ACTUALIDAD DE ESPAÑA                           MARZO DE 2001

30/03/2001: ¿Puede pasar ETA la frontera?

La preocupación en Francia empieza a ser evidente en lo que se refiere a la posibilidad de que la banda terrorista ETA cruce la frontera y comience a dejar sus señas de identidad que todos conocemos al norte de los Pirineos. Tradicionalmente santuario de los terroristas, que vivían tranquilamente en territorio galo, la colaboración de los Gobiernos de París en materia antiterrorista ha ido cambiando poco a poco este status. Aunque inicialmente la colaboración ha consistido esencialmente en dejar a la Policía española y a la Guardia Civil trabajar en Francia con libertad (algo que ya es bastante, tampoco es cuestión de pretender que los franceses paguen gustosamente parte de la factura de la lucha antiterrorista) a cambio de compras de TGV, en los últimos años la propia estrategia del nacionalismo vasco radical ha hecho implicarse más a los franceses.

El motivo principal es, sencillamente, que el temor de que ETA empiece a golpear en Francia es cada vez mayor. La vieja estrategia batasuna de primero concentrar esfuerzos en el País Vasco español y luego extender la buena nueva ha sido puesta en cuestión. Y las correas de transmisión del asociacionismo juvenil vasco próximo a la organización han respondido con rapidez. La fusión de Jarrai y su equivalente francés dando lugar a Haika ha supuesto una clara señal. El activismo, con atisbos de kale borroka incluidos, al norte de la frontera es cada vez mayor. Tras la petición del impuesto revolucionario a Lizarazu (algo que dejó claro que no sólo el Athletic de Bilbao había abierto sus miras en los últimos tiempos en materia de política de fichajes), los especialistas franceses en lucha antiterrorista consideran seriamente la posibilidad de que la escalada terrorista afecte también a su territorio.

Militarmente, aunque ETA pueda considerar que la actitud de las fuerzas y cuerpos de seguridad franceses no es la que era y que por ello no es rentable mantener la debida consideración a un santuario ya inexistente, nos parece que semejante decisión sería extraordinariamente peligrosa para la estrategia de la banda. Aunque Francia ya no es lo que era la implicación de sus policías no es la que sería caso de que ellos también se sintieran amenazados. Se trata de una constatación por demás evidente. La fuerza política de los nacionalistas vascos, por otra parte, se vería probablemente debilitada si algo así ocurriera, pues la reacción gala (que todos intuimos de una firmeza notable) pondría de manifiesto la generosidad española que durante años ha tratado de solucionar el problema vasco con autonomía y chorros de dinero antes que con la represión.

Sin embargo la falta de lógica política y militar de una estrategia semejante no nos parece motivo suficiente para descartar que ETA se decante por ella. Tampoco acabamos de entender el rédito electoral y de legitimación que la panda terrorista ha logrado por medio de "socializar el terror", que cada vez que mata a un vasco o a un español no militar o policía corre el riesgo de enajenarse el apoyo de ciertas capas de la sociedad vasca con un concepto de la humanidad supeditado a la "vasquidad". Y es que cuando uno vive de matar y su profesión acaba por ser un fin en si mismo es lógico que le guste manifestar su capacidad allí donde puede ser mejor expuesta.

 

25/03/2001: La inconsecuencia inconstitucional

Los desvaríos con los que nos recompensa últimamente el Partido Socialista Obrero Español en numerosas materias, pasados los efectos de la borrachera de sentido común derivados de la elección de Zapatero como secretario general, están alcanzando cotas espectaculares con el manido asunto del recurso de inconstitucionalidad de la Ley de Extranjería.

Arrastrados por la corriente de lo "progresísticamente correcto" más impresentable, capitaneada por "intelectuales", "artistas" y "creadores de opinión" de todo pelaje pero con un rasgo común, su consideración de sí mismos como seres superiores que han venido al mundo a cumplir una misión salvífica, la de iluminar a sus errados compatriotas, los socialistas han decidido presentar un recurso de inconstitucionalidad contra la ley "porque no reconoce derechos fundamentales a los inmigrantes".

Es necesario, por lo que se ve, hacer una labor pedagógica sobre lo que significa la democracia, dado que las esperanzas que hubiéramos podido depositar en el PSOE tras su renovación han desaparecido: Como idea básica hay que señalar que no todo lo que nos parece mal debe ser, necesariamente, inconstitucional. Inconstitucional es lo que atenta contra una norma básica de convivencia, la Constitución, dentro de la cual, en unos límites generosos marcados por ella, pueden desarrollarse políticas de muy distinto signo. Unas políticas u otras son decididas por los representantes de los ciudadanos. Pero no por no considerar apropiada una esta es automáticamente inconstitucional. Lo que se debe hacer es luchar por que las ideas que consideramos mejores se impongan y, compartidas por una mayoría, se conviertan en ley.

La confusión de estos dos planos lleva a situaciones lamentables, como que el PSOE, en la cresta de una ola demagógica de impresión, cuestione la constitucionalidad de ciertos artículos de la nueva ley que regulan EXACTAMENTE IGUAL la cuestión que lo hizo la Ley del 85 socialista (y que fue considerada, recordemos, perfectamente constitucional). Patético y peligroso, en la medida en que además supone una renuncia a ciertos principios democráticos básicos, pues a este paso el temido "Gobierno de los Jueces" se fortalece día a día.

Otra cosa es la crítica de la regulación de la ley, perfectamente legítima y en muchos aspectos razonable. Pero la inconstitucionalidad de la misma, la verdad, no entendemos cómo puede argumentarse si tenemos en cuenta que lo que dice la Constitución al respecto es que el ejercicio y reconocimiento de derechos por parte de los inmigrantes se hará conforme lo dispuesto en la ley. Es decir, que el Parlamento tiene una gran libertad para regular este asunto, con independencia de la fiscalización que pueda hacer el Tribunal Constitucional con base en ciertos principios generales y tratados internacionales que, como ya dijimos, fue realizada en su día en un sentido claro. La única opción de que prospere el recurso es un espectacular giro jurisprudencial (algo, con todo, nunca descartable). Pero lo realmente lamentable es que toda esta información sea dejada a un lado por el PSOE. Es evidente que, si presentan el recurso, debieran, en primer lugar, explicar lo expuesto y, en segundo lugar, reconocer su error por la Ley del 85.

 

21/03/2001: ETA entra en campaña

Y, por supuesto, lo ha hecho de la única manera que sabe: asesinando. En esta ocasión, matando a Froilán Elespe, concejal socialista en Lasarte (Guipúzcoa). A las 14'30 horas de ayer, a la salida de un bar, por el procedimiento habitual del disparo a bocajarro. Como comprenderán, poco se puede decir al respecto, desde esta humilde página hemos mantenido una postura muy clara respecto a la "cuestión vasca" y el problema del terrorismo, que en efecto son cuestiones distintas, pero actualmente tan entrelazadas que uno diría que no pueden analizarse de forma independiente.

El quid de la cuestión es el de siempre: hay un problema político en el País Vasco, porque el 50% de la población, más o menos, apoya a partidos políticos que desean cambiar el marco estatutario, incluso evolucionando hacia la independencia. Para ello reclaman, como primer paso, un referéndum de autodeterminación. La respuesta de las autoridades "españolas" es siempre la misma: ni hablar, o al menos ni hablar mientras exista un grupo terrorista pervirtiendo la política en el País Vasco.

Porque los que propugnan el diálogo olvidan que se está partiendo de una posición de absoluta inferioridad por parte de aquellos que, eventualmente, pudieran estar en contra de la independencia: dialogar con bombas y tiros en la nuca es imposible; acabemos primero con el terrorismo, y después llegará el momento de abordar el problema político; en realidad, llegará el momento de hablar de política, puesto que en el País Vasco la política, aparentemente tan central en la vida de esta sociedad, cada vez tiene menor importancia, anegada en el enfrentamiento y la sangre, las más de las veces de auténticos mártires de una causa determinada que se enfrentan desarmados y a veces sin escolta (como era el caso del concejal del PSE) a sus asesinos.

Dialogar por supuesto, pero ¿con quién? ¿Y para qué? ¿Qué queda por dialogar en Euskadi? ¿No está bien claro que el problema principal de esta sociedad no es la independencia, sino el terrorismo? Quizás determinados cargos nacionalistas no puedan evitar pensar que ETA, como si de Batista, el dictador cubano títere de los EE.UU., se tratara, "Es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta", esto es, la posición independentista gana fuerza cara a la negociación si viene "avalada" por las pistolas de ETA. Y paradójicamente se equivocan en esta percepción, puesto que por encima del hecho obvio de que las posiciones nacionalistas se han beneficiado ampliamente, en términos de competencias y pago de impuestos, de la existencia del terrorismo (¿se han preguntado alguna vez por qué Catalunya tiene menos competencias que el País Vasco, cuando, en apariencia al menos, la implantación del sentimiento nacionalista es incluso más acentuada en Catalunya?), y aunque pudiera temerse con cierta lógica que, sin terrorismo, desde Madrid se viera al nacionalismo vasco como algo más o menos folklórico y poco importante en términos de población, lo que nos parece más diáfano de todo es que un Estado democrático jamás debe ceder al chantaje de una organización terrorista. Si lo hace, más vale que sea España la que conceda la independencia de Euskadi, sin necesidad de referéndum alguno, pues en ese momento el proceso político habría dejado de ser democrático.

Por tanto, separemos terrorismo de nacionalismo, pero no sólo desde "Madrid", que se marque un orden de prioridades y se busque el fin de ETA antes que cualquier otra cosa. ¿Cómo conseguirlo? Quizás el camino de aislamiento del entorno social de ETA que se inició tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco era el más acertado. El argumento de que "no se puede aislar al 18% de la población" se nos antoja absurdo desde el momento en que un 40% de la población vasca en términos absolutos, aquellos que apoyan posiciones "españolistas", son sistemáticamente aislados, cuando no atacados, cuando se encuentran en una posición de inferioridad.

 

13/03/2001: La nueva ¿izquierda?

Las últimas elecciones están marcando una tendencia cuando menos curiosa. Si tradicionalmente la distinción entre izquierda y derecha se basaba en parte en evidencias como que los partidos más progresistas tenían entre su audiencia electoral sobre todo a pequeños funcionarios, obreros y parados los acontecimientos de los últimos años parecen, cada vez más, desmentir esta afirmación.

Uno de los dramas en los que está inmersa la izquierda española y, especialmente, la española, es que la búsqueda de una identidad nueva pasa por modificar radicalmente las capas de la población a las que va dirigida su mensaje. De otra manera no se seguirá entendiendo por mucho tiempo la actual situación, en la que el PSOE e IU se legitiman moral y políticamente constantemente refiriéndose a ciertas clases, las más desfavorecidas. Paradójicamente, sin embargo, estas clases no son las que en mayor porcentaje votan a estos partidos. Igualmente tampoco constituyen el principal granero de votos de los mismos. Y lógicamente, en la práctica, tampoco las políticas propugnadas por estos partidos, a la hora de la verdad, son las más beneficiosas para los sectores más desfavorecidos.

No debe sorprender, en efecto, que la actual izquierda española tenga su principal objetivo electoral en las clases medias instruidas, profesionales liberales y funcionarios de todo tipo (incluidas las altas instancias). Su discurso y las políticas que propone son, en su mayor parte, beneficiosas más para estos grupos que para los trabajadores no cualificados o los parados.

Esta situación, por definición, no supone necesariamente la deslegitimación de las políticas de los partidos de izquierda, pero sí desde el momento en que pretende legitimarse en la lucha contra las desigualdades. A la redefinición de los objetivos de la izquierda se puede llegar, pero de la incoherencia política es mejor alejarse.

 

07/03/2001: Estrategia del PNV:

El acuerdo electoral entre PNV y EA tiene eufóricos a los dirigentes nacionalistas, que, según dicen, se ven en el Gobierno cuatro años más, durante los cuales, según afirman, aún no se llegará a la independencia. Es curioso un partido que, según ha repetido en múltiples ocasiones, tiene una base independentista y desprecia las relaciones con España que vayan más allá de lo puramente económico (siempre y cuando el balance les salga positivo, claro), pero que a la hora de la verdad defienda mantenerse dentro del Estado español (porque si no quieren salir, al menos "por ahora", será porque les viene mejor estar dentro, suponemos). Dado que la estrategia política marcada por el Euskadi Buru Batzar es "sí pero no", "sí pero todo llegará", es de suponer que los dirigentes nacionalistas esperan que cuatro años más de terrorismo etarra y política agresiva con todo aquel que no comulgue con los principios sagrados de la nación vasca ablanden lo suficiente los ánimos como para lanzarse a aventuras de mayor calado; otra lectura de este mensaje tan ambiguo que es PNV de pura cepa no se nos ocurre, la verdad sea dicha.

Mientras tanto, la directora de la Ertzaintza comenta en una entrevista que "no sólo hay que ser nacionalista para dirigir la Policía Autonómica, hacen falta otras cualidades", es decir, sí, como lo oyen, "hay que ser nacionalista para dirigirla", ya lo sabíamos pero tal desfachatez nos parece excesiva incluso en estos tiempos en que "todo el pescado está vendido", y Joseba Egibar, el hombre destinado a suceder a Arzalluz, afirma, en plan amenaza, que si Mayor Oreja es lehendakari "destruirá en 20 días lo que hemos construido en 20 años". El paso de Mayor Oreja por Interior no nos había dejado una imagen de eficacia del candidato del PP, ni mucho menos, pero de tomarse la declaración de Egibar en serio habría que felicitar a Mayor por su capacidad de trabajo. No se nos ocurre un slogan electoral mejor para el PP en estas elecciones: "Destruiremos el camino recorrido por el nacionalismo en estos años". Esperemos que sea cierto: ¿se imaginan que Mayor elimina el cupo vasco y los impuestos especiales en 20 días? ¿Y el lamentable carácter tendencioso del sistema educativo? ¿Y la existencia de ciudadanos de segunda clase (o, más directamente, no - ciudadanos) en Euskadi? Dios mío, si esto fuera así estoy por empadronarme en el País Vasco y votar al PP, si incluso sus enemigos acérrimos reconocen en él tal capacidad algo debe tener este señor.

 

 

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