Iñaki Urdangarin se ha convertido, apresuradamente, en un personaje tóxico. Todo el mundo le acusa de expoliar el erario público montando pseudoeventos absurdos sin ningún valor, pero a un precio altísimo. Y es cierto. Pero es menos la gente –o era menos hasta ahora- que se pregunta por quiénes estuvieron dispuestos, muy rápidamente y sin […]