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Periodismo Independiente

La Conspiranson contra el Imperio del Monopolio - Primavera 2002

 

20/04/2002 : El fin del " esprit Canal "

Jean-Marie Messier (J2M) ha mandado a la puta calle a Pierre Lescure, el último de los fundadores de Canal Plus Francia que quedaba en la Dirección del Grupo (y máximo responsable de la cadena), en lo que ha supuesto una medida que ha generado una polémica impresionante en Francia y que puede suponer el principio del fin del arrogante empresario.

Pierre Lescure fue el responsable de montar una cadena de televisión que demostró la posibilidad de hacer televisión de pago en Europa cuando se pensaba que era imposible y que introdujo aire fresco en la caduca y rancia programación de la televisión francesa oficialista (única existente hasta ese momento). La renovación estética y la profunda libertad de creación de la que, incluso para criticar acerbamente a la cadena, disfrutaban todos sus empleados se convirtieron en la imagen de marca de una cadena, en el famoso " esprit Canal " representado por los atroces " Guignols de l'Info " (padres de Las Noticias del Guiñol españolas, y demoledores en sus sátiras incluso contra el propio Lescure y contra J2M) y toda la cantera de artistas franceses surgida de espacios como los míticos " Les Nuls ". Mientras tanto, Pierre Lescure se volcaba en la producción de cine francés, lo que permite a la industria del país vecino ser la única que supera regularmente en sus fronteras al cine americano, y convierte a Canal Plus en el principal sostén económico del cine francés (en España esto lo hace el Estado a cargo de todos los ciudadanos, con el éxito conocido, y gracias a ello Canal Plus España puede orillar el cine español y comprar por menos dinero películas americanas que consiguen más audiencia).

Canal Plus fue una experiencia rentable y exitosa hoy casi muerta. Con más de 4 millones de abonados y dando beneficios fue comprada por Vivendi antes de devenir el coloso de las comunicaciones que es hoy el grupo francés (tras la compra de Universal). A partir de ese momento las tensiones comenzaron, producto del esfuerzo de internacionalización emprendido precisamente a instancias de Messier que ha llevado a Canal Plus Francia a extenderse por Europa y América en lo geográfico, y a realizar la apuesta de la televisión digital en numerosos países. En un contexto de crisis económica general del sector, Canal Plus empieza a perder dinero fruto de estos esfuerzos y es a partir de este momento que el " esprit Canal " empieza a incomodar a un J2M que ve en la renuncia a la producción propia y a sufragar el cine francés una vía cómoda para alcanzar los beneficios por el camino de ofrecer lo que tantas otras televisiones ofrecen.

Así que, angustiado por su propia crisis (los accionistas empiezan a considerar que J2M no debe ser un tipo tan fantástico si ha logrado las mayores pérdidas de la historia de una empresa francesa y una caída en Bolsa desde los 160 euros por accion a los actuales 35) que en cualquier momento puede suponer que los accionistas le den amablemente las gracias, Messier ha decidido cortar por lo sano y congraciarse con el Presidente de la República Francesa y consigo mismo (ambos víctimas de la libertad de los guiñoles franceses) y cargarse a quien garantizaba la subsistencia del " esprit Canal ".

Quien esto escribe pudo asistir en directo al corte de la programación de Canal Plus que supuso tal decisión, a cargo de los empleados de la empresa, tanto todas sus grandes figuras, encabezadas por los guionistas de los guiñoles y Alain Chabat, como los trabajadores de a pie de la cadena, para celebrar una improvisada Asamblea, retransmitida en directo, que puso de manifiesto el tremendo error táctico que ha cometido Messier.La fronda es generalizada y la nominación como nuevo Director de un especialista en telebasura de entorno de la derecha francesa ha puesto los pelos de punta a casi todo el mundo, mientras los abonados comenzaban a darse de baja.

Ante la magnitud del espectáculo que se estaba organizando, agravado por el hecho de que Messier había adoptado la decisión de forma altamente irregular (sin convocar a los órganos estatutariamente encargados de realizar tal nombramiento) y alevosa (dando un plazo de 24 meses para obtener beneficios a los responsables de la cadena y ocultando la negociación con la competencia), y las noticias de las primeras deserciones de abonados, un acojonado Messier se presentó en el plató del informativo de la cadena pública francesa para tratar de tranquilizar el mundo del cine francés, a los accionistas de Vivendi y a toda la clase política francesa que, con la excepción manifiesta de Jacques Chirac, había mostrado ya su gran preocupación.

J2M ha jugado fuerte y no tiene mucho que ganar. Esta historia puede ser el principio de su final y, a cambio, apenas obtiene nada caso de que todo vaya bien. Si así fuere Canal Plus desaparecerá como tal, algo por otra parte que tampoco es tan traumático, como sus más acérrimos defensores descubrirán en cuanto transcurran unos meses sin la cadena respondiendo a su imagen clásica. Lo que no obsta para reconocer a Lescure sus grandes méritos, pues nos guste o no él fue quien se atrevió por primera vez en la historia a programar porno en una television generalista.

 

10/04/2002: Escabechina mediática

Mientras en España Quiero TV da sus últimas bocanadas a la espera sus socios de que algún caballero andante desinteresado y de buen corazón desee hacerse con la compañía y ahorrarles la sangría económica que supone la compañía, el magnate teutón Leo Kirch acaba de verse obligado a cerrar la paraeta. Unas semanas antes, ITV, plataforma británica que gestionaba los derechos del fútbol inglés de segundo nivel, bajó también la persiana. Mientras tanto, compañías multinacionales del ramo como Vivendi-Universal (con su Canal Plus España y CSD), siguen perdiendo dinero a manos llenas, logrando récords negativos históricos.

El sector audiovisual español, hace unos meses apostaba sobre en manos de quién acabaría finalmente la "perlita" de Quiero TV, punta de lanza de la revolución tecnológica en materia de Televisión Digital Terrestre (TDT). Ahora ya se apuesta sobre cuántos días quedan de vida al negocio. Mientras tanto, todas las cadenas generalistas han comenzado a emitir también su programación en formato digital, obligadas por una Ley y un Ministerio de Ciencia y Tecnología a quien al parecer no conmueve lo más mínimo el que estas emisiones no puedan ser recibidas a día de hoy por nadie, a falta de aparatos que permitan la recepción y de público interesado en ellos.

Por último, para completar el cuadro, tenemos a nuestras dos plataformas digitales, eternas "fusionables" pero que no pueden o no quieren arreglar sus diferencias. Les unen las pérdidas, el deseo de salir de ellas cuanto antes y abandonar de forma más o menos digna lo que prometía ser Eldorado mediático y que, debido a la necesidad de pagar miles de millones de pesetas a una treintena de equipos de fútbol como el Compostela, Leganés, Sevilla, Celta de Vigo o Burgos se ha convertido, más bien, en una pesadilla.

El desolador panorama sólo beneficia, de momento, a los jugadores de fútbol (que cobran cada vez más) mientras se suceden bancarrotas de grupos mediáticos y problemas, paradójicamente, también en los clubes de fútbol. Como es obvio, nada ocurrirá en España hasta que una orden política no conduzca a la fusión y racionalización del panorama mediático-digital español. Para que algo así ocurra, y dado que el colapso financiero no ha sido estímulo suficiente, parece que será preciso que algo verdaderamente grave sacuda las conciencias de todos los españoles y que éstos fuercen al Gobierno a actuar. Algo así sólo ocurrirá cuando la desestabilización que ya ha comenzado se agrave en los clubes de fútbol, y estos, agobiados por las deudas, empiecen a rebajar sus prestaciones en las competiciones europeas. Sólo en tal caso es previsible que la situación se desatasque, cuando el interés general lo haga ineluctable.