Beverly
Hills 90210
Sensación
de Escupir
Cuando
una cadena de televisión comienza programando una teleserie
para adolescentes en horario vespertino de sábado y domingo
y lo hace sustituyendo el título original ("Beverly
Hills 90210) por otro totalmente distinto y que replica sospechosamente
el slogan publicitario de la época de una conocida marca
de refrescos azucarados ("Sensación de vivir"),
los televidentes más avezados se hacen instantáneamente
a la idea: están ante un bodrio que el programador coloca
porque no tiene otra cosa, y, lo que esmás, las esperanzas
de la cadena de lograr rentabilizarlo son mínimas, por lo
que recurre al patrocinio encubierto más escandaloso.
Y,
sin embargo, "Sensación de Escupir" logró
crearse su público, básicamente entre las quinceañeras
de la generación previa a la obsesión anoréxica,
que se vieron instantáneamente retratadas en la "vida
normal" de unos simpáticos chavales californianos. Quienes
en esos momentos contábamos con esa misma edad pero carecíamos
de la madurez suficiente (ya se sabe que a los 15 años las
niñas están "totalmente formadas" y son
muy maduras, mientras que los niños estábamos totalmente
infantilizados y sólo pensábamos en chiquilladas)
no supimos apreciar, debido a nuestra falta de perspectiva, la importancia
del fenómeno. Yo, personalmente, consideré esta serie,
escuela de productos televisivos, un subproducto para adolescentes
ignaras. Lo cual no hace sino retratar mi propia falta de perspectiva.
Afortunadamente,
la sabia política de Tele 5 de repetir la serie en verano,
llegando a encadenar varios capítulos cada mañana
todos los días del estío, me ha permitido, ya con
algunos años más, disfrutar de esta sensacional experiencia
televisiva y resarcirme en cierto modo de mi error. Además
me permite hablar con conocimiento de causa de la misma.
El
argumento:
Beverly Hills 90210 carece de un gran trazo argumental debido a
los motivos por los que fue creada. El productor Aaron Spelling
se encontró con una hija adolescente vaga e incompetente
que, como todas las de su especie, decidió que la vocación
de su vida era "ser actriz". El hombre, viejo zorro, optó
por animarla y dejar que se desengañara ella solita, para
lo que contrató a sus peores guionistas y directores, a una
panda de actores infumables y optó por producir una serie
"sobre la vida de los adolescentes americanos", confiando
en su inmediato fracaso y en contar en consecuencia con un argumento
de peso para convencer a su hija de la conveniencia de dedicarse
a las tareas del hogar.
Por
todo ello la serie, en cuanto a su sinopsis, no da mucho de sí.
Es una especie de "Verano Azul"
pero todo el año: dos hermanos, Brandon y Brenda Walsh, llegan
a Beverly Hills porque su padre ha encontrado un fantástico
trabajo desde la América profunda (en realidad, Minnesota,
que no es para tanto, tengan en cuenta que su Gobernador fue un
hombre de provecho en el mundo de la lucha libre antes de ser el
primero de los ciudadanos del Estado), y se integran en un nuevo
ambiente, con chavales adinerados de California. Como decíamos,
está claro que Mercero marcó la pauta con las grandes
líneas de la serie: un grupillo de jóvenes, los contrastes
rico-pobre y compensar la vacuidad argumental con el espectacular
trazo psicológico (digno de psiquiátrico) de los personajes.
Los
protagonistas:
BRANDON:
El líder espiritual indiscutible de todos los de la serie.
Se corresponde con el modelo de hombre que desearíamos ser
cualquiera, así como con el modelo de novio que las mujeres
desean tomar por marido (que no por novio adolescente, pues es insoportablemente
"recto"): Brandon tiene éxito con las mujeres (las
apariciones de las más bellas mujeres de la serie lo son
siempre en concepto de ligues de Brandon), es inteligente e incluso,
dicen quienes obvian su evidente condición de patizambo,
tiene cierto atractivo. Brandon es responsable y va a ganr mucha
pasta en el futuro. Y su vocación es el periodismo. Con todos
estos antecedentes tenemos ya a un personaje absurdo pero que da
mucho juego: todos los chavales varones suficientemente imbéciles
como para saguir la serie está claro que tienen un problema
para relacionarse con el mundo y con las niñas de su edad.
Para ellos Brandon es un modelo, un ideal. La prueba de que incluso
el último pringado, en realidad, es objeto del deseo colectivo.
Este perfil inicial del personaje estaba suponiendo la quiebra de
la profesión psiquiátrica, pues ya ni los niños
más marginados se sentían mal ("en realidad soy
como Brandon", se decían a sí mismos) y la productora
se sometió a las presiones y "humanizó"
a Brandon en las sucesivas temporadas. A medida que el chico fue
"madurando" se convirtió en algo más parecido
a lo que es un joven de nuestros días: problemas con el alcohol,
infidelidad patológica y puerilidad afectiva. Todo lo que
quieren las mujeres de nuestros días. A él le funcionó
y acabó ligando con la tía buena oficial de la serie
(Kelly), en un final feliz que demostró que siempre hay una
esperanza, ya que hasta el pringado puede ligar con la tía
buena y la tonta quedarse con alguien que no le pegue palizas con
excesiva frecuencia.
BRENDA:
La hermana de Brandon y una "mujer de carácter".
Como todos Ustedes saben "mujer de carácter" significa,
en lenguaje televisivo: mujer idiota y malhumorada, cabezota y especialista
en meterse en líos. Este tipo de personajes suelen ser los
desencadenantes de grandes pasiones entre la audiencia y, efectivamente,
Brenda lo era. Unánimemente odiada por el público
nadie sintió su pérdida cuando sus pretensiones económicas
la hicieron desaparecer de la serie (oficialmente se largó
a Londres a "recuperar la estabilidad y rehacer su vida",
en plena bohème europea). Nadie echó de menos
su presencia. Ni la audiencia femenina (harta de que semejante pringada
se liara con el tío bueno oficial de la serie, Dylan) ni
la masculina, que unánimemente consideraba que su cara de
bollo era prescindible en unos tiempos que presagiaban el actual
furor anoréxico.
Junto
a los alegres hermanos Walsh componían el coral reparto de
la serie sus respectivas pandas de amigos, que, principalmente,
se componían de:
DONNA:
El motivo de que la serie existiera (la hija del productor). Una
tipa feísima que, además, hacía el único
papel que podía desempeñar por sus nulas dotes actorales:
ser ella misma. La actriz-personaje componía un cuadro ñoño
de niña mimada, tonta, cursi, y beatona. Su devenir por la
serie es un contaste suceder de patéticos novios, a cual
peor, que lo único que desean (según sostiene sistmáticamente
su madre y luego la propia Donna acaba por descubrir, aunque demasiado
tarde), "es su cuerpo". Sorprendentemente, en vez de mostrarse
agradecida al enterarse de ello, solía cabrearse y dejarlos.
Tanto ir y venir de la misma historia era, la verdad, un poco cansado.
Pero gracias a ella tenemos serie, así que no vamos a quejarnos.
KELLY:
La tía buena del grupo, dispuesta a estar allí para
desmentir todos los tópicos que sean necessarios. Si alguien
mantiene que las tías buenas son tontas y superficiales,
se va a llevar una decepción con Kelly, porque la chica,
si bien al princpio parecía ser sólo tonta y superficial,
luego nos dió una sorpresa a todos: demostró ser tonta,
superficial y con sentimientos. A nadie le extrañará
que con semejante andamiaje de carácter fuera el sueño
perverso de toda una generación, ni que nadie se la tomara
en serio nunca. De entre todos los personajes de la serie Kelly
es la que más claro parece tener que trabajar no va con ella
ni irá nunca en el futuro (aunque, a decir verdad, en esto
la serie es bastante políticamente incorrecta, pues mientras
los tío, mal que bien, se lo montan como camellos o repartidores
de pizzas, ellas sólo aspiran a ser diseñadores, dirigir
garitos o, simplemente, ligar con hombres adinerados). Kelly, en
general, era un personaje bastante aburrido, pero que la enfocaran
de vez en cuando no hacía mal a nadie.
ANDREA:
El tributo a la tolerancia de la serie. Una pringada de tomo y lomo:
pobretona (sólo iba al Beverly Oeste por un chancull0), demócrata,
feminista, judía... Este tributo al más rancio liberalismo
europeo estaba representado por una actriz de unos 35 años,
lo que lo convertía en un personaje totalmente surrealista.
Su función en la serie era permitir a Brandon liberar sus
tensiones sexuales en épocas de carestía, como suele
ocurrir en estos casos. Ella, por lo visto, no tenía complejos
en rebajarse hatsa extremos insospechados. Acabó preñada
por un hispano antes de acabar la carrera y debiendo abandonarla
para dedicarse a ser madre de familia. Si Usted fue joven y se hizo
alguna vez una paja pensando en Andrea no lo dude, Tiene Un Problema.
DYLAN:
Como se ha dicho, el tío bueno del grupo. Joven hijo único
de familia adinerada repleto de traumas porque, como todos Ustedes
saben (gracias a las películas americanas que les informan
de cómo es el mundo) el dinero, aunque sea en cantidades
industriales, no puede suplir la falta de cariño. Pero ojito,
Dylan es un impresentable y está de vuelta de todo (se lo
puede permitir, claro), pero eso no significa, al menos oficialmente,
que sea un tarado. Como todo, rebelde adolescente televisivo que
se precie Dylan, en realidad, va contra el sistema porque "es
profundo" y en realidad, además, "tiene buen fondo".
Este trazo de su carácter, común a todos los "nenes
malos" de la TV, es en el caso de Dylan muy acentuado, hasta
el punto de que llevó a cabo el mayúsculo sacrificio
de tutelar la pérdida de la virginidad de Brenda. Desde ese
momento, como suele pasar en esos casos, él y Brandon se
tornaron en inseparables compañeros.
STEVE:
Puestos a destrozar tópicos aquí está el personaje
de Steve. ¿Quién dijo que todos los chavalines ricos
de Bverly Hills mimados, arios y con problemas de melanina son unos
imbéciles? Pues si alguna vez alguien lo dijo y eso le fue
recriminado ya puede dormir tranquilo, ya que Steve sólo
cumplía una función en la serie: demostrar esta triste
realidad. Personaje muy secundario cuya función es casi equiparable
a la de Donna por lo nula (¿estaremos ante el sobrino del
productor y nunca lo hemos sabido?)
DAVID:
Inicialmente era el "pringado" oficial de la serie. Posteriormente,
tras la paulatina demostración del resto de personajes en
cuanto a su vacuidad fue ganando protagonismo por el viejo recurso
de convertirlo en un oscuro genio musical, talentoso pero con tendencia
a sumergirse en los infiernos de la creación. Como pringado
oficial que se precie se moría de ganas de estar con Kelly
y acaba ligando con Donna por no haber nada más a mano. Así
comienza el periplo de hombres que sólo deseaban a Donna
para... Con todo David resurge desde este oscuro pasado y va cobrando
importancia en la serie, lo que es confirmado definitivamente cuando,
con motivo de sus problemas de conciencia por sus actividades como
manager de un grupo musical antisionista, descubrimos que los guionistas
han decidido subirlo de nivel y reservarle el máximo honor
posible en la televisión americana: convertir a su personaje
en judío (este curioso aspecto sólo es fácilmente
detectable para quienes, como yo, aprovechamos la diarrea de espisodios
que Tele 5 emitía en verano, convirtiendo 6 años de
serie en apenas un mes, de forma que se tenía fresco en la
memoria el momento en que Andrea Zackermann era "la única
hebrea" del grupo de amiguitos y se experimentaba una grata
sorpresa al ver a David unirse al grupo).
En
general podemos concluir con estos personajes el entramado básico
de la serie, al menos en sus orígnes. Posteriormente aparecen
más personajillos, que vienen a sustituir a otros. Es el
caso de la sin par Valery, prima carbal de Brandon que tapa el hueco
dejado por la búsqueda existencial de Brenda. Valery no necesita
buscarse a sí misma, pues sabe que en caso de perderse siempre
se encontrará en la cama con un tío. Evidentemente,
es un personaje central, pero demasiado parecido a Brenda en cuanto
a su tendencia a la redondez como para desbancar del trono, por
mucho que lo intente, a la sin par Kelly, definitivo icono del grupo,
como demuestra encamándose con Brandon (algo que Valery no
puede hacer de forma continuada por eso de sus lazos familiares).
A todo
esto se unen los padres de los respectivos chavales, que en general
proporcionan una explicación bastante lógica al aparente
misterio de cómo es posible que haya especímenes de
semejante calaña. Y, a falta de la consabida mascota simpática
que se gane el cariño de los jóvenes y los espectadores,
estos chicos de Beverly Hills sustituyen el cariño a un can
o un gatito por el aprecio sincero a un hombre hecho así
mismo, trabajador infatigable y pertenenciente a la clase media-baja,
que regenta el barucho donde los nenes se reúnen a gastarse
la pasta de sus padres. Éste, por la cuenta económica
que le trae, procura tenerlos siempre contentos.
Significación
de la serie: Beverly
Hills 90210 es una de las mejores series (¿involuntariamente?)
cómicas de la Historia de la Televisión. Su único
problema es el formato, pues en 50 minutos por capítulo las
bromas pierden ritmo. Para darle agilidad la televisión americana
ha reducido el minutaje y, repitiendo este mismo esquema argumental
y replicando algunosde los rasgos de la personalidad de sus personajes,
se ha creado una excepcional serie cómica: Friends.
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