Actualidad
Mediática
Noticias
sobre las Noticias - Invierno 2002
14/03/2002:
La guerra de la tarjetita
El
carácter indómito de Álvarez Cascos y su condición
de avanzado ha quedado una vez más patente. Tras iniciar
hace unos años la "Guerrra de los Descodificadores",
por lo que fue injustamente condenado en nuestro país, el
tiempo le ha dado la razón. En estos momentos el mundo de
la Televisión de Pago en todo el planeta asiste a una pelea
vinculada precisamente a los sistemas de descodificación
que convierte a la batalla española en jueguecitos de salón.
Vivendi,
casa madre de Canal Plus y otras televisiones de pago (y que acaba
de presentar unos resultados con unas pérdidas que harían
palidecer de envidia incluso a Terra) se ha liado la manta a la
cabeza y ha denunciado judicialmente en los Estados Unidos a la
otra gran empresa del mundo de la televisión de pago, la
NSP del probo magnate Murdoch. El motivo, ni más ni menos,
es que Canal Plus considera que la masiva fabricación de
tarjetas que pemriten piratear sus señales codificadas tiene
su origen, precisamente, en la compañía rival.
La
acusación parece de ciencia ficción, pero el mero
hecho de que Canal Plus y Vivendi la planteen da mucho que pensar.
Una acción judicial de estas caracteerísticas debe
haber sido meditada con muchísimo cuidado y además
debe estar amparada con pruebas contundentes, pues de otra forma
sólo puede perjudicar a quien la presneta. Otra cosa es que
las probabilidades que tiene de prosperar son, como es obvio, mínimas.
Eso sí, si lo hiciera las consecuencias serían demoledoras
y la indeminización que tendría que pagar Murduch
de verdadero espanto.
En
cualquier caso esta historia viene a demostrar que Vía Digital
y ÁLvarez Cascos son, en realidad, hermanitas de la caridad
en el mundo de las comunicaciones, pues sólo juegan con dos
armas relativamente habituales y no especialmente sucias: estar
dispuestas a perder dinero que indirectamente es de todos los ciudadanos
a espuertas y contar con un claro favor político. Pero no
parece que las técnicas mafiosas por lo visto en boga por
ahí sean también empleadas por ellos. Son unos principiantes
de poca monta.
18/02/2002:
Set y partido para la Casa Real
Mientras
la Casa Real no hace sino darnos malas noticias (desde las actuaciones
de Armada a todo lo relacionado con Marichalar o Evax Sanex) unos
benefactores como los responsables del programa de televisión
de TV-3 "Set de Nit" se encargaban de suavizar estos disgustos
con una caricatura del Monarca cuando menos suave. Juan Carlos de
Bobón, Rey de España por la gracia de la bragueta
de su padre y del papanatismo de la ciudadanía (incapaz de
asumir su mayoría de edad política y las consecuencias
que comporta), era retratado de forma suave, como un bonachón
preocupado por asuntos menores como "Operación Triunfo"
y chorradas varias. Nada grave. Ni siquiera se incidía bastante
en un dato, que debiera ser tenido en cuenta y mucho: que la Familia
Real es la única en la que la incorporación de Marichalar
no dispara la media del coceinte intelectual medio de sus miembros
a la baja.
Y,
sin embargo, nuestro sistema de libertad de expresión y tolerancia
ideológica y política ha provocado ya un "toque
de atención" a los responsables del programa, que no
dudamos será en breve tenido muy en consideración,
por la cuenta que les trae.
Todavía
recuerda todo el mundo en España la fulminante desaparición
del programa de Wyoming en La2 "El peor programa de la semana",
con motivo de tener prevista una entrevista a Quim Monzó,
que acababa de criticar públicamente a la Familia Real.
La
madurez de los medios de comunicación españoles está
siendo puesta a prueba una vez más en materia de tratamiento
de la Familia Real, y, por supuesto, sin que éstos la superen.
15/01/2002:
El retorno del Jedi
Como
-suponemos- todos Ustedes ya saben, el presidente de Telefónica,
César Alierta, ha decidido reestructurar totalmente la sección
de medios de comunicación de la empresa, recientemente denominada
"Admira" (como diciendo: "Admira la cantidad de dinero
que somos capaces de perder en Telefónica: comprando partidos
de fútbol, 'creciendo' en Internet, apoyando al cine español...
Telefónica ofrece a sus accionistas unas pérdidas
como no las habían visto desde los tiempos de la autarquía").
En
principio, poco habría que objetar. El presidente de un grupo
de referencia como Telefónica, "la primera empresa española",
puede dar de cuando en cuando golpes de timón a su antojo
con el fin de mejorar las prestaciones de su compañía.
Naturalmente, esto no es así en el caso de Alierta, ¿o
es que se creen que esto es Suecia?. Básicamente, los hechos
se encadenan de la siguiente manera:
- El
Gobierno necesita a un gestor complaciente para Tabacalera y nombra
a César Alierta. Una vez se consuma la caída de Juan
Villalonga, el Gobierno vuelve a recurrir a Alierta, en esta ocasión
para presidir la primera empresa española, ante el jolgorio
del público -miembros del Consejo de Administración
de Telefónica, particularmente los denominados "independientes".
Conviene recordar que por esas fechas Telefónica ya lleva
un par de añitos, como mínimo, en plan "compañía
privada independiente del poder político", con lo que
el bochorno protagonizado por Alierta, vasallo de su señor
y virrey por dos veces en el sillón - chollo, es aún
mayor. Naturalmente, nuestro hombre, al que los medios afines le
configuran un apresurado currículum de empresario de éxito
y "hombre hecho a sí mismo", no tiene ningún
inconveniente en seguir haciendo de testaferro.
- El
problema viene años después, cuando Alierta acaba
enseñando sus garras. Con el fin de combatir el asqueroso
monopolio mediático felipista que periódicamente denuncia
la mitad de las televisiones, radios y periódicos del país
(el Periodismo Independiente), el Gobierno decide comprarlos a todos
y reunirlos en torno a un grupo aún más fuerte que
PRISA, con mayores posibilidades económicas que PRISA (no
en vano allí están millones de argentinos garantizando
los enormes beneficios de Telefónica cada vez que llaman
por teléfono) y, naturalmente, mucho menos felipista que
PRISA. De eso se trata. La "Operación Prensa Libre",
o la compra de todo lo que huela a independiente del felipismo,
se culmina en la gloriosa época de Villalonga y es gestionada
por César Alierta. Los medios afines pero no directamente
controlados, como El Mundo, reciben prebendas de Alierta, que para
algo tiene el cash flow de la empresa a disposición del gobierno.
- Pero
el problema es que en El Mundo no se les ocurre nada mejor que denunciar
cómo el sobrino de Alierta se ha enriquecido merced a ciertas
operaciones irregulares en la Bolsa (en realidad es "todo legal",
compraventa de acciones de la empresa de Tío Alierta, por
aquel entonces Tabacalera), preocupados ante la falta de entusiasmo
con que en Telefónica apoyan al líder de la prensa
libre, y el cabreo de Alierta es mayúsculo: despide a las,
hasta entonces, "cabezas pensantes" de Admira, anula todos
los acuertos con El Mundo y sustituye a los caídos, sospechosos
de connivencias con Pedro J., por gente de bien. Es decir, Alierta
opera con Telefónica a lo loco para vengarse de los ataques
a su familia (esto ya parece Sicilia). Pero lo grave no es sólo
eso.
- Aunque
a estas alturas no sabemos si alguien se ha molestado en indagar
sobre las actividades del sobrino, lo mejor no ha sido el escándalo
en sí, sino las reacciones de los medios de comunicación
a la histérica reacción de Alierta, desde las descaradas
adulaciones desde medios de Telefónica o medios que desean
ser comprados por Telefónica hasta la denuncia del ataque
de Alierta a El Mundo en el diario El Mundo, sin que realmente ninguno
se preocupe de resaltar lo esencial, en particular la perenne colusión
a la que asistimos en España entre lo público y lo
privado (y, en este caso, lo privado y lo íntimo, o "por
metersus con mi sobrino ahora os jodéis y os cierro las puertas
de 'mi' empresa).
|