Más periodismo-ficción: Pedro J. en Salvados

Tras el show del falso documental que nos ofreció Salvados (o “el programa que habitualmente es Salvados, pero esa semana no”) para el 23F, este domingo Jordi Évole y su equipo volvieron a la normalidad para ofrecernos un programa “normal”. Dentro de la normalidad, hay dos facetas fundamentales en Salvados: el reportaje hilado a partir de entrevistas con testimonios, especialistas y el siempre inevitable dirigente político a costa del que podemos echar unas risas (modelo “Accidente del Metro”), o la entrevista en profundidad con algún personaje relevante (modelo “Jaume Matas se imputa delitos”). Ayer tocaba el segundo modelo, y con un personaje particularmente interesante en las actuales circunstancias: el siempre sinuoso Pedro J. Ramírez. Tan sinuoso que, como de costumbre, decepcionó.

Uno espera que Pedro J. cuente algo, o que diga algo relevante cuando Évole, o el entrevistador que sea, le ponga en dificultades confrontándole con su teoría del 11M, o con Aznar y el padel, o con los borradores policiales para cambiar resultados electorales. Y más o menos de eso fue la cosa, pero el caso es que la mayor parte de la audiencia ya sabe de qué va Pedro J. Y en cuanto al personaje, el problema con el que se encontró Évole es el que llevo viendo desde hace años, siempre que Pedro J. aparece en algún debate o tertulia de la televisión en la que él es protagonista (y, claro, si de él dependiera, siempre sería protagonista): que comienza a marear la perdiz, a mentir descaradamente, a desdecirse y esconderse en un agujero cual avestruz, y ya está.

Así, diez años después de darnos insufriblemente el coñazo a todos con sus agujeros negros del 11M, ayer Pedro J. quitó hierro al asunto y dijo que bueno, que él no cree que ETA estuviera detrás del 11M. Y menos mal, porque su principal “fuente”, Suárez Trashorras, volvió a aparecer unos días después de que se grabase la entrevista a Pedro J. para reafirmarse en lo que lleva años diciendo: que él, mientras El Mundo le pagase, cantaba la Traviata, pero que evidentemente en las motivaciones del 11M había menos ETA que en una moción de censura para echar a una presidenta ladrona, corrupta y sinvergüenza de una comunidad autónoma foral que no es el País Vasco.

Luego aparece Évole con el caso GAL y le recuerda a Pedro J. esos editoriales que publicó Diario 16, con él en la dirección, apoyando la guerra sucia contra ETA. Y Pedro J., ante la lectura de un párrafo particularmente contundente, hizo lo que hace siempre: sacar el ventilador, acusar a otros y a ninguno, con el argumento de que él no escribió el editorial, que si él no estaba, él no sabía, … Al final, como bien supo ver Jaime Rubio, uno se queda con la idea de que Pedro J…. ¡Fue víctima de su propio periódico!

Ante los que han hecho del crimen todo un fin en sí mismo, no cabe más que una contundente acción represiva que conlleve la eliminación de su presencia en la calle y su exterminio físico si es preciso

Esto no me sorprendió, porque es una variante de lo que vi hace casi veinte años (joder, qué mayor soy, a pesar de mi insultante juventud), a finales de los noventa (en 1997), en un debate de directores de periódico en Tele5 en el que estaban Jesús Ceberio (El País), Antonio Franco (El Periódico), Pedro J. y un par más. La verdad es que Pedro J. estaba un poco solo frente a tanto felipista suelto (Anson, que estaba convocado, se escaqueó en el último momento, que no ha aprendido él poco del Borbón, ni ná), y se le notaba nervioso, sobre todo al principio. Temblaba y todo, el tío, además de la voz, que casi siempre le tiembla cuando habla.

El caso es que Pedro J. aprovechó la ocasión para acusar al diario El País de manipular los famosos editoriales de Diario 16 (de los que El País había publicado extractos), y que si él los había publicado completos en El Mundo y “demostrado la manipulación de El País”. Y en esto que Ceberio comienza a sacar fotocopias y a decirle a Pedro J. “Por ejemplo… ¿este editorial? ¿O este?”. Y Pedro J., pálido: “¿Vas a leerlos todos?”. Ceberio, menos ducho en estas lides que Évole, no se molestó en leer nada, con lo que dejó escapar vivo a Pedro J.

El caso es que a Ramírez nunca le interesa, ni le ha interesado lo más mínimo, la verdad. La verdad se la sopla. La información, las noticias, son una mercancía, no sólo para vender periódicos, sino para meterse en diversos jueguecitos de poder con los que mandan en España, que es el juego que a Pedro J. le ha gustado jugar siempre, retorciendo la realidad todo lo que fuese menester y más. Inventándose teorías y asunciones peregrinas a partir de algunos datos verídicos. Por eso en la entrevista se le notaba tan jodido: ha perdido el juguete de poder, y probablemente sabe que, por mucho que acabe fundando otro periódico, ni de lejos llegará a donde llegó con El Mundo.

Por supuesto, si me preguntan si yo creo que Pedro J. es un modelo mejor de periodismo que el de Paco Marhuenda, a mí me parece que sí lo es. No porque Pedro J. sea un buen periodista, que no lo es; sino porque, al menos, y a diferencia de Marhuenda, es periodista. Tiene una agenda propia (no periodística, sino política), y de vez en cuando, aunque no sea por hacer su trabajo, sino siempre en virtud de sus intereses, publica noticias verdaderamente importantes. El último ejemplo es el del caso Bárcenas y sus revelaciones. Por supuesto, por el hecho de publicar dichas revelaciones, y por poco más. Primero, porque tampoco es que tuviera tanto mérito hacerse con ellas (la cosa consistió en que Bárcenas les pasase los datos). Y en segundo lugar, porque se publicaba todo eso meses después de que El Mundo inaugurase el caso Bárcenas publicando una sarta de mentiras en las que se decía explícitamente que ni Aznar ni Rajoy tuvieron nada que ver con aquello. Unos días después aparecía El País con los papeles… Y M.R., Mariano Rajoy, por todas partes. Aznar, lo mismo.

Pero con Pedro J. en El Mundo el poder (del signo que sea, en este caso el PP) nunca podía estar totalmente seguro. El afán de Pedro J. por mandar, y sobre todo por figurar, por demostrar que mandaba, siempre podía hacer que alguien “de los nuestros” acabara llevándose alguna yoyah. Eso con Marhuenda y similares es imposible, porque su función es hacer lo que le digan. En ese sentido, no sé si acabaremos echándole de menos, por repugnante que fuera el personaje. O quizás es que, confieso, a mí me pasa que con determinados individuos siento cierta fascinación malsana; me divierte ver hasta dónde son capaces de llegar. Me pasa con Pedro J. como me pasa con personajes históricos como (venga, vamos a hacer un Godwin De Luxe Supreme, con un par) ADOLF HITLER. Luego uno lee cosas como esta y recuerda que, en efecto, el personaje es repugnante, y su capacidad para hacer daño muy real. Y entonces me alegro de que le hayan quitado el sillón. Aunque en la prensa de papel acaben por quedar sólo Marhuendas.



11 comentarios en Más periodismo-ficción: Pedro J. en Salvados »
  1. Bueno, al menos no te has puesto en Modo Enric González ON

    :P

    Si no fuera por el morbo del personaje ‘Pedro J’ no sé qué más le puedes ver al Salvados de ayer. A mí me pareció vacío.

    Comentario escrito por teresa — 03 de marzo de 2014 a las 10:50 pm

  2. Enric Gónzalez escribe también del tema

    http://www.jotdown.es/2014/02/enric-gonzalez-el-reloj-de-hildy/

    Comentario escrito por varo — 03 de marzo de 2014 a las 11:48 pm

  3. Acabo de verlo, con el jetlag propio de la emigración y me quedo con dos sensaciones: la primera, que el tío me da miedo. Literalmente. La segunda, concordando contigo, que al tipo le mola jugar, pero no ha sido consciente de que en último término las reglas del juego las ponen otros. En el momento en el que el IBEX-35 vio sus preciosas reformas remotamente en peligro a causa de una improbable crisis de gobierno provocada por los titulares de Pedro J. con Bárcenas, le quitaron el juguete y tan contentos. En todo caso, revelador de cómo funciona el Tinglado y de la mierda de calidad democrática que tenemos.

    Comentario escrito por SinanPacha — 04 de marzo de 2014 a las 2:47 am

  4. Pero Guillermo y Enric González vienen a decir básicamente lo mismo sobre Pedro J., no? O sea, que es un sujeto despreciable, pero que al llevar una agenda propia, en su despreciabilidad de vez en cuando acierta a tocar las narices a algún poderoso. Como el director de Primera Plana.

    Comentario escrito por kirikiño — 04 de marzo de 2014 a las 11:38 am

  5. Poniéndome en modo conspiranoico11M, creo que hace ya tiempo que están preparando el desembarco de PJ en el grupo A3 media. Eso explicaría por qué Marhuenda está tan nervioso últimamente.

    Comentario escrito por Schwejk — 04 de marzo de 2014 a las 12:02 pm

  6. Gran articulo..

    Felicidades.

    Comentario escrito por David — 04 de marzo de 2014 a las 12:18 pm

  7. kirikiño, sí, pero Enric González llama chuscos al resto de periodistas que escriben artículos criticando el ejercicio del 23 F de Évole por «sobrevivir y pagar su hipoteca», mientras que Pedro Jota se libra de cualquier crítica por el bien del «periodismo».

    Comentario escrito por teresa — 04 de marzo de 2014 a las 12:52 pm

  8. Schwejk, se entendería entonces aún más por qué el monográfico de Évole a Pedro J. ¿Pero en serio?

    Comentario escrito por teresa — 04 de marzo de 2014 a las 12:54 pm

  9. Teresa, yo no entiendo que diga eso:

    Resultan un poco más chuscas las críticas de ciertos profesionales que conocen a la perfección las patrañas de sus propios medios, contribuyen a ellas cuando hace falta o las soportan en silencio, porque hay que pagar la hipoteca y educar a los niños. ¡Cuánto pontífice de la verdad!

    Mi interpretación es que le parece chocante que critiquen que Évole confeccione un documental falso aclarando al final del mismo que es falso, aduciendo que eso no es periodismo (básicamente porque cuenta una mentira), cuando esas mismas personas (y se incluye a él mismo) contribuyen a confeccionar otras patrañas más gordas con el agravante que las hacen pasar por ciertas.

    Ah, y dice que las críticas son chuscas, no ellos. Y en ese lodazal que entiende que es la profesión periodística, y en la que repito que el se incluye el primero, «redime» a Pedro J., por una serie de razones, que digamos las encarna en Matthau, y que quien haya visto la película las entiende perfectamente.

    Comentario escrito por kirikiño — 04 de marzo de 2014 a las 2:01 pm

  10. teresa, aparte del publirreportaje que le brindó Évole me parece recordar que PJ ya tuvo otro momento de gloria en «la sexta noche» y alguna que otra aparición en «al rojo vivo». Ya digo que estoy en modo conspiranoico, pero cosas más raras se han visto y supongo que en algún momento los del grupo Planeta querrán que La Razón venda algún que otro ejemplar.

    Y Porno J sabe vender, además el listón con el curita Marhuenda tampoco es que esté muy alto.

    Comentario escrito por Schwejk — 04 de marzo de 2014 a las 6:10 pm

  11. Porno Jardcore Ramírez es también humorista, como Évole, solo que tiene menos gracia.

    Comentario escrito por jose — 05 de marzo de 2014 a las 12:42 pm

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