Plagas hodiernas
Cuando Dios hacía política internacional, las plagas, claro está, eran como Dios manda, literalmente. Agua que se convierte en sangre, ranas, ejambres de jenjenes, fieras, peste, sarna, granizo, langostas, tinieblas y muerte de los primogénitos. La naturaleza se tornaba de molesta a hostil con un gesto del mandamás. No había lugar a engaño. Esto fue así durante mucho tiempo. Los mosquitos contagiaban enfermedades con mayúsculas, los lobos infestaban bosques llenos de misterio. La aventura empezaba en cuanto hubiese unos cuantos matorrales o una simple charca. De allí surgían criaturas de muchas clases, a lo que hay que añadir los elementos, no eran nadie los elementos…
Una derivación cultural de aquello la observamos, por ejemplo, en Tiburón. El miedo atávico a la naturaleza de donde puede surgir el monstruo. La banda sonora unida a las imágenes de la película hacen que todavía hoy, cuando uno se adentra con los manguitos puestos en alta mar (consideramos alta mar a todo aquello que esté a cinco metros de la orilla y allende los mares a partir de la boya amarilla que delimita el espacio de los hidropedales), mire a un lado y a otro esperando en cualquier momento el ataque de la bestia, que posiblemente nos deje malheridos y con una nalga de menos.
Una escena característica es la del cultivo del melanoma sobre un colchón inflable. Está uno chapoteando de espaldas, tratando de coger un cáncer y mantener el equilibrio, dos actividades en principio difíciles de conciliar, cuando oye un chaf en algún punto de los alrededores. En seguida se incorpora, quedándose a horcajadas sobre el colchón doblado, con las perneras del bañador subidas y la zona que no está morena reflejando el sol que nos matará dentro de dos décadas. Todo esto se hace con disimulo, por si hay suecas en top less por la zona, y se arruga el ceño porque no se ve un carajo después de que los rayos te hayan deslumbrado. Sí, esperamos el ataque inminente del tiburón blanco, que sediento de sangre no ha dudado en dejar sus aguas tropicales para desplazarse hasta Fuengirola. Aceptamos nuestro destino y con movimientos espasmódicos volvemos a la orilla, fingiendo que aceleramos para fortalecer los brazos.
Pero este terror al Absoluto, tan saludable, la última oportunidad de sentirse arponero en el Pequod, está degenerando hasta límites de locura, poniendo en peligro no sólo la espiritualidad del Hombre por la vía del canguele, pues eso es la espiritualidad, sino la unidad de la Patria, es decir, el Equilibrio Universal.
De pronto, los buenos españoles son acosados, no por la peste, los ejambres de jenjenes o los escualos, cosas que se corresponden con nuestra grandeza como país, sino por los mejillones y las almejas. En un intento claramente de apoyo al separatismo, el Gobierno incluso no ha dudado en mandar a la Guardia Civil a diversos embalses para detectar mejillones cebra. Rastreo llaman a este proceso calculado de destrucción del Cuerpo mediante el desprestigio, esto sí que es un Romance de la Guardia Civil Española:
¡Oh ciudad de los pantanos!
En los embalses banderas.
Que escapen los mejillones
que viene la benemérita.
¡Oh ciudad de los pantanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Dejadla lejos del mar,
de Asia vienen almejas.
Al peligroso mejillón cebra, con su cólera de dos centímetros y medio, se le ha unido la almeja asiática, semejante al berberecho, con el objeto de invadir el Ebro, poner en peligro la política del agua y fomentar las controversias que a la postre siempre son aprovechadas por los nacionalistas. Carecemos de formación zoológica, salvo en el campo de la alimentación de monos del zoo con cacahuetes que nos comemos nosotros justo antes de echárselos, por lo que no vamos a poner en duda el carácter peleón de estos moluscos, pero seamos serios ¿estás son las venganzas divinas que construyen una nación? Nadie en su sano juicio volverá la cabeza precipitadamente en el mar al oír un chaf por la posibilidad de que un mejillón cebra le mejillonee, porque las criaturas ni muerden, vamos, que ni un mal aguijón tienen. ¿Esto qué es?
A lo largo de la historia, plagas y monstruos han estado unidas a los pueblos elegidos, unas veces a favor, otras en contra, pero siempre en paralelo. España, y se me saltan las lágrimas cuando tecleo esto, incluso le ha dado al mundo la gripe española. Basta de subterfugios y de rodeos, señores, digámoslo alto y claro: Dios le ha dado la espalda a su nación predilecta por culpa de Rodríguez Zapatero.
Xispo wrote:
Y eso que ahora que en su relación ciclotímica con el gobierno la Conferencia Episcopal se encuentra en una fase de buen rollito… Cuando los obispos se vuelvan a cabrear veo nuestros ríos, alcantarillas e inodoros infestados por cocodrilos del Nilo…
Posted 27 Nov 2006 at 6:52 am ¶
Pablo wrote:
Sí, muy bueno
Posted 27 Nov 2006 at 2:52 pm ¶
unodelos60 wrote:
Genial, como siempre. Sólo una puntualización:
En esta página
http://www.iucn.org/places/medoffice/mediakitsharks.html
está documentado el avistamiento de un
tiburón blanco de 6 metros frente a fuengirola en 1999.
De hecho, Gandía es lugar de paso de tales
animalitos.
Posted 28 Nov 2006 at 4:56 am ¶
Alfredo M-G wrote:
Virgen santísima, ya me lo has dicho todo. A partir de ahora montaña que te crió.
Posted 28 Nov 2006 at 8:36 am ¶
tatchenko wrote:
coño! yo ya no me meto al agua ni en la bañera de mi casa.
por cierto… es el peregrino igual de peligroso que el gran blanco?(al respecto de la paginita y los ataques en los dedos gordos de los señores…)
Posted 30 Nov 2006 at 8:40 am ¶