Adolfo Suárez para viejóvenes: entre la leyenda y el mito

Para la gente de mi generación (1976), Suárez es una figura un tanto difuminada. Sus años cruciales en política, los años de la Transición, fueron los años en los que nacimos, de manera que nuestra evaluación de sus acciones, de su presidencia, nos viene de los testimonios de otros: nuestros padres, la prensa, las biografías que de él se han escrito, piezas documentales, …

En mi caso, el Suárez que recuerdo es el de 1986, cuando se celebraron las primeras Elecciones Generales que recuerdo vívidamente, y que seguí con interés (tenía nueve años. Aclaro que, a pesar de todos los indicadores, tenía amigos, y jugaba al baloncesto y a los videojuegos, y eso). Eran unas elecciones en las que el PSOE partía como claro favorito (y así fue), pero con cierto movimiento entre los partidos minoritarios. Estaba el PCE, claro, que con Gerardo Iglesias comenzó a renacer de sus cenizas tras el hundimiento del 82. Estaba la “operación Roca” (el PRD se llamaba el partido: Partido Reformista Democrático), el intento de los catalanes (CiU) por involucrarse en la política española, con fuerte apoyo de la banca y presencia entre las clases dirigentes españolas (Florentino Pérez estuvo metido en el asunto, por ejemplo). Con un magnífico candidato, Miquel Roca, inteligente y moderado. Era una buena idea, que ojalá hubiese triunfado, porque ahora tendríamos una derecha civilizada, y en cambio tenemos… el PP. Por supuesto, no sacó ni un escaño (más allá de los 18 de CiU).

Y, naturalmente, estaba el CDS, el invento de Suárez para continuar en la política un año después de su dimisión y aparente retiro como héroe tras el 23F. En 1982 había logrado dos modestos escaños (en Madrid y en Ávila), casi a la altura del PCE (4). De hecho, en 1986 había un programa de Pedro Ruiz (ni me acuerdo ya del título), que en aquella época era gracioso (¡o eso parecía!), que tenía una sección mítica, “En busca del voto perdido”, protagonizada por Suárez y Rodríguez Sahagún (su sempiterno número dos en el CDS), que a mí me parecía muy divertida.

De aquellas elecciones me tragué casi todos los debates, programas informativos, leía prensa, etc. Supongo que no me enteraba de mucho. Pero hacía campaña (es decir, que daba el coñazo a mi familia y a algún amigo que me miraba como si estuviera loco, a saber por qué), con unas convicciones que serían la envidia de un militante de Vox o de IU, por el CDS. Porque Suárez me caía bien, me parecía un tipo simpático que hablaba con un tono divertido, y me daba un poco de pena lo del voto perdido.

La prueba del algodón: míticas figuritas de políticos que compré en 1986 y que no vendería ni por siete gritones de dólares

La prueba del algodón: míticas figuritas de políticos que compré en 1986 y que no vendería ni por siete gritones de dólares

En aquellas elecciones, Suárez logró su mayor éxito con el CDS: 19 escaños y tercer partido español. Podría haber reeditado, poco a poco, con mucha suerte, apoyo financiero y mano izquierda, el experimento de la UCD, forjando un partido veleta, de centro, para los votantes hartos de Felipe y a los que les daba grima Fraga (más o menos, lo que ahora intentan UPyD o Ciutadans). En lugar de eso, Suárez se dedicó a pactar ora con AP, ora con el PSOE, a ver dónde podía pillar cacho (fue especialmente recordada la maniobra para birlarle al PSOE la alcaldía de Madrid). En las Generales de 1989 ya perdió fuelle, en 1991 (municipales y autonómicas) se hundió, y Suárez abandonó el CDS y la política.

Pero dudo que mucha gente de mi edad se acuerde de esa época del CDS cuando evalúe la figura de Suárez. Es también remota, y de importancia muy tangencial. El Suárez que conocemos es, en realidad, el que no conocemos. El que le echó huevos el 23F, legalizó a los comunistas, y logró que el país en que vivimos dejase de dar vergüenza. Al menos, por un tiempo. Nos cae bien (al menos, a mí, me cae bien) porque hizo cosas que, desde luego, no resisten la comparación con las grandes realizaciones de los líderes que nos ha tocado aguantar en nuestra vida adulta (Aznar, Zapatero, Rajoy). Y porque, sobre todo, como no le conocimos, no tuvimos que aguantarle. Y eso, en España, es la mejor vacuna para impedir el hastío respecto de un político. Como, por último, Suárez llevaba veinte años retirado de la vida pública, ni siquiera hubo que aguantarle en modo tertuliano.

Curiosamente, para la generación de nuestros padres, que sí que convivió con Suárez, el recuerdo también es muy positivo, en general. Primero, porque el hombre estaba amortizado desde hace mucho. Segundo, porque es verdad que era bastante moderado (o veleta/trepilla, siempre dispuesto a virar donde viera que había votos), con lo que podía caer bien, retrospectivamente, a los padres “de izquierdas” (a fin de cuentas, legalizó el PCE, montó un Estado de las autonomías que, al menos, era una chapuza apañada, se llevaba mal con los militares, …), pero también a los de derechas, que han acabado interiorizando los logros de Suárez contra la derecha española como logros de la derecha española, y no en vano el PP va por ahí defendiendo la Constitución que no votó y las realizaciones de la Transición, de las que apenas participó y que en muchos casos intentó torpedear.

Pero, sobre todo, Suárez cae bien a la generación de nuestros padres por una razón muy sencilla: él fue uno de los protagonistas de la Transición. Y fue esa generación la que vivió en primera persona la transición, con ilusiones, con desencanto, pero con un balance globalmente positivo, de “hay que ver qué bien lo hicimos”, que explica tanto su orgullo por aquella época, su afán por volver continuamente a ella como referente histórico, político, incluso cultural, como su renuencia a reevaluar el período o plantearse, quién sabe, si no habría que cambiar muchas cosas y superar definitivamente lo que allí se hizo. No digo, por supuesto, que esto esté asumido por esa generación en bloque, ni que se empecinen sistemáticamente en no cambiar nada. Pero sí que me da la sensación de que el respeto, la reverencia incluso, a aquella época y a lo que representó, no sólo para el país, sino para sus vidas, condiciona poderosamente la manera en como muchas personas de esa generación acogen las propuestas de cambio o superación de ese escenario, incluso ahora, cuando claramente la cosa hace aguas por todos lados.



33 comentarios en Adolfo Suárez para viejóvenes: entre la leyenda y el mito »
  1. Naciste después de la muerte de Franco y es normal que no entiendas el respeto a la transición de la gente mayor: entre 1975 y 1986, que tu recuerdas, se habían producido los mayores cambios, los más destacables del postfranquismo: la cooficialidad de las lenguas empezaba a dar sus frutos, la sanidad pública universal empezaba a funcionar decentemente, ETB 1 se había establecido y se abría ETB 2, se inauguraban universidades… los desempleados cobraban por dos años el “paro obrero”…

    Para quien no ha conocido el Franquismo el cambio fue muy grande y a mejor, a mucho mejor.

    Hasta los LPs de los Rolling o de Lou Reed venían íntegros, sin censura. El año 82 hasta Carrillo promovía en los mítines la legalización de la marihuana.

    Se habían hecho varios referendums, y precisamente fue el de permanencia en la OTAN del 86, rompiendo promesas electorales firmes, lo que empezó a mostrar claramente que la transición se tornaba en otra cosa.

    Vamos que te perdiste los mejores años y los más prometedores. El desmoronamiento posterior no fue muy acusado, aunque lleno de mediocridad luego llegaron la burbuja y la crisis, arramplando con todo.

    Yo soy quince años mayor que tu, pero me acuerdo perfectamente cuando llegó la lavadora a casa (una muy cutre que había que desaguar a una palangana), cuando llegó la ducha, años más tarde la calefacción, y allá por el 74 la tele en B/N. Y soy pueblerino de clase media, estudiado en colegio de pago.

    Pero todos andábamos más o menos igual y éramos felices, nos conformábamos con poco (comer decente) y nos pasábamos el máximo tiempo posible en la calle jugando con amigos.

    La sociedad ha cambiado mucho, pero los mejores años fueron aquellos de la transición para mucha gente.

    Comentario escrito por auskalo — 24 de marzo de 2014 a las 4:16 am

  2. NOTA: Escribo desde un teclado US, sin tildes ni signos patrios.

    Amigo auskalo, desgraciadamente no fue ni el final del Franquismo, ni la Transicion, ni Suarez quienes trajeron los electrodomesticos a este pais. La tele la disfrutaban ya unos cuantos, asi como muchos tipos de coches, por no hablar de la radio y otras utilidades.

    Tampoco es la OTAN la culpable de que ahora los chavales jueguen a la PlayStation con mas ansia de la que teniamos nosotros cuando veiamos las primeras tetas y nos arriesgabamos a quedarnos ciegos explorando nuestro cuerpo. Y de esas creencias SI es responsable la Quinta de Suarez.

    Eras feliz porque eras un chaval, y ahora, con bastante mas esfuerzo que entonces, tambien podrias serlo. No tiene nada que ver con Adolfo Suarez.

    Comentario escrito por cdr — 24 de marzo de 2014 a las 8:54 am

  3. Todo tiempo pasado no tiene por qué ser mejor.

    Él era un hombre del régimen. Un demócrata sobrevenido. «Eh tío, se pueden cambiar las cosas desde dentro, ¿sabes?». Y uno de los artífices de la mierda que soportamos desde hace la tira, tal vez éso sí no el más importante ni el más odioso.

    En estas circunstancias el desprecio del que se hace merecedor podría ser moderado, con un poquito de esfuerzo hasta podría ignorárselo… pero entonces llega el hijo del PP a lloriquear y a pedir títulos nobiliarios; las portadas de los medios oficialistas se llenan de obituarios hagiográficos y uno no puede evitar pensar que, de no haber muerto, sería agradable ir a la clínica donde agonizaba a desfigurarle la cara con un destornillador. Y aquí llego a las esperanzas más bien vanas de que, dado el descaro y la torpeza con la que se ha organizado todo ésto, mucha gente pase a odiarlo sin haberlo conocido realmente, y los medios impresos que todavía quedan (y que siguen siendo impresos porque algún pilar del régimen con pelas para sostenerlos está detrás) acentúen un poquito más su hundimiento. Que la alegría por el mal ajeno pase a ser un sentimiento respetable y deje de haber miedo a expresarlo y compartirlo en público. Y sobre todo que los muertos dejen de ser sagrados.

    Mención honorífica y un besazo muy grande para todos aquellos que alaban el valor de Suárez por su valentía a la hora de enfrentarse al ejército pero al mismo tiempo tienen al ejército y a la guardia civil en un pedestal . Muaks.

    Comentario escrito por Teodoredo — 24 de marzo de 2014 a las 8:59 am

  4. Hombre, Teodoredo, quien se merecería el lifting, en todo caso, sería el hijo.
    Y, por lo que veo, Suarez – no me acordaba de él en ese aspecto, tan soft fue su segunda vueta- tenía su puntito catalán: pactar con el españolismo de centro izquierda y extremocentro para pillar cacho. Ahi fue donde Pujol vió la mina…y se ganó el odio eterno de los restoespañoles.

    Comentario escrito por galaico67 — 24 de marzo de 2014 a las 9:17 am

  5. #4 Sí, efectivamente. Lo que quiero decir es que han conseguido hacerlo mucho más odioso de lo que ya era.

    Comentario escrito por Teodoredo — 24 de marzo de 2014 a las 11:53 am

  6. La verdad, Guillermo, es que te entiendo perfectamente. Yo a esa edad era un freak de la Transición, del 23-F y, claro, de Suárez. Es un poco raro porque, a la vez, mis padres y sus amigos nos llevaban a las manifas anti-OTAN o anti-Pinochet, que eran casi juergas donde los niños jugábamos en las concentraciones. Visto retroactivamente, combinar eso con que el CDS «molara» es un poco raro. Es la gracia de la infancia. Nunca he sabido, pero intuyo que no, claro, si tuvo algún éxito propagandístico mi suarismo de la época.

    Por otro lado, dos apuntes importantes:

    – Guillermo, se te ve el plumero, ¿dónde está la figurita de Manuel Fraga?

    – Suárez y el CDS han sido los artífices del mejor slogan electoral ever de toda la historia en valencià, con su famoso y mítico «Capaços de fer-ho» de la campaña de 1989. Cualquier valencianohablante que viera el cartel, lógicamente, flipaba, con la traducción literal del castellano que llevaba a un resultado, cuando menos, peculiar.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 24 de marzo de 2014 a las 12:16 pm

  7. A ver esa traducción, hombre.

    Y por otra parte, exigimos la figurita de Fraga. Porque la de Felipe me parece una puta maravilla. Lo que hubiese jugado yo con esas figuritas, enfrentándolas a los GIJoe´s, a los muñecos de Masters del Universo, y utilizando la de Gerardo Iglesias para las partidas con mi hermano al Monopoly, ahí nacionalizando la compañía de aguas y la de ferrocarriles, y toda la Gran Vía.

    Comentario escrito por kirikiño — 24 de marzo de 2014 a las 12:30 pm

  8. Yo si rebusco en el trastero tengo algo que ninguno de ustedes tiene, seguro. Dibujos hechos por mí, que nací en el 79, de Suárez. Yo le pintaba con el anagrama COS, no sabía que la D era una D. Era el que más me molaba, seguramente por ser el más guapo.

    Comentario escrito por Álvaro — 24 de marzo de 2014 a las 2:05 pm

  9. ‘En busca de Pedro’. La sección ‘en busca del voto perdido’ se la cargaron cuando se acercaban las elecciones, con 10 programas ya grabados:

    http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1986/05/04/110.html

    Comentario escrito por teresa — 24 de marzo de 2014 a las 3:10 pm

  10. Perdón ‘Esta noche Pedro’. Lapsus.

    Comentario escrito por teresa — 24 de marzo de 2014 a las 3:10 pm

  11. Uy, uy, uyyyy, te pillaste el muñequito de Gerardo Iglesias, Suárez, y González ¿qué pasó con el de Fraga?, ¿lo ahogaste en la bañera? :P

    Comentario escrito por teresa — 24 de marzo de 2014 a las 3:13 pm

  12. Pues verá Vd., Prof. López. Yo en 1986 tenía 16 años y había quedado chasqueado de por vida con el referéndum de la OTAN, después de ver en TV a Fraga haciendo la cuadratura del círculo y a González dándole la vuelta a todo con un discurso más lleno de trampas que el de un vendedor de la muñeca chochona en la tómbola.
    Saliendo de la Romareda, donde el Zaragoza acababa de meterle dos goles al Madrid (sería campeón unos días después en el V. Calderón con gol de Rubén Sosa), recuerdo escuchar en el transistor las primeras estimaciones del resultado, pegaba el sol en la fachada del hospital Miguel Servet y nos encaminábamos a casa por el Parque Grande. Contaban que salía que sí a la OTAN. Me saltaban las lágrimas del disgusto. Ese día aprendí mucho de política, me hice «adulto» en ese sentido. Y ese mismo año recuerdo que aunque ya había estado en mítines del PCE, en el mítico del 82 en la plaza de Toros de Zaragoza con González, me pasé por el Teatro Fleta unos meses después a ver el mítin de Suárez, y quedé fascinado. (Acabo de comprobar que no me falla la memoria en http://elpais.com/diario/1986/06/07/espana/518479217_850215.html )
    Suárez hablaba despacio, con ese tono que conocíamos de la tele deformado por las imitaciones de Pedro Ruiz. Suárez iba mirando uno a uno a la gente a los ojos, y creías que te hablaba a ti. Era de centro, decía, y decía cosas que podían gustar a la gente de izquierdas, dijo que quitaría la mili (me llegó tarde la propuesta que haría suya González diez años más tarde). Ese discurso de Suárez, aquel día, del que no pude discrepar mucho, me inoculó más aún el veneno de la política. E imagino si era capaz de algo así en un teatro lleno de gente, qué no sería en un despacho, o en un sofá.
    Después he visto en persona a otros muchos políticos, y creo que sólo he encontrado parangón en una conferencia de Esko Aho (ex-primer ministro de Finlandia) y en los dos mítines que he escuchado a Angela Merkel. También me han impresionado Cristina Narbona, en corto, y algún otro dirigente, pero nada borra el recuerdo de aquel día en que quedé fascinado, y por mucho tiempo, por un Adolfo Suárez ya en camino de la retirada, en 1986.

    Comentario escrito por Baturrico — 24 de marzo de 2014 a las 3:14 pm

  13. ‘Fer-ho’, en valencià, es la forma más habitual de decir ‘follar’. La que todas nuestras abuelas han venido utilizando toda la vida.

    Barurrico, lo de la mili, al final, lo quitó Aznar porque se lo impuso CiU en el pacto de gobierno.

    Y hay otra cosa de Suárez que estos días, viendo vídeos en la tele, refulge como el sol: era un tipo que, cuando hablaba o respondía, lo hacía para decir algo. Podrías estar o no de acuerdo, pero decía cosas. Lo más patéticamente acojonante de la clase política actual es que están cuidadosamente adiestrados para no decir nada y por selección natural van triunfando los que menos dicen. Por eso comparado con los políticos de hoy cualquier vídeo de Suárez genera tanta nostalgia. Con razón.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 24 de marzo de 2014 a las 5:31 pm

  14. Prof. Boix, tiene usted toda la razón con lo de la mili. González era el que decía que un ejército de leva era mejor para acercar al estamento militar a la sociedad, argumento que ha repetido el SPD en Alemania hasta hace bien pocos años.
    Y otra cosa: otra persona que en las entrevistas siempre decía algo (y yo estaba en desacuerdo el 97% de las veces) era el Sr. Fraga. Lejos de asesores de imagen, de expertos en mercadotecnia, que se llevarían las manos a la cabeza. Fraga podía salir por cualquier lado, descargando paladas de libros sobre la cabeza del oyente, pero también tenía un discurso con contenido. (Y lo más triste es que la democracia que tenemos ahora es prácticamente aquella «mayoría natural» que él soñó.)

    Comentario escrito por Baturrico — 24 de marzo de 2014 a las 5:37 pm

  15. Auskalo, entiendo perfectamente ese respeto y la nostalgia. Fue la mejor época de sus vidas, la juventud, y encima resulta que fue una época interesante, en la que pasaron de una dictadura plomiza a un sistema democrático presentable. Es normal que estén orgullosos, y que vuelvan ahí constinuamente. El problema es que, como desde aquel momento también se convirtieron en la clase dirigente del país, y hasta ahora, la resistencia a cambiar cualquier cosa está degenerando más y más el sistema en que vivimos ahora.

    La figurita de Fraga creo que no llegué a tenerla nunca; echenle la culpa al familiar que me las regaló, ese progretarra impenitente (fuese quien fuese).

    El discurso político ha decaído a límites nunca vistos en España (y no sólo aquí) porque, por un lado, los políticos hablan para la TV o para el tuit, así que la cosa se resume en soltar chascarrillos impactantes. Por otro, porque la diferencia ideológica y de proyecto entre las distintas opciones era mucho mayor que ahora. De hecho, ahora los grandes partidos ni siquiera tienen un proyecto, sólo gestionar, y la principal diferencia es si quieren gestionar lo público y privatizarlo. En esas condiciones, cualquier discurso de casi cualquier dirigente político de la Transición suena impactante.

    Comentario escrito por Guillermo — 24 de marzo de 2014 a las 5:44 pm

  16. Olvidáis todos que Suárez era franquista-falangista, provenía del movimiento nacional, juró lealtad al generalísimo y a las Leyes Fundamentales del Reino. Estoy, especialmente ahora que ha fallecido, que la prensa y los politicuchos que nos gobiernan, ensalcen la figura de un sujeto que pertenecía al movimiento y que no tuvo más remedio que «democratizarse» porque la sociedad española era lo que exigía en ese momento histórico. Aquí los únicos héroes de la transición o del nuevo régimen, o sea, el actual, es la sociedad española que decidió acertadamente no volver a las armas con tal de tener un régimen pacífico como es el actual, y en el que más o menos la opresión no brilla, como anteriormente, y la prosperidad entre los ciudadanos empezaba a verse. Ni Suárez, ni González, ni el Rey ni ninguno de esos son héroes de nada.

    Comentario escrito por rmg — 24 de marzo de 2014 a las 8:48 pm

  17. *16 La sociedad espanola es precisamente la principal culpable, que se dejo enganar y mostro bellas tragaderas. Suarez es el unico politico honesto que pario este pais, y bien queda demostrado con la defenestracion que ha sufrido una vez retirado de la politica por parte de la oligarquia espanola, que solo rescataban su figura para falsas loas aprovechando su camino hacia la desmemoria. Poco antes de perderse definitivamente, denotaba en sus declaraciones la verguenza que le producia su hijo y la clase politica en general.

    Seria un falangista, y todo lo que querais, pero fue el quien se atrevio a dar el giro y provocar el cambio de regimen de un modo que no contento a nadie, en especial a los franquistas. Todas las leyes medianamente sociales que tiene este pais, a excepcion de los inventos de nueva generacion de caracter meramente estetico y sin calado para la sociedad tipo matrimonio entre gays e igualdad de genero, beben sino aun provienen de Suarez.

    de modo que las manifestaciones de aqui el amigo teodero solo me producen asco.

    Comentario escrito por lalo — 24 de marzo de 2014 a las 10:05 pm

  18. el problema de la transicion y de la oligarquia posterior, no viene de suarez, fue como derivo empezando por felipe, con el que la oligarquia se mostro harto generosa.

    Comentario escrito por lalo — 24 de marzo de 2014 a las 10:06 pm

  19. Dificilmente podía coger la sociedad española nada a la muerte de Franco, que en aquellos años se seguía tirando con munición real en las manifestaciones y a mi me tocó aun ver patrullas con mauser y naranjero…en un pacifiquisimo pueblo de la costa asturiana.

    Comentario escrito por galaico67 — 24 de marzo de 2014 a las 10:38 pm

  20. La mitificación de la «best generation», la estadounidense coetánea de la Segunda Guerra Mundial, y su legado, los baby boomers y el conformismo consumista y vagamente patriótico, germen de la futura mayoría silenciosa, obedecía a la necesidad de cohesión tras más de una década de desarraigo territorial, racial y sexual. Pronto vino la televisión y su característico entretenimiento.

    Aquí su equivalente coincidió con los aparatos en color, las tertulias orientadas y el destape, con idéntico fin: propugnar el sacrificio y el orgullo a cambio de un mejor porvenir. Individual y despolitizado, desde luego. La sensación de que «se hizo lo mejor que se pudo» transmutada von los años en «no se pudo hacer mejor»; conjugada en eterno presente. Mitificada, en fin, la Transición y fosilizadas sus metas y propuestas, por coyunturales que entonces se juzgasen.

    Comentario escrito por Tvrtko (Berengario) — 24 de marzo de 2014 a las 11:53 pm

  21. Sir cdr,

    Disculpe usted, pero no creo que haya tenido que entrar a clase de párvulos dando “Buenos días, Semaestra!” Y dos besitos, si te los pedía, con cuatro años, intentando hablar una lengua que no conocías de nada.

    Ni que dos años más tarde, el maestro de Toro (casi todos los maestros que venían a mi pueblo eran de Toro), te dijera pon la mano bien extendida, y te diera una hostia del carajo con una vara de avellano en la muñeca, porque había apuntado mal, mientras te escupía “Habla en cristiano!”

    Y un año más tarde, al pasar a la “escuela grande”, andes de empezar la clase se colgaba la rojigüalda en el balcón de la plaza y con el brazo derecho extendida nos hacían cantar el famoso “Cara al sol.” Y luego el maestrillo de Toro daba clase de lo que terciara a cuatro cursos distinto en la misma sala (aquello no era un aula). Y no soy un australopiteco, soy de la primera generación del BUP (porque en el cole de frailes de la capi me hicieron repetir curso por ir adelantado —me parieron en enero—).

    Radio, claro que había, y mi madre que era modista y enseñaba a coser a las mujeres del pueblo todas sentadas en corro en una habitación pequeña, ponía la radio a tope para oír la radionovela de Corín Tellado, etc.

    Cuando las cosas se movían un poco (Mayo del 68 o el proceso de Burgos), nos tirábamos 10 minutos por la noche buscando Radio París o Radio Moscú, para enterarnos de qué coño estaba sucediendo, en la vieja radio de lámparas que todavía guardo en la buhardilla del pueblo.

    Entoncen, la única música que sonaba era “Amarillo el submarino es” y esas cosas. Y los domingos por la tarde, después de jugar al escondite y a los que fuera, íbamos al bar del barrio toda la cuadrilla, pedíamos una botella de limonada (Patxiku) y un buen plato de galletas, y veíamos en blanco y negro “Viaje al fondo del mar”, con pulpos gigantes y cosas de esas, y después de merendar nos íbamos a jugar de nuevo.

    Eso era el franquismo, a no ser que te colgaras del carrusel deportivo y la quiniela.

    Yo he visto a todas las madres del pueblo lavar ropa en el lavadero municipal, con agua fría y cantando. Y hacía recados en la única tienda del barrio pidiendo apuntar en cuenta durante la semana. El fin de semana iba la madre o el padre y liquidaba la deuda semanal, que cuidadosamente apuntada llevaba la tendera en el cuaderno.

    Y no te estoy hablando de Los santo inocentes, te hablo de un pueblo de gipuzkoa con mogollón de inmigrantes de extremadura, andalucía o toledo, que venían a trabajar en la fábricas, y que cada mañana cogían la bici, con una bolsita para el bocadillo o “fiambrera” y pedaleaban para fichar, mientras vivían hacinados en literas en piso cutres de alquiler.

    Yo no he conocido el racionamiento, ni el contrabando de penicilina de ricos, pero he tenido amigos con polio, cojos y tullidos para siempre, porque sus padres no teína el dinero ni los contactos para conseguir tres chutes de penicilina.

    Eso era el franquismo, Un atraso total, oscuro, curil, temeroso de todo, tricornio, prepotencia y una burocracia descomunal para organizar un concierto en la plaza del pueblo: carta al gobernador, VE, al alcalde franquista, VI, pasar censura en el sindicato vertical con todas las letras trapichearas.

    Si ho has conocido el franquismo, no tienes ni puta idea de lo que estás hablando. Te falta lo que Física se llama sistema de referencia, y no tienes ni puta idea de lo que significa ecuación de dimensiones, aka, no mezclar velocidad y tocino.

    Y en los tempos del primer Suárez, aunque hablábamos de la transición, la gasolina super se puso a 132/litro, para que te hagas una idea a botepronto, a unos 6€/litro hoy.

    Pero entonces la gente compartía coche para ir a trabajar. Hasta los pelotaris profesionales compartían coche para moverse 80 km al frontón.

    Añádele a eso no tener controles de velocidad, que en los pubs más molones ponía buena música que entraba a raudales, que no había que ir a Francia a comprar condones, que el rock vasco estallaba por doquier, las verbenas incombustibles e interminables… La Orquesta Mondragón montaba pollos enormes en el campo de fútbol de Terrasa,

    Pasar de Manolo Escobar a Orquesta Mondragón en cosa de nada, no es una chorrada.

    Y me acuerdo que en Barna estaban la Orquesta Platería, el Gato Pérez, la Salseta del Poble Sec, grupos teóricamente verbeneros que tocaban muy bien y ponían mucha marcha. Y no es por desprestigiar a Lluis Lach del Gener 76, ni nada. Era otro rollo que daba mil vueltas a lo que luego fue la movida madrileña, con honrosas excepciones de grandes talegos como Golpes Bajos.

    Yo me tiraba dobles y triples sesiones continuas en cines de Barna, que no paraban de hacer ciclos de autores que habían estado prohibidos o que no habían llegado nunca al cine comercial ordinario. Iba en un espino cutre al Paseig de Bonanova a la 4 de la tarde y salía alucinado a las 9:30, después de ver a Passolini subtitulado, sonándome a medio catalán.

    Pasar en 10 años de la vara “Habla en cristiano” a ver a Passolini, había un trecho.

    Y no le doy todo el mérito a Suárez, ni mucho menos. Pero me acuerdo todavía de la misa interminable de semana santa, todo quiqui vestido de negro, y a la salida cómo se extendió como la pólvora la legalización del partido comunista que alguien había oído en la radio

    Eran tiempos interesantes y me pilló en buena época, para entonces sacudía tranquilamente a los pijos de la city y me tenían un gran respeto en el cole tanto los alumnos como los profesores y curas. Todos sabían que era mejor llevarse a buenas con mi cuadrilla que tratar de jodernos. Así de simple.

    Por otra parte, aunque ya se que para los 80 había videos o VCR, poquita gente se lo podía permitir. Pero por aquella época los niñitos no tenían ni puta idea de los era la OTAN, y los navarros y vascos de Kakitzat declararon la insumisión, que mister F. González, puto amo de la barraca en las elecciones del 82, peleó con uñas y dientes.

    Si los niñitos de ahora tuvieran que hacer la mili obligatoria, no le darían tanto a la PlayStation.

    Tu pelea tranquilo en USA, que no te van a regale nada, y la mayoría de los amigos usamericanos que tengo no piensan sino en emigrar a vivir tranquilos en en un país civilizado.

    Y Guilermo, no me trago el rollo generacional de gobernar el país: Mira qué gente estaba en la foto de “Por qué no te callas” del campechano a Chávez, todos los putos amos del franquismo y aledaños. Luego se ha visto que los políticos españoles van a salvarse el culo a toda costa, pero unos con 40 y otros con 70, y creo que es porque previamente ya obedecían al amo. España no es una ni uniforme, pero pero algo habrá que cambiar (no solo la edad), para que el tinglado empiece a marchar,

    Creo que España es un nido de corrupción descomunal y el discurso político general ha bajado más abajo que la alfombra, pero en eso tenéis igual de culpa los periodistas.

    ¿Cúal está más vendido de los dos?

    Pero culpar a generaciones es simplista, como el comentario teclado USA de cdr. No he visto personal más ingenuo y al mismo tiempo más avaricioso que en USA. El infantilismo y la avaricia, como el cristianismo y el temor en Ejpaña franquista. El Barça-R. Madrid ha tapado el 22-M. ¿De quién es la culpa, de Mariano?

    Yo estoy con Guy Debord y la sociedad del espectáculo!

    Agur Benhur!

    Comentario escrito por auskalo — 25 de marzo de 2014 a las 4:13 am

  22. El corrector automático ha causado tantos destrozos, que confío en su inteligencia la correcta interpretación.

    Comentario escrito por auskalo — 25 de marzo de 2014 a las 4:25 am

  23. Algunas son graves:

    talego—> galego

    espino—> vespino

    Y así sucesivamente!

    Comentario escrito por auskalo — 25 de marzo de 2014 a las 5:10 am

  24. Yo no he conocido el franquismo, pero sí he vivido la transi. Y la transi en una remota ciudad de provincias de la meseta era cantar el padre nuestro y el avemaría al entrar y al salir de clase. Era una profesora diciéndote que el generalísimo nos libró de la 2ª guerra mundial y nos brindó 40 años de paz, así, de grátix. Era quedarte encerrado en clase sin poder salir ni al baño el dichoso miércoles de ceniza, si no querías que viniera un cura a echarte mierda en la cabeza. Era ser el único alumno de ética… cuando fue posible darla, que al comienzo no lo era. Era ver como las fábricas de tu ciudad se iban al garete una detrás de otra. No es que fuera como para tirar cohetes. Como dice cdr, cuando eres un chaval muy mal tienen que pintar las cosas para que te amarguen la vida, pero yo recuerdo las imágenes de mi infancia y el aspecto de los edificios y de las cosas y me viene a la mente… la Unión Soviética. En lo que es estética, lógicamente, no en ventajas e inconvenientes.

    Y claro, el franquismo fue peor. Pero que no pretendan que tengamos que estarle agradecido a un tío que era franquista y que tiene ciertas responsabilidades aun no del todo aclaradas en los muertos de la transición, ni que como lo otro era peor entonces esto automáticamente es aceptable.

    A mí lo que me gustaría es que en las próximas elecciones, ante un previsible descenso del voto pepero que incluso haría peligrar su mayoría absoluta, interviniera el ejército, para que quedara claro a los ojos de todo el mundo cuál es el verdadero rostro del régimen surgido de la transi y qué se puede esperar de la gentuza ésta.

    Comentario escrito por Teodoredo — 25 de marzo de 2014 a las 8:21 am

  25. Se me están poniendo muy generacionales, así que volviendo al texto, y sólo por meter el dedo en el ojo al coleccionista de «mecos» electorales…
    Oiga, que la coalición del PRD sacó, además de los de CiU, un escaño en Galicia. Por más señas orensano, de mano de Coalición Galega… 18+1 en total 19… vamos, como el CDS y rozando el poder con las yemas de los dedos.
    Y lo recuerdo con conocimiento porque de aquéllas el pueblo de mi padre era un «bastión» de ese partido (y lo siguió siendo aún después de que «desapareciese», así de cabezones que son).

    Comentario escrito por pululando — 25 de marzo de 2014 a las 10:30 am

  26. se me adelanto pululando. Recuerdo que en mi bici sin frenos había puesto una pegatina de Coalición Galega, bonito logo «el de la piña»

    Comentario escrito por lovelesss — 25 de marzo de 2014 a las 11:22 am

  27. El programa de Pedro Ruiz creo que se llamaba «Ni en vivo, ni en directo» (o era el de Emilio Aragón?) en él se vieron las primeras tetas que aparecieron en un programa de televisión, antes se habían visto también en un anuncio del desodorante Fa (todavía me acuerdo de los limones salvajes del Caribe). Otro personaje que popularizó muchísimo era el de la sección de «El libro gordo de Pedrete» con su saludo de «Qué buena estás, Carolina!» . Se ve que yo también estaba en la edad. Cuando Franco murió yo tenía cinco añitos. Recien llegado a la escuela recuerdo que había un retrato en blanco y negro de un señor calvo en uniforme junto al crucifijo al cabo de pocos meses lo cambiaron por el de otro más joven y en color, eso fue para mí la transición.

    Comentario escrito por emigrante — 25 de marzo de 2014 a las 11:27 am

  28. El programa «Ni en vivo ni en directo» era, efectivamente, de Emilio Aragón. El de Pedro Ruiz era «Como Pedro por su casa». Recuerdo que también contenía una serie de gags referentes al CDS llamada «En busca del voto perdido», con la música de Indiana Jones, y tal.

    Comentario escrito por Borratxo i fí. — 25 de marzo de 2014 a las 1:49 pm

  29. Ya había una referencia en el texto a lo de Indiana Jones, se me había pasado, mierda, eso me pasa por leer en diagonal.

    Comentario escrito por Borratxo i fí. — 25 de marzo de 2014 a las 1:50 pm

  30. Gracias a Suárez España dejó de ser una anomalía en Europa y entramos en la senda abierta por Grecia y Portugal hacía la modernidad… Grecia… Portugal… ¡MIERDA!

    Comentario escrito por Paco Pérez — 26 de marzo de 2014 a las 11:37 am

  31. #27 El libro gordo era de «Petete» no de Pedrete.

    Fueron tres o cuatro días sin clase y aquello de «Españoles, al llegar para mi la hora de rendir cuentas ante el altísimo y acudir ante su inapelable juicio…» me lo se aún de memoria; lo repartían, junto al primer mensaje del rey, en un papel de calité con foto de los respectivos.
    O sea, que soy un poco mayor que la media, en 7º E.G.B.

    Comentario escrito por gus — 26 de marzo de 2014 a las 1:04 pm

  32. «Con un magnífico candidato, Miquel Roca, inteligente y moderado. Era una buena idea, que ojalá hubiese triunfado, porque ahora tendríamos una derecha civilizada, y en cambio tenemos… el PP.»
    Discrepo contigo, Roca es el abogado de la Infanta. Los recortes de CiU en Cataluña han sido más brutales que los del PP en el resto de España. CiU es una coalición de partidos reaccionaria. Conocí a un ex-diputado de CiU que era conocido como «El pistoles» porqué en sus años mozos, en un baile le cayó el arma al suelo. Era falangista. Tenía a una conocida que se pasó al PP porqué CiU «la traicionó» cuando apoyó a Felipe González, su padre había sido del Tercio de Nuestra Señora, carlista a muerte. Así que discrepo contigo.

    Es difícil juzgar a Suárez porqué no tenemos la información suficiente para hacerlo. A mi me cae simpático. Pero en el fondo pienso que fue como Zapatero, lo que pasa es que a Zapatero le ordenaron que reformase la Constitución y en cambio a Suárez le tocó transformar una dictadura en democracia, dejando intacta la distribución de la renta y asegurándose de que nadie asumiese responsabilidades por crímenes de Estado.
    Para mi, los verdaderos mitos de la época, hoy olvidados, fueron los que lucharon contra la dictadura y la mera existencia de la Guerra Fría. Mira que bien, vuelvo a discrepar contigo.

    Comentario escrito por POCHOLO — 29 de marzo de 2014 a las 9:32 pm

  33. #31 lo siento pero Emigrante es quien tiene la razón. Tal como tú señalas, el Libro Gordo era de Petete, pero en el programa de Pedro Ruiz («Como Pedro por su casa») la parodia era El Libro Gordo de Pedrete.

    El saludo inicial era, en efecto, «qué buena estás Carolina». Aquí la canción para los nostálgicos: http://www.youtube.com/watch?v=wWAX8L4_jeM

    Saludetes

    Comentario escrito por Wilson Fisk — 06 de julio de 2015 a las 6:54 pm

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