Breve historia de los sueños

VOLAR EN SUEÑOS

Uno se duerme y puede suceder cualquier cosa. Se te puede caer la piñata, y eso significa que quieres fornicar con tu concuñado. Puedes quedarte paralizado en mitad de la calle mientras viene un coche conducido por Farruquito, y eso significa que quieres fornicar con tu concuñado. Puede perseguirte un gigantesco brazo elástico de goma por un pasillo angosto, y eso significa que quieres fornicar con tu concuñado. Puedes soñar con tu concuñado, lo que significa que quieres coger –a la argentina- con el padre de tu mejor amigo. O bien se suceden una serie de acontecimientos, unas veces agradables y otras no, que te empujan a volar.

Tengo una técnica de vuelo en sueños poco vistosa, ya que aleteo e incluso vuelo a «braza» o a «perrito», al igual que se nada. Reconozco que no es muy estético ni sirve para escapar de monstruos voladores terribles, pero ves paisajes con tranquilidad y despegas y aterrizas sin problemas. Tampoco necesitas mucho espacio, lo que permite escapar de amenazas terrestres, que en mi caso son casi el cien por cien. En términos darwinistas se puede decir que estoy adaptado al medio. En términos de transporte funciono como un helicóptero muy chungo o una especie de autogiro personal, viva De la Cierva, viva España.

Al margen de análisis freudianos he descubierto charlando con el pueblo que no todos volamos en sueños, pero lo más sorprendente es que las técnicas de vuelo son muy diversas. He conocido a personas que tienen grandes problemas con los aterrizajes. Otras me han confesado que no controlan mucho la dirección ni la velocidad cuando surcan el esto… cielo onírico. Muchas ni pueden volar y hasta se despiertan con el esfuerzo que supone el despegue, que no llega; otras dan grandes saltos como La Masa o les cuesta mantener la trayectoria (consulten, consulten).

El ciudadano medio piensa que el estilo de vuelo en sueños es más o menos universal, pero indaga y se topa con un montón de variantes. Todo esto nos enseña muchas cosas de los demás, diversas lecciones de tolerancia y lleva consigo un mensaje: hay que ampliar las miras y respetar el modo de volar en sueños ajeno, por ridículo que sea.

SUEÑOS LÚCIDOS

Un sueño lúcido se define como aquel en el que la persona se da cuenta de que está soñando. He tenido varios a lo largo de mi vida, casi todos concentrados en la adolescencia y primera juventud (para diferenciarla del resto de edades del hombre actual: segunda juventud, tercera juventud, cuarta juventud y quinta juventud, conocida hasta hace poco como muerte).

Muchas veces esa lucidez llegaba en el momento casi de despertar, por lo que no daba tiempo a aprovecharte de la situación. Otras, sin embargo, la lucidez sí se producía con más antelación, por lo que tenías varios minutos de onironauta , como lo llaman los expertos, pues también hay expertos en esto.

Cuando me ha sucedido, y consciente de estar viviendo una experiencia poco frecuente, lo he aprovechado para crecer como ser humano, o sea, a la mínima que me percataba de haberme “despertado” dentro del sueño me ponía a perseguir a todo aquello que pareciera mujer, con el objeto de hacer uso de lo que servidor tuviera entre las piernas, ya que en ese mundo puedes tener ahí cualquier cosa, muchas veces de una consistencia, formas y colores sorprendentes.

De hecho considero que perdí la virginidad en un sueño lúcido, con 12 o 13 años. En aquel regalo de mi cerebro me dediqué a confraternizar por retaguardia con una vecina de 16 y muy buen ver, no sin antes avisar de mis intenciones aviesas, puesto que los modales son importantes en todos sitios, si bien en el campo sexual onírico no los tenía entonces muy pulidos. Mi carta de presentación ante ella y sus nalgas fue un castizo «voy a hacerte un apaño». El sueño fue por cierto lúcido y húmedo, como me indicó el pijama al despertar (un sueño bifronte o bifocal o bisiesto, por tanto).

En el mundo real nuestros caminos nunca se encontraron. A veces aún la veo y sonrío con malicia de sátiro, mientras pienso «si supieras lo que te hice».

SUEÑOS CON RETROGUSTO

Los vinos dejan una serie de sensaciones justo después de catarlos. El Don Simón o el Castillo de Gredos generan, por ejemplo, todo un festival de los sentidos que puede hasta hacer que perdamos la campanilla de puro retrogusto, que así se llama de forma técnica. Con los sueños pasa lo mismo. No me refiero a lo que se siente al despertar. El sueño estaba ahí al lado y resulta lógico que puedas sentirte inquieto o hasta lleno de pánico si soñabas que volvías al colegio y para colmo con examen sorpresa el primer día y el “Pimiento” de tutor. Hablo de cómo sobreviene otra vez el saborcillo del sueño cuando te acuestas la siguiente vez. Se pone uno en la siesta los tapones para no oír cómo la madre histérica de abajo regaña a su hijo cani (qué manía la de los padres de ahora por encauzar el camino de sus retoños, cuando antaño se les dejaba, con todo el amor del mundo pero con honradez y respeto a la tradición y al prójimo, en manos del caballo en cualquier portal) y vuelve el aula del sueño de la noche anterior, el olor a goma Milán 250 y tiza, y el miedo a vivir nueve meses sentado en el pupitre mientras te enseñan el diagrama de Venn. Afortunadamente llega el sueño y una nueva pesadilla sustituirá a la anterior.

SUEÑOS CON SEGUNDA PARTE

A veces el retrogusto del sueño es demasiado fuerte. Se trata de un retrogusto fornido, rudo, a lo Stallone, un deje que no puede contenerse con una primera parte: siempre necesita una segunda como mínimo, y seis si se lo permiten. En el mundo onírico se dan raramente estos sueños de Acorralado y Rambo. Sólo he tenido uno, en mi infancia. Era mayor del Séptimo de Caballería, con una extraña misión que se desarrollaba en la calle, al lado del portal de mi casa. No había indios ni praderas ni bisontes, pero sí recuerdo mi flamante uniforme de mayor con el distintivo de sargento (puede que con el paso de los años haya idealizado un poco mi graduación). Tuve una noche la primera parte del sueño, y la segunda parte la noche siguiente. No hubo más, así que supongo que fue una continuación de calidad, un éxito de crítica si hubiera críticos de sueños, pero no de taquilla. O bien se trató de una misión de audaces y mi personaje no salió bien parado.

SUEÑOS HÚMEDOS

Si el público de las películas pornográficas le da a cámara rápida para evitar las escenas del guión que enlazan las de sexo, en el mundo onírico uno le daría a cámara rápida, aunque a rebobinar, para no llegar a la escena del guión que enlaza con la realidad en los sueños húmedos. El orgasmo con el que concluyen pone en aprietos a los hombres, que tras un feliz ayuntamiento con cualquier tipo de criaturas con las que se hayan encontrado dormidos, chocan con la incomodidad de tener que explicar, o peor todavía, de tener que esconder el resultado de su promiscuidad inconsciente. El joven que utiliza pijama deberá buscar una peregrina excusa para meterlo en la lavadora, ya que se lo puso ayer recién limpio y su madre controla cualquier movimiento que se produce en las cercanías de los electrodomésticos. Una solución popular consiste en echarse el café del desayuno encima, vaya por Dios qué torpeza. El adulto que utiliza pijama deberá buscar una peregrina excusa para meterlo en la lavadora, ya que se lo puso ayer recién limpio y su madre controla cualquier movimiento que se produce en las cercanías de los electrodomésticos, que los pisos están por las nubes y no hay manera de independizarse. El que duerme con su pareja tendrá que inventar una historia para justificar lo del pijama, lo de las sábanas o lo de haber salpicado. Aquí es muy sencillo: estaba soñando contigo, cariño, y fíjate. Encima nos aseguramos un polvo matutino después de lo que nos hizo en sueños la hermana de nuestra pareja.

SUEÑOS RECURRENTES

Ya he hablado antes de algunos. El de estar paralizado en mitad de la calle mientras viene un coche, el brazo elástico perseguidor… o la caída desde un edificio mientras te despiertas por las cosquillas entre las plantas 39 y 38, o el monstruo que espera tras la ventana. Todos ellos se dan una y otra vez, sobre todo en momentos de la infancia. Lamentablemente nunca coinciden con un sueño lúcido. El monstruo te espera tras la ventana por 109ª vez y todavía te pone el corazón en la boca por 109ª vez. Dónde está la lucidez cuando se la necesita. Estos episodios son como los de las telecomedias, te los ves cuarenta veces y te sigues riendo con las mismas tonterías, pero aquí no tienen gracia ninguna y en vez de risas enlatadas hay sobresaltos o incluso algún alarido.

UN PARÉNTESIS EMOTIVO 

Muchos lo pensamos de vez en cuando, y lo pienso ahora al escribir estas líneas: qué riqueza la de los sueños de la infancia en comparación con los del periodo adulto. Esto no es del todo cierto. Más bien en el periodo adulto se desvanecen con facilidad en cuanto la persona se despierta. Supongo que los niños necesitan recordarlos por algún motivo que les será útil con posterioridad, al crecer, un equivalente al juego, a las simulaciones de lucha de los cachorros, pero en esta ocasión en el mundo de los sueños. Será algo así, pero no se me ocurre nada. En realidad esa teoría es una gilipollez, pero casi cuela. Los niños no disocian de manera tan extrema la imaginación de la cotidianeidad. Los adultos sí, salvo los políticos nacionalistas. Además la rutina empaña los sueños y los olvidamos. La alienación de la que hablaba Marx también alcanza la fase R.E.M sin necesidad de que aparezca en la letra pequeña del contrato de trabajo temporal con sueldo de becario.

DIARIO DE SUEÑOS

Comparemos:

Querido diario:

Hoy he tratado de llamar la atención de L., pero no me ha hecho caso porque iba con su novio. He trabajado nueve horas y el jefe me ha vuelto a montar un pollo por lo de los informes. La trepa me ha puesto en evidencia. Luego he ido a hacer spinning y me ha dado un calambre en la pantorrilla, y luego me he quedado dormido en la primera autopsia de C.S.I.

Querido diario:

El suelo cambiaba de color y se movía como una onda, muy lentamente. Yo esperaba en un extremo. Al llegar la onda saltaba, tenía que evitar que me pillase por algún motivo, aunque sabía que no era peligroso. Cuando lo hice cinco o seis veces y ya llegaban mirones decidí volar. Fui volando a perrito hasta Las Vegas. Llegué en un santiamén porque al alzarme apareció el mapamundi y sólo tuve que desplazarme por él a escala hasta mi destino, momento en que decidí precipitarme hasta Las Vegas (en el mapa ponía Las Vegas), y allá fui en picado, todo lo en picado que se puede ir volando a perrito, que es un picado un poco sui generis. Aparecí en un casino. Jugaba a la ruleta y cada vez que ganaba salían monedas como si fuese una máquina tragaperras. Jugaba a las tragaperras, que giraban como una ruleta y expulsaban cartas gigantes al ganar, me recordaba a Alicia en el País de las Maravillas. Encontré a Grissom, el protagonista de C.S.I. Las Vegas, y fuimos otra vez volando a perrito por el mapamundi hasta Albuquerque, donde nos íbamos a encontrar con Bugs Bunny, que siempre gira ahí por error. Entonces sonó la alarma y me desperté.

Algunas personas tienen diarios de sueños. No se negará que entre el diario de la vida real y el de sueños hay diferencia. La vida gris a un lado, un planeta infinito al otro.  Las personas que tiene diarios de sueños suelen ser artistas, aspirantes a artistas o gente convencida de su genialidad, por lo que esos apuntes le ofrecerán una inspiración posterior; si uno es genial durante el periodo de vigilia, no le digo ya, señora, caballero, durante el sueño, cuando se libera el inconsciente de tanta atadura.

Y así el artista piensa que si va corriendo en cuanto se despierta, enciende el ordenador, se mete en su carpeta de sueños, le da al botón derecho del ratón, escoge la opción “nuevo”, una vez en ella la de “documento de word en blanco” y se pone a escribir lo que ha soñado por la noche (emulsiones, emulsiones luciferinas en torno a dragones que me rodeaban, mas conseguir acabar con sus fuegos mediante un singular escudo que me proporcionó David el gnomo…) conseguirá construir una herramienta indispensable para poder dar a luz, porque los genios paren sus obras, un poema o novela que supondrá un antes y un después en la historia de la literatura. Casi siempre ese poema o novela supone un antes y un después en la historia de la confección de ese poema o novela.

Reconozco que a veces he estado tentado de hacer ese diario de sueños. Por fortuna mi pereza limita mucho mi genialidad, incluso hasta hacerla desaparecer. Así que no recuerdo lo que he soñado hoy, puede que para mal…

Según algunos expertos –de nuevo aquí los expertos-, ese diario es uno de los cimientos para controlar y provocar la lucidez en los sueños. Recordar los sueños, apuntarlos y pensar antes de dormir en lo que queremos hacer una vez nos “despertemos” en el sueño forman la base sobre la que descansa la única probabilidad que tenemos de pasar una noche de lujuria con Mónica Belucci. Quizá valga la pena intentarlo, con la esperanza de escribir un día:

Querido diario:

Me estaba tomando una copa en el Ritz con Batman, Spiderman y nuestros respectivos concuñados, cuando al otro lado de la barra crucé mi mirada con la de Mónica B. La acompañaba Galactus, que me miró raro. Le reventé los sesos contra la barra y cogí a Mónica B. de la cintura. Fuimos después de la mano volando a perrito hasta Las Vegas. Jugamos a la ruleta y nos reímos. Grissom nos servía canapés. Nos convertimos en caviar, nos convertimos en paté de salmón untado y luego yo en bacon y ella en dátil. Al fin la envolví y un palillo de dientes made in Albuquerque nos fijó por una eternidad en una cópula constante.

Las libertades elementales

La física ha demostrado que el universo se compone de la combinación de muy pocas partículas elementales. Ahí está el secreto de la vida y la materia. Este bagaje intelectual salpicó pronto al nacionalismo en España. El mismo Sabino Arana, conocedor de la obra de Leucipo y Demócrito, se adelantó a las más recientes investigaciones: “En Cataluña todo elemento procedente del resto de España lo catalanizan, y les place a sus naturales que hasta los municipales aragoneses y castellanos de Barcelona hablen catalán; aquí padecemos muy mucho cuando vemos la firma de un Pérez al pie de unos versos euzkericos, u oímos hablar nuestra lengua a un cochero riojano, a un liencero pasiego o a un gitano”. Cada partícula tiene su antipartícula. Seis leptones y seis quarks. Ya el gurú vasco lo veía. Cada Urruticoechea tiene su anti-urruti, un Pérez.

Esta profundidad de pensamiento, salpicado de clásicos y con una gran formación en ciencia, ha caracterizado a los nacionalismos vasco o catalán. Eso los hace en parte incomprensibles para muchas personas.  Los tachan de reaccionarios y fanáticos. Sin embargo caminan con pie firme por el sendero del conocimiento hacia la verdadera libertad que tan sólo puede darse en lo elemental. Nación centralista, nación de comunidades, plurinación de naciones, naciones de provincias, pluriprovincianismo central de comarcas, comarcalismo nacional, pluricomarca de términos municipales, nación federal de municipios, plurimunicipio de barrios, federación de barrios vecinales, unión de comunidades de vecinos federadas, nación de hogares de las escaleras izquierda y derecha, federación de habitaciones y cuartos de baño, nación de unipersonas plurales, federación de vísceras unidas, confederación pluricelular con aparatos de Golgi asociados… y por fin los leptones y quarks independientes y republicanos.

Hasta ese punto de auténtico progreso y civilización queda bastante, pero ya hay esperanza. Los estatutos despejan el camino como el explorador que blande el machete en la frondosa selva mientras los mosquitos zahieren su curtido rostro.

El estatut(o) catalán, sin ir más lejos, es un buen ejemplo. Ha supuesto una indudable modernización. Con una osadía pocas veces vista en un país como España, de tradición conservadora y asfixiado en cierto modo por el corsé de los valores de la transición, rompía hace meses con la barrera de los 200 artículos. Sus 223 artículos suponían una mirada desafiante al futuro, dejando cortos los 169 de la constitución española. Sin embargo su ruptura no era total: sólo siete títulos por los diez de la constitución española.

A pesar de ello, reflejaba algo más importante. Cataluña trascendía por encima de la propia identidad, dejando a un lado su proverbial tacañería para regalar tal cantidad de epígrafes. Es el primer paso para quitarse lastre, para ir hacia la partícula elemental, hacia la universalidad de la materia microscópica.

Ahora es el turno del estatuto andaluz. Muestra más riesgo, más valentía, más progreso: 250 artículos. Esta vez, aprendiendo de los errores del estatut(o) catalán e impulsado por sus logros, iguala con diez los títulos de la constitución española. Andalucía también trasciende por encima de su carácter y vuela en pos de la universalidad. Abandona su proverbial holgazanería para conseguir esta proeza.

La fecha del próximo 18 de febrero se convierte en un peldaño de los muchos que faltan hacia la libertad de cada leptón, de cada quark, sujetos hasta ahora a fuerzas gravitatorias, electromagnéticas y nucleares que los oprimen y les impiden desarrollar su ámbito elemental de decisión.

Cartelera: Estrenos de la semana

Sala 1.- Las Tribulaciones de Teo McMullin. Sinopsis: Road Movie con un gran componente de diálogo interior. Un joven con problemas de identidad cruza Estados Unidos en una moto con sidecar, en el que transporta a un amigo que puede ser invisible o no.

“Una mierda pinchada en un palo” (El País)

“Podría ser peor”  (El Mundo)

“Madre del amor hermoso” (ABC)

Sala 2.- Ascendente Tauro. Sinopsis: Una mujer muy supersticiosa rige su vida según los designios del horóscopo. Descubre que es adoptada y que nació en otras fechas, por lo que no es Libra con ascendente Sagitario, sino Piscis con ascendente Tauro. A partir de entonces decide desandar lo andado, rompiendo relaciones, retomando otras y haciendo lo mismo con sus diferentes trabajos, intentando así retroceder para empezar de nuevo con su signo correcto.

“Qué mojón” (El País)

“Podría ser peor” (El Mundo)

“Por todos los santos” (ABC)

Sala 3.- La ley de Deep Valley. Sinopsis: Western crepuscular de dibujos animados ambientado en una Roma de ciencia-ficción, donde se desarrolla una trama musical de género negro a medio camino entre la screw-ball comedy, el thriller, las artes marciales y el gore familiar.

“La hez” (El País)

“Podría ser peor” (El Mundo)

“Dios de mi vida” (ABC)

Sala 4.- Indonesia. Sinopsis: La primera película realizada por la tendencia Nuevo Dogma, que reduce el decálogo de Dogma a sólo dos mandamientos: grabar cámara al hombro con la clavícula rota y tener en el objetivo al menos un dedo. Un danés deambula semidesnudo por un Copenhague que supone Indonesia, encontrándose con daneses a los que cree chinos.

“Repulsiva el cacho que se ve” (El País)

“Podría ser peor” (El Mundo)

“Jesucristo” (ABC)

Sala 5.- Batir de alas. Sinopsis: Película española.

“Caca de la vaca” (El País)

“Podría ser peor” (El Mundo)

“Por favor, por favor, por favor” (ABC)

Sala 6.- Casablanca.- Remake plano por plano de la película clásica por antonomasia, realizado mediante el paso a DVD de una cinta VHS donde estaba grabada de cuando la echaron por la tele, respetando las franjas de puntitos y saltos que tenía esa cinta debido a su uso, por lo que se corta un poco antes de que suban al avión.

“Yo digo: Bosta” (El País)

“Podría ser peor” (El Mundo)

“Que alguien me saque de aquí” (ABC)

Sala 7.- Carnestolendas Sangriento V. Sinopsis: Vuelve “Muñones”, el popular psicópata de las anteriores entregas, que sobrevivió en el último episodio al empalamiento ritual al que fue sometido. Lleno de sed de venganza persigue de nuevo a Lucy y lo que queda de su pandilla.

“Boñiga es poco” (El País)

“Podría ser peor” (El Mundo)

“No puedo más” (ABC)

Sala 8.- El Código Wamba.- Unos investigadores analizan la cripta de San Antolín, en Palencia, que contiene las reliquias del mártir del mismo nombre, llevadas hasta allí por el monarca visigodo Wamba. La tibia del santo se rompe al estornudar el arqueólogo que la blandía como espada de broma en un momento distendido. Dentro contiene un manuscrito que aporta información sobre el IX Concilio de Toledo. A partir de entonces se produce un innovador acercamiento entre el cine convencional y el cine pornográfico, con una larga felación en primer plano dentro de un confesionario que implica al miembro de un antropólogo forense jesuita.

“Mira, por lo menos te distraes un rato” (El País)

“Podría ser peor la primera mitad” (El Mundo)

“Mmmmaría Santísima” (ABC)

Sala 9.- Pan del Día Anterior. Sinopsis: Documental del controvertido cineasta norteamericano Darius Chaudhury, que trata de demostrar los perjuicios que producen las torrijas. Para ello se alimenta en exclusiva de torrijas durante ocho meses, padeciendo un sinfín de problemas de salud. Consigue demostrar lo dañino de este producto, los intereses que hay detrás de la industria de la torrija y la malevolencia de George Bush.

“Pus reseca sobre una tarima de madera putrefacta” (El País)

“Podría ser peor” (El Mundo)

“Que Santiago nos proteja” (ABC)

Sala 10.- Arcalfandia.- Un niño-mago de Arcalfandia ha de atravesar la tierra de los Kefrum, allí se enfrentará a los Pucus, a los Potosioux y a los Morfindroles en pos del tesoro de los Emols, donde se encuentra el bastón de Inulus, que abre la puerta de Alodrón, única vía hacia el reino de Birtus, donde habita el dragón Carilo, de la estirpe de los Víngalos, poseedor del Ojo de Osbrandenulia, capaz de acabar con el poder de los Driadoticanos y restaurar el orden en el Valle de Arksdroeoón esquina Cabtunstruck.

“El olor de un estanque lleno del líquido verdoso que sale al pisar una babosa” (El País)

“Podría ser peor” (El Mundo)

“Ya, ¿no?” (ABC)

Historia de la voltereta

La introducción de multitud de datos en los buscadores de internet y la capacidad de sus motores de búsqueda, dividen el mundo entre aquello que aparece en el google y lo que no. La existencia, exagerando, depende de si un dato está ahí o se encuentra fuera, en el “vacío”. La facilidad en el manejo de estas páginas termina haciendo el resto. La ley del mínimo esfuerzo y la generalización del trabajo por ordenador conducen al alejamiento de otras fuentes documentales. Para qué ir a la biblioteca si con una tecla pareces acceder al saber universal. Con las últimas novedades en introducción de libros clásicos en las secciones de los buscadores y la tendencia cada vez más asentada a confeccionar versiones para la red de todo tipo de trabajos e investigaciones, se construye poco a poco ese lugar donde encontrar todo el conocimiento humano, siempre que los mecenas – ingresos publicitarios- lo permitan.

Pero mientras se desarrolla ese proceso, pueden observarse graves lagunas. Una de las más significativas la encontré en esta dirección: http://www.artesonado.com/google.htm. Ahí se pueden leer algunas de las frases y términos más graciosos que la gente pone en el google para tratar de encontrar información. La primera de ellas, “historia de la voltereta”, llamó mi atención, tanto por el interés que siempre me ha despertado ese asunto como por el hecho, (se puede comprobar aquí http://www.google.es/search?hl=es&q=%22historia+de+la+voltereta%22&meta), de que el buscador no contuviese documentación sobre un tema que ha provocado una bibliografía si bien no profusa al menos significativa.

Aunque no cuento con los medios técnicos suficientes como para insertar los siguientes libros en la red, espero que su referencia amplíe la perspectiva que se tiene sobre esta cuestión, gracias a que los propios buscadores se dirigirán a este texto cuando alguien se muestre interesado por la historia de la voltereta y su evolución a lo largo de los siglos. La mayoría de las siguientes obras se pueden adquirir en una librería ordinaria, aunque algunas están descatalogadas y quizá requieran el concurso de un buen librero de viejo o de la oferta de una biblioteca pública que cuente con muchos fondos:

1) Historia de la Voltereta, de Pascuale Monferrato (1760).- El clásico en dos volúmenes del ilustrado italiano muestra la evolución de la voltereta, desde las primeras cabriolas hasta las piruetas más elaboradas, incluidas algunas con tirabuzones. Sitúa la primera voltereta en el Creciente Fértil, concretamente en la zona aproximada que corresponde al yacimiento de Çatal Hüyuk, excavado en los años 60 del siglo XX pero intuido por eruditos como Monferrato, cuya teoría se basa en que la voltereta fue un producto fortuito, resultado seguramente de la coz o embestida de un buey. En seguida generó un entusiasta grupo de seguidores, a los que se conoce como “coceros”. También dio lugar a la popular frase hecha “el buey de Monferrato”, que suele emplearse cuando una serie de casualidades desembocan en un fenómeno que parece resultado de una profunda reflexión.

2) Refutaciones a Historia de la Voltereta, de Antonello Monferrato (1761).- El hermano de Pascuale Monferrato, también estudioso de la voltereta y celoso de la labor de aquel, publica al año siguiente tres volúmenes que, en resumen, apuestan por un origen distinto de la voltereta. Para el pequeño de los Monferrato, la voltereta surge en el Creciente Fértil también, pero como modo de celebrar una buena cosecha. Se trata, por tanto, de un signo de alegría y agradecimiento a los dioses. Antonello Monferrato explica que la voltereta indica por una parte sumisión a los Hacedores, al mostrar en su movimiento, aunque brevemente, las posaderas a los cielos, pero sobre todo una unión entre el Hombre y la Tierra, puesto que al final los pies se aposentan con firmeza en el suelo. Para él la voltereta es una consecuencia no casual, sino causal, de la agricultura. Los seguidores de esta teoría serán conocidos como volteadores.

3) Apostilla a Historia de la Voltereta y Refutaciones a Historia de la Voltereta, de Gabriel Monferrato (1762).-  El mediano de los Monferrato, tan erudito como el resto, trata de conciliar ambas perspectivas, la cocera y la volteadora. Desarrolla una teoría por la cual la voltereta surge de un salto de celebración por la cosecha, pero de un salto simple, como mucho con choque de pies en su cenit, instante en el que seguramente se produciría una coz o embestida de un buey, dando lugar a la voltereta.

4) Breve Historia de la Voltereta, de Frederic Mathieu (1837).- El autor francés retoma la obra de los Monferrato y la resume, prescindiendo de las disquisiciones más peregrinas. Su aportación fundamental a la tercera vía de Gabriel Monferrato consiste en afirmar, mediante un estudio físico, que la embestida tuvo que realizarla un cordero o una cabra.

5) El Origen de las Volteretas, de Michael Harrison (1849).- El científico inglés realiza un exhaustivo repaso de los previos a la voltereta, es decir, de todos aquellos movimientos que concluyeron antes de tiempo al impactar el cráneo contra algún elemento o contra el propio piso. Establece por primera vez el concepto de voltereta africana, puesto que cree que todas proceden de un mismo tronco muy anterior al del Creciente Fértil hasta entonces aceptado. En su obra revolucionaria indica además que las primeras volteretas empezaron hacia atrás y no hacia adelante, que parecen más fáciles pero son más peligrosas. Harrison murió precisamente en una demostración, al tratar de dar una voltereta hacia adelante y sufrir su rostro de los rigores de la ley de la gravedad, encontrándose antes de lo que esperaba con la superficie, lo que llevó a su crisma a romperse.

6) La Voltereta, del Padre Picaporte (1852).- El sacerdote sevillano, conocedor de la obra de Harrison, establece la teoría de que la voltereta tiene un origen divino, ya que la fuerza que emanaba de la espada flamígera del ángel que expulsó a los Primeros Padres del Paraíso Terrenal produjo que tanto Adán como Eva diesen numerosas volteretas mientras trataban de agarrarse a los frutales. A pesar de la falta de rigor científico de esta teoría, todavía se sostiene en muchos sitios.

7) Volteretas, de Robert Shelton (1937).- El clásico por antonomasia de la historia de la voltereta. Diferencia por primera vez entre volteretas hacia adelante y volteretas hacia atrás, no como ramas del mismo movimiento, sino como movimientos distintos. La voltereta hacia atrás, arguye, es un gesto que en algún instante produjo una ventaja evolutiva, seguramente en situaciones de danzas rituales de carácter sensual o para repeler el ataque de un enemigo. Aquellos que daban mejores volteretas hacia atrás sobrevivieron y transmitieron sus genes. La voltereta hacia adelantes es, en efecto, resultado de la interacción del hombre con los animales domésticos. Así lo demostró Shelton al descubrir el yacimiento de Shelton, en Anatolia, donde encontró numerosos esqueletos de cabras con tejidos de ropajes adheridos a los cuernos. Por su grosor quedó demostrado que pertenecían a la zona que cubre las nalgas.

8 ) Vueltas y Volteretas, de Gregory McPherson y Catherine Parker (1973).- Quizá el más recomendable. Supervisa y actualiza todos los conocimientos en torno a la voltereta, con un lenguaje llano y sentido del humor. Introduce además el concepto de voltereta rodadora, aquella que se produce con contacto de la cabeza y parte de la espalda con el suelo al rodar. Demuestran que esta es el origen de todas, y que nace de propinar patadas en el culo a las mujeres y los niños para que obedezcan. Fue común a Cromagnones y Neandhertaltes.

9) Luz de Volteretas (1979), de Rashid Solomon.- Expone una teoría peculiar pero seguida con ahínco por muchos. La voltereta es producto de los movimientos que ya desde los tiempos antiguos producen los rayos utilizados por los platillos volantes para subir a los humanos hacia la nave.

10) Volteretas y Fotovoltaicos, de Peter Boniface (1985).- Una controvertida obra que aporta algo más que historia. Boniface asume los hallazgos de Shelton, McPherson y Parker. Realiza una división de carácter social, donde unos dan volteretas porque quieren y pueden, otros porque pueden, aunque no quieran, otros no pueden pero quieren y los últimos ni quieren ni pueden.

11) Diccionario Taxonómico de la Voltereta, de Wolfgan Siegert (1992).- Un repaso por orden alfabético a los principales tipos de volteretas simples y compuestas con su descripción y clasificación.

12)  Diccionario Taxonómico de la Voltereta Ampliado e Ilustrado, de Wolfgan Siegert (2004).- Una nueva versión con dibujos y más entradas explicativas. Añade un epílogo del autor donde realiza una disertación acerca de si la voltereta tradicional, sea hacia adelante o hacia atrás, ha de ser considerada como cabriola o puede llegar a acrobacia.

13) ¿Otra Voltereta Es Posible?, de Conrado de la Hoz (2006).- Se trata de un estudio que demuestra que los nuevos hábitos alimenticios y el incremento de la altura media en los países occidentales impedirán a los habitantes del mundo desarrollado dar volteretas en menos de 50 años.

14) Adelgazar mediante las Volteretas, de Conrado de la Hoz y Amalia Balaguer (2006).- El éxito de ventas de “¿Otra Voltereta Es Posible?” ha llevado a Conrado de la Hoz a publicar recientemente junto a su esposa este pequeño libro donde explica cómo adelgazar haciendo volteretas mientras los habitantes de los países occidentales puedan hacerlas.

Ciudades lentas

Las ciudades lentas surgen en Italia, en la década de los noventa, cuando un grupo de pueblos deciden unirse para preservar la buena vida, o sea, tiempo para disfrutar de la comida, siesta, desarrollo de políticas de ahorro energético y en contra del ruido, el exceso de tráfico y la contaminación lumínica, además de la puesta en marcha de medidas que fomenten la conservación del patrimonio histórico, el paisaje, los comercios tradicionales, la gastronomía autóctona, los cultivos típicos y los horarios de trabajo que permitan conciliar mejor la vida laboral con la familiar. Han de tener más de 50.000 habitantes, están descartadas las capitales de provincia y deben de cumplir una serie de condiciones, que se basan en al menos tengan la mitad de los rasgos que se supone ha de caracterizar a una ciudad lenta, es decir, que tienen que demostrar que hay buenas intenciones desde el principio.

Estos propósitos, sin duda loables, contrastan con una realidad donde la lentitud puede convertirse en un grave problema. Francesco Mancaluso se mudó de Nápoles a una de estas ciudades lentas, Bra, huyendo del mundanal ruido. Tras cuatro años allí ha vuelto a Nápoles aquejado de taquicardias y depresión, estado similar al de otras personas que salieron de la urbe en busca de la tranquilidad de las pequeñas localidades:

BLOC DE ANILLAS: ¿Qué buscaba en Bra, amico?

FRANCESCO MANCALUSO: In primere lugare, io non soy su amico. In secundo lugare io buscaba la tranquilitá que no me ofrezzía Nápoles. Insecuritá, ruido, tráfico, mafia, insoportable… io era ejecutivo di una empresa potente. Ahorré y hopo, al campo. Piu bello.

BLOC DE ANILLAS: Allí se respiraría mucha paz.

FRANCESCO MANCALUSO: Paz, una vacua palabra. Se respiraba tranquilitá, cordialitá, il aroma di la vaca, la amabilitá, un horario bueno, la posibilitá de disfrutare di mi esposa y di mis hijos.

BLOC DE ANILLAS: ¿Maravilloso no?

FRANCESCO MANCALUSO: No, amico, no, ya lo considero mi amico. Pronto mi di cuenta de que la vida familiare ha de ser una pontezzia, nunca un acto. Uno ha de añorare la vida familiare para que sirva de motore vitale. Cuando tiene la vida familiare se topa con la cruda realitá: no hay diozze que la aguante. In Napoli dezzeaba a la mía ragazza, aquí la tenía y de tanto pasare tiempo con ella empezó a caerme male. Mis hijos iguale. Cuando trabajaba in Napoli iba como loco, piu loco, a compartire mi tiempo con ellos, viagge al zoo, viagge al cinema, viagge al bello jardini para jugare a la volteretta. Cuando tuve tiempi con ellos también me cayeron male, tuto il rato grittando, con capriccios, porca miseria, io sólo sognaba con meterle una patadinna in las suyas cabezzas.

BLOC DE ANILLAS: ¿Y no compensaba el resto de atractivos vitales de una ciudad lenta?

FRANCESCO MANCALUSO: Al prinzzipio pensé que sí. Luego… la totale pesadilla vitale.

BLOC DE ANILLAS: Pero veamos, un horario bueno…

FRANCESCO MANCALUSO: Ya le he explicatto lo de la familia. Además, uno no madrugaba. Podías quedarte más di media hora remoloneandi in la tuya camma… pero ay mamma mía, tenías tiempo di darle giros a la tuya cabezza. Cuando uno saltta di la suya camma para ir a trabajare, no da vuelta a la testa. Aquí ti planteabas dilemas, incluso era harti frecuenti il plantearte hasta il problema di la inmortalitá del ser.

BLOC DE ANILLAS: Y la siesta, nada menos que tiempo para dormir la siesta.

FRANCESCO MANCALUSO: Due horas diarias de siesta. A pierna despendolatta. Con piyama i el mío orinale. Después no había diozze que me durmiese. Me enganzzé a los somníferos.

BLOC DE ANILLAS: ¿No compensaba la cercanía de la naturaleza?

FRANCESCO MANCALUSO: Mi amico, amico, todo hay que deccirlo, piu lerdi. Il ruido di la motocicleti, la macchina, la circulazzione, il traffico rodato… bella melodía comparato con la turba di ruiseñori, gorrioni, verderoni, e otro paggiaritos fili de la puttanesca. No había terminato la cigarra cuando la relevaba il grillo. Tuto a la vez. Il infierni di Dante por la oreggia debito a la turba inmizzericorde di avecillas e insecti. Dezzeo la muerte los visite entre horribili estertori i agonía. Mal falcone los revienti.

BLOC DE ANILLAS: Pero también se preservan los monumentos, las calles antiguas…

FRANCESCO MANCALUSO: Ma io penzzaba parezzido. Ma la vizzione humana no tiene costumbre di observare la bellezza. No se puede pasare de ver la tiendi llena de camiseta di la torre de Pisa, del Coliseo llenando las calles antiguas y la agrezzione dil turimo massivo a los monumento… a la limpiezza, la trasparienzzia de la piedra desnuta, los muros despejatos, los archivoltas e arbotantes, il cuidato de la zona histórica. Me entró un síndrome di Stendhal piu jodido. Me quedaba paralizzado y con la bocca piu abierta, buscando la bocanatta di aire fresco.

BLOC DE ANILLAS: ¿Y la comida y cultivos tradicionales? ¿Y la preservación de los comercios de siempre?

FRANCESCO MANCALUSO: Legumbre, guisoti e fruti i verdura provocan gases con constanza, tuti il rato. Il meteorismo me mataba. ¿Comerzzio de siempre? Veinte kilogrami perdí andando arriba y abajo perque no podía comprare los alimenti anterioremente mencionati en el mismo lugare. Por un lato barriga inflata. Per el otro delgati. Era un niño di Biafri, la puttanesca.

BLOC DE ANILLAS: ¿Y qué hace ahora? ¿Qué recomienda?

FRANCESCO MANCALUSO: He vuelti a Napoli, la gozzada di la contaminachione acústicca, della nube di dióxido di carbono, la paz, amico. Soy un defensore di la causa humanitaria di que in Occidenti, el ciudadano líbero pueda tenere derecho a un infarti personale, buscato, mimato, cultivato per su propio agobio i estresso, a lo largui di década di trabaiggio e prisas. El infarti della libertá, della igualitá. Hay que luchare per esso. La cittá lenta es peore que la morte, é la morte depaccito.

Pieles con causa

Columpios, bancos, plantas, hormigas, perros, amos de perros, madres y chachas habitaban los parques y jardines de las ciudades junto a elementos peligrosos como pederastas, drogadictos, violadores y niños. El equilibrio ecológico no siempre era perfecto. En ocasiones, los gamberros se hacían con el control de la zona. Otras veces podían ser los infantes quienes con sus gritos y defecaciones subieran hasta la cúspide de la pirámide. De la misma forma que los chacales se mueven con relativa calma entre ñúes y leones, una especie del lugar iba de un sitio a otro buscando a sus pequeñas presas, y mientras tanto no molestaba a nadie: el exhibicionista español. Las características principales del exhibicionista español son la utilización de una gabardina que no se lleva y que delata su presencia a 200 metros junto a una picha. Esto es lo más importante, el exhibicionista español se aleja del concepto polla, aunque tampoco llega a la cotas de pito. Sin embargo, su miembro arrugado e imposible de animar no puede considerarse con categoría suficiente como para equipararlo al del macho ibérico. Y así la vida transcurría feliz entre la verdura, los desperdicios, las cacas de animales y las jeringuillas infectadas con VIH.

Acerquémonos al concepto causa benéfica: Dícese de la ayuda que trata de exterminar lentamente al que la recibe y que jamás la pidió ni la quiere. Escójase una del catálogo. En la sección Otros Continentes tenemos la clásica lucha contra las hambrunas y en pro de la negritud. En la sección Novedades hay un crustáceo en peligro de extinción y cuya valía en la cadena de la vida (tras la del retrete la segunda más importante) hace que si muere su último mohicano se desprendan 18 témpanos de hielo que chocarán contra las Islas Feroe, poniendo en peligro la fase previa de la Copa de Europa de naciones. En el apartado de Salud funcionan muy bien los hemipléjicos dañados por el bótox. Abrácese una de ellas, ésta misma. Desnúdese.

Cientos de cadáveres carbonizados lamentan la reciente tendencia de los bomberos a llegar tarde al edificio incendiado por estar posando para el último calendario. Incluso Rodríguez Zapatero ha decidido habilitar una unidad del ejército para las catástrofes con la intención de paliar la ineptitud de las locazas de la manguera. Los equipos de fútbol hacen lo mismo. Hasta las empresas. Si tiene una buena causa, quítese la ropa y plante sus mondongos en el mes de abril, o en el de agosto.

El fenómeno de la democratización del exhibicionismo sólo se puede achacar a la película Full Monty como desencadenante que abre la esclusa. El torrente posterior tampoco lo explica la solidaridad con los más desfavorecidos. Otros mecanismos de recaudación, desde las redes que establecen los Estados hasta las actividades de muchas ong’s o las mismas parroquias de barrio, e incluso la venta de cajas de mantecados para mandar dinero a algún sitio o las peticiones de muchos organismos en caso de emergencia concreta suelen ser más efectivas en calidad y cantidad.

¿A qué se debe este fenómeno que ha mandado al exhibicionista español al ostracismo jardinero? Aquel demente, repugnante sí, pero que encerraba grandes valores patrios como la terquedad y el entusiasmo, se ha visto reducido a un simple alimentador de palomas. Véanlo echando alpiste con la mano con la que debería estar sacudiendo su instrumento de trabajo.

Basta la llamada del conocido fotógrafo cuyo nombre no recuerdo que hace fotos de desnudos multitudinarios en las ciudades para que el estruendo producido por una alocada carrera de escrotos y labios mayores se oiga por las calles camino de la plaza donde se amontonarán a cero grados. Tras siglos de evolución de la vestimenta, la mejor ropa es la que se quita más deprisa.

Ni acercarse a una supuesta obra de arte ni la cooperación con los pobres o los que tienen un síndrome raro sirve para justificar esta manía de desvestirse. El mono desnudo quiere estar más desnudo que nunca y que además lo vea su vecindario y su suegra.

La exhibición pública del cuerpo supone una nueva incógnita en la comprensión de la sexualidad humana, al trastocar el concepto de intimidad. Es algo curioso que parece encerrar una vuelta a la naturaleza. Ante la falta de bosques y después de siglos de represión sexual, los occidentales encuentran en los calendarios y en los posados artísticos multitudinarios (o en las protestas con desnudo, como algunas de carácter ecologista) una laguna donde chapotear con los pechos y las pirindolas cimbreantes y ajenas a los censores. Entre tanto, al exhibicionista español no le queda otro remedio que transgredir mostrando un abrigo debajo de otro abrigo y de otro, como una matriuska salida.

Las causas pueden estar relacionadas con esa vuelta a la naturaleza o no, pero a lo que iba, las candidatas al calendario Bloc de Anillas para 2007 pueden mandar ya sus desnudos en formato jpg al correo del autor, en beneficio esta vez de las hormigas desplazadas del hábitat mediterráneo por otras especies más fuertes que vienen de allende los mares, y si no les gusta esa causa pues para la conservación del exhibicionista español mismamente y mayormente.

Plagas hodiernas

Cuando Dios hacía política internacional, las plagas, claro está, eran como Dios manda, literalmente. Agua que se convierte en sangre, ranas, ejambres de jenjenes, fieras, peste, sarna, granizo, langostas, tinieblas y muerte de los primogénitos. La naturaleza se tornaba de molesta a hostil con un gesto del mandamás. No había lugar a engaño. Esto fue así durante mucho tiempo. Los mosquitos contagiaban enfermedades con mayúsculas, los lobos infestaban bosques llenos de misterio. La aventura empezaba en cuanto hubiese unos cuantos matorrales o una simple charca. De allí surgían criaturas de muchas clases, a lo que hay que añadir los elementos, no eran nadie los elementos…

Una derivación cultural de aquello la observamos, por ejemplo, en Tiburón. El miedo atávico a la naturaleza de donde puede surgir el monstruo. La banda sonora unida a las imágenes de la película hacen que todavía hoy, cuando uno se adentra con los manguitos puestos en alta mar (consideramos alta mar a todo aquello que esté a cinco metros de la orilla y allende los mares a partir de la boya  amarilla que delimita el espacio de los hidropedales), mire a un lado y a otro esperando en cualquier momento el ataque de la bestia, que posiblemente nos deje malheridos y con una nalga de menos.

Una escena característica es la del cultivo del melanoma sobre un colchón inflable. Está uno chapoteando de espaldas, tratando de coger un cáncer y mantener el equilibrio, dos actividades en principio difíciles de conciliar, cuando oye un chaf en algún punto de los alrededores. En seguida se incorpora, quedándose a horcajadas sobre el colchón doblado, con las perneras del bañador subidas y la zona que no está morena reflejando el sol que nos matará dentro de dos décadas. Todo esto se hace con disimulo, por si hay suecas en top less por la zona, y se arruga el ceño porque no se ve un carajo después de que los rayos te hayan deslumbrado. Sí, esperamos el ataque inminente del tiburón blanco, que sediento de sangre no ha dudado en dejar sus aguas tropicales para desplazarse hasta Fuengirola. Aceptamos nuestro destino y con movimientos espasmódicos volvemos a la orilla, fingiendo que aceleramos para fortalecer los brazos.

Pero este terror al Absoluto, tan saludable, la última oportunidad de sentirse arponero en el Pequod, está degenerando hasta límites de locura, poniendo en peligro no sólo la espiritualidad del Hombre por la vía del canguele, pues eso es la espiritualidad, sino la unidad de la Patria, es decir, el Equilibrio Universal.

De pronto, los buenos españoles son acosados, no por la peste, los ejambres de jenjenes o los escualos, cosas que se corresponden con nuestra grandeza como país, sino por los mejillones y las almejas. En un intento claramente de apoyo al separatismo, el Gobierno incluso no ha dudado en mandar a la Guardia Civil a diversos embalses para detectar mejillones cebra. Rastreo llaman a este proceso calculado de destrucción del Cuerpo mediante el desprestigio, esto sí que es un Romance de la Guardia Civil Española:

¡Oh ciudad de los pantanos!
En los embalses banderas.
Que escapen los mejillones
que viene la benemérita.

¡Oh ciudad de los pantanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Dejadla lejos del mar,
de Asia vienen almejas.

Al peligroso mejillón cebra, con su cólera de dos centímetros y medio, se le ha unido la almeja asiática, semejante al berberecho, con el objeto de invadir el Ebro, poner en peligro la política del agua y fomentar las controversias que a la postre siempre son aprovechadas por los nacionalistas. Carecemos de formación zoológica, salvo en el campo de la alimentación de monos del zoo con cacahuetes que nos comemos nosotros justo antes de echárselos, por lo que no vamos a poner en duda el carácter peleón de estos moluscos, pero seamos serios ¿estás son las venganzas divinas que construyen una nación? Nadie en su sano juicio volverá la cabeza precipitadamente en el mar al oír un chaf por la posibilidad de que un mejillón cebra le mejillonee, porque las criaturas ni muerden, vamos, que ni un mal aguijón tienen. ¿Esto qué es?

A lo largo de la historia, plagas y monstruos han estado unidas a los pueblos elegidos, unas veces a favor, otras en contra, pero siempre en paralelo. España, y se me saltan las lágrimas cuando tecleo esto, incluso le ha dado al mundo la gripe española. Basta de subterfugios y de rodeos, señores, digámoslo alto y claro: Dios le ha dado la espalda a su nación predilecta por culpa de Rodríguez Zapatero.
 

Breve historia de los gobiernos en la sombra

Detrás del poder aparente y las alianzas entre tirios y troyanos, las elecciones de los últimos años, sean regionales o europeas, muestran el ascenso imparable de un grupo que cada vez cuenta con más poder de decisión. No se trata de los ilusos que votan en blanco o ni tan siquiera se acercan a las urnas pensando que con esa actitud castigan a alguien, sino de la  raza de anecdóticos que una y otra vez desarrollan un discurso que va calando entre la población.
    
El tipo que va a votar con su mascota exótica, la abuelita centenaria que acude al colegio electoral, la chica que ese día cumple 18 años, el ciudadano que deposita su papeleta y justo después le da un infarto, el que le da un infarto y a pesar de ello vuelve a votar, el que llega antes que nadie y el que llega último y a la carrera, el chino que preside una mesa, el presidente de mesa que se queda dormido y al que tienen que sacar de la cama, los del equipo ciclista que acuden a la vez, el que extravía su carné y consigue que le acepten el de la empresa y la familia numerosa que vota unida y por eso permanece unida.
    
Todos ellos participan sin descanso y con la misma ilusión. Jamás faltan a la cita. Como buhoneros con sobre, van de un lugar a otro. Esta santa compaña democrática empezó con timidez y va ganando seguidores. Al principio era la abuelita centenaria, la de la dentadura postiza, que siempre es la misma. La última adquisición, como muestra de multiculturalidad, es el chinaco. Me da pena el tío del infarto, al que le han dado ya setecientos, y ahí está, el amo del desfibrilador y el marcapasos. Son los únicos fieles  al mismo programa. Aparecen en un colegio electoral en una votación europea para volver a aparecer 900 kilómetros más allá en una votación local o autonómica.
    
Caen los candidatos, se apuñalan los gobernantes, ruedan las cabezas, cambian las siglas… y siguen ellos, el gobierno en la sombra, sin más programa que la frivolidad. A veces se perciben alianzas, y coinciden la anciana y la chica de 18 en el mismo lugar, en la mesa presidida por el chino, y ese triunvirato hace temer por el equilibrio necesario para mandar tras los bastidores en un país. En otras ocasiones uno de los ciclistas ayuda a uno de los infartados, y surgen las cábalas sobre las reacciones que provocará tal coalición.
    
Mientras la mayoría de la población mira como suben y bajan los porcentajes de los partidos durante la noche electoral, los lúcidos nos removemos en el sillón cuando el locutor le pregunta al periodista si hay alguna anécdota reseñable. De la conservadora familia que vota unida al antisistema presidente de mesa que se queda dormido, las posibilidades generan una incertidumbre casi insoportable que sólo se puede aliviar fingiendo durante cuatro años que los tipos sonrientes y enchaquetados que hablan cada día en el televisor o aparecen en las fotos de los periódicos pintan algo en todo esto.

Mitrofán

En el cuento nadie le decía al rey que iba desnudo. Y en este cuento siguen sin decírselo. Ha pasado el tiempo y la narración varía. Antes la tradición oral y el fervor del público pedían una cierta elaboración, alegorías y demás. En tiempos del carné por puntos sólo los osos pueden ir borrachos por los caminos. Los plantígrados no tienen que soplar, salvo aquel peludo avispado de Mi Juego Favorito, mal conductor de moto amaestrado por la tropa de Howard Hawks.

Los osos de ahora viven peligrosamente. Mueren jóvenes (o no tanto) y dejan un bonito cadáver, sobre todo si anda por ahí el monarca español, que ve una garra y se le van detrás los ojos y la mirilla. Así reza la leyenda, la misma que sitúa al pequeño Ruy/Rey en el medio de una conspiración infanticida en la que se ve el gusto temprano por la cinegética y en especial por la caza del hermanito pequeño, o que más tarde sitúa al jefe de estado en su regia moto y de incógnito por esas carreteras donde se lo encuentran algunos sorprendidos ciudadanos. Unas veces es el ángel del golpe de estado y otras el demonio. Entre medias yace con todas las bellezas del país y aprovecha las pausas post coito para tejer y destejer asuntos de política y darse un garbeo por Marruecos. En el Estrecho salva de morir ahogadas a tres turistas y no separa las aguas porque tiene un compromiso.

La cacería del oso borracho, desmentida por la Casa Real y que está creando ciertas controversias, forma otro eslabón de esa historia paralela a la oficial, la rutinaria y de temporada que empieza con las roturas de piernas esquiando en la montaña y termina con cualquier entrega de premios, sarao o desfile militar.

El oso se llamaba Mitrofán. Ebrio de vodka con miel fue una pieza fácil de abatir, como si a la madre de Yaki y Nuca la pasan primero por el botellón. Así cualquiera, hombre de dios. Entre las protestas ecologistas, el intento de ERC de llevar preguntas sobre la cacería al Congreso y las noticias contradictorias sobresale por encima de todo la leyenda, siempre la leyenda de Juan Carlos.

En una sociedad democrática, y llamada además en muchas ocasiones de forma general sociedad de la información, la existencia de esos cuentos de hadas y ogros, siempre sin confirmar, o confirmados y desmentidos, o confirmados y desmentidos y retocados, muestran un contraste procedente de otras épocas. El Rey sigue desnudo y, como en la narración de antaño, los demás se encargan de vestirlo. La censura se cuenta en unidades de ositos, y ya van todos los osos gummy, los retoños de Baloo, Yogi, Bubú y su señora madre, Misha y Winnie the Poo and friends, quinientas mil unidades de osito que siguen demostrando que para un monarca nada mejor que ir en pelota picada mientras otras miradas se encargan de ponerle una armadura.

La evolución darwiniana continúa su cauce y los peces pescados en el Azor son los osos ebrios de los bosques rusos. Mitrofán de todos los Santos, buen nombre para un principito por venir que expíe los pecados originales…

Plataforma Niños del Limbo

El Vaticano, tras años de discusión, parece que va a darle carpetazo al limbo. Este lugar al que van los niños no bautizados, donde ni se goza ni se sufre, ha supuesto un quebradero de cabeza teológico. Debido a que en ese aspecto los gastos resultan mucho mayores que los beneficios, las altas instancias de la curia hablan ya de forma abierta sobre su cierre inminente. Bloc de Anillas ha conseguido entrevistar a un niño del limbo gracias al moderno método de la ouija en red, sistema metafísico con resultados semejantes a la videoconferencia. Desde ese lugar nos ha atendido amablemente Juanjo, un chaval de Cádiz que murió hace 20 años en un accidente de tráfico y actual portavoz de la Plataforma Niños del Limbo. Debido a las particulares condiciones de la transmigración de las almas y a las características de la interacción entre materia y alma, este residente del limbo tiene el aspecto de bola viscosa con pelos, concretamente un incipiente mullet con pelopincho propio de la juventud de ahora a la que Juanjo pertenecería de no haberle pasado un camión por encima del gaznate. A su vez, y debido en este caso a las particulares condiciones de la interacción entre tiempo y espacio, esa bola viscosa se encuentra embutida en una vieja bota La Tórtola-La Perdiz.

JUANJO: Toh tenemoh esteh ahpehto de mierda bola. Ehtoh eh un bahtinazo. Pero un bahtinazo chungo chungo. Cada uno ehta embutío en otra mierda. Hay un pavo que ehta metío en una chihtera mu elegante. Ese se salva. Lo demah un mojón pa nosotroh.

BLOC DE ANILLAS: Ahora Ratzinger quiere cerrar el limbo, ¿qué os parece la medida?

JUANJO: Yo, en nombre de mih compañeroh y de mí primero, me cago en el Papa. Ehto eh mu fácil. Venga, a cerrah y a loh que ehtamoh dentro que noh den por culo. Con ehta pinta no podemo ir ni al cielo ni al infierno ni a ná. Ni a la vuelta la ehquina, cohone.

BLOC DE ANILLAS: ¿Cómo es un día en el limbo?

JUANJO: Menúa mierda pregunta. Como te voy a ehplicá un día en un sitio de mierda con el tiempo espacio helicoidá. ¿Tú te imaginah er tiempo espacio asín? Pueh pa que pregunta, cohone. Illo, pasa de mí ya. Ehto eh como to seguío y aplahtao y a la veh tó p’allá y quieto. ¿Te enterah? Pueh no. Pueh ar carajo, illo.

BLOC DE ANILLAS: Pero al menos no hay tormento.

JUANJO: Illo, ni tormento ni nah. Aquí no se hace nah. Ehtah como cogío t’ol rato. Un coñazo. Perdona mi vocabulario pero al adaptáh la telepatía habituá se cambia a lo que me correhpondería hablah a mí si no m’ubieran mandao ar carajo. Y como me hubiera tocao hacé la logse po me fartan misóginoh d’esoh y hablo malamente, illo.

BLOC DE ANILLAS: ¿Qué opciones prácticas se barajan?

JUANJO: ¿Qué ohcioneh práhticah se barajan? Ojú ío, te quié jí ya con la mierda pregunta. Joé con lo periodihtah de lo cohone. Asín te voy a teneh que contentah en el mihmo plan, illo, somo once contra once y nosequé y vamoh a dahlo todo en el abimmo… enga ya. Qué opcioneh se van a barajah, pueh la de mandanno al puto nabo. Al cielo no podemoh ih porque no pintamoh ná, no podemoh gozá de lo placereh celehtialeh ni una mijita con ehta pinta amojoná, porque aquello eh, pa que me entiendah, como un baile bonito de esoh de franceseh con traje de imbécih en la corte de suh muertoh del Rey de su nación. Y en el infienno pueh al menoh hay musha shavala guarra, pero musha mala leche también y ehtamoh indefensoh. Er purgatorioh no sirve pah ehtoh, y dime tú a mí. Se ehtah hablando de reencannanno con un convenio con loh budihtah, pero de reencannanno en ehcarabajoh peloteroh porque pa mah no hay. Y como que su puta madre, ¿me entiendeh?

BLOC DE ANILLAS: ¿Y cuál es vuestra propuesta?

JUANJO: Pueh qu’el convenio s’haga con lo musurmaneh, illo. Lo que pasa que’tah mu mala la cosa y va a tocáh hoderse, pero eh lo ideah. El limbo pilla tabique con tabique con er paraíso moro, y er limbo é mu grande y con un buen plan de ordenación der má alláh del que ahora mimmo carecemoh puede ser un pelotazo. Elloh tienen que ampliáh porque de tanto suicida gilipollah se le ehtá poniendo eso bueno, porque tienen que aceptahloh por lo ehtatutoh, aunque er Mahoma se caga en lo muerto de toh. Así que nosotroh ofrecemoh terreno y como er paraíso moro ehtá lleno de putah, pueh que noh manden a unah cuantah varioh díah en semanah, que podemoh haceh bien poco, pero ganah tenemoh una jartá, y en ehto del folleteo cuenta mucho la voluntá, y no me veah como ehtán lah tía, illo, y guarrah guarrah, un bahtinazo tío.

BLOC DE ANILLAS: ¿Qué pasos vais a dar para conseguir vuestro propósito?

JUANJO: Ehtoh tieneh su trámiteh, que son la hohtiah de lentoh. Primero tenemoh que mandah la propuehtah a Zeuh, que s’a ehsho cargo de tó mientras Dioh resuelve lo suyo, que ehtabah tratando de enviah al Hijo otra veh, pero se le olvidó de anuláh el modo Espíritu Santo, y le salió una mierda que unoh científico confudieron con una nueva especie de pájaro en Indonesia. Ahora el hijo puta ehtá tratando de arreglarlo, pero no veah la que ha liao con la mierda la trinidáh. Y si no…

En ese momento se corta la comunicación. Las limitaciones en la cobertura de este incipiente sistema y la necesidad de que exista en ese momento un agujero de Gómez para posibilitar la visión (vacío espacio temporal transitorio bautizado en honor de Pepe Gómez, que iba para Murcia y apareció en Varsovia), hacen que el resto de la entrevista deba aplazarse. Hemos considerado que el contenido de esta primera parte era lo suficientemente interesante como para ofrecerla a pesar de su carácter inconcluso. Les rogamos nos disculpen y les emplazamos a fechas sucesivas, en cuanto las condiciones sean las adecuadas.