones a lo bruto, con dos cojones, pegando gritos, porque él era así, con convicciones y firmeza, y cuidadito con toserle, a: b) otro que tomaba decisiones a lo loco, sin meditar, partiendo de políticas de imagen, con la vista fijada en el corto plazo y los efectos electorales; hasta finalmente llegar a: c) un líder incapaz de tomar ninguna decisión, especializado en dejar que las cosas se pudran hasta que resulten insostenibles y, entonces y sólo entonces, dejar que se pudran aún más.
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Hasta en eso es anti-español el EAJ-PNV…
Comentario escrito por popota — 12 de abril de 2011 a las 12:32 pm
Popota, no se crea usted. En unas elecciones a delegado cuando estaba en el instituto, nuestro tutor se quedó whathefuckeado cuando abrió una papeleta y se encontró una polla dibujada inclinada un poco a la izquierda y simétrico con respecto al eje vertical un palito. De forma que aquello parecía una uve en la que uno de los brazos era la mencionada polla. En ese momento el que estaba apuntando los palitos al lado de cada nombre para contar los votos le dijo que era un voto al «pene uve». Otros siete votos similares totalizaron los 8 con los que el «pene uve» ganó las elecciones a delegado de mi clase (yo no tuve nada que ver). Inexplicablemente nuestro tutor no mandó un burofax a Xabier Arzalluz para decirle que tomara las riendas sino que eligió como delegado al siguiente más votado.
A lo que voy es al poder de seducción del «pene uve» en una clase abiertamente españolista, ¿casualidad? no lo creo.
Y ahora tu me dirás que esto es una gilipollez sin ningún sentido y que yo he aprovechado el contexto para meter una anécdota con calzador y así hacerme el gracioso. Pero es que, en fin, qué se puede esperar de un antiespañol.
Comentario escrito por Otto von Bismarck — 12 de abril de 2011 a las 12:52 pm
Yo creo que es verdad, que el pescado no está todo vendido. Y, en todo caso y si no hay factores que varíen la situación prevista, veo al PP muy lejos de la mayoría absoluta. Es decir, que no le bastará el apoyo de un grupo para gobernar. Creo que entonces disfrutaremos con el circo político.
Comentario escrito por Gekokujo — 12 de abril de 2011 a las 12:59 pm
A Otto, y para Popota,
A mi me ocurrió, en la EGB, seria 7º u 8º, que un día nos plantearon el ejercicio en grupos de crear partidos políticos, presentar propuestas y luego hacer la votación a quien nos pareciese mejor.
El líder carismático de nuestro grupo, que además era negro, acabo forzando el nombre hacia “partido obrero al llamamiento anarquista”, uséase, el P.O.LL.A. Y no se yo, pero sospecho ahora si quería venir a significar subconscientemente su superioridad étnica en esto de cuestión de miembros. No perdíamos ocasión, por lo demás, de exigir legítimamente, ya fuera al tutor, ya fueran a los demás alumnos, a que siempre que nos mentaran lo hicieran por el acrónimo, y nada de “partido obrero al llamamiento anarquista”.
A lo que voy es al poder de seducción de cualquier partido de nominación falocratica en una clase abiertamente españolista, ¿casualidad? no lo creo.
Y ahora tu me dirás que esto es una gilipollez sin ningún sentido y que yo he aprovechado el contexto en el que alguien metió una anécdota para meter yo la mía como un cochino copión, y hacerme el gracioso sin serlo, y además poco original. Pero es que, en fin, qué se puede esperar de un antiespañol.
Comentario escrito por Bunnymen — 12 de abril de 2011 a las 3:42 pm
No, si al final el micropene ibérico va a ser la respuesta
Comentario escrito por Otto von Bismarck — 13 de abril de 2011 a las 11:24 am
A los expertos (léase frikis) de la política patria de la página ¿les parece que hay alguna posibilidad de que por primera vez gobierne en el reino un partido que no ha sido el que más escaños obtiene?
Porque podemos llegar a una situación curiosísima con un PP vencedor por la mínima, los nacionalistas reacios a apoyarle, el PSOE diciéndole a UPyD que, venga hombre, si al final sois de los nuestros, IU y otros progretarrillas varios tapándose la nariz para que no gobierne Rajoy… y el PP aún ganándose quedándose fuera de La Moncloa.
A mí me parecería un hito, además de divertidísimo ¿es factible?
Comentario escrito por Nacho Pepe — 13 de abril de 2011 a las 11:55 am
Aun no se me ha olvidado que una de las promesas que hizo Zapatero en el 2004 fue que pondría una segunda vuelta en las elecciones municipales para los ayuntamientos elegidos sin mayoría absoluta. El objetivo era «acercar las instituciones a los ciudadanos» (y de paso evitar a los tránsgugas). De esa propuesta apenas se habló y después nunca más se supo. En lugar de eso se dedicaron a arrojarse el Pacto Antitransfiguismo a la cabeza en sitios como Benidorm.
Al menos ha puesto de moda las primarias lo que no es poco teniendo en cuenta la deriva que ha tomado la Transición en las últimas tres décadas.
Comentario escrito por emigrante — 13 de abril de 2011 a las 12:11 pm
Sí, bueno, de moda mientras no sea para decidir si se presenta de nuevo él o no… Como dice Guillermo, el presidente tiene poder absoluto, y se convocan primarias por gracia de su sacrosanta voluntad.
Comentario escrito por Nacho Pepe — 13 de abril de 2011 a las 12:29 pm
Nacho, aunque hubiera una posibilidad matemática, esa mezcla de gazpacho con cocido madrileño, butifarras, chacolí y cuba libre resultaría de difícil digestión.
Es más viable un gobierno del PP en minoría, un año-seis meses de maquinaria mediatica a todo meter y nuevas elecciones ( eso si Merkel no nos convierte en un protectorado) ó, más fácil aun: Que Duran ponga un precio y el PP conteste «Sera per diners…»
Comentario escrito por galaico67 — 13 de abril de 2011 a las 1:05 pm
Hehehe, serà per diners…
Sí, yo creo que van los tiros un poco por ahí. De hecho, me pregunto si no sería una medida inteligente que Zapatero, ahora que está quemado, no llegase a un pacto fiscal con Cataluña. De manera que no hubiese mucho que negociar llegado el momento. Por que me da que Marianín pactaría hasta con «el enano que se niega a hablar español» si eso lo sienta en la Moncloa.
Y hablando de alemanes, por mí se puede hacer el experimento. Una cesión de 20 años de las Baleares. Estoy seguro de que los españoles asistirían consternados a un boom económico delante de sus narices. De hecho, gracias a ellos, se ha conservado parte del patrimonio, al comprar haciendas y rehabilitarlas.
Comentario escrito por Gekokujo — 13 de abril de 2011 a las 3:58 pm