Libros 2016: 46, perra suerte
Un año más, acudo a la cita para comentarles cómo me ha ido el asunto en materia lectora, con el objetivo (alcanzado algunas veces, y otras no) de llegar a 50 libros leídos a lo largo del año (con independencia de los que pueda leerme en mi lado oscuro académico, que esos me los leo porque es mi trabajo, y para eso, entre otras cosas, me pagan). Pueden revisar aquí los resultados de 2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014 y 2015.
Este año me he quedado lejos del objetivo (46 libros, cuatro por debajo del par. Sí, ya sé que en el golf por debajo del par es bueno, pero Ustedes ya me entienden). Y el caso es que la cosa comenzó prometedoramente: miren qué guarismos en febrero y marzo, miren. ¡Da gusto! (Disfruté en esos dos meses de una estancia en la Universidad Nacional de Córdoba, en Argentina, y como siempre me sucede cuando tengo una estancia de investigación, la productividad en todos los órdenes se multiplica; también en este).
La cosa se mantuvo a un buen nivel, en líneas generales, hasta el mes de agosto. Pero entonces algo sucedió. Básicamente: me regalaron un perro. A principios de septiembre. Un maravilloso perro, síntoma claro -y anticipado- de la crisis de los 40, que me atenaza y angustia (¿he comentado que cumplí 40 años hace apenas una semana?). Siempre me han encantado los perros, pero por circunstancias de la vida (vivir en un apartamento pequeño, ser alérgico, etc. Mierdas de esas) no había podido hasta ahora.
Desde que tengo perro, mi vida no diré que ha cambiado en plan drástico, pero sí que ha experimentado adaptaciones no menores. Una de las principales es que… ¿cómo decirlo? A mi perro no le gusta que le deje en el salón y me vaya a mi cama a leer (leo en la cama, soy así de hedonista), y hace saber su desacuerdo con harta vehemencia. Como no puedo llevármelo a mi habitación (recuerden: ¡quizás sea alérgico!), pues me quedo con él en el salón (me he ido a un piso más grande en el que pudiera tener perro y entonces el perro me ha obligado a vivir en una habitación, más o menos como vivía antes. ¡Premio!). Y en el salón leo significativamente menos, porque, claro, no es como ha sido en los últimos 40 39 años, el placer de leer en la cama. ¡Ah, qué tiempos de treintañero…! Me he ido medio acostumbrando a mi nueva realidad, pero septiembre fue realmente un shock, sólo me leí un libro (y luego me quedé estancado con uno de Peter Heather sobre la sustitución del Imperio Romano por los reinos bárbaros que no estaba mal, pero era particularmente durillo). Y en los demás meses que restaban del año, en los que además he tenido una tasa de actividad muy elevada, no he sido capaz de remontar la losa que mi perro provocó en septiembre. Estos son los libros del año 2016:
Enero
1. Imperios del mar. La batalla final por el Mediterráneo (1521-1580), de Roger Crowley
2. Neverwhere, de Neil Gaiman
3. La vida es matemática. Las ecuaciones que explican los avatares de nuestra biografía, de John Allen Paulos
Febrero
4. Sonámbulos. Cómo Europa fue a la guerra en 1914, de Christopher Clark
5. Terraformar la Tierra, de Jack Williamson
6. Historia de España contada para escépticos, de Juan Eslava Galán
7. Noviembre sin violetas, de Lorenzo Silva
8. Carlos V, de Joseph Pérez
9. Tiempo desarticulado, de Philip K. Dick
Marzo
10. El siglo maldito. Clima, guerras y catástrofes en el siglo XVII, de Geoffrey Parker
11. Una genealogía de la pantalla. Del cine al teléfono móvil, de Israel Márquez
12. Aventuras y desventuras del Chico Centella, de Bill Bryson
13. La subasta del lote 49, de Thomas Pynchon
14. Engaño, de Philip Roth
15. La Guerra Larga, de Terry Pratchett y Stephen Baxter
Abril
16. La conquista del espacio. Una historia de poder, de Matthew Brzezinski
17. Avaricia. Los pecados capitales de la historia de España, de Juan Eslava Galán
18. El dragón y los demonios extranjeros. China y el mundo a lo largo de la historia, de Harry G. Gelber
19. Mi lucha. La historia del libro que marcó el siglo XX, de Sven Felix Kellerhoff
Mayo
20. El misterio de Olga Chejova, de Antony Beevor
21. Capitalismo canalla. Una historia personal del capitalismo a través de la literatura, de César Rendueles
22. La guerra secreta. Espías, códigos y guerrillas. 1939-1945, de Max Hastings
Junio
23. Chavs. La demonización de la clase obrera, de Owen Jones
24. La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja, de Manuel Chaves Nogales
25. Poder y gloria. Los héroes de la España imperial, de Henry Kamen
Julio
26. La reina sin espejo, de Lorenzo Silva
27. La República romana, de Isaac Asimov
28. El laberinto español. Antecedentes sociales y políticos de la guerra civil, de Gerald Brenan
29. La corte de Felipe VI. Amigos, enemigos y validos: las claves de la nueva monarquía, de Daniel Forcada y Alberto Lardiés
30. El Imperio Romano, de Isaac Asimov
Agosto
31. Crematorio, de Rafael Chirbes
32. Música para feos, de Lorenzo Silva
33. Dioses útiles. Naciones y nacionalismos, de José Álvarez Junco
34. La Alta Edad Media, de Isaac Asimov
35. SPQR. Una historia de la antigua Roma, de Mary Beard
Septiembre
36. Un momento de descanso, de Antonio Orejudo
Octubre
37. Emperadores y bárbaros. El primer milenio de la historia de Europa, de Peter Heather
38. Carta de una desconocida, de Stefan Zweig
39. El atroz desmoche. La destrucción de la Universidad española por el franquismo, 1936-1945, de Jaume Claret Miranda
Noviembre
40. Voces de Chernóbil. Crónica del futuro, de Svetlana Alexievich
41. La mano de Dios, de Philip Kerr
42. Historia de los españoles en la II Guerra Mundial, de Alfonso Domingo
Diciembre
43. El reino de hierro. Auge y caída de Prusia. 1600-1947, de Christopher Clark
44. La Galia dividida. Los franceses y la Guerra Civil española, de David Wingeate Pike
45. Allegro ma non troppo, de Carlo M. Cipolla
46. La gran ilusión. Mito y realidad del proceso indepe, de Guillem Martínez
Por fortuna, la «cosecha» (con una apabullante mayoría de libros de historia, 23 de 46, el 50%) ha sido bastante buena este año, con aportaciones de mucho interés. Si tuviera que decantarme por algún libro en particular, sería por la monumental historia de Geoffrey Parker del siglo XVII como epítome de catástrofes y desastres, por supuesto reseñada en LPD. Me pareció un libro completo, interesantísimo tanto cuando abordaba cuestiones históricas como elementos contextuales (por ejemplo, la meteorología), un ejercicio de erudición impresionante; una obra total. Ojalá yo pudiera escribir alguna vez algo remotamente parecido (ya tengo 40, esto ya va cuesta abajo, mis mejores años han quedado atrás… ¡Que me compro un Ferrari Peugeot 308!).
Me gustaron también mucho «Imperios del mar», de Roger Crowley, sobre las guerras en el XVI entre cristianos y turcos por el control del Mediterráneo; y La conquista del espacio, de Matthew Brzezinski. Ambos, convenientemente reseñados en LPD. También cabe destacar, de la subcategoría «Libros que ha reseñado Carlos Jenal en LPD y la reseña es tan cojonuda que voy a leerme el libro», dos del mismo autor, Christopher Clark: Sonámbulos, sobre los prolegómenos de la Primera Guerra Mundial, y El Reino de Hierro, sobre Prusia (este último me gustó más, sobre todo porque desconocía muchas de las cosas que aborda).
En verano aproveché para saldar cuentas pendientes con libros que querría haberme leído hace mucho y que no me decepcionaron: El laberinto español de Gerald Brenan (también reseñado en LPD), que a estas alturas aún no había leído (¡con lo mayor que soy!), que es lo mismo que podemos decir de Crematorio, de Chirbes. Una novela magnífica, aunque singularmente diferente a la serie de televisión. También en verano acerté a leerme «Dioses útiles», una panorámica de los nacionalismos periféricos en España a cargo uno de mis autores predilectos sobre el análisis de ese particular, José Álvarez Junco.
Después llegó la decadencia de «tengo perro, y estoy a punto de convertirme, definitivamente, en un señor mayor» y la cosa languideció un poco, tanto en cantidad como en calidad (o en el entusiasmo con el que me leía yo las cosas mientras mi perro lo mordisqueaba todo). Pero en el último mes he recuperado fuelle, con libros tan interesantes como el de Alfonso Domingo sobre los españoles en la Segunda Guerra Mundial (un libro hecho a base de testimonios, vívidos, emocionantes, y diría que también honrados por parte del autor, aunque inequívocamente tome partido por la República), o el análisis de cómo se vivió en Francia la Guerra Civil española. Ambos, muy interesantes. Y un fin de fiesta que me ha hecho pensar que cumplir cuarenta, después de todo, no es el final de todo tan horrible Dios, no puedo ni levantarme de la cama no es para tanto: los libros Allegro ma non troppo, de Carlo M. Cipolla, una divertidísima y surreal gamberrada erudita, y el libro de Guillem Martínez sobre el procés catalán, como nos tiene acostumbrados el autor: independiente, ecuánime, entretenido, fuera de los mecanismos de control de sendas Brunetes.
El año también tuvo, claro está, sus agujeros negros, de los cuales destacaría sobre todo tres: La Guerra Secreta de Max Hastings, lamentable ejemplo de parcialidad; el mencionado libro de Peter Heather «Emperadores y bárbaros», que no estaba mal, pero abarcaba demasiados temas / enfoques / tribus absurdas analizados sin apenas datos, y me costó horrores léermelo (una decepción, tras lo que disfruté con su libro sobre la caída del Imperio Romano de Occidente); y SPQR, la historia de la antigua Roma de Mary Beard, el clásico ejemplo de estudio que intenta analizar procesos históricos a partir de anécdotas y restos arqueológicos y acaba ofreciendo un lienzo bastante deshilvanado. Pero, con estas excepciones (y algunas más), en líneas generales, este año no me he podido quejar en cuanto a lecturas. A ver si en 2017 me leo unas cuantas memorias de Donald Trump y vuelvo por mis fueros de los 50.
Me falta una foto del perro a esta entrada
Comentario escrito por Guau — 02 de enero de 2017 a las 11:13 pm
Feliç aniversari amb retràs Guillermo. Que en compleixes molts més i que jo puga veure’ls.
💜💚💗❤💝💙💛🎁🎉🎊🎂🍺🍷
Ahhh i que lliges molts més llibres.
Comentario escrito por Pfutro — 03 de enero de 2017 a las 9:46 pm
Muchas felicidades por esos 40 añazos caballero.
46 libros en un año me parece una media estupenda, sobretodo por libros como «sleepwalkers» que son densisimos y a mí me costarían la vida.
Una pregunta, como haces para buscarte los libros? Vas apuntando los que quieres leerte en un momento dado? Los buscas al momento? Tienes quien te recomiende? Muchas veces me pasa que no se que leer.
Dentro de 10 años habrás leido aprox 500 más, que son muchos, pero en el mar de libros que hay no lo son tanto! Da que pensar.
Un saludo.
P.D.: El xixo debería aprender a estar solo en el salón, si aún es cachorro difícil pero si no cuando crezca un poco.
Comentario escrito por djiaux — 04 de enero de 2017 a las 6:49 pm
Muchas gracias, Dijaux. Sí, espero que el perro aprenda poco a poco a quedarse solo sin que sea un drama. Cuando me voy a la calle se queda tranquilo (mayormente, duerme), pero si ve que estoy en casa y no estoy con él se pone a lloriquear como uno de la gestora del PSOE diciendo que ellos no son Rajoy. Pero ya mejorará, espero.
Los libros la verdad es que los voy escogiendo un poco por temáticas (los de historia), por autores (las novelas y ensayo) y por recomendación de amigos y familiares, o regalos (sobre todo ahora, que me habrán regalado seis o siete libros). Pero es un poco anárquico todo. Voy a la librería, me compro cuatro libros de golpe (o en la librería online), y luego igual pasan meses antes de que me ponga a leérmelos. De hecho, tengo unos cuantos «tochos» acumulados a la espera de leérmelos. A veces, desde hace años.
Un cordial saludo
Comentario escrito por Guillermo — 07 de enero de 2017 a las 1:39 am
yo leí crematorio una vez vista la serie y fue una sorpresa maravillosa: no sólo por descubrirme a chirbes, sino por el hecho de que fuera totalmente distinta de la serie (una precuela, no?). De todos modos, la serie sabía capturar el espíritu de los personajes con lo que las dos obras se complementaban de manera fantástica.
suerte la próxima vez y pruebe con la novela corta para arreglar las medias mensuales: la buena letra (de nuevo de chirbes) son apenas 100 páginas y creo que es mi favorito del de Tavernes.
j
pd: a mí me gustó bastante chavs. también el siguiente: el establishment, aunque me daban unos arranques de furia asesina que me demoraron bastante en terminarlo
Comentario escrito por de ventre — 10 de enero de 2017 a las 11:18 pm
Iba a tratar de hacer algun comentario inteligente sobre el tema, no se, tal vez que SPQR a mi también me decepcionó un poco o que a mi ese Dick no me suena y seria cosa de arreglar eso porque tengo leido casi todo lo que hay suyo…
… pero no puedo reponerme del shock de leer que soy mas viejo que usted.
Comentario escrito por Jesús Couto Fandiño — 11 de enero de 2017 a las 12:55 pm
cada año que leo este articulo, pienso, este año me tengo que apuntar los libros que voy leyendo y cada año, no lo hago y luego no se que libros los he leido en el 2016 y cuales antes. Ademas de que me cuesta recordar con exactitud todos lo libros.
En el unico que he coincidido este año es en Musica para feos de Lorenzo Silva. A mi Lorenzo Silva siempre me ha gustado (salvo el ultimo he leido todos de la serie de Bevilacqua), y tuve la desgracia de leermelo justo despues de una suerte pequeña de Claudia Piñeiro, y el libro de Lorenzo Silva me resulto muy falso y un publireportaje del Ministerio de Defensa.
coincido con autor y año con Stefan Zweig (Un clasico que no suele decepcionar)
Tambien he coincidido (aunque no en el año ni libro exacto), con Chirbes (en la orilla, que es un verdadero monumento literario), y con Chaves Nogales (que me parecio peor que lo se deducía de las criticas)
El ultimo que he leido y que me ha encantado es HhHH que relata la muerte de Heydrich y del comando checo de un escritor frances llamado Binet.
Comentario escrito por pio baroja — 12 de enero de 2017 a las 2:24 pm
Los libros de Svetlana Alexievich son brutales. O al menos el de La fi del home roig lo era. Me han dicho que las traducciones al espanis dejan que desear, y es que Marta Rebón no pudo ocuparse.
Saludines
Comentario escrito por Teodoredo — 17 de enero de 2017 a las 3:11 pm
¿la lista de 2017?
Comentario escrito por Jon — 06 de febrero de 2018 a las 10:05 pm
[…] Guillermo no podría lograr con facilidad unos cuantos conversos al marianismo (como ya ha agotado la mitad de su esperanza de vida, solo le exigiríamos dos conversos), simplemente a base de contarles con un brillo en los ojos los […]
Pingback escrito por “El Triunfo del Cristianismo” – Bart D. Ehrman « La Página Definitiva — 04 de abril de 2018 a las 6:23 pm
[…] no hemos muerto por exposición a los rayos solares hemos logrado desarrollar una vida propia con perros, visitas al cine, fundación de nuevas familias y hasta tomarnos una caña con su tapita guapa en […]
Pingback escrito por “NSDAP – Un partido y sus militantes” – Sven Felix Kellerhoff « La Página Definitiva — 24 de noviembre de 2018 a las 5:15 pm