Experiencias vitales con las radiofórmulas españolas
Nunca he sabido nada de música, ni me ha interesado aprender, ni tengo oído musical, ni sé (ni remotamente) bailar. Afortunadamente, nuestro viejo amigo el alcohol me ha conferido, a lo largo de estos años, un enorme repertorio de noches míticas en las que tarde o temprano uno recalaba en discotecas (generalmente horrible), pubs (más llevadero) y verbenas de pueblo (mis favoritas con diferencia), así que de alguna manera no tuve más remedio que escuchar algo de música.
Pero como ni sabía nada ni me interesaba (¡yo ya pasaba de comprar música cuando aún lo hacía todo el mundo!), ni siquiera podía decirse que fuese aficionado a un grupo, o un estilo, más allá de las canciones con las que en cada momento bombardeaban mi pobre cerebro alcoholizado.
Por esa razón, la mejor manera de definir mis, sin duda eclécticos, gustos musicales, era revisar las cintas que escuchaba en el coche. En concreto una saga de cintas que recibieron el mítico nombre de “Sundgren Mix” (en honor a un no menos mítico central sueco del Real Zaragoza de finales de los noventa, Gary Sundgren), de las que llegó a haber cuatro versiones (la nueva versión salía al mercado una vez el radiocassette de mi coche se había cepillado la anterior) y una derivación más macarra si cabe (Vellisca Dance, que enaltecía al fino extremo izquierdo zaragocista de la misma época, Martín Vellisca).
Viví feliz con “mi música” mientras destrozaba mi primer coche (1995-1999), heredado de mis sufridos padres, y en los primeros años del segundo (2000 – 2010), hasta que, desgraciadamente, me robaron la radio del coche. Y luego otra vez. Y otra. Y otra más, hasta cuatro veces en dos años (gajes de dejar el coche en la calle). Me harté y dejé de tener radio en el coche. Siete años de ominoso silencio, como si fuese el general Armada negándose a hablar de según qué cosas del 23-F.
Hasta que, muy recientemente (en concreto, una semana antes de que Zapatero me bajase el sueldo), y dado que mi anterior coche (como el primero) parecía recién llegado de un viaje de placer por Chechenia y Kosovo, me compré coche nuevo. Nuevo coche… ¡Y nueva radio! Pero, como ya no fabrican radiocassettes (¿pueden Ustedes creerlo?), no he podido configurar un nuevo Sundgren Mix (y sí, podría aprender a conectarle un USB, o algo, pero nunca me acuerdo de hacerlo, ni sé), con lo que me he visto abocado a escuchar la oferta de radiofórmulas españolas. Que es de lo que va el post, de mis experiencias vitales con la radiodifusión musical campando por las carreteras de España. Básicamente podríamos dividir la oferta en tres apartados:
1. Remember. O sea, música de los años setenta, ochenta y noventa (uno sabe que se hace mayor, entre otros muchos factores, cuando “su” música pasa a ser “remember”). Dos opciones:
– Kiss FM: A mí es una cadena que siempre me había caído bien por lo siguiente: cuando nació, a finales de los noventa, Kiss FM llegó a un acuerdo con Onda Cero, entonces gestionada por Telefónica, para asociarse con ellos, estipulando unos pagos a Kiss FM por parte de Telefónica sustancialmente más elevados conforme aumentase la audiencia de la emisora. Telefónica firmó esas condiciones, bastante leoninas, en la confianza (eran los gloriosos y despreocupados años de Juan Villalonga) de que Kiss no llegaría ni a acercarse a esas cifras. Y en esta que aparece Polanco, Don Jesús, aplica la mano de hierro que tiene PRISA aposentada sobre el EGM y ordena que los resultados de Kiss suban como la espuma. Así que Telefónica tiene que pagar un pastizal al dueño de Kiss, Blas Herrero, se niega, va a juicio, pierde y suelta finalmente 211 millones de euros (sí, sí, no de pesetas, de euros; ¡pero si con eso Blas Herrero podría comprarse dos Cristianos Ronaldos, y aún le sobraría!).
Por desgracia, la mejor demostración de hasta qué punto Kiss FM subió gracias a Polanco, y no a sus méritos, es escuchar su abundante repertorio, compuesto por cuatro canciones que son, además, bastante malas. La verdad, ignoro qué oscuro pacto fáustico tiene Kiss FM que le impide diversificar más su oferta, pero así es.
– M80, una de las muchas cadenas propiedad de PRISA y su apabullante dominio de las radiofórmulas (M80, Cadena 40, Cadena Dial): su repertorio es mucho más amplio que el de Kiss (diez o doce canciones), pero tiene el problema de que, cuando ya has escuchado tres o cuatro seguidas, se te hace más difícil cada vez dejar de pensar en Margaret Thatcher contrayendo el SIDA. De manera que, más pronto que tarde, tuve que hacer un trasvase hacia la segunda categoría.
2. Comercial: Tras los estériles devaneos con el Remember, el hábitat natural de un macarra sin demasiados aspavientos que configuró varias ediciones del Sundgren Mix tenía que ser el de las radiofórmulas comerciales (o, para entendernos, más explícitamente comerciales). Aquí encontramos una variedad mucho mayor, consistente en un repertorio de 4 canciones que se renueva frenéticamente cada año. En estos momentos, las que más suenan son esa cosa de Shakira del Mundial (una de las letras con mayor “mensaje” y profundidad que he escuchado nunca), una horrible canción más de Alejandro Sanz y una canción fascinante en la que toda la letra consiste en repetir, una y otra vez, “Alejandro”, “Fernando” y “Roberto”. Creo que el quid de la cuestión es identificar a quién se está follando en cada momento la cantante, que se llama Lady Gaga (me sorprendió que fuese cantante, e incluso que existiera; yo creía que era un personaje de Disney). Dentro de este ámbito encontramos un amplio abanico de cuatro opciones:
– 40 Principales: la más macarra de las cuatro, quizás porque pone mucha más publicidad (y eso, contrariamente a lo que pudiera parecer, aumenta el tonillo macarra, dado el cariz de la publicidad, para adolescentes descerebrados, que programan) y por el tono “pero mira qué joviales somos” de los locutores de Cadena 40; y, también, dentro de lo que cabe y a pesar de las apariencias, la más variada, la que mete canciones nuevas muy de cuando en cuando que después las demás emisoras, una vez han sido testeadas en 40, incorporan a su repertorio.
– Cadena 100: a mí es la que más me gusta, no por su música (que es sustancialmente idéntica a las demás), ni porque pongan “45 minutos seguidos sin publicidad” (que también lo hacen otras emisoras y, por otro lado, dicen tantas veces lo de “45 minutos seguidos sin publicidad” que al final es como si pusiesen continuamente publicidad), sino porque, puestos a elegir, reconozco que me da morbillo escuchar la radiofórmula de los curas. Y, por otra parte, cada vez que escucho Cadena 100 más de veinte minutos me acaban dando ganas de ver Batman Begins, por el efecto de la aterciopelada voz de Liam Neeson diciéndome lo de “45 minutos seguidos sin publicidad” entre canción y canción.
– Europa FM, Hit FM: pues como las otras dos, también con promos de “nosecuántos minutos sin publicidad”, con las mismas canciones y el mismo tonillo. ¡Menos mal que existen, son una alternativa a la que huir cada vez que Lady Gaga, o Shakira, o Alejandro Sanz vuelven de nuevo, que es casi siempre!
3. El Desierto: En ocasiones un hombre se encuentra frente a frente con la inmensidad del páramo de su alma. Si este hombre es español y viaja en coche, “en ocasiones” será cada vez que cruce la península y atraviese kilómetros y kilómetros de páramo y cadenas montañosas. Y, a menudo, el páramo comporta problemas para sintonizar emisoras. Entonces no queda más remedio que recurrir a lo que quede, que no es mucho:
– Poligoneras – tecno: Máxima FM, Loca (o “Loka”, no lo tengo claro) FM. También hay muchas emisoras locales, no adscritas a ninguna cadena de ámbito nacional, que programan este tipo de música. Se hace insoportable a partir del tercer minuto, aunque reconozco, ya puestos a confesar lo inconfesable, que a mí me divierte escuchar el tono supermacarra y ridículo del locutor presentando la mierda que nos va a poner a continuación.
– Emisoras de música española. O, para entendernos, “gitaneo” (sólo es una forma de hablar, pido a Sarkozy que no me imponga prematuramente la medalla de la Legión de Honor). Horroroso. Como no sé nada de música supongo que (como a lo largo de todo este post) combino obviedades con barbaridades al decir esto, pero: me da la sensación de que todo lo que está mejorando en esta década el cine español (huy, lo que me ha dicho; ¡el cine español “mejorando”!) respecto a las horribles décadas de los ochenta y noventa lo ha empeorado la música española, que ha seguido el camino contrario. En los ochenta y noventa, al menos, había más variedad, ahora todo son Bisbales y Alejandros Sanzs: gitaneo de la peor especie. No sé si es culpa de Operación Triunfo o mía y del tonillo “todo tiempo pasado fue mejor” de este párrafo, pero así lo veo. En cualquier caso, si lo que tenemos por delante es una Cadena Dial o similares (Radiolé creo que se llama otra; ¡qué horror!), casi prefiero apagar la radio o, mucho mejor, recalar en la última opción:
– RNE, que a su vez podemos subdividir en dos: Radio Clásica, que prácticamente siempre puede sintonizarse (pero, joder, es que es música clásica, y total, si voy con alguien en el coche se niega a escucharla, y si voy solo en el coche ¿para qué escucho música clásica? ¿A quién voy a impresionar escuchándola?), y otra que no sé exactamente cuál es, creo que Radio 3, y que podríamos definir como “la emisora Joaquín Luqui”. Es una emisora gestionada por gafapastas (hace un par de meses echaron, de forma bastante absurda, a Diego Manrique de la radio; por lo visto Diego Manrique es un supergurú musical, pero como no sé nada de música ignoraba que existiera hasta que recientemente me lo hicieron saber), consistente en que, antes y después de cada tema, te sueltan un rollo de cinco minutos en plan “guaaaauuuu, qué auténtico temazo, influido por las corrientes negroides del blues, el hip hop arrabalero y las experiencias vitales con ácido del cantante”. Y aunque la verdad es que los temas que ponen (casi todos “remember”, al menos cuando he caído en esa emisora) a menudo están bien, joder, es que hablamos de culturetas de la música, el grado más ínfimo del ya de por sí ínfimo mundo cultureta. Y uno ya está mayor para aguantar según qué cosas.
Comentarios cerrados para esta entrada.
Bueno pues mire, le hago yo un ejercicio de síntesis en su línea desde el transistor a la radio que resume la actitud verdadera.
-En los tiempos de la casete, el que no llevara o llevase una cinta de los Motorhead, era un maricón.
-Por supuesto todos teniamos nuestra cinta de remezcla. Forma de expresar cada cual nuestra absurda idiosincrasia.
-Concatenando entonces con lo anterior, cuando uno se queda por cualquier motivo son cacharro USB y se ve obligado a sintonizar, aquí en Madrid (Por que no tengo ni puñetera idea si es nacional), uno si es hombre digno, sintoniza Rock&Gol, musica Rock y Jevi y a a veces intercalan noticias yu resultados deportivos. Radio de machos allá donde las haya.
Comentario escrito por Bunnymen — 14 de septiembre de 2010 a las 12:20 pm
Bunnymen, tengo entendido que Rock & Gol (que creo que también era de los curas, aunque tampoco me voy a molestar en comprobar semejante afirmación) hace programas también en inglés, aunque no se molestan en poner música en inglés, por lo que el glorioso resultado es algo como «and the next song is one of the all-time Spanish classics: Rosendo Mercado’s ‘Flojos de Pantalón».
Ahora con carnet (me he resistido duramente a sacármelo) he hecho la de coger el coche de mis padres. Y también es de cintas. El problema ha sido coger las cintas de hace 10 añazos, y la imposibilidad de grabar nuevas por falta de equipamiento.
Grandioso post Guillermo. Lo compartiré con el mundo
Comentario escrito por The Disruptive — 14 de septiembre de 2010 a las 1:03 pm
Gracias por este abstract tan ponderado sobre el panorama del dial musical patrio. Me queda una duda, ¿el Sundgren Mix era de elaboración propia o comprado en un comercio del ramo? Y si era lo primero, ¿no hay huevos de facilitar la lista de hits incuídos en tan exquisita selección?
Bunnymen, Rock&Gol es una emisora fantástica para todos los que nos quedamos con ganas de más cuando en la sección de deportes del telediario nos dejan en ascuas con reseñas tipo «Hoy Cristiano Ronaldo llegó tres minutos tarde a entrenar», ampliando exhaustivamente estas y otras noticias similares con la ayuda de un gran equipo de profesionales.
Comentario escrito por Guille — 14 de septiembre de 2010 a las 1:06 pm
#2 Pues si, parece que es de los curas. #3 ¿Y no es eso fantastico?
«Rock & Gol es una cadena de radio que pertenece a Radio Popular S.A. (Cadena COPE).
Su programación se basa en dos pilares únicos, la música rock, de todos los tiempos, combinada con programas de tertulias y boletines cada hora de noticias de deportes.»
De wikipedia, of course.
Comentario escrito por Bunnymen — 14 de septiembre de 2010 a las 2:20 pm
A Guillermo se le ha olvidado comentar que cualquier cinta que pasa dos semanas en la guantera de un coche se convierte automáticamente en los Grandes Éxitos de Queen…
Comentario escrito por Camarada Bakunin — 14 de septiembre de 2010 a las 2:46 pm
No me diga más, música rock de los curas, como en Acción Católica en los años 70!
Guille, el Sundgren Mix, en todas sus ediciones, era artesanal y genuino, elaborado personalmente por mí en una cinta virgen de 90′. Y también era ecléctico, dado que combinaba en él músicas de procedencias, estilos y épocas distintas. El problema de la mayoría de ellas es que ni siquiera sé ni el título ni los autores (y eso que las escuché cientos de veces), como verá no hablaba por hablar de mi absoluta ineptitud musical.
Puedo decirle que había algún temazo de Seguridad Social, AC/DC, estaba «Video Kill the Radio Star» (creo que en una versión moderna no sé si de REM) y que la estrella del Sundgren Mix 3 fue una canción tecno que formaba parte de una inverosímil compilación «supertecno Love Parade» que me compré (sí, me compré, por el equivalente a cuatro euros pero pagando religiosamente) durante mi estancia en Berlín en 2001. Todo lo que sé decirle de tal canción es que la llamábamos (también martiricé, y mucho, a mis amigos con ella) «la 12», en referencia obvia al orden en que aparecía en el CD, que pagaría incluso más de cuatro euros por recuperarla (hace años que murió el último Sundgren Mix y perdí el CD) y que, en una celebrada ocasión, mientras conducía (el «mientras conducía» es importante) para bajar a Benasque (el pueblo pirenaico que está debajo de Cerler, en el que veraneo desde hace 30 años) una noche de juerga, puse el Sundgren Mix 3, busqué «La 12», la puse y, tras unos primeros acordes (que tanto daba; todos los acordes de la canción eran idénticos), me giré hacia mis pasajeros de detrás, no sé si aterrorizados o anestesiados por el alcohol, y les dije:
«¡Eh, tíos! ¡Esto es TECNO!»
Comentario escrito por Guillermo López — 14 de septiembre de 2010 a las 3:26 pm
Disculpen, pero es que yo no sé nada de música y muy poco de coches. Así que, a lo mejor, la pregunta es una chorrada, pero, ¿no llevan lector de CD,s las radios de los coches de ahora? ¿No se puede hacer un «Arixmendi Mix» o algo así en estos nuestros días de Dios?
Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 14 de septiembre de 2010 a las 4:03 pm
Andres,
La pregunta, más que una chorrada es desfasada (pero desfasada de cojones), las radios ahora llevan lectores mp3, lo que permite que uno lleve sus 50 disquitos (cifra aprox. de ejemplo) en su pequeño cacharro, también lo normal es que pueda usted organizarlo por carpetas y hacerse infinitos mix hasta donde su imaginación llegue(personalmente llevo como una docena de recopilatorios, eso si, agrupados por temática) siempre a mano para cambiar en los semáforos.
Y ya que lo menciona, el CD era un formato bastante jodido para el coche. Llevarlos en sus cajas suponía mucho gasto de espacio, llevarlos en un estuche de 20 (o 100) no permitía cambiarlos sino era con ayuda de copiloto, y lo peor, que al cerrar la guantera si esta estaba algo petada los partías.
¿Oigan y ustedes de que hablaban en el instituto/universidad? Con lo moderna y underground que me salieron a mi la gentuza de los 90´s.
Comentario escrito por Bunnymen — 14 de septiembre de 2010 a las 4:22 pm
mi primer (y único coche) no tenía cd, así que había que recurrir a las cintas de cuando uno era un ‘radical antisistema’, y así casi diez años después de todo volver a escuchar a los ramones vuelta y vuelta, la mítica Gold de Bob Marley, el Divine de los Madness, el Made in Japan, algún recopilatorio de Anthrax y la ‘cintografía’ de Siniestro Total.
vendían sin embargo unas cintas marca Vivanco que con un cablecico muy majo, se enganchaban en el mp3 y aunque el apaño era tristísimo, daba el pego si lo escondías bien el mp3 debajo del asiento. era triste igualmente.
yo soy de radio 3 aunque tengo que reconocer que en mis años de tierna juventud (datados de cuando la canción de Juan Perro de Radio futura) escuchaba los 40 porque los mierdas de ellos te engañaban con píldoritas de acdc o aerosmith.
rock&gol surgió para mi como un misterio cuando un colega madriles me dijo que ‘hay una emisora de puta madre, nen, fútbol y deep purple’. sin preocuparle un pimiento si era de lo curas o no.
como habitante del extrarradio (y esto ya me está quedando largo y sin interés) quisiera darle una mención especial en el apartado Gitaneo a la simpar Radio Teletaxi y su ‘Camelización’ de la música y la ética en general.
Comentario escrito por Karpov — 14 de septiembre de 2010 a las 4:39 pm
Yo quiero romper una lanza en favor de Radio 3.
El gafapastismo se ha disparado (no digo que no lo hubiera) con el cambio de milenio.
Vale, soltaban un rollo de más duración que las canciones, pero era el único lugar donde uno escuchaba géneros de música totalmente despreciados por el resto, además en programas temáticos, con lo que uno sabía a lo que iba (a la hora del hip-hop y el flamenco ni tocarla, a la noche Bossa Nova brasileña mu güena pa’l insomnio)…
Con ciertos cambios de política y dirección comenzaron los programas interminables de pseudo-radiofórmula gafapastosa con música «cool» de lo último que pega en el ambiente «underground» europeo y global, y ahora sólo se puede escuchar si uno va equipado de IPhone, Macbook (o seguramente ya la «tableta» de las narices), gafas acordes y una Moleskine tuneada (descripción verídica del gafapastoso más repelente con el que tuve la desgracia de compartir oficina varios meses).
Comentario escrito por Nacho Pepe — 14 de septiembre de 2010 a las 5:03 pm
Pues no olvides el Vellisca mix si vas de vacaciones a Escocia, porque la radio de allí es aún peor. ¡Qué suplicio estas vacaciones conduciendo por la izquierda y escuchando «she’s a monster, buy I don’t mind» a todas horas.
Comentario escrito por JaviWoll — 14 de septiembre de 2010 a las 5:47 pm
Mítico post que a partir de hoy entrará en los anales de la Historia de la LPD.
Así que ya conocemos su secreto querido Guillermo. Mucho libro de historia, mucha WWII, mucho politiqueo, comunicación y medios y bla,bla…pero de música «rien de rien»…por fin hemos encontrado su kryptonita!!!!
Hubo una temporada que escuche Rock&Gol, pero se repetían más que el ajo y las noticias deportivas en plan «Raul tiene un padastro que le pica mucho…» pues como que no. Había una pava que presentaba un programa en ingles, pero su acento y dicción eran TERRIBLES (y aun así ella pensaba que lo hacía de puta madre) y al oirlo era inevitable que te entrara «cosica»…y mucha vergüenza ajena.
Yo ya me he vuelto un gafapasta, no porque oiga Radio3 (a mi la Bossa Nova mezclada con flamenco Chill-Out y ramalazos de Hip-Hop, pues como que no), sino porque recientemente adquirí un IPOD de esos, donde metí sistemáticamente mis 50-70 discos favoritos (de esos que no me canso de oir) para no tener que oir nada más.
Pero lo mejor es que para el coche han sacado un cacharrillo (que se enchufa al mechero) donde conectas el IPOD y este envía la señal de reproducción a una frecuencia de la radio donde no hay señal (el cacharrillo como digo te busca la frecuencia más limpia). Tu luego solo tienes que sintonizar esa frecuencia. Con eso y la reproducción aleatoria del bichito de Steve Jobs, ya pueden darme carretera. Mi propia radio de éxitos y sin tener que cambiar CDeses…
Yo, ser inepto para con cualquier tipo de innovación tecnológica, recomiendo su instalación para así estar a salvo de la mierda de radiofórmulas que describes y como no, para poder preparar un nuevo Vellisc…¡que coño!, un flamante «PAQUETE HIGUERA MEGAMIX» en formato mp3 dolby sorround.
Comentario escrito por Garganta Profunda — 14 de septiembre de 2010 a las 8:33 pm
@ Garganta profunda
Yo me compré un truñete parecido al tuyo, pero viviendo en Madrid es imposible pillar sonido limpio. Si eres de Madrid, ¿en qué onda lo pones? Yo mientras sigo con mi cinta del CD 2 del ‘Algazara’ de Reincidentes de mi adolescencia…
Comentario escrito por The Disruptive — 14 de septiembre de 2010 a las 8:55 pm
Estoy con #13. Me regalaron el cacharrito y dura la emisión doscientos metros hasta que se te cuela «¡Este sábado verbena del lechón!» y cosas así en medio de una pieza de Chano Bach o de AC&DC. Debe ser cojonudo si vives y conduces en el interior de Australia. Ah, y olvídate de volver a encender un cigarro con el mechero del coche violado.
Comentario escrito por gus — 15 de septiembre de 2010 a las 11:18 am
Yo no es por joder, pero el cacharrito de los cojones te busca la emisora y además la «limpia» de inteferencias. Bien es cierto que en nucleos urbanos hay mas problemas para encontrar una frecuencia libre (¿Quién coño habrá dado tantas licencias para decir sandeces y soplapolladas?), pero como servidor de ustedes hace mucha autopista, pues la verdad es que no lo noto.
http://www.belkin.com/IWCatProductPage.process?Product_Id=398497
Comentario escrito por Garganta Profunda — 15 de septiembre de 2010 a las 12:07 pm
Garganta, lo de los 50-70 discos me temo que no es volverse gafapasta, sino «Cosas de la edad», yo también he notado que desde hace unos años sigo escuchando siempre lo mismo, cosas que ya oía a principios de siglo, y que hace tiempo no incorporo ningún nuevo artista a mi repertorio.
Asumámoslo, «La juventud, ya se escapó» ©Los Suaves
Comentario escrito por Nacho Pepe — 15 de septiembre de 2010 a las 12:11 pm
Creo que el problema, más que debido a que se hayan concedido muchas licencias, debe de estar relacionado con que no se persiguen a las radios piratas.
Debo de vivir en otro mundo en cualquier caso. Mis padres se han comprado un coche hace apenas un año y juraría que tiene lector de CD, como toda la vida. Aunque a saber, quizás es que ellos se han empeñado. Hace 10 años, cuando compraron el coche anterior a este, se empeñaron en que no tuviera elevalunas eléctrico y cierre centralizado «por motivos de seguridad» (son cosas, esencialmente, de mi madre) y tuvieron que buscar por toda España un Ibiza de esas características, porque ya casi ni se fabricaban para el mercado nacional cosas así. A lo mejor esta vez han hecho lo mismo.
Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 15 de septiembre de 2010 a las 12:14 pm
Andrés, tus padres son unos fenómenos.
Mi hermano se compró un coche hace un par de años y era CD-CD, sin la posibilidad emepatrás. Y ni le dieron a elegir, vista la sorpresa que se llevó al intentar meter un CD de MP3
Yo con el cacharrillo este que me compré (bastante menos sofisticado que el de Garganta Profunda, visto lo visto) lo único que he conseguido es asociarlo con la radio del móvil y poner el iPod y el móvil muy juntitos (y con altavoz, obviamente). Pero ambas baterías corren que se matan…
Comentario escrito por The Disruptive — 15 de septiembre de 2010 a las 12:49 pm
16# Ya puestos, le diré además que se esta quedando calvo y echando barriga.
Comentario escrito por Bunnymen — 15 de septiembre de 2010 a las 12:52 pm
Una de mis experiencias mas traumatiicas de mi vida fue en el curso 91/92 que vivia con unos amigos en una casa de alquiler que no tenía television. asi que decidimos que se podía vivir muy bien sin tele, y que para amenizar las comidas ya teníamos una radio. En esa epoca creo que no existían ni Kiss FM ni Europa FM, asi que nos decidimos por M 80 radio «serie oro». Al principio todo iba bien, escuchabamos musica no existía publicidad (o era ridicula, no lo recuerdo), pero al cabo de las semanas nos descubriamos tatareando alguna de las canciones que ponian (en lo que guillermo no exaguera respecto a su numero limitado). ademas los cabrones no solo no renovaban la musica sino que la solian poner a la misma hora, no habia cena en la que no sonara una cancion de Victor Manuel cuyo titulo no recuerdo pero si su estribillo (se les vio paseando por el jardin, o algo parecido).
asi que ante el riesgo de enloquecer decidimos que ya que no teniamos tele, podríamos traer un radiocassette, con lo que nuestra salud mental se recuperó (al menos parte de ella).
claro que al año siguiente vino a vivir con nosostros otro «amiguete», que si tenía tele (hecho que no tuvo nada que ver en que decidieramos compartir el piso con él), y que no nos habia dicho que uno de sus progamas preferidos era el «que apostamos», y que no teniamos que tragar si queriamos cenar con la tele
Comentario escrito por pio baroja — 15 de septiembre de 2010 a las 2:51 pm
De «The Disruptive»
«…lo único que he conseguido es asociarlo con la radio del móvil y poner el iPod y el móvil muy juntitos (y con altavoz, obviamente).»
Oiga, usted a «rebuscao» no le gana nadie. ¿Ha probado conectar el IPOD al Condensador de Fluzo y acelerar hasta llegar a 140 km/hora a ver lo que pasa?
Comentario escrito por Garganta Profunda — 15 de septiembre de 2010 a las 5:06 pm
@ Garganta profunda: lamentablemente aún llevo la L, y no es cuestión de tentar a los agentes de la ley por mucha huelga de bolis caídos que dicen que hay. Pero en diciembre quito la L, y negociaré la adquisición de dicho Condensador.
Comentario escrito por The Disruptive — 15 de septiembre de 2010 a las 9:23 pm
Pero qué artículo más grande que te has marcado, y he de reconocer que estoy bastante identificado contigo. Respecto a comentarios… he de reconocer que yo tenía un cariño enorme a Rock&Gol, tanto que era capaz de ir a mear durante el boletín o hacer cualquier cosa para que no empañase su imagen, jeje. La mejor época creo que fue cuando estaban tanto Rafa Escalada como Carlos Finally, que de música entendían algo.
Comentario escrito por Solidamente — 15 de septiembre de 2010 a las 10:29 pm
Guillermo, la música española, o «gitaneo», o derivados del flamenco de calidad altamente variable, ofrece una variedad excepcional hoy en día: Muchachito Bombo Infierno, Los Delinqüentes, Tomasito o Kiko Veneno, por citar a los integrantes del G-5, y sólo por poner un ejemplo, son de lo mejorcito de la rumba actual, uno de mis estilos favoritos, por cierto, aunque por supuesto también me gustan los maestros y cuasipioneros, Los Chunguitos y Los Chichos. Otra cosa es que en las radiofórmulas sólo pongan Estopa, El Arrebato y Melendi (los dos últimos dudo incluso que merezcan el calificativo de rumba), además de la tía esa rara que está siempre fumada, Bebe.
He aquí una de mis favoritas:
http://www.goear.com/listen/f5468d7/el-aire-de-la-calle-los-delinq%C3%BCentes
Comentario escrito por Karraspito for President — 16 de septiembre de 2010 a las 12:26 pm
Nacho Pepe, precisamente dos de mis programas favoritos de Radio 3 son «El Rimadero» y «Flamencos y Pelícanos», de hip-hop y flamenco, respectivamente. Además de «Área Reservada», de jazz, y el de Trecet, de new age. Los demás los puedo escuchar, porque la música siempre merece la pena, pero con la precaución de tener siempre una bolsa de las de vomitar al lado para cuando los enteradillos del planeta Mongo que los presentan hablan entre tema y tema. Especial mención para Jesús Ordovás, que iba de listo y lo acabaron largando por pasarse, como me alegré…
Por si alguien cree que exagero con lo de la bolsa, que me diga que le parece despedir un programa (el «Diario Pop», en concreto), con la frase «Que todos los seres sean felices…»
Creo que cuando hablas de «pseudo-radiofórmula gafapastosa con música “cool” de lo último que pega en el ambiente “underground” europeo y global» te refieres a Julio Ruiz y su «Disco Grande», que por lo general da bastante asco y sólo pone grupos de niñatos imberbes haciendo lo mismo de siempre pero a los que, inexplicablemente, todo el mundo les come la polla y les da premios. Aunque a veces te descubre un «Vetusta Morla» de la vida y no está mal…
Comentario escrito por Karraspito for President — 16 de septiembre de 2010 a las 12:26 pm
Disruptive, no puedes grabar nuevas, pero puedes escuchar las del iPod, o el Discman, o lo que sea:
http://www.amazon.co.uk/IOMAX-Car-Cassette-Adapter-Black/dp/B001AZKRQ6/ref=sr_1_2?ie=UTF8&s=electronics&qid=1284630239&sr=8-2
Garganta, el aparatito ese al que te refieres es perfecto si lo que quieres es convertir el perfecto e inmaculado sonido digital del iPod en algo parecido a música grabada en una sala con un mono manoseando una bolsa de papel, es físicamente IMPOSIBLE obtener un sonido nítido con esa basura. Lo mejor es conectar un cable auxiliar que puedes camuflar por detrás del aparato de radio, no se pierde nada de calidad de sonido
Pio baroja, la canción se llama “Sólo pienso en ti” y creo que va sobre un romance entre dos mongolitos o algo así…
Comentario escrito por Karraspito for President — 16 de septiembre de 2010 a las 12:27 pm
@kARRASPITO
«es físicamente IMPOSIBLE obtener un sonido nítido con esa basura»
Nos ha jodido. Me acabas de descubrir el «ron con coca-cola». Claro que lo mejor del mundo es pasar un cable, o mucho mejor, que tu coche tenga una entrada preinstalada para Ipods…pero como dudo mucho que aquí nos compremos BMWs y cositas así o que tengamos los 400 – 600 Euros que cuesta la broma, creo que los 30 Euritos del cacharrito hacen su papel.
Mal me sabe no poder disfrutar del «perfecto e inmaculado sonido digital del iPod » en mi coche. Pero para un servidor de usted que ha escuchado musica de un cinta revenida del «Greatest Jits de Queen» en un radiocasette de un Ford Orion con una baffle medio roto…y aun así se ha emocionado del gusto con «I want it all» o «Innuendo» sin importarle un pimiento que el sonido fuera 5.1, dolby sorround o que la voz de Freddie Mercury sonara solo por un lado del coche….¿que quiere que le diga? Con tal de que se oiga minimamente decente ya me conformo…
Para oir musica en condiciones, en casita y tumbadito, con tu cadena. Eso lo sabemos todos.
PD. La calidad del sonido pristino del Ipod dependerá de la calidad del mp3 que metas dentro, amigo.
Comentario escrito por Garganta Profunda — 16 de septiembre de 2010 a las 1:05 pm
pio baroja
la canción esa de victor manuel es sin duda, uno de los momentos de malrrollismo musical más grande de la historia.
‘no puede haber nadie en este mundo, tan feliz….’.
para pegarse un tiro.
garganta profunda
veo lo de queen y subo la apuesta al volumen IV de black sabbath por la carretera que une la a-3 y la a-4 atravesando la mancha a las dos de la tarde en agosto, escuchándose sólo un bafle. y a 80 sin adelantar los seis camiones que teníamos delante.
viva españa.
Comentario escrito por Karpov — 16 de septiembre de 2010 a las 1:29 pm
Lo del aparatito del mechero se llama «emisor de radio de FM». A mí, rodeado de las némesis de los adoradores de la piedra secular (guadia civil, policía nacional) en formato moderno, me surgen muchos problemas para poder escucharlo correctamente.
No sólo lucho contra las radiofórmulas y radio María, sino también con los barredores o bloqueadores de frecuencias, que de vez en cuando me borran memorias de las llaves electrónicas, etc….y que se usan en mi zona para que los simpáticos amigos de algunos de los que aquí escriben (y amparan moralmente) no puedan poner bombas para luchar contra el opresor mesetario centralista y facha.
Bueno, al lío, a mí me funciona de p.m. siempre que sintonice previamente en el garaje la emisora con el ipod, y entonces, si circulo con las ventanillas cerradas, se escucha con bastante calidad, por lo menos para mí. Lo del cable auxiliar del IPOD será con toda seguridad, mejor. Lo que pasa es que dados mis gustos musicales, suelo sufir censura también en este ámbito.
suelo ponerlo entorno al 80yalgo de FM.
Comentario escrito por pepito71 — 16 de septiembre de 2010 a las 1:51 pm
«pero como dudo mucho que aquí nos compremos BMWs y cositas así o que tengamos los 400 – 600 Euros que cuesta la broma, creo que los 30 Euritos del cacharrito hacen su papel.»
Yo me acabo de comprar un aparato con entradas AUX, USB y SD, pero sin unidad de CD (que no necesito para nada), lo cual rebaja espectacularmente el precio, por £40 NUEVO:
http://cgi.ebay.co.uk/BEAT-175-USB-SD-RDS-RADIO-AUX-CAR-STEREO-HEAUNIT-/380258189760?pt=UK_Audio_TV_Electronics_In_Car_Entertainment_GPS_In_Car_Audio_Players_PP&hash=item58892781c0
Comentario escrito por Karraspito for President — 16 de septiembre de 2010 a las 2:50 pm
¿Hola?, ¿disculpen?, buscaba la LPD, pero me parece que he entrado en el media markt
Comentario escrito por Bunnymen — 16 de septiembre de 2010 a las 3:35 pm
Mira que soy tonto, y ni siquiera me llevo comisión…
Comentario escrito por Karraspito for President — 16 de septiembre de 2010 a las 3:36 pm
«en honor a un no menos mítico central sueco del Real Zaragoza de finales de los noventa, Gary Sundgren»
¡¡¡¡ Qué re-grande !!!!
Comentario escrito por Jewel — 16 de septiembre de 2010 a las 9:13 pm
Pues yo sigo escuchando cds en el coche y tan ricamente, oiga.
Comentario escrito por desempleado — 17 de septiembre de 2010 a las 8:05 pm
No puedo por menos que puntualizar la ácida valoración que de Radio 3 aquí se hace, y es que tiene tal cantidad de progamas que uno encuentra algo que le ponga, pero seguro. A los amantes de Rock and Gol, que escuchen Rock Reaktor o El Sotano, por ejemplo. A los intelectualoides que disfrutan leyendo a Beevor y Flashman, nada como Ruta 61. Y Flor de Pasión o Andy y Amigos son imperdibles. Para más inri, están disponibles via podcast: carguenlos en sus lujosos MP3, conectenlos via USB o cinta de toda la vida y olviden el páramo radioformulero: serán más felices, que diría alguno por ahí!
Comentario escrito por SinanPacha — 20 de septiembre de 2010 a las 2:17 pm
A mi me dió una depresión cuando me dí cuenta que llebaba varios años seguidos escuchando música del tipo «Remember».
Así que como convertirme en un carroza no entraba dentro de mis planes aún comencé una ardúa búsqueda de grupos que hubiesen sacado su primer disco más hayá del año 2000.
Tengo una lista de reproducción en Spotify. Para acceder a ella sólo tienen que buscar en google
«Share my Playlist 21st Century Rock»
Comentario escrito por cachimba — 20 de septiembre de 2010 a las 4:07 pm
Hoygan. Hoygan.
Yo creo que el tema radio3 se merece un spin off.
A mí me molaba escuchar a Pablo Motos en M-80 por las mañanas y luego solo escuchaba música en la radio de vez en cuando. Hasta que tuve un trabajo en el que estaba yo solo en una habitación haciendo una actividad mecánica y repetitiva, alienación pura, en definitiva, y también comprobé dolorosamente que en las radiofórmulas siempre ponen lo mismo.
Aluego currando con gente que estaba haciendo la tesis tuve una agria disputa con la misma persona que me mandó el enlace al curso para ligar. Mi opinión era que R3 tenía mucha variedad y era ideal para conocer grupos nuevos. Pero que cuando empezaban con las radionovelas intelectualoides debían ser atacados con napalm. Diatriba que luego derivó a que si no lo escuchaba nadie quizás no fuera un servicio público y debía desaparecer. Y eso que es la única emisora que escucho en el coche.
En cuanto a lo de la música clásica me quedo con una frase que decían en In the loop, felizmente reseñada aquí. Era la que le decía el asesor cabrón al ministro de exteriores, algo así como: el único motivo por que siempre tienes puesta música clásica es que llevar una gorra que ponga -estudié en un colegio privado- queda demasiado ostentoso (más o menos).
Grande el artículo y la intro, recuerda el modus operandi de Álvaro. Pero se me cae el alma a los pies por mis ídolos de barro. El que no sabe si los coches llevan cedeses y el que no sabe hacerse un cochino recopilatorio con el nero. En serio que me están ustedes empujando a la drojaína.
Comentario escrito por Otto von Bismarck — 20 de septiembre de 2010 a las 4:54 pm
#37 Respuesta.
Pues eso de las radionovelas (guiones radiofónicos) creo que se llaman, recuerdo haberlo comentado en un post en el foro de Tactland y haberlas llamado radionovelas exactamente.
¿Otto von Bismarck, pasa usted por dichos foros?
Yo suelo escuchar radio 3, y la verdad. Que vale que uno tenga que quitar la música clásica cuando va con gente en el coche, pero tener que hacerlo cuando escucha radio 3 porque estan emitiendo a alguien leyendo, tócate los huevos.
Comentario escrito por cachimba — 21 de septiembre de 2010 a las 12:02 am
#38.
Pues he tenido que googlear tacland para saber qué era, con eso se lo digo todo. Pero podríamos crear una asociación de afectados.
Comentario escrito por Otto von Bismarck — 21 de septiembre de 2010 a las 10:06 am
Me sorprende el poco aprecio que se le tiene en general a la música clásica. No sé a que puede deberse, si a un esnobismo inverso (también llamado orgullo del ignorante) o a la falta de educación cultural y, sobre todo, musical. Ver decenas de comentarios de gente cuya inteligencia es, sin duda, «superior a la media» y que nadie se atreva a poner, es un decir, a Miguel de Cervantes por encima de Marial Lafuente Estefanía; a Rembrandt por encima de Ibáñez o a Martin Scorsese por encima de Roger Corman.
Comentario escrito por Carlos — 21 de septiembre de 2010 a las 2:17 pm
41#.
Por que en la página mayoritariamente se habla de cultura popular. Por eso hay secciones de cine (de palomitas) y futbol y no las hay de pintura o arquitectura.
No es que nadie se atreva o deje de atreverse a poner por encima a Doménikos Theotokópoulos de Jack Kirby, es que sencillamente no procede.
Me sorprende que alguien cuya inteligencia es, sin duda, “superior a la media” no se percate de este detalle.
No sé a que puede deberse, quizá a un esnobismo del de toda la vida (también llamado orgullo del gafapasta repelente).
Comentario escrito por BunnyMen — 21 de septiembre de 2010 a las 6:40 pm
No hablo de las entradas del blog, que son las que son. Hablo de los comentarios, aparentemente más sinceros y menos humorísticos. Pero vamos, seguro que es todo pose y en el fondo aquí todos escuchan a Bruckner en el coche, pero lo quitan cuando sube alguien para no parecer un «gafapasta repelente».
Admitámoslo. La cultura musical media es muy pobre. Esta página, o más bien, sus seguidores, no son ninguna excepción. Sin ánimo de ofender, me preguntaba el porqué en voz alta. Estoy seguro que el lector medio de este blog conoce y aprecia mucho más la Literatura, la Pintura o la Arquitectura (con mayúsculas) que la música. ¿Por qué?
Comentario escrito por Carlos — 21 de septiembre de 2010 a las 9:22 pm
42#.
Primero, que cuando uno va en su coche solo escucha lo que le da la gana, unos tendrán de placer culpable a Stravinsky, otros a Jean Michel Jarre, y los más a Camela, para gustos los colores.
El echo de quitarlo cuando sube alguien es mas por costumbre social de alcanzar un consenso de armonía(ya que se habla de música) en ese breve periodo de convivencia dentro del automóvil (ya sabe,“oyes, ponnos algo que nos mole a todos”) que por parecer tal o cual cosa.
No creo que nadie sensato en este mundo le acuse a otro de “gafapasta repelente” por que le de a uno por escuchar al primero de los citados anteriormente, salvo que a uno le de por llamar ignorante a quien no aprecie la obra del señor Stravinsky, en cuyo caso será tildado con toda la razón del mundo de “gafapastoso repugnantoso”, por elevar pedantemente a ciencia de ineludible conocimiento lo que no es más que una cuestión de gusto (arte si se quiere, pero seguirá siendo fundamentalmente una cuestión de gusto, y hasta gente muy inteligente y estudiosa puede sentir desinterés hacia el mismo sin que ello sea motivo de menoscabo intelectual por parte de nadie).
“Admitámoslo. La cultura musical media es muy pobre. Esta página, o más bien, sus seguidores, no son ninguna excepción.”
Gran deducción mi querido Holmes, teniendo en cuenta que en este post, antes de que nadie entrase a señalar con el dedo, una mayoría a empezado reconociéndose ignorantes musicales, se ve que esperando erróneamente que nadie les fustigara por ello, para después pasar a hablar no de música sino de radio musical y su relación vital con ella.
En cuanto a la cuestión emitida en alta voz, pues decirle que áreas de conocimiento hay decenas (más bien cientos). Si coge algunas al azar, por ejemplo, arquitectura, derecho romano y física aplicada, se dará cuenta de que, oh casualidad, la cultura media en estas disciplinas también será muy pobre, quizá hasta increíblemente (yo no lo creo) la de usted. Solo esperemos que a los arquitectos, abogados y científicos no les de por llamarnos ignorantes incultos.
Si la gente de aquí en general sabe más de literatura que de música, puede ser quizá por que en esta página abundan los post de literatura y de música como que no, o puede que por que no les ha salido de los santos genitales hasta el momento hablar del tema mientras podían hablar de futbol. Ya le digo, cuestión de intereses comunes. Quizá en la LPMD (La Pagina Músical Definitiva) encuentre gente de más nivel en este ámbito.
Comentario escrito por BunnyMen — 21 de septiembre de 2010 a las 11:23 pm
La mayor parte de los que leemos esta página no somos ni cineastas, ni arquitectos, ni compositores. Si yo pido que me nombre dos españoles destacados en cada una de las disciplinas en la actualidad no creo que nadie aquí tenga problema en citar de cabeza a Amenábar, Almodóvar, Saura, Moneo o Calatrava. Para los compositores la mayoría de los presentes tendría que tirar del Google, y mira que no hay genios musicales en España de los 50 para acá: Halffter, De Pablo, García Abril; el prematuramente fallecido Guerrero…
Yo no pretendo insultar a nadie por su falta de conocimientos y mucho menos por su carencia de gusto. Mi intención es poner de manifiesto que la música está aún más maltratada que el resto de las artes. Yo no soy músico profesional, ni tan siquiera aficionado. No creo que haga falta serlo, como no hace falta saber pintar para apreciar un cuadro ni ser escritor para leer un libro. Hace falta, eso sí, una educación que en este país hay que adquirir fuera de la enseñanza reglada, ya sea de forma autodidacta o teniendo la suerte de vivir en un entorno musical. Me apena, la verdad.
Comentario escrito por Carlos — 22 de septiembre de 2010 a las 10:19 am
Bueno, podemos tener en cuenta que quien más o quien menos en sus tiempos estudio Literatura, Arte (escultura, pintura y arquitectura). Si uno no durmió demasiado en clase algo de poso queda. El cine es fácilmente autodidacta en mi opinión por que siempre ha habido en televisión muchos programas especializados, también ver películas requiere menos esfuerzo que otras actividades, lo cual deriva en que permite profundizar a quien le interese.
Pero en la educación general pocos han estudiado música, al menos supongo que los que estudiamos por régimen publico. Yo por ejemplo tuve un año asignatura de música en bup, asignatura al nivel de la religión o la educación física y de la cual no recuerdo absolutamente nada (bueno, creo que nos enseñaron algunos conceptos que como ya digo, no recuerdo, y escuchar algo de Mozart y Falla, poco más). Supongo que por esto el que sabe algo de música es por las razones que indica, la vía autodidacta o el estar en un entorno musical. Pero ya puestos, también se podría decir esto de la danza.
La cosa a mi particularmente no me apena demasiado. Creo que si estructuramos las artes valorando en una improvisada formula lo que enseñan o como ayudan en la formación, y su utilitarismo, la música ocupa el lugar que le corresponde con respecto a otras. No se si me explico del todo lo bien que desearia.
Comentario escrito por BunnyMen — 22 de septiembre de 2010 a las 10:53 am
Tu opinión es muy similar a la de la mayor parte de la gente, que se resume en: yo escucho música para entretenerme (y la clásica es un coñazo). Utilidad, ningún arte la tiene, salvo que cuente como tal el poder tirarse el pisto. Por lo demás, es notoria la enorme disparidad entre la cantidad de música que oímos y la consideración artística de la misma. Incluso los inadaptados como Guillermo pasan más tiempo al día oyendo música que leyendo libros o viendo películas. No digamos ya visitando museos. Y aún así no hay ningún interés en obtener un placer estético e intelectual de estas audiciones. Haciendo una burda analogía es como si cada día comiésemos en un buffet, pudiendo escoger cualquier manjar, y nos empeñásemos en mordisquear las mismas cuatro lechugas anémicas una vez tras otra. Es algo que también pasa en otros ámbitos. Hay lectores que se alimentan tan sólo de novelas rosas y espectadores que sólo acuden al cine a ver una de Torrente. La diferencia de estos medios con el musical es cuantitativa: hay muy poca gente que busque algo más que mero entretenimiento pasajero en la música en comparación con otras artes. De nuevo, me apena. Porque es muy fácil escuchar buena música, mucho más fácil que ver una buena película o leer un buen libro. La buena música es más accesible y más asequible. Proporciona además un placer estético que no se puede experimentar de ninguna otra forma. En cuanto a la música se refiere los españoles somos como los parisinos que nunca han visitado el Louvre y encima están orgullosos de no haberlo hecho.
Comentario escrito por Carlos — 22 de septiembre de 2010 a las 11:45 am
“La buena música es más accesible y más asequible”.
No estoy del todo de acuerdo, o más bien, creo que no es tan fácil. Escuchar música con atención requiere un cierto aprendizaje. Este para el común de los mortales ha de ser autodidacta, y una vez la música ha captado el interés del oyente, este ha de buscarse las castañas (es decir, informarse sobre el periodo o genero) para profundizar en esa música y buscar las variantes que a el le emocionen. Esto vale tanto para la clásica como para la música pop (en pop meto todo absolutamente lo que no es clásica, desde el rock a la electrónica pasando por el rap).
Siguiendo con las comparaciones, igual que el paladar para el buffet, el oído hay que educarlo. Decía un hombre sabio, que aunque en el mundo se diga que el arte es para todos los hombres, eso era una mentira, el arte era solo para los cultos, la gente capaz de apreciarlo (Clint Eastwood en “Licencia para matar”).
Comentario escrito por BunnyMen — 22 de septiembre de 2010 a las 12:26 pm
Carlos, si me permite he de decirle que estoy indignado por su comentario; ¿cómo que paso más tiempo al día escuchando música que leyendo o viendo la tele? ¿Y para esto he escrito un post que comienza con «no tengo ni idea de música»? ¡Pero si sólo escucho música cuando voy en coche o con el mp3, en contadas ocasiones en que salgo a dar una vuelta por ahí! ¡Si escucho, además, sea en la radio, sea en el mp3, casi siempre las mismas canciones! ¡Que me trago al menos 3 capítulos de 40 minutos de alguna serie al día!
Hecha la aclaración, les ruego que sigan con su debate, que está interesante
Un cordial saludo
Comentario escrito por Guillermo López — 22 de septiembre de 2010 a las 12:34 pm
Guillermo: aparte de la música que usted escuche voluntariamente, se verá sin duda expuesto a horas y horas de hilo musical involuntario. Hoy en día es casi imposible conseguir silencio. La música de fondo está en todas partes: oficinas, ascensores, el coche. En las mismas series que usted ve, en la publicidad, en los móviles de quienes le rodean. Es imposible vivir en una ciudad moderna y no escuchar al menos una hora de música al día.
Aunque mi frase «accesible y asequible» se refería más bien a la facilidad de escuchar prácticamente cualquier obra gracias a servicios como spotify o grooveshark (búsqueda instantánea, coste 0) tu comentario me parece de lo más acertado. Efectivamente, hace falta una educación. Pero es una educación que cuesta mucho menos de lo que parece adquirir. Todos escuchamos música y, aunque no sepamos nombrarlos, podemos distinguir el ritmo, la melodía, la armonía y el timbre. Una pieza de música culta utiliza esos mismos recursos, igual que un cuadro y un cartel publicitario usan el dibujo, el color, la composición y los demás recursos de la pintura. Escuchar una obra culta tras una vida de pop es como leer a Dante en italiano. Al principio uno no se entera de nada, pero luego es más fácil de lo que parece. Lo importante, como tú dices, es la escucha activa y no pasiva. La misma actitud que distingue al que ve una película con criterio de uno que sólo busca pasar el rato. ¿Hay que invertir un poco de esfuerzo? Desde luego, como todo lo que merece la pena. Pero no tanto como parece.
Comentario escrito por Carlos — 22 de septiembre de 2010 a las 1:12 pm
Cierto, pero aún en el supuesto de que alguien, pongamos que por entorno, disponga de esa educación adecuada, queda el tema de que a uno, simplemente, le guste o le interese, y eso no entra con educación ninguna, sale de uno mismo.
Por otra parte, en el comentario que le ha hecho a Guillermo sobre la música a la que nos vemos expuestos involuntariamente, a mi no me vale, si alguien, en una discoteca ya a veces ni siquiera se preocupa de hacer una escucha activa, que decir de en el autobús o los móviles ajenos. Normalmente en el quehacer diario la gente no presta atención al sonido ambiente, y la música no es más que otro ruido en la paleta de molestias auditivas, que en el mejor de los casos, llama nuestra atención para molestar (esos teenagers asesinables, con los móviles en altavoz y su reguetón), en fin, que no conozco a nadie que se enamorase de la obra de Chaikovski al subir en un ascensor con hilo.
Comentario escrito por BunnyMen — 22 de septiembre de 2010 a las 1:32 pm
Curioso que menciones a Chaikovski. Precisamente fue con su música como empecé yo a interesarme. Fragmentos del Cascanueces y del Lago de los Cisnes hacían de fondo musical de un videojuego llamado «Loom» al que dediqué muchas horas cuando tenía 17 años. Claro que entonces no podía identificarlas ni había a quien preguntarle. Cuando terminé con el videojuego me compré un disco del tipo «las más mejores obras maestras de la música clásica de todoslostiemposhabidosyporhaber en 2CD». Al año siguiente me compré otro, ya dedicado a un único compositor. Y a partir de ahí me aficioné completamente. Claro que salió de mí, igual que podía haber salido filatélico o colombofilíco. Lo que intento decir es que casi cada hijo de vecino se aficiona al cine y a los libros, y a alguna cosa más sin que sea necesario ningún esfuerzo de voluntad extraordinario y esto de la música no se diferencia en nada de aquello. Esto es lo que me extraña y, a veces, me entristece.
Comentario escrito por Carlos — 22 de septiembre de 2010 a las 2:08 pm
Respondo a varios, por sentirme concernido por los comentarios (Sinanpacha, Carlos…):
Literatura no es a libros, como hip-hop no es a música.
La pobreza cultural en la sociedad española actual no se restringe al ámbito de la música, creo que es extensible a todos los ámbitos, pero es una opinión personal.
A mí, mi pareja (es mi mujer, por la gracia de Dios, pero para que no me llamen facha….) me censura lo siguiente:
– Frank Zappa
– Edgar Varese
– Stravinski
– Tchaikovski
– Brückner
– El Stabat Mater Dolorosa de Rossini, pero sobre todo el de Pergolesi.
– Las Misas de Haydn.
– Toda mi colección de Jazz, especialmente Eric Dolphy.
– El jazz + antiguo, o sea: Bach.
Antes consumía música clásica en la intimidad; ahora más si cabe, que es cosa muy facha y cada vez hay más energúmenos decididos a calificar con el adjetivo a los que no pensando como ellos tienen argumentos frente a posturas voluntaristas y sofismas. Gracias a Dios sigo coincidiendo con Fidalgo en el Auditorio Nacional, lo que demuestra que hasta en posiciones inmutables de izquierda hay gente que en otras materias es sensata. Como lo es leer a Kipling o a Quevedo o Cervantes (literatura) en lugar de a Sara-Mago (homenaje implícito a la Espe) o a A. Grandes y escuchar obras que el tiempo ha tamizado convirtiendo en obras maestras y dejar de escuchar lo «moderno», como si esto fuese sinónimo de bueno y tragarse mierdas como culebrones. A este respecto, sabed que en España (incluido Cataluña, a pesar de Popota) se publican unos 10.000 libros al año, ergo, dentro de 100 años podremos prescindir de aproximadamente el 98%; basándome en esto intento hacer mi particular vuelta a los orígenes y leer lo realmente importante. Of course eso incluye a Beevor y a Sir Harry Flashman. También creo firmemente que hay más transgresión cultural en una fuga de Bach o en cualquier obra dodecafónica que en el 99% de la música moderna actual, que es puritito negocio. Por cierto, se rumorea que con la última obra perpetrada por Saramago regalaban una navaja barbera, para poder cortarse las venas adecuadamente (de forma sostenible). Seguro que alguien con más gafapasta que yo y menos facha me puede confirmar este extremo.
Me despido contándoos la lamentable experiencia que viví en primera persona hace pocos meses. Tuve que deshacerme de mi extensísima colección de Cassettes (entorno a 1000) por necesidades de espacio vital. Gracias a Dios -perdón por enésima vez- he conseguido conservar mi colección de clásica en LP y CD y todos los demás CD’s. Pido un minuto de silencio por toda esa música ……
Comentario escrito por pepito71 — 22 de septiembre de 2010 a las 3:31 pm
A mí nunca me han llamado facha ni nada parecido por escuchar música clásica (no me gusta el adjetivo pero así sabemos de qué estamos hablando). Alguna reacción exagerada de que alguien se ha sentado conmigo a escuchar lo que en ese momento estaba sonando sí he sufrido. Cierto es que Penderecki o Xenakis no son fáciles de escuchar y menos con oídos habituados a la consonancia de los cuatro acordes en los que se basa el 99% de la música comercial.
La música clásica no es algo tan politizable. Lo que en principio era divertimento burgués acabó siendo, con la vanguardia de Darmstadt, coto de izquierdistas varios. Hoy en día hay de todo, como en cualquier subconjunto de la sociedad.
Comentario escrito por Carlos — 22 de septiembre de 2010 a las 4:45 pm
Carlos, en tu honor me voy a escuchar algo de Shostakovich.
Comparto tu sensibilidad y yo tampoco juzgo el arte políticamente; de ser así me habría perdido a Cortázar, Benedetti, García Márquez….. Leni Riefenstahl, Rafael García Serrano, y tantos otros. Saramago es que me aburre profundamente y si leo más de 10 minutos me dan ganas de suicidarme, sobre todo si a la vez escucho Country o leo lo que gana la Pajín y comparo su preparación y la mía, en la hipótesis de que yo la tenga, claro. Y con A. Grandes, pues me entran ganas de practicar el incesto o cualquier otra perversión sexual (no con ella, Dios nos libre).
A mí si me lo han llamado, por esta cuestión u otra equiparable en el sentido abstracto; pero es que estoy rodeado de analfabetos modernos en dos idiomas con mucha pasta; tipo Aído o Pajín, vaya.
Lamentablemente, en el maniqueismo español actual cabe la opinión tan extendida de que la cultura puede ser patrimonio de determinada orientación política…..que se lo cuenten a los mecenas tipo Borgia o similares, a ver qué opinan…..
Prácticamente no escucho nada actual, salvo excepciones; no merece la pena, creo. Porque si no se ha escuchado a la Velvet, a Cream, a Pink Floyd, Behetoven, Mozart, etc, para qué coño voy a escuchar la mierda que las multinacionales de la cultura venden a un precio 10 veces superior a su valor. Y prácticamente lo mismo se puede decir de los libros….
Comentario escrito por pepito71 — 22 de septiembre de 2010 a las 5:19 pm
Te alabo el gusto, que a Shostakovich hay que escucharlo con buen humor. En un día triste puede hundir al más pintado en una depresión, sobre todo si lo que se escucha es el final de la sonata para viola.
A mí me gusta la música actual. La música culta actual, quiero decir. Al principio parece impenetrable, pero luego te das cuenta de que lo ha escrito alguien que vive en tu mismo mundo y experimenta las mismas cosas que tú. No hay que hacer ningún esfuerzo para ponerse en perspectiva, al contrario que con los maestros antiguos; oír a Monteverdi sin sentirse gentilhombre renancentista es perderse la mitad de la historia y muchas veces, por falta de tiempo o pereza se oyen las cosas de cualquier manera y hasta sientan mal, como si se indigestaran. Es mi caso con la polifonía de Desprez, Lassus y, sobre todo, Palestrina. El día que escucho una de sus misas con la atención y la devoción apropiadas me parecen la mejor música nunca escrita. Como vaya en el coche o medio distraído en el trabajo, ruido es lo que me parecen.
Comentario escrito por Carlos — 22 de septiembre de 2010 a las 8:28 pm
Sí, sí, me parece muy bien. Pero no tiene razón Carlos.
Uno escucha música muy buena que no le gusta a la mayoría de la masa, uno es culto y ellos no, y eso me da pena… pues sí, pues tiene razón, pero es usted un snob. No parece mala persona, pero lo es.
Es usted el equivalente musical a los que te invitan la leerte esos tostonazos que son obras magníficas pero gustan a unos pocos. Usted ha elegido lo que le gusta, además es música culta, deje a los demás vivir su vida. Cojones, ya.
Tengo a bastantes amigos que saben mucho de música, pero mucho, y solo unos pocos de ellos saben de clásica. Pero me apuesto el cimbrel a que de heavy metal escandinavo va usted pegado. Y, en música popular, detras del jazz los mejores músicos técnicamente son los de heavies.
http://www.youtube.com/watch?v=cuGWbsvArYY Estos son muy conocidos y tocan chelos.
Mi música preferida es el rock de los 70, pero el próximo que vuelva a saltar con -la música de ahora es lamentable- se puede ir yendo a la mierda, la mayoría de la gente escucha toda su vida la música que escuchaba cuando tenía entre 16 y 25 años, así que probablemente su problema es que son ustedes VIEJOS. Perdonen por mi absoluta falta de educación y estilo, pero es que me toca mucho los huevos la gente que se pone a criticar la música de esa expresión intemporal que es «la de ahora» y misteriosamente le encanta la que escuchaba él. El problema es que de música de ahora todos escuchamos mayoritariamente las radiofórmulas y no investigamos como hacíamos en su día porque no somos unos niñatos con granos sin nada que hacer. Pero suponer que misteriosamente el talento se ha evaporado es para abofetearles (abofetearnos) a todos.
Resumen de mi posición: dejen a la gente vivir su vida.
Comentario escrito por Otto von Bismarck — 23 de septiembre de 2010 a las 9:59 am
“Pero me apuesto el cimbrel a que de heavy metal escandinavo va usted pegado. Y, en música popular, detras del jazz los mejores músicos técnicamente son los de heavies.”
Me he descojonado al leer esta frase. Entiéndame bien, con usted, que no de usted, es que cuantas cienes y cienes de veces he tenido que escuchar esta frase a melenudos con pulseras de pinchos.
En cualquier caso, para mi esto es una premisa falsa que fans de ciertos géneros (heavy y jazz) quieren creer para dar lustre a su propio gusto. Podra encontrar dentro de musica “popular” cientos de excepciones a esa regla. Tantos como para invalidarla. Por otra parte, se ha de valorar no solo la ejecución tecnica, esto seria muy simple. De un músico se puede valorar que domine más o menos instrumentos, géneros, etc.
Aparte que esto me repele un pocoi por que también me parece que encierra la sugerencia de que la música más complicada de ejecutar es mejor que la de estructura más simple. Cosa falsa por que de ser asi, solo la música barroca mereceria el apelativo de música y acabarase ya la discusión.
Por otra parte estoy en parte de acuerdo con lo que dice de critica a lo de “música de ahora”, pero pasa en más ambitos (“en mi época los bares molaban más”, “en mi época se follabamejor”, etc), la edad nos vuelve un poco moñas a todos, supongo, pero vamos, que coincido que es el típico discurso del que ya la vida moderna l va dejando atrás.
Reconociendo esto, por otra parte, es normal que en algún momento, o periodos, alguien encuentre la actualidad algo vacía de interés. En ese momento que uno no ve por donde avanzar piensa en que quiza algo se ha perdido por detrás, y asi tirando por el hilo va descubriendo a Joy División, luego a Miles Davis y bueno, quizá con el tiempo hasta le de por Chopin.
PS: Por cierto alguien por algún comentario anterior se ha jugado una ostia al decir que el hip hop no es música. Como dijo ser aficionado al jazz le recomendaría la serie Jazzmataz, de un recientemente fallecido músico de rap llamado Guru, a ver si por hay le entra.
Comentario escrito por Bunnymen — 23 de septiembre de 2010 a las 11:06 am
Señor prusiano: gracias por el psicoanálisis instantáneo. No ha atinado en nada, pero bueno. Es un intento. Ni soy mayor, ni snob, ni pretendo hacer proselitismo entre la chiquillería. Y no me ha hecho falta abrir el enlace para saber que se refería usted a Apocalyptica.
Mi intención al escribir aquí no era en absoluto medir pollas con nadie, ni pretendo que dejen todos de escuchar lo que sea que escuchan normalmente para pasarse a lo que a mí me gusta. En absoluto. Ya he explicado más arriba mi propósito. Lamento no haber sido lo bastante claro.
En ningún momento he criticado la música comercial, ni la de ahora ni la de ninguna otra época. He dicho que es simple y que no te tiene aspiraciones artísticas. No es una crítica, es una realidad. Su propósito es llegar a cuantos más potenciales compradores mejor y resultar entretenida. Lo consigue, punto. Si alguien sólo quiere entretenerse sin más pretensiones, ¿por qué no va a escuchar a Lady Gaga o lo que sea que suene ahora mismo? Ahora bien, creo que se puede conseguir algo más de una audición, igual que se puede conseguir una experiencia más profunda leyendo a Thomas Mann que a Corín Tellado. Para ello hace falta, por supuesto, dedicación y ciertos conocimientos, que pueden irse adquiriendo sobre la marcha sin demasiado problema. No creo que las primeras lecturas de ninguno de los presentes hayan sido Tolstoi o Joyce.
Su reacción me recuerda a la de un conocido aficionado a las películas de vaqueros. No sólo rechaza cualquier recomendación fuera del género, además se enfada cuando se lo dicen. Normal. Lo que él busca en el cine se resume en duelos a pistola y persecuciones a caballo. Lo siento por él, porque se pierde magníficas películas, pero no se me ocurre menospreciarle. Es su elección y punto. Lo mismo le digo a usted. Si el rock de los 70 le gusta, enhorabuena. Pero no desprecie a los que buscamos otra cosa. Ni pretenda argumentar que su música es mejor que otra con cualquier criterio que no sea el suyo. Es pueril e innecesario.
Sobre los argumentos de dificultad técnica, complejidad, etc. Son criterios que nos sirven de mucho a la hora de valorar la calidad de una música determinada. En cuanto a complejidad estructural y dificultad de interpretación la música culta escrita en los últimos cincuenta años no tiene parangón. Digamos sencillamente que muchas veces supera la capacidad humana, por lo que se recurre a métodos electroacústicos para poder llevar a cabo la concepción del compositor. Con toda su complejidad, no creo que nadie afirme seriamente que Gruppen, de Stockhousen es mejor música que la serenata «Pequeña Música Nocturna» de Mozart, que puede ser interpretada por un grupito reducido de aficionados. El arte, entre otras muchas cosas, consiste en trascender los medios técnicos para alcanzar una expresión en la que sólo existe el mensaje y no el medio.
Comentario escrito por Carlos — 23 de septiembre de 2010 a las 11:38 am
Lo siento, Bunnymen, pero recitar rimas gangsteriles con ritmo de fondo, para mí no es música, aunque me gustaría participar de tu interpretación y ampliar mis horizontes musicales. Evidentemente es cuestión de gustos.
También me gusta el heavvy metal escandinavo.
Y sí, es probable que toda esta tolvanera de prejuicios venga directamente del hecho incontestable de que semos un poco viejunos, aunque yo me considero muy joven para mi edad. Lo que pasa es que la vida cada vez demanda más, y se tiene menos tiempo para procesar la información que nos inunda. En un ejercicio de eficiencia sobrevenida, decidí dejar decantar los productos culturales del día a día para consumirlos con un desfase temporal que permitiera poder discriminar por defecto y ahorrarme el ejercicio de escuchar (o leer) el 100% de los productos en el mercado, y reducir el campo a un 10%, que es lo que perdura tras un año, más o menos.
Siguiendo esta línea de pensamiento, empezaré a escuchar jipjop dentro de unos 40 años, fecha en la que, como Pete Townshend, espero haber muerto, en honor a My Generation.
Pero vamos, el que quiera escuchar rap o jipjop, que lo haga libremente; y si quiere llamarlo música, adelante. También hay gente a la que le gusta Metal Machine Music o incluso Camela. Hay gente pa tó, que diría el diestro, y perversiones hay en todos los ámbitos. Para mí escuchar eso es el equivalente en el plano musical a la coprofagia o el masoquismo en el sexual o a decir que te gusta ZP por lo buen gestor que es y encima estar convencido de ello…..No por ello negaré el saludo a nadie ni dejaré de tener los amigos que tengo, aunque no les confiaría ninguna labor o tarea de confianza ni les prestaría ni un duro, que seguro que lo gastan mal, ni les dejaría que pusiesen su música en mi casa o coche.
Escucharé lo de jazzmataz, pero sólo porque coincido contigo en que la música más complicada de ejecutar no tiene porqué ser mejor. A Mozart sus detractores le acusaban de «simple». Como soy muy Zen, he interiorizado que para llegar a ese nivel de simpleza es condición indispensable el dominio perfecto de la técnica. Pero quizá esa conclusión sea demasiado snob.
Otto: no es que lo de antes sea mejor, es que lo que queda de lo de antes es lo que era mejor, por eso ha perdurado, y de lo que el mercado te ofrece hoy (porque esto es una industria, no lo olvidemos) pues hay que discriminar ese «mejor». Comparar lo mejor de los 70 con todo lo de hoy……………
Me ha hecho gracia lo del humor para escuchar a Shostakovich. Tienes razón. Yo para animarme suelo escuchar a los Kinks, en una combinación de terapia musical – vuelta a los orígenes. Para deprimirme: Tom Waits, Country, 5 minutos del debate sobre el estado de la nación, el blog de Ignacio Pre-Escolar, la simpleza intelectual del periódico panfletario «Público» o un análisis de las cuentas de nuestra economía con conclusiones sobre lo que nos depara el futuro………
Comentario escrito por pepito71 — 23 de septiembre de 2010 a las 12:09 pm
La conocida ley de Sturgeon afirma que el 90% de todo no tiene ningún valor. Se puede argumentar el porcentaje, pero no el espíritu. Lo bueno es que en miles de años de cultura la humanidad ha tenido tiempo de producir tal ingente acervo que incluso el 10% que merece la pena, o el 0,01% de verdaderas obras maestras es tan amplio que no basta una vida entera para disfrutarlo por completo. Y cada día crece.
Comentario escrito por Carlos — 23 de septiembre de 2010 a las 12:27 pm
Pepito71,
Pensándolo bien casi se lo desrecomiendo. Tiene usted una visión del jip jop demasiado asentada ya, y a uno le de por esa música más con veintipocos y sangre en las venas que con treinta y…(los que sean) y ya prejuicios asentados. Además el disco que le recomendé de jazzmatazz (en realidad es una serie de discos) lo veo más como para interesar a oyentes de rap (el oyente menor) por el jazz (el oyente mayor), y no al revés.
De todas formasd me ha recordado un poco a ciertas paginas del libro “el lobo estepario”, donde el protagonista en soliloquio se comenta como los oyentes de música clásica (él mismo) consideran al jazz música moderna, salvaje e inculta. Imagino que a principios del XX la opinión generalizada seria esta. Y fíjese en un siglo como cambian las percepciones.
“Como soy muy Zen, he interiorizado que para llegar a ese nivel de simpleza es condición indispensable el dominio perfecto de la técnica. Pero quizá esa conclusión sea demasiado snob.”
Yo no lo creo, o al menos si es un snob no por esta conclusión, que para mi tiene toda la lógica del mundo, pero adem,as sirve para la música, la pintura o el fútbol. Cuando alguien es diestro y domina algo, tiende a simplificar, por que sabe y puede.
PS: El heavvy metal escandinavo me parece un coñazo como una catedral…además me dan rabia los tíos que pretenden dárselas de más de lo que son, muy moñas y acomplejaditos, en plan “vamos a meter violines para darnos fuste entre nuestros interminables y aburridos solos de guitarra, para que vean que somos mu cultos además de llevar pelo largo y uñas pintadas”. Vamos que son unos mierdas a los que cualquier pipiolo partiria la cara a la salida de un bar por diversión, por muy jebes que digan ser los maricas estos, mierdas, ostiables!!!
Coño, Motorhead no se andaban con tantas ostias, joder!!!
Comentario escrito por Bunnymen — 23 de septiembre de 2010 a las 12:45 pm
Bunnymen:
No los considero prejuicios, porque no son «pre», creo. Tuve que escuchar infinidad de productos etiquetados como «música» y que en realidad era Rap y JipJop cuando viví en los USA en mi tierna juventud, unos 5 años antes de que este producto comercial de consumo masivo llegase a España, y le aseguro que en mi familia (adoptiva) los adolescentes ya llevaban el calzón asomando, el pantalón tipo cagao, gorra de beisbol, y lo escuché con estos mismos oídos.
Para mí son más decisiones fruto de la interacción auditiva con el producto, no prejuicios.
Sin duda en mi valoración está presente el hecho de que tiendo a considerar que «músico» es aquel que sabe tocar música (y/o leer una partitura) o algún instrumento, más allá del chocar dos palos o dos piedras y poner música de fondo mientras recita letras; eso está al alcance de casi todos los humanos, algunos primates y algún político español, alguno -pero menos- periodista y ciertos abogados; incluso a mi alcance, si me pongo.
De hecho acabo de descubrir alborozado que ayer estuve tocando rap/jipjop en casa, porque, preparando un magnífico «pollastre amb llangostins» , mientras machacaba en el mortero los ingredientes de la picada, con ritmo (y una dignidad personal que en nada tiene que envidiar a la de un afroamericano repleto de oropeles en forma de cadenón y rodeado de mujeres semidesnudas bastante neumáticas), me fumaba cierta hierba medicinal y repetía el mantra «cagontó – cago’n laleche que mamaste», fruto de machacarme el pulgar con el mortero.
Por fin soy músico……!!!!
Volviendo al tema principal (gracias de nuevo Guillermo, excelente artículo con múltiples posibilidades de desarrollo), lo de radio 3 para mí trasciende el resto de emisoras. «Tren tres» me adentró en las procelosas aguas del blues y me permitió descubrir a Zappa y a Captain Beefheart; «Flor de Pasión», inclasificable, esconde tesoros en cada emisión….Sin duda, Radio 3 es una referencia. Os ofrezco la siguiente entrevista a Ignacio Juliá, ese hombre: http://www.efeeme.com/68317/fotopress-ignacio-julia/
Saludos a tots.
Comentario escrito por pepito71 — 23 de septiembre de 2010 a las 1:38 pm
Perdón, se me olvidaba:
La visión de Hermann Hesse (felicidades, no conseguí acabar ni el Llop Estepari ni el Juego de los Abalorios) no incluye mi hipótesis de que el primer compositor de Jazz fue J.S. Bach. (en esta linea cabría recomendar los trabajos de Jaqques Loussier desarrollando en clave de jazz moderno los conceptos de Bach….http://www.youtube.com/watch?v=6BurKleqoR8). Pero algo de salvaje sí tiene, es innegable, pero en el buen sentido de la palabra….
Comentario escrito por pepito71 — 23 de septiembre de 2010 a las 2:02 pm
Pepito: pagaría por ver tu peculiar rap. Desternillante.
Comentario escrito por Carlos — 23 de septiembre de 2010 a las 2:05 pm
El barroco y el jazz tienen cosas en común: el espacio dejado a la improvisación, por ejemplo. Pero están en las antípodas en cuanto a intención expresiva. El menasaje, por así decirlo, es totalmente opuesto.
Por otra parte los músicos cultos de principios del XX se sintieron enormemente atraídos por el jazz y las colaboraciones, préstamos e influencias se multiplicaron en ambos bandos. Yo confieso que el jazz lo soporto únicamente en pequeñas dosis, o en vivo. No me habla con la misma inmediatez y elocuencia que otro tipo de música. Admiro la habilidad improvisatoria de gente como Coltrane o Parker, pero me distancia su falta de rigor y la reiteración de los temas. Impresión personal, en todo caso.
Comentario escrito por Carlos — 23 de septiembre de 2010 a las 2:13 pm
Pepito71,
Bueno, su particular interpretación ya denota el prejuicio, pero vamos a dejarlo. Aunque pasando por un tema que ha tocado, los DJ´s, yo tampoco creo que el ji jo, o metamos aquí gran parte de la electrónica , sea una musica compleja de realizar, Yo a un pinchadscops no le dare nunca el merito de un guitarrista, pero me parece que al menos se les ha de reconocer el buen gusto (Massive Atack, Trccky, no se si me siguen)
Aparte, parece que a Hermann Hesse no le parecia que Bach fuera el primero, les dejo el párrafo que recordaba donde el tipo divaga de musica…
“De un salón de baile por el que pasé, salió a mi encuentro una violenta música de jazz, ruda y cálida como el vaho de carne cruda. Me quedé parado un instante: siempre tuvo esta clase de música, aunque la execraba tanto, un secreto atractivo para mí. El jazz me producía aversión, pero me era diez veces preferible a toda la música académica de hoy, llegaba con su rudo y alegre salvajismo también hondamente hasta el mundo de mis instintos, y respiraba una honrada e ingenua sensualidad.
Estuve un rato olfateando, aspirando por la nariz esta música chillona y sangrienta; venteé, con envidia y perversidad, la atmósfera de estas salas. Una mitad de esta música, la lírica, era pegajosa, superazucarada y goteaba sentimentalismo; la otra mitad era salvaje, caprichosa y enérgica, y, sin embargo, ambas mitades marchaban juntas ingenua y pacíficamente y formaban un todo. Era música decadentista. En la Roma de los últimos emperadores tuvo que haber música parecida. Naturalmente que comparada con Bach y con Mozart y con música verdadera, era una porquería…, pero esto mismo era todo nuestro arte, todo nuestro pensamiento, toda nuestra aparente cultura, si la comparamos con cultura auténtica. Y esta música tenía la ventaja de una gran sinceridad, de un negrismo innegable evidente y de un humorismo alegre e infantil.”
Comentario escrito por Bunnymen — 23 de septiembre de 2010 a las 2:38 pm
Lo del negrismo me ha calado hondo.
Gracias por todo. Se lo pasaré a mi pareja para que valore la posibilidad de considerarme además una composición de jazz, por ser: salvajemente rudo, crudo, violento, execrable, caprichoso, enérgico, pero sobretodo por ser pacíficamente decadente y sin ninguna duda, ingenuo.
Da gusto la charla.
Comentario escrito por pepito71 — 23 de septiembre de 2010 a las 5:36 pm
La verdad es que esto se parece a las tertulias de madrugada de la 2, en las que cada «experto» va a la suya descaradamente, pero pasando un buen rato, eso sí. Y al final, tan amigos.
Comentario escrito por Carlos — 23 de septiembre de 2010 a las 9:50 pm
Requiem por «el ambigú» en Radio 3:
http://www.efeeme.com/64634/diego-a-manrique-en-el-final-de-%e2%80%9cel-ambigu%e2%80%9d-18-anos-despues/
Comentario escrito por pepito71 — 24 de septiembre de 2010 a las 12:51 pm
De Media Markt a una buena charla sobre música. Está bien eso de dejar el post en barbecho unos días… A ver, algunos comentarios a lo que se ha hablado (esto me ha salido medio largo, incluso sin haberlo querido):
@Carlos (y Pepito, creo), Creo que el concepto de música que utilizas como única cosa válida a nivel de ‘alta cultura’ es erróneo. Cuando dices ‘cultura musical’ parece que asumes que toda cultura que se puede conseguir a través de la música, o toda la cultura que la música puede aportar, se ciñe exclusivamente a la música clásica (AKA por algunos, término más que polémico para los musicólogos, ‘música culta’). Y creo que BunnyMen y Otto Von Bismarck – o es la impresión que me ha dado – piensan lo mismo… Vamos, no se, quizá soy demasiado del rollo ‘estudios culturales’-buenrrollismo-del-todo-vale, antes de que nadie me acuse de eso, pero ya Raymond Williams en los 50 hablaba de los 3 modelos de cultura (la documentada, la ideal, y la cultura social). Si como ‘cultura’ sólo se entiende en esta discusión la ideal, la de unos supuestos ‘valores absolutos y universales’), creo que el resto de mi comentario os lo podéis saltar sin ningún tipo de problema. Eso sí, estoy de acuerdo con eso de que la enseñanza musical formal (en el sentido más amplio de la palabra) en España es una mierda, hablando en plata.
#46: “Utilidad, ningún arte la tiene”. Será ahora… y no todas las artes. ¿La arquitectura no tiene utilidad? ¿La escultura barroca no tenía utilidad para la Iglesia, por poner un ejemplo? El concepto del arte como ‘elemento del espíritu idealista’, tirando de hegelianismo, que es lo que se ha aplicado para – sobre todo, pero no sólo – la pintura en especial desde las vanguardias históricas, es bastante erróneo, desde mi humilde punto de vista. Todo arte tiene una utilidad, todo arte tiene un contexto. Incluyendo la música, la pintura, la escultura, o las ‘artes menores’.
#46: “hay muy poca gente que busque algo más que mero entretenimiento pasajero en la música en comparación con otras artes. De nuevo, me apena. Porque es muy fácil escuchar buena música, mucho más fácil que ver una buena película o leer un buen libro. La buena música es más accesible y más asequible. Proporciona además un placer estético que no se puede experimentar de ninguna otra forma”. Errrmm… Es igual de fácil escuchar ‘buena música’ (¿Qué leches es esa ‘buena música’? ¿Sólo la clásica es ‘buena música’?) que ver una buena película. ‘Sólo’ hay que educar los sentidos, entrar dentro de los códigos del arte que sea para poder apreciarlo, para que esa ‘experiencia estética’ tenga lugar. Y no sólo en la ‘música clásica’. Y podríamos ver qué es una ‘experiencia estética’, pero… ahora no. Creo que BunnyMen en el comentario siguiente dice más menos esto, también, y luego Carlos – creo yo – entra en una ligera contradicción al respecto, rematado por “Efectivamente, hace falta una educación. Pero es una educación que cuesta mucho menos de lo que parece adquirir”. Costar cuesta, y mucho. Y bueno, todo consumo – programado/elegido – de un producto cultural es un ‘consumo activo’ (aunque sea negativo, como lo que habla BunnyMen en lo de las discotecas, ya que a las discotecas elegimos ir sea por lo que sea, nadie nos obliga), aunque hay grados y grados de ‘actividad’, si queremos ponerlo, ya que no todos buscamos lo mismo a la hora de ver una película, visitar un monumento, escuchar una canción/pieza, etc.
Además en un momento dices: “En ningún momento he criticado la música comercial, ni la de ahora ni la de ninguna otra época. He dicho que es simple y que no te tiene aspiraciones artísticas” (# 58). ¿Asumes que toda la música no clásica es comercial? Esa es la impresión que me da viendo tus clasificaciones. Y creo que no es necesario decir que no es así, que la clásica puede ser un bombazo comercial, y que música ‘popular’/ no-clásica (¡arg!) puede no ser comercial per se.
#58 “Sobre los argumentos de dificultad técnica, complejidad, etc. Son criterios que nos sirven de mucho a la hora de valorar la calidad de una música determinada.” – O no. O lo que importa es lo que se transmita. Vamos, creo yo. Al señor del Conservatorio le interesará mucho más la dificultad, por la cuenta que le trae, pero seguro que a los compositores les interesa, primariamente, comer (vendiendo su obra y haciendo conciertos, como todos) y conseguir un efecto con su obra (emocionar, sobresaltar, irritar, etc.). Como bien luego dices en “El arte, entre otras muchas cosas, consiste en trascender los medios técnicos para alcanzar una expresión en la que sólo existe el mensaje y no el medio.”
(Pepito71)# 59: “el 100% de los productos en el mercado, y reducir el campo a un 10%, que es lo que perdura tras un año, más o menos.”. Por mucho, mucho, escucharás/consumirás un 2 % de la música que se hace al año. Como muchísimo.
(Bunnymen) #61: Lo que dices de ‘El Lobo estepario’ (1927) es algo que se ‘rumiaba’ en la época, como tú dices, y que por ejemplo Adorno plasmó – en un ataque en condiciones – en ‘On the fetish character of music and the regression of listening’ (lo siento, no conozco el título en castellano).
Y creo que me podría haber metido con algo más, pero tengo hambre y es la hora de comer.
Comentario escrito por The Disruptive — 24 de septiembre de 2010 a las 2:30 pm
Muy interesante tu comentario. Paso a aclarar algunos puntos en los que estamos, a pesar de lo que pueda parecer, muy próximos.
En la discusión más abstracta sobre el arte y la cultura, yo también me inclino por la inclusión «todo es cultura» antes que por la exclusión elitista y en el fondo, subjetiva. De ahí que yo respete todas las manifestaciones culturales. Otra cosa es que una de estas manifestaciones tenga un propósito artístico (voluntario o no) reconocible. Generalizando burdamente, hay música (y pintura y literatura) con voluntad de trascender artísticamente y hay música que es expresión cultural de un contexto y de un momento. Los adjetivos que he utilizado me han jugado varias malas pasadas. En aras de evitar la farragosidad que siempre conlleva el ser explícito he ido soltando etiquetas como «buena música» o «música comercial» que significan cosas distintas según quien las lea. Donde pone buena música léase «música que tiene pretensiones artísticas y las satisface» y donde pone «música comercial» léase «música que no tiene las pretensiones de la anterior, independientemente de su propósito». Por supuesto, el éxito comercial no tiene relación con la calidad de la música. Recuerdo perfectamente un «exitazo» llamado «Après la pluie» que consistía en piezas para piano de Satie interpretadas por Pascal Rogé. Un disco que normalmente vendería menos de mil unidades en España, gracias a una insistente campaña publicitaria cuyo slogan era «la música que acaricia el alma» logró colocar más de cien mil copias. A Erik Satie le hubiera gustado la broma.
Por último, una errata mía cambia totalmente el sentido de lo que quería decir: «Sobre los argumentos de dificultad técnica, complejidad, etc. Son criterios que NO nos sirven de mucho a la hora de valorar…» Coincido al 100% contigo en este punto.
Comentario escrito por Carlos — 24 de septiembre de 2010 a las 3:27 pm
El tema del ‘propósito artítico’ es que es muy reciente, históricamente hablando… En pintura desde el impresionismo, diría yo, pero casi que desde después. Y la música surgida de la industria cultural (o ‘música popular grabada’) claro que no surge con ese propósito. Pero con el tiempo, hay álbumes que se consideran ‘arte’. Es como si dices que Bach tuviese el propósito de la trascendencia. Y bueno, TODA música, TODA obra (sea de la naturaleza que sea), es «expresión cultural de un contexto y de un momento» (citando tus palabras), y además, de un ‘campo’ (en el sentido de Bourdieu).
Tengo que darte la razón con que las denominaciones hacen que la mayor parte de las veces surjan estos debates.
Sobre calidad y comercialización, también hay que ver un poco el tema de la ‘autenticidad’ y del snobismo de muchos (desde el ‘indie’ hasta la ópera), ya que estos CDs o conciertos para ‘acercar estos géneros al público más almplio’ hay veces que no son recibidos 100 % positivamente por los puretas del estilo, ya que suele verse como una ‘pérdida de calidad’, ‘pérdida del producto-obra original’.
Comentario escrito por The Disruptive — 24 de septiembre de 2010 a las 3:50 pm
Solo por apostillar una cosa.
Los heavies o jebis, como prefieran, pertenecen al nutrido grupo de minorías, que incluye también algunas mayorías, a los que golpearía en la cara con la zapatilla. Junto con los veganos, los cristianos fundamentalistas, los que aparcan ocupando dos plazas, Guti y Leire Pajín. Por poner algunos ejemplos.
Pero una cosa es que me parezcan una fauna bastante triste, y otra es que Kirk Hammett ha dado clases en la unversidad, y que muchos músicos de pelo lacio son capaces de tocar las melodías de los demás, mientras no todos los demás pueden tocar sus melodías. (Insisto en que los tipos con muñequeras de pinchos y su sempiterno «tunotienehnidea» son lamentables). Pero ese ejemplo lo usé solo buscando mostrar contradicciones en la postura de Carlos, de la que sigo estando en contra: «Para ello hace falta, por supuesto, dedicación y ciertos conocimientos, que pueden irse adquiriendo sobre la marcha sin demasiado problema» Sin demasiado problema para usted, para otro puede ser una tortura. Y le voy a regalar otro de mis psicoanálisis de todo a 100 que tanto le irritan:
Cuando algo nos gusta, como en el fondo somos una manada de cabrones, nos callamos como putas. Es sólo cuando hacemos algo que requiere esfuerzo cuando tratamos de convencer a los demás de que también «sufran». Lo que usted propone de poquito a poco irse metiendo en lo que, valla por Dios, le gusta a usted; es lo mismo que proponen los cristianos de poquito a poquito recibir la buena nueva del señor. O los veganos chungos que quieren que poquito a poquito se les valla enseñando a los niños que comer carne es malo.
Lo que es bueno o es malo lo está decidiendo usted, aunque sea en forma de vacuo brindis al sol del comentario #71, (que ya me dirá a qué se aplica y a qué no) y me lo quiere imponer a mí. Bueno a mí no, a mí me gusta la música clásica, aunque no me lo oirá reconocer en mi barrio, de hecho he pagado por ella. Y lo que es peor, por ópera, que ni siquiera me gusta pero tiene algunas piezas que son para tocarse. Pero tengo asumido que me gusta a mí y no tengo por que hacer mi obra de caridad, que en el fondo es egoísmo, con los demás.
Dicho todo lo anterior de buen rollo y tal, aunque pueda no parecerlo.
Comentario escrito por Otto von Bismarck — 24 de septiembre de 2010 a las 4:14 pm
A Otto: pese a lo que pueda parecer yo no pretendo convertir a nadie al «musicalclasicismo», ni afirmar que mi criterio es el mejor o más aún, el único. No soy tan arrogante, ni tan bisoño. Lo que me gustaría es que hubiera un clima cultural que permitiese a más gente apreciar el arte en general y la música en particular, que considero especialmente maltratada. Que, por un lado, se estudie en las escuelas a Monteverdi o Bartók igual que se estudia a Miguel Ángel. Y por el otro no sea necesario decir cosas como «a mí me gusta la música clásica, aunque no me lo oirá reconocer en mi barrio», como si apreciar este tipo de música fuera un vicio inconfesable. No sé si me explico…
A Disruptive: la concepción de artista moderno nace en el romanticismo, pero eso no quiere decir que los maestros más antiguos fuesen únicamente artesanos sin conciencia artística. Para nada. Bach, por poner un ejemplo, estaba tan orgulloso de su habilidad y la de su familia que llegó a escribir un opúsculo ensalzando las obras de sus antepasados y, por extensión, las suyas propias. Yo añadía la coletilla «voluntariamente o no» precisamente para no caer en este círculo vicioso que viene a definir el arte como producto de un artista y artista a quien se considera como tal. Por supuesto, toda obra es expresión de su contexto, pero algunas se quedan únicamente en eso y no tienen más valor que el momentáneo y otras trascienden por sus valores intrínsecos de forma que pueden ser disfrutadas en todas las épocas, mientras haya una base cultural común entre creador y espectador.
Antes decía que aprender a escuchar música culta habiendo crecido entre música popular es tan fácil como aprender italiano hablando español. La analogía no es del todo correcta, ya que en realidad es más como aprender a leer libros sabiendo sólo identificar palabras. Los bloques que forman una canción de Schubert y una de Van Morrison son los mismos: melodía, ritmo, armonía, instrumentación. La diferencia está en cómo se combinan, qué frases forman, el significado* global del conjunto, etc.
*Significado no en el sentido literal del término. La música no «siginfica» nada. No cuenta historias ni describe paisajes. No se puede traducir a palabras.
Comentario escrito por Carlos — 24 de septiembre de 2010 a las 4:38 pm
Poniéndome pijo: «La música no “siginfica” nada.» ¿QUÉ? ¿QUÉ? Estás de coña, ¿no? Es que hasta la música instrumental ‘significa’, comunica.
La concepción o reivindicación del artista como tal surge en el Renacimiento, de hecho (con, por ejemplo, los escitos de Vasari o Leonardo). Es a partir del Romanticismo – aunque sobre todo a partir de la segunda mitad del XIX – cuando ese concepto se asienta definitivamente. Bach, por mucho que ensalce obras, no llegaba al concepto de «L’art pour l’art», de la creación por la mera creación de ‘belleza’ (lo que sea eso). De hecho, como sabes, Bach era contratado por diferentes personalidades, para los que componía (que no es lo mismo que el que compone como ‘autónomo’ y luego lo saca al mercado).
«Por supuesto, toda obra es expresión de su contexto, pero algunas se quedan únicamente en eso y no tienen más valor que el momentáneo y otras trascienden por sus valores intrínsecos de forma que pueden ser disfrutadas en todas las épocas, mientras haya una base cultural común entre creador y espectador.» – Esos ‘valores intrínsecos’ (que supongo que son los ‘valores del campo musical’, en este caso) que dices que pueden trascender y ser disfrutados en, cambio, otras épocas, son elementos concretos, del campo particular (pero también participantes del campo social). Y vamos … luego tú mismo dices ‘mientras haya una base cultural común’. Es decir, estás poniendo la obra como elemento ‘universal’, pero luego lo localizas culturalmente. Vamos, se que quieres decir, pero terminológicamente… Vamos, no hay, desde mi punto de vista, ‘valores absolutos’, ni ‘belleza absoluta’, ni Cristo que lo fundó.
También, de lo que trasciende su época, habría que separar lo existente de lo que permanece registrado, y de lo que permanece registrado lo que se considera (¿por quién?) digno de trascender. No tenemos ni puñetera idea de la música X que se hacía en Alemania en el siglo XVII. Podemos conocer a este y al otro compositor (que han ido superando cribas a lo largo de los siglos), pero toda ‘herencia cultural’ implica una selección.
Comentario escrito por The Disruptive — 24 de septiembre de 2010 a las 5:13 pm
Lo que quiero decir con el significado de la música es que ésta su expresión pertenece a un plano propio, separado del resto de las artes. Una pieza musical no «significa» cosas como el paseo de un fauno entre los carrizos, ni una puesta de sol, ni las aventuras de don Quijote. Nadie pone en duda la capacidad de la música de evocar (o mejor, producir) sentimientos, pero eso no tiene nada que ver con el significado en el sentido literario del término. La quinta de Beethoven no habla de victorias ni heroísmos, por mucho que pueda despertar un sentimiento exultante. A eso me refiero con el significado. De todas formas este es un tema polémico. Mucha gente «ve» la música y se deja llevar por evocaciones visuales o literarias al escucharla. A mí ese tipo de sinestesias me es ajena, por lo que se me puede considerar adscrito al formalismo si se quiere.
En cuanto al resto, yo no creo en absolutos de ningún tipo y mucho menos en lo que a arte se refiere. Ninguna obra cultural puede existir ajena al contexto que la produce. En la música en particular hay tres agentes que han de ponerse de acuerdo: el creador, el intérprete y el oyente. De los tres con mucho el más importante es el tercero porque realmente el primero sólo produce notas en un papel y el segundo vibraciones en el aire. Es en el cerebro del oyente donde se produce el milagro y para ello interviene no sólo la educación musical, sino toda la experiencia y cultura que pueda haber adquirido. La escucha activa, que es algo que debería enseñarse a los niños desde primaria, es tan importante para la música como tocar un instrumento. Y por supuesto, para que haya comprensión entre oyente y creador es necesario que tengan algo en común. Unos cuantos mensajes más atrás hablaba de la importancia de adoptar el punto de vista de la composición al escuchar música de otras épocas. Sin excesos, que cada época tiene el derecho a reinterpretar la música del pasado. Sólo aquella que admite estas reinterpretaciones es la que puede considerarse como clásica.
Comentario escrito por Carlos — 24 de septiembre de 2010 a las 5:54 pm
Quizá es que me pongo a hilar muy fino, pero vamos, se que quieres decir… la música (instrumental) no narra, pero significar significa, ya que comunica (dentro de unos códigos musicales que, culturalmente, hacen que respondamos a ciertos estímulos). En ese sentido, es como decir que la pintura abstracta no significa nada. Significar significa. Narrar, no narra.
Supongo que dices lo que dices por la falta de ‘figuración’ en la música – por utilizar vocabulario pictórico.
Hilando más fino: «La escucha activa, que es algo que debería enseñarse a los niños desde primaria, es tan importante para la música como tocar un instrumento». La escucha activa no se ha de enseñar, se ha de potenciar. Escucha activa hay siempre, para bien o para mal.
Comentario escrito por The Disruptive — 26 de septiembre de 2010 a las 3:51 pm
No entiendo tu opinión sobre la escucha activa, cuando la mayor parte de las audiciones se realizan de forma totalmente pasiva. Se escucha música como fondo, mientras se hace deporte, en discotecas, etc. Dedicando poquísima atención, de tal manera que a los cinco minutos de haber oído una canción la mayor parte de la gente ya no sería capaz de recordar la melodía o el ritmo, por pegadiza o machacón que fueran. Lo malo es que la gente se acostumbra a oír la música así. ¿Cuánta gente conoces que se ponga un disco, se siente ante los altavoces y dedique unos minutos toda su atención a lo que suena? Yo, pocos. Y fuera de los melómanos/músicos profesionales/críticos, casi ninguno.
Comentario escrito por Carlos — 27 de septiembre de 2010 a las 11:27 am
De acuerdo con Carlos en lo de las escuchas activas. La razón por mi parte en comentario #50.
Si hasta en un entorno musicalizado uno esta más pendiente de la conversación o de captar la atención de las hembras del local que de la música.
Comentario escrito por Bunnymen — 27 de septiembre de 2010 a las 12:02 pm
He visto por encima el debate entre carlos y bunnymen y obviamente es una cuestion de estetica (me refiero a la ciencia de ese nombre). Cuando se dice que una composicion musical es “mejor” que otra, es verdad esa afirmacion? (y que quiere decir “es verdad”?), y si es verdad, cuales son los criterio para juzgar que una pieza es mejor que otra? No se como ira en espana pero si tienen interes en muchas facultades yanquis hasta se puede coger estetica como especialidad de la carrera y pasarse varios anyos intentando responder a estas cuestiones.
Carlos parece pensar que la respuesta correcta es que si(con tilde) hay musica “mejor” (en concreto la “clasica”, sea lo que sea lo que esto significa) y le resulta lamentable que esta opinion suya no este mas extendida en espana (de nuevo, el que la susodicha opinion no este suficiente extendida es otra opinion de Carlos)
Bunymen y bismarck o bien piensan que la respuesta es no, lo que signfica que “mejor” solo puede ser subjetivo (no puede haber criterios objetivos), o bien esos criterios no implican que la musica mejor sea la clasica
Efectivamente, mi obsesion por la limpieza me lleva a incluso intentar poner en claro las tiras de comentarios de debates de blogs (solo cuando me parecen minimamente interesantes).
En cualquier caso yo estoy con Carlos, sospecho que existen unos criterios objetivos por los que la musica clasica es “mejor” y no, no tiene nada que ver que casi todo lo que oigo sea musica clasica, no creo que otras musicas deban ser prohibidas o atacadas, y tampoco esperen que intente explicarles porque estoy con carlos (de hecho no se si podria aunque quisiera)
Aparte, si negamos esos criterios de valoracion objetiva para la musica, hasta donde llevamos la negacion? Poesia? Jose Hierro y Sabina son lo mismo? (esto no es una pregunta retorica) Literatura? (donde por otra parte la valoracion no se limita a elementos esteticos) Lo mismo da El codigo da vinci que La hoja roja? (again, no pregunto como truco retorico)
Comentario escrito por unoquepasaba — 28 de septiembre de 2010 a las 4:26 am
Hola unoquepasaba,
Más o menos de acuerdo contigo aunque con matices (bueno, siempre hay matices).
Cuando decía que algo era mejor o peor, yo no me refería concretamente al género o a unos géneros sobre otros, sino a la complejidad. Brevemente resumo, que lo simple o complicado de la composición no influía necesariamente en la calidad. O más resumido, que a más complejidad técnica de una pieza, no significa necesariamente, que sea mejor que una obra simple.
En cuanto a lo que tu refieres de criterios objetivos para valorar que es mejor y peor, lo veo un terreno pantanoso en el que no se si en caso de meterme no terminare ahogado pero lo intentare. Pienso que de base si existen unos criterios que nos servirían `para clasificar de mejor o peor, pero esto solo nos serviría en casos evidentes, por que, es algo tan subjetivo el gusto, quien tiene el valor de decir que Bach es mejor que Mozart y este a su vez que Chopin, etc, etc. ¿Por que?, en fin, creo que no es manera ni forma de enfocar.
Haciendo la metáfora deportiva seria la mayor de las veces como comparar un portero con un delantero, si uno de ellos es un paquete evidente ya sabemos quien es mejor, es decir, quien aporta más. Pero si los dos son buenos (uno marca todo y otro para todo), medirlos llega a ser algo totalmente inadecuado, más que nada por imposible.
Por otra parte podríamos deberíamos entrar a valorar las piezas dentro de su propio género, por que, aunque nos pusiéramos de acuerdo en que la música clásica es mejor de la pop. Seguro que todos también encontramos, obras de música clásica que son una mierda como un piano, y canciones pop que son una verdadera maravilla.
Un saludo.
Comentario escrito por Bunnymen — 28 de septiembre de 2010 a las 11:51 am
Es verdad que definir unos criterios objetivos para valorar la calidad de cualquier objeto artístico es entre difícil e imposible. En mi opinión esto se debe, sobre todo, a que no es posible entender el arte como un hecho independiente. La música, concretamente, no existe como tal sino en el cerebro del oyente. Cada uno de nosotros experimenta sensaciones distintas al escuchar los mismos sonidos por lo que, al margen de la calidad de la composición y de la interpretación, es imposible que valoremos la experiencia de la misma manera. Me repito: la parte más importante de la experiencia artística no está en el emisor, sino en el receptor, que es quien dota de significado lo que no es más que manchas en un lienzo o letras en un papel. Más que oír mejor música, en mi opinión es más importante convertirse en mejor oyente, y de ahí viene un criterio que si bien sigue siendo subjetivo, al menos no es arbitrario: es mejor música aquella que proporciona una experiencia mejor conforme va mejorando nuestra capacidad como oyentes. Es una cuestión, sobre todo, de profundidad. La buena música no sólo resiste audiciones repetidas, las necesita. Si cada vez que se oye la misma pieza se descubre algo nuevo, una nueva capa, un nuevo matiz; si conforme crecemos como personas la música crece con nosotros, entonces podemos decir que es buena música. Si esto se repite con más oyentes a lo largo de los años, entonces puede decirse que esa música es buena en general. La música «mala» envejece enseguida, cansa a las pocas audiciones porque es superficial y no ofrece ningún desafío intelectual ni ayuda a crecer como oyente. Es más de lo mismo, indistinguible de muchas otras músicas de usar y tirar, manufacturada para ser fácilmente asimilable, pero no memorable. De nuevo, es imposible (al menos para mí) hilar más fino. Tampoco creo que sea necesario. Las comparaciones me resultan odiosas, sobre todo en las artes. No creo que se pueda decir que Velázquez era mejor pintor que Goya o que Mozart era más grande como compositor que Beethoven. No es que vaya en función de gustos, sino que es imposible medir con fiabilidad la magnitud de la experiencia estética que proporcionan y mucho menos agregar datos de distintos oyentes. Sí podemos decir que la quinta sinfonía de Beethoven es mejor música que «Love me do» de los Beatles. No por complejidad, ni por encanto, ni por popularidad. Es tan sencillo como que la experiencia que proporciona escuchar la sinfonía mejora con cada audición, crece con el oyente. Nadie (o casi nadie) ha llegado al punto de agotar toda la música que contiene, ni ha llegado a ser mejor como oyente de lo que Beethoven lo fue como compositor. No se puede decir lo mismo de la canción de los Beatles. Redundando: la sinfonía de Beethoven admite miles de interpretaciones distintas. Cada orquesta y cada director que las han tocado han creado su propia versión, incidiendo en aspectos distintos, iluminando la música desde distintos ángulos. La música lo soporta, todas estas interpretaciones estaban en ella desde el principio (por mucho que Beethoven nunca hubiera podido imaginarlas). ¿Podemos decir que la sinfonía es más rica, más profunda, más placentera estéticamente que la canción? Así lo creo. ¿Es esto cierto para todo el mundo? Por supuesto que no: muchos oyentes encontrarán a Beethoven un pelmazo mientras tararean alegremente la melodía de la canción. Lo encuentro perfectamente lógico, mientras no se pretenda elevar esto a un criterio general. Sé que mi argumento queda muy próximo a la demostración circular «buena música es lo que escuchan los buenos oyentes y buenos oyentes son los que escuchan buena música». Lamento no disponer de más tiempo para aclararlo un poco más, pero luego seguiremos comentando.
Comentario escrito por Carlos — 28 de septiembre de 2010 a las 12:51 pm
Beethoven? ese no es el que hizo la música esa de la peli de la naranja mecánica?
The Disruptive: no quería dar a entender que sólo clasifique como música a la culta o clásica, ni que la culta sea la buena. A lo mejor con lo siguiente queda más claro.
Mi acercamiento a la Música parte de productos de consumo masivo, lo que se viene a ofertar en las radiofórmulas clásicas (mejor dicho, estándar, para no embrollar el tema que nutre esta entrada en el blog) que pronto me aburrieron. Era escucha totalmente pasiva y sigo considerando esas radiofórmulas como un elemento de márketing más de las empresas que se lucran del negocio en el ámbito de la música, SGAE incluida.
Posteriormente, a raiz de mi entrada en el conservatorio, además de comprobar el malísimo nivel de la educación pública (por lo menos lo que yo probé, que era en Madrid, con un libre acceso que empobrecía enormemente el nivel, a mi juicio) -salvo las consabidas excepciones que por supuesto incluyen todos los colegios de todos aquellos que se sientan atacados por este juicio-, a raiz de eso, decía, le cogí una manía terrible a la música clásica. También tuvieron su influencia las interminables veladas en casa siendo obligado a disfrutar de soporíferas audiciones de Zarzuela. (De eso último aún no me he recuperado, de ahí mi odio a los lieder, a la sonsoles por desastre-consorte y a las ministras-cuota, que suelen ser vulgares cual modistillas de Lavapiés y con esa vulgaridad zahieren mi peculiar y ecléctico sentido estético; aún más si hablan, peor si es en público, inenarrable si además presto atención).
Así me alejé de la Clásica, para seguir perdido un tiempo oyendo e incluso a veces escuchando «los 40 principales».
En el cole, ya de adolescente, trabé amistad con ciertas personas con el gusto musical muy desarrollado, que se aventuraban en los mundos de la música mod, el ska, y esas cosas. Compré mis primeros LP (mi primer single, Rocky Sharpe and the Replays – Rama – Lama -Ding Dong, regalo de mi santa madre con siete años -yo, ella bastantes más-) en esa época. El primero, en formato cassette, un recopilatorio de los Who -lo que me permite retrotraerme a épocas de dulce inocencia (y estupidez sólo comparable a la de los políticos que guían el país a la bancarrota a pasos de gigante) cada vez que veo un nuevo capítulo de CSI-. Desde entonces pasé de las radiofórmulas, que me ofrecian más de lo mismo casi día tras día, y pasé a las radios piratas (radiocadena del wc y otras) que ofrecían un producto más internacional, variado, gamberro y musicalmente enriquecedor.
De esta etapa recuerdo mi acercamiento al punk, post-punk, beat, new wave, sonido detroit, blues, etc.
Mi nefasta experiencia musical en los USA se saldó con:
a) Música: asistencia a conciertos de Bruce Springsteen, Beach Boys, ZZ Top, y otros..(muy poco para lo que debería haber sido).
b) ámbito extramusical: escuché a grupos de gente (me resisto a llamarlos músicos) perpetrando rap y hip´hop. Y no porque sean negros, ojo, que el jazz me encanta….me aterroricé por el negro futuro que nos deparaba y la esperpéntica moda de las caenas y los calzones a la vista, con el pantalón modo «cagao» on.
La influencia de lo mod derivó en gusto por el blues y el jazz. Cuanto más formación matemática recibía en la carrera, por otra parte, más me atraía el jazz. Comencé a hacer la colección del sello Blue Note. Asistí a innumerables conciertos de Blues. Mi colección de música crecía en todos estos sentidos. Exploré el dial, y cosas como Radio 3 me llenaban. Especialmente Tren Tres, que se emitía de madrugada. Una noche, de repente, el locutor contó que había muerto Frank Zappa, y que desde ese instante comenzaba una emisión especial de innumerables capítulos en la que se emitiría toda la obra del citado, amenizada con innumerables anécdotas e historias. Eso fue mi perdición.
Finalmente, y también empujado por lo que oía de Zappa, me reconcilié con la música clásica, mayormente desde que asisto al Auditorio a escuchar a la OCNE en directo, y desde que un amigo musical me regaló su colección de LP’s, más de 1000, para poder escuchar en el equipo con plato que tengo en casa…..pues eso.
Creo que es un proceso evolutivo, que cada edad tiene su gusto, etc. Además de coincidir con parte de lo que se ha dicho por aquí, no es lo mismo Fürtwangler o von Karajan que Schnäbel, y otros mil ejemplos.
Y escucho todo tipo de música, con salvedades, lo que pasa es que últimamente la clásica, cuando tengo tiempo para escucharla de forma activa, me llena más. Y que cada vez soy más intransigente, eso sí.
En directo ya sin comentarios, con buena acústica…..
Por cierto, me encantó Matadero 5.
Comentario escrito por pepito71 — 28 de septiembre de 2010 a las 4:46 pm
Pues yo una vez vi un documental de Alí Farka Touré (tiendo a la gafapastosidad, es obvio) donde explicaba que para ir de la capital a su pueblo tardaba cinco días por una carretera toda recta. Así que para ir por la autopista y viajes así largos, toma Alí Farka Touré. Sí se puede aguantar un viaje de cinco días en coche, es porque su música tiene efectos catárticos: como un eterno retorno, la primera canción es como la segunda, como la última, como la primera, te olvidas del paso de tiempo, y ya está, ya llegaste. Además, da lo mismo poner siempre el mismo disco, y cuando digo siempre es siempre.
Comentario escrito por merucu — 28 de septiembre de 2010 a las 7:42 pm
Quizá estoy hablando de otra cosa, pero me está pareciendo que por ‘escucha activa’ se está entendiendo el pararse, sentarse en el sillón, y asumir que la máxima actividad física permitida es fumar mientras se escucha música. Es eso a lo que Adorno se refería como la ‘regresión de la escucha’. Pero para mi la ‘escucha activa’ no es sólo eso… Vamos, por ejemplo, estar en un bar de copas, estar conduciendo con alguno de los aparatejos que comentábamos más arriba, o hasta estar viendo la tele y que salgan canciones, implica una cierta actividad ‘musical’ (con muchos grados de acción, obviamente).
Obviamente, se que la mayoría no nos paramos/se paran para hacer como los melómanos al 100%, de sentarnos en el sofá con una birra y un cenicero, y ponernos un disco para simplemente estar ahí escuchándolo.
Pepito: lo de Matadero 5 es por mi blog? Bueno, me alegro que te gustase…
Comentario escrito por The Disruptive — 29 de septiembre de 2010 a las 12:30 pm
Yo escucho mucha música en el coche o mientras trabajo y la disfruto, pero cuando se trata de una obra nueva o compleja prefiero dedicar toda mi atención a la escucha. Por supuesto que no es la única manera de escuchar ni es obligatorio. También veo películas en la tele mientras trabajo con el portátil, sabiendo que me pierdo cosas, claro está. A lo mejor interpretas mi postura como demasiado radical, sólo me refiero a la escucha activa como el equivalente a leer un libro, en contraposición a la pasiva, que es como ver un programa medio interesante en la tele mientras haces otras cosas.
Comentario escrito por Carlos — 29 de septiembre de 2010 a las 12:59 pm
The Disruptive: sí, por los comentarios del blog. Conocía el libro hace tiempo y lo leí hace varios años. Un imprescindible. A mí particularmente me encantó. Eso sí, el bueno de Kurt debía estar con la consciencia alterada entre mucho y bastante mientras lo escribía.
Comentario escrito por pepito71 — 29 de septiembre de 2010 a las 1:15 pm
«Obviamente, se que la mayoría no nos paramos/se paran para hacer como los melómanos al 100%, de sentarnos en el sofá con una birra y un cenicero, y ponernos un disco para simplemente estar ahí escuchándolo. »
No es lo habitual, pero confieso que alguna vez se me podría encontrar en esa postura.
Comentario escrito por BunnyMen — 29 de septiembre de 2010 a las 1:21 pm
Carlos: te propondría entonces que más que usar ‘escucha activa’ se usase ‘escucha atenta’ (que puede ir desde un concierto de música clásica como ‘máxima atención’ hasta la música de fondo en un centro comercial como ‘mínima’), que me parece más concreto. Y dentro de esa escucha atenta, yo alguna vez también paro y me pongo un disco, pero será el 1 % de la música que me pongo (que no es lo mismo que ‘que escucho’).
Pepito: sí, debía estar bastante mal de lo suyo. Pero mira, un librazo muy, muy bueno.
Comentario escrito por The Disruptive — 29 de septiembre de 2010 a las 3:36 pm
Prefiero el adjetivo «activa» porque, en mi opinión, la música se disfruta más cuanto más impliquemos nuestro cerebro en la escucha. Por ejemplo, cuando oigo música polifónica el esfuerzo de sperar las voces, identificar sujetos y contrasujetos, oír como pasan los temas de una voz a otra, etc. me hacen disfrutar enormemente. Lo mismo si escucho una sinfonía clásica con sus temas y desarrollos. Parte de la gracia está también en anticiparse y ser sorprendido… Detalles que mejoran la experiencia, al menos en mi caso.
Comentario escrito por Carlos — 29 de septiembre de 2010 a las 3:57 pm
Cuanto más atenta, es más activa, creo yo (aunque estar en un bar de copas haciendo el indio también implica actividad musical, desde mi punto de vista, y por eso digo lo de atenta).
En este tema, además (y como en todos los temas), cada uno habla desde su experiencia dentro de la actividad musical, y creo que tus gustos y los míos son bastante distintios, así como nuestras maneras de ‘enfrentarnos’ al objeto musical.
Comentario escrito por The Disruptive — 29 de septiembre de 2010 a las 4:51 pm
Naturalmente, hay tantas aproximaciones como personas. No tiene nada de malo, al contrario. Dejando que la cabra vuelva al monte, la cualidad de permitir múltiples formas de escucha es una de las más importantes a la hora de definir qué es buena música. No es que dé lo mismo escuchar una pieza en un bar o en una sala de conciertos, es que ambas experiencias puedan ser satisfactorias a su manera.
Comentario escrito por Carlos — 29 de septiembre de 2010 a las 5:25 pm
Los comentarios que han surgido del artículo, lo hacen mucho más rico si cabe, es lo bueno que tiene Internet y algunos blogs.
Quiero decir que comparto cierto párrafo que ha comentado Otto sobre el compartir el arte. Es curioso como uno no comparte lo obvio o lo fácil, yo no suelo comentar me ha gustado un chiste de Buenafuente, por ejemplo, de hecho, suelo olvidarlo. Sin embargo, acabo hablando sobre un tema de música electrónica (sí, de la más comercial y conocida) que he encontrado, ya que he tenido que escarbar, aunque sólo sea en mi memoria para ello. También creo que entra en esto la fascinación que me produce el éxito de la revista Cuore (una revista del corazón, pero muy sui géneris, por si alguien no se sitúa) porque (me) hace falta un esfuerzo para leerlo, que por ejemplo no tengo que hacer con otras cosas.
Me expreso mal, pero gracias por compartir este tema.
Por cierto, volviendo al tema, han vuelto los locutores a Rock & Gol, aunque por desgracia no puedo oirlo mucho.
Comentario escrito por Solidamente — 30 de septiembre de 2010 a las 12:09 am