Vamos a hablar de lo mío

El pasado 31 de octubre apareció el primer número de la revista Bostezo. Se trata de una publicación dedicada, como bien reza en su subtítulo, al «arte y pensamiento». Y, aunque está feo que yo lo diga puesto que he colaborado en ella, sin duda es un proyecto innovador desde diversos puntos de vista:

– Está editado desde Valencia, y la mayoría de sus colaboradores, lógicamente, provienen también de aquí (sí, yo también creo que es una vergüenza: ¡se trata de una revista «de provincias», como este blog, en lugar de hacer las cosas desde Madrid, como Dios manda!).
– Sin embargo, su temática abarca fundamentalmente cuestiones de interés general, como diciendo «¡Qué barbaridad, si ni siquiera dedican un par de páginas a las Fallas!»
– Se detecta sin dificultad una indisimulada adscripción izquierdista que se combina con una, menos disimulada aún, pasión por rehuir toda forma de dogmatismo
– Por último, se trata de una publicación en papel. ¿En papel? ¿En pleno siglo XXI? Pues sí. Por sorprendente que parezca, aún hay gente que lee cosas que no están en el Menéame ese. Por otra parte, el mercado de las revistas está aguantando mucho mejor, hasta la fecha, el vendaval de la crisis (no sólo económica, también específica del sector de la comunicación) que los diarios. No en vano, su público tiene un grado de fidelidad y de dependencia muchas veces mayor que el de los periódicos.

Si les interesa el primer número, que contiene una fascinante entrevista con Javier Krahe y un amplio monográfico, muy bien llevado (¡y eso que decidieron contar conmigo para uno de los textos!), titulado «La información como sospecha», pueden adquirirlo en los quioscos o vía Internet, a través de la web de la publicación (donde, por cierto, se irán colgando contenidos complementarios a los de la revista en papel). Además, el próximo sábado 22, a las 19.30 horas, tendrá lugar la presentación del primer número de la revista en el MUVIM (Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad -tal cual), por si Ustedes también son de provincias y les apetece pasarse.

Finalmente, y como reza el título, voy a hablar más específicamente de lo mío. El editor de la revista me pidió un texto sobre esta nuestra blogosfera (lo que significa en el ecosistema comunicativo general, lo que aporta -si es que aporta algo-, etc.), que titulé igual que este post. Discúlpenme de antemano por el abuso textual:

VAMOS A HABLAR DE LO MÍO

(artículo publicado en el nº 1 de la revista Bostezo, pp. 56-57)

A veces parece que no somos totalmente conscientes de la profundidad y alcance de los cambios que, en lo tecnológico pero también en lo social, se han producido en los últimos diez años. Un somero repaso a algunos de los dispositivos tecnológicos más populares en la actualidad nos lo muestra con claridad: piénsese, sin ir más lejos, en lo que era el teléfono móvil hace no tanto tiempo, y la multiplicidad de funciones que ofrece ahora; en que las cámaras (de vídeo y de fotografía) eran casi siempre analógicas, y ahora lo son digitales; que los ordenadores no tenían ni la centésima parte de potencia y capacidad de almacenaje –casi literalmente hablando- que ahora; y un largo etc.

El cambio tecnológico también ha provocado una auténtica revolución en lo que cabría llamar el ecosistema mediático, o el sector de los medios de comunicación en su conjunto. Hace, de nuevo, diez años, dicho sector estaba claramente dominado por un número muy reducido de grandes medios de comunicación que, en la prensa, la radio y la televisión, acaparaban grandes audiencias y jugosas porciones del pastel publicitario. Su importancia radicaba en esta doble condición: eran muy grandes, pero también eran muy pocos.

Existía un pluralismo informativo, por supuesto (si consideramos éste el que no todos los medios digan lo mismo, aunque sepamos qué va a decir cada uno de ellos). Pero en una disposición extraordinariamente favorable al emisor, que decidía la naturaleza del contenido (la información, la programación, etc.), cómo y cuándo transmitirlo, y cómo y cuándo, en muchos casos, iba a ser consumido por parte del público.

Sin embargo, y en buena medida merced a las ventajas que, desde muchos puntos de vista (abaratamiento de costes, facilidad y rapidez de creación y distribución de los contenidos; ampliación del espectro radioeléctrico disponible…), ha comportado la digitalización, dicho escenario ha evolucionado muy rápidamente, de manera que frente a los canales de TV tradicionales, han surgido muchos más, gratuitos y de pago, de ámbito nacional, autonómico y local, por cable, satélite y vía TDT; ha aumentado igualmente el número de licencias radiofónicas; ha surgido con fuerza, dentro de la prensa, el subsector de los gratuitos; …

Y, en fin, es de lo que en realidad estamos hablando, se ha desarrollado enormemente el que en 1998 era aún un medio incipiente, la red Internet, que acoge a su vez a un sinfín de medios de comunicación, tanto derivados de los tradicionales o de nuevos grupos mediáticos constituidos al efecto como –y fundamentalmente- surgidos directamente del público, como las páginas personales, los foros de debate, las comunidades virtuales, los wikis y, en fin, los blogs.

Es en este contexto en el que el público adquiere cada vez mayor autonomía para decidir cómo, cuándo y por qué razones dedicar su tiempo a unos medios de comunicación o a otros, e incluso si quiere adoptar un papel más o menos activo en el proceso de comunicación. La audiencia se reparte, la publicidad también, y los medios de comunicación, en especial los medios tradicionales, comienzan a pasarlo mal. Piénsese en el diario ABC, por ejemplo. No hace más que perder lectores. ¿Cuál es el motivo? Es triste decirlo, pero, solemnizando lo obvio: la gente muere. Sobre todo, los lectores de ABC, con una media de edad cada vez mayor. Las jóvenes generaciones están dando la espalda cada vez más a, como mínimo, una parte sustancial de los medios tradicionales.
Las múltiples caras de la comunicación distribuida

A estas alturas no tiene mucho sentido que me extienda hablando de las características de la blogosfera, de qué es un blog, cómo funciona, … Todas estas son cuestiones más que sabidas desde hace años, una vez los medios de comunicación comenzaron a hablar de los blogs y, casi inmediatamente, a diferenciar entre los blogs buenos (los suyos, publicados por ellos y por su gente) y los sospechosos (todos los demás, incluyendo los de otros medios). La blogosfera, o al menos la parte de ella que tiene una mayor visibilidad, ya no puede considerarse como un escenario de comunicación alternativa y marginal. ¡Pero si hasta Federico Jiménez Losantos e Iñaki Anasagasti tienen un blog, por citar sólo dos nombres que representan lo más característico de la comunicación tradicional!

En realidad, el que Jiménez Losantos se abra un blog, que los medios de comunicación estructuren sus contenidos especializados mediante blogs y que los blogs que tienen mayor influencia pertenezcan, directa o indirectamente, al espacio de la comunicación tradicional, son todos ellos síntomas de un mismo fenómeno; la aniquilación del potencial transgresor que pudieran tener los blogs, su asimilación y naturalización como parte de la comunicación de siempre.

Conviene señalar que, aunque los blogs hayan sido, de largo, el formato de edición y publicación de contenidos en Internet de mayor éxito, no es en absoluto el único. Los blogs se inscriben en un movimiento más general, que muchos integran dentro de lo que se conoce como la Web 2.0, en virtud del cual los contenidos son participados por el público, en muchos casos desarrollados colaborativamente (como ocurre en los wikis) y empleando herramientas caracterizadas por su facilidad de uso y por su flexibilidad, que les permite asociarse fácilmente entre sí y como parte de medios más amplios.

Sin embargo, una somera observación a la presencia de dichas herramientas en el Internet más visible, más cuidado y referenciado por los medios de comunicación y, también, de mayor peso cuantitativo, deja muy claro que los blogs, como indicábamos anteriormente, revisten una importancia singular. El motivo, a mi entender, es simple: un blog permite acoger las opiniones y comentarios de los demás, pero predetermina desde el principio un modelo de comunicación en el que el autor ostenta una posición de predominio muy claro, concentrando tanto la visibilidad como el poder.

En parte, el éxito de la blogosfera es, mucho me temo, como consecuencia de la suma de un sinfín de egosferas, de blogs individuales donde la participación, el diálogo, son totalmente subalternos –implícita y, muchas veces, también explícitamente- de los artículos publicados por el autor del blog y donde todo está organizado a mayor gloria de éste. Precisamente por eso los medios se han apuntado tan alegremente a “esto tan moderno de los blogs”: porque les permite hacer en esencia lo mismo de siempre.

Pluralismo bien entendido

Decíamos al principio que una característica del pluralismo informativo en España es su carácter fundamentalmente “formal”, esto es, se trata de un pluralismo generado a partir de la suma de contrarios, de medios internamente homogéneos pero –obviamente- distintos de los demás en cuanto a su visión del mundo. Es decir, una forma de pluralismo que acaba fragmentando al público por un criterio fundamentalmente ideológico, de manera que cada medio tiene “su” audiencia afín a los preceptos del medio. Se trata de un modelo, de gran peso en la trayectoria de los medios españoles (sobre todo la prensa y la radio), que dificulta sobremanera la celebración de un auténtico debate en torno a la cuestión que sea. A fin de cuentas: ¿para qué debatir, si estamos todos de acuerdo?

Pues bien, da la sensación de que en el éxito del formato blog, y sobre todo en su apropiación por parte de los grandes medios (y periodistas) tradicionales, estamos reproduciendo, inconsciente o conscientemente, el partidismo y la polarización característicos del modelo anterior, ahora sencillamente trasplantado a Internet. Así, no es sólo que exista una “blogosfera liberal” y otra “progresista” agrupada en torno a claros preceptos ideológicos, sino que el público que visita los blogs, y en particular el público que comenta, tiene un perfil ideológico cada vez más similar al del autor o autores, si acaso más radicalizado.

La razón de que esto sea así es sencilla: a nadie le gusta sentirse en minoría, con lo que los que no estén de acuerdo con el gran gurú de turno tenderán a callarse. En muchos casos (como, por ejemplo, los blogs de Libertad Digital, feudo de Jiménez Losantos y demás iluminados), ni siquiera hará falta que se planteen su silencio, pues la censura se encargará de que el silencio o la aquiescencia con el líder providencial sean las únicas opciones. Y de no ser así, la opinión minoritaria, sea por sentirse acosados, por afán provocador o, directamente, por buscar la destrucción de la comunicación (es decir, por comportarse como un troll), tenderá a extremarse y a desaparecer. La opinión mayoritaria, por su parte, no es que sea extrema. Es aún mejor, a los efectos del integrismo ideológico, puesto que será la única que prevalezca.

Muchos blogs se están convirtiendo en meras cajas de resonancia del discurso previamente expuesto por el autor y Sumo Pontífice de la publicación. De hecho, muchos nacen ya directamente con ese objetivo. Los comentarios del público pierden interés por lo cualitativo (porque vienen a decir lo mismo que dice el autor, pero más extremado y “con mis palabras”, como se decía en el colegio) y por lo cuantitativo. En este último caso, la enorme cantidad de comentarios (unos 200 por artículo, o más) imposibilita seguir el debate; aunque, como vemos, tampoco es que se debata mucho.

Este modelo comunicativo y este empleo del formato blog tienen su fuerza en el cerrado apoyo del sistema mediático tradicional, que se siente –lógicamente- mucho más cómodo en este entorno. No es que sea lo único que puede hacerse con un blog, ni que el blog imposibilite ofrecer un modelo de comunicación más ecuánime. El problema es que los centros neurálgicos de la llamada “blogosfera” tienden indefectiblemente a concentrarse en torno precisamente de este sistema mediático, bien porque provengan de él (periodistas asociados a los medios tradicionales, opinólogos que ubican su blog como parte de la oferta de un medio en concreto), bien porque acaban desembocando, merced precisamente a su éxito, en él (como está ocurriendo ya con algunos de los bloggers más significados).



6 comentarios en Vamos a hablar de lo mío
  1. ¿En que kioskos de valencia exactamente? ¿en soriano enfrente de la estación?

    Comentario escrito por Toni — 13 de noviembre de 2008 a las 1:55 pm

  2. 23-F, Ignacio Echevarría, Santiago Alba Rico y, encima, la web con opción de idiomas vernáculos: un auténtico escándalo.
    ¿La distribuyen en Charneguistán?

    Comentario escrito por popota — 13 de noviembre de 2008 a las 3:29 pm

  3. «- Está editado desde Valencia, y la mayoría de sus colaboradores, lógicamente, provienen también de aquí (sí, yo también creo que es una vergüenza: ¡se trata de una revista “de provincias”, como este blog, en lugar de hacer las cosas desde Madrid, como Dios manda!).
    – Sin embargo, su temática abarca fundamentalmente cuestiones de interés general, como diciendo “¡Qué barbaridad, si ni siquiera dedican un par de páginas a las Fallas!”»

    No me seas un paleto con complejo de Adán, gran gurú. Revistas provincianas de arte y pensamiento han existido a puñados desde antes de que calzaras pañales; otra cosa es que en tu terruño no las hubiera, o tú no te enteraras.

    Por cierto, que su declaración de intenciones a propósito de «nuestro momento antropológico» me ha recordado otra mítica pedantería que glosaste tiempo atrás, la de las «igualdades cosmopolitas». Y, por supuesto, lo que más me ha procurado satisfacción es esta sucesión al alimón de pareados que merece una reformulación en pura versificación:

    Una minuciosa disección
    elaborada
    con dosis de inspección,
    fricción
    e ironía,
    ofrecidas al lector
    como cápsulas de reflexión
    y posterior debate.

    Comentario escrito por bocanegra — 13 de noviembre de 2008 a las 5:12 pm

  4. Gracias Guillermo por tu apoyo a Bostezo, el 22 de noviembre es el lanzamiento oficial de la revista en el Muvim y posterior fiesta en EL DORADO, si andáis por provincias pues por allá nos vemos
    a partir de ese día tendremos armada la distribución de la revista por kioscos y librería (también en Soriano). de momento se puede conseguir en algunas como UBIK, Primado, la de la UPV o La Fuga (Sevilla)
    bueno eso, que esto está empezando…
    salud!

    Comentario escrito por walter buscarini — 13 de noviembre de 2008 a las 5:45 pm

  5. obviedad: suerte en la andadura y a ver si cae alguna por estas provincias del Noroeste.

    Comentario escrito por abobriga — 15 de noviembre de 2008 a las 5:59 pm

  6. Se te ha muerto el enlace a Arcadi, ahora está en http://www.arcadiespada.es. Lo miré al azar: hacía tiempo que no sabía de este ex periodista, ahora político.

    Blogs con apoyo en medios tradicionales: ¿de qué me suena eso? ¿los de la radio leyendo los periódicos por la mañana? ¿los de los periódicos escuchando los informativos del mediodía en la radio? ¿la televisión copiando contenidos de todos y todos de ella?

    «A nadie le gusta sentirse en minoría»: discrepo profundamente. Justo en los blogs es donde más francotiradores informativos hay. Eso es un hecho. Veremos lo que dura. Aliento, la verdad, no dais mucho, los profesionales de la teoría de la «cosa». Primero Pisani, luego Wired, también Casciari y su legión de seguidores quieren enterrar los blogs. ¿Pero qué os han hecho, si todos los usáis y los leéis?

    Comentario escrito por Pablo Santiago — 24 de noviembre de 2008 a las 11:58 pm

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