ACTUALIDAD DE ESPAÑA                           ENERO DE 2002

29/01/2002: Rendidos

Es tal la grandeza del aznarismo, escenificada una vez más en el Congreso del PP de este fin de semana, que incluso el editorial de El País del domingo no tenía más remedio que reconocerlo. Toda España se prepara para poner a Aznar en lista de espera para su canonización tan pronto como lo sea José María Escrivà de Balaguer. El slogan ideado por los estrategas del PP para tal evento, "si José María lo consiguió, ¿por qué no José Mari?", resume 50 años de historia macroeconómica de España, 50 años en los que la Obra, pese a su falta de apego al poder, siempre estuvo en los lugares más complicados de este y del Anterior régimen.

Muchas son las cosas que Aznar ha dado a España, y la inmensa mayoría las tienen aquí, pero así de golpe se nos ocurren estas:

- Una gran familia: una esposa que ha logrado situarse con su esfuerzo en la cúspide de las intelectuales feministas españolas, una ideóloga de postín, una ensayista de prestigio y la mujer de Aznar. Y unos hijos preciosos, aplicados y muy trabajadores, como su padre. Una boda en lontananza que nos hará felices a todos, sobre todo a Alejandro Agag, futuro yerno enamorado (de la hija de Aznar, no de éste, suponemos).


- Firmeza, mucha firmeza, frente al terrorismo. Sobre todo, firmeza frente a "los que apoyan a los terroristas", como paso previo para mostrar firmeza frente a "los que apoyan a los que apoyan a los terroristas". Firmeza y, por encima de todo, valentía política (virgencita que me quede como estoy).


- La democratización de los partidos políticos. Antaño, los partidos funcionaban a base de camarillas antidemocráticas que se pasaban la vida con siniestras componendas y arreglos a espaldas de los ciudadanos. Con Aznar eso se acabó. Manda él y los demás obedecen. Quizás alguno de Ustedes piense que eso mismo ocurría con González, pero hay en Aznar una diferencia fundamental que lo sitúa por encima del político sevillano: Aznar no es felipista. Añadiríamos que Felipe nunca consiguió una bulgarización tan acendrada como la que emana de los congresos del PP.


- Y su legado principal, la promesa de que sólo gobernará ocho años, que después pasó a "ocho años seguidos", pero no por eso pierde validez como aportación interesante (y que, como es debido, será totalmente ignorada) a la política española, demasiado dependiente de caudillismos aún hoy. Por eso Aznar da ejemplo, como diciendo "miradme, soy el mayor caudillo que jamás hayáis visto en España, y aún así me voy". Si él, que es indispensable, se va, ¿cómo van a quedarse los demás?

Pues con lágrimas de cocodrilo y rezando porque sea él (o, como mal menor, "de los míos") el Elegido por el dedazo de Aznar, un dedazo que nos remite a las mejores tradiciones de democracia interna propias del Partido Revolucionario Institucional, otra organización de centro reformista con la que el PP está hermanado. Un dedazo que, cual rayo salvador caído del cielo, convertirá a aquel que lo reciba en el encargado de administrar los años de decadencia del PP, como mal menor, o en perder las elecciones contra Zapatero (La Página Definitiva, el único medio de comunicación de España que confía en las posibilidades de Zapatero, pese a su sosería, falta de carisma y escaso gusto por la demagogia y la crispación, o precisamente por eso). En ambos casos Aznar, el Divino, queda (más) reforzado; si el PP sigue ganando es gracias a él, y si pierde será porque él es imprescindible. Aznar habrá logrado reconducir el argumento clásico ("la culpa de lo malo es de los socialistas") hacia su propio partido.

 

25/01/2001: El partido de vuelta de la eliminatoria de la Copa del CGPJ

Agitado está el mundillo judicial español en sus más altas esferas. Apenas tres meses han bastado para que cualquier cortina de humo en forma de Pacto por la Justicia para ocultar el reparto clientelar de cargos y prebendas en la curia judicial española haya devenido totalmente ineficaz. Mientras el rodillo y los peores vicios aseguran que los más altos cargos de la judicatura son ocupados por aquellos más entregados a ciertas causas, un sector que ni olvida ni perdona clama justicia y busca su particular vendetta.

Empieza ya a afirmarse sin reparos, en efecto, que la sorprendente decisión del Fiscal General del Estado (auspiciada, alentada, por el Consejo General del Poder Judicial) de solicitar la apertura de un procedimiento penal de prevaricación contra los ya famosos Tres Tenores de la Audiencia Nacional (los componentes de la Sala que liberó en vísperas de su juicio a un famoso narco), responde a la decidida voluntad de un sector de la carrera judicial de ganar el partido de vuelta de la prevaricación. El partido de ida fue, como es lógico, la condena a Gómez de Liaño.

Básicamente conviene diferenciar entre cualquier error judicial y la prevaricación, que se produce cuando la decisión injusta se dicta a sabiendas. Evidentemente esta necesidad de concurrencia de un factor volitivo dificulta enormemente la apreciación de la prevaricación. Los jueces cometen errores pero eso, se ha dicho siempre, es inevitable. Para corregirlos están los recursos y en caso de errores groseros se recurre a la sanción disciplinaria. Pero la sanción penal debe asociarse a una conducta particularmente odiosa como es el impartir injusticia a sabiendas. No es sencillo probar este factor, y tradicionalmente sólo en casos clamorosos (jueces que tratan de engañar a sus compañeros o que ilegalmente se saltan el turno para decidir en un sentido sobre asuntos que no les corresponden) se ha considerado que existía prevaricación. El corporativismo judicial, como es lógico, era un importante freno a encausar penalmente a colegas por lo que podían ser meros errores técnicos, por aquellos de "cuando las barbas de tu vecino veas pelar..."

Sin embargo, con el asunto Gómez de Liaño se cruzó la línea por primera vez, acudiendo a pruebas indiciarias y circunstanciales para apreciar esa voluntariedad en la conducta de un juez para condenarle. La Sentencia es hasta cierto punto innovadora en eso y no atiende a las razonables consideraciones de su voto particular, que pedía declarar no culpable al juez en atención, resumidamente (y resumiendo de forma grosera pero clarificadora), a su constatado desequilibrio psiquiátrico (porque era esto y no una defensa de Gómez de Liaño lo que contenía el voto particular que consideraba inadecuada su condena).

Lo más importante de ese caso es que creó un sentimiento en un sector de la judicatura, la más radicalizada políticamente, de que se había condenado "a uno de los suyos". Y, sencillamente, se están afilando ahora los cuchillos contra tres magistrados "de los otros". El proceso iniciado es esperpéntico en muchas cosas, pues significa desconocer que la Sala, si algo hizo, es aplicar con inusitado rigor y sin tomar en consideración otras circunstancias (probablemente por pura peereza) ciertas garantías procesales. Parece alucinante que se pocese, además, a los 3 magistrados. ¿Prevaricaron los tres de común acuerdo?, ¿decidieron los tres prevaricar en un mismo sentido aunque no lo hubieran hablado antes?, ¿la responsabilidad del ponente, que es quien se encarga en estos trámites de todo, es posible que sea la misma que la de los otros dos magistrados?

En definitiva, nos encontramos ante una lamentable cacería que está empezando a hacer olvidar el innegable error judicial producido. Porque si este es grave más lo es todavía que se tire con bala, de forma genérica, contra un sistema de garantías y que se presente la prisión condicional como panacea de todos los problemas, siendo prevaricadores quienes no la aplican a rajatabla.

15/01/2001: Reflexiones desde la Botella

No estamos hablando de lo que sin duda sería un éxito literario seguro (escritos realizados por los mejores escritores del país en confeso -he ahí la verdadera diferencia- estado de alcoholismo ) sino de otra obra cumbre de la literatura universal si cabe más magna.

Ana Botella de Aznar (no confundir con la feliz pre-contrayente Ana Aznar Botella) se ha dado cuenta de que el país no necesita únicamente de su ejemplo y el de su familia para salir adelante en la lucha diaria contra la inmoralidad y la falta de santidad. Aprovechando el centenario del nacimiento de San José María, Ana ha optado por unirse a la ola de espiritualidad y bonhomía que recorre el país y ha publicado un libro con sus reflexiones y una ejemplarizante panorámica de su trayectoria vital.

Ayunos como estamos todos los españoles de literatura de calidad es una excelente noticia que una familia de rapsodas como la Aznar-Botella comiencen por fin a publicar sus textos. Esperamos que José María, una vez se le pase en enfado que tiene por lo de su hija y el numerario Agag, logre un período de tranquilidad suficiente como para que podamos disfrutar de sus versos y de su estilizada prosa (desde que está en la oposición no ha publicado nada y ya estamos todos un poco ansiosos).

Por lo visto la obra de Ana Botella logrará, eso sí, rellenar ese hueco por un tiempo. Afortunadamente no sólo los niños van a ser los únicos en disfrutar de su saber hacer, y ya contamos con una obra de consejo y análisis riguroso de la realidad que aglutinó ayer en el Hotel Palace de la capital de España a todo el poder político, económico y social del Estado (por eso no estaba Rodrigo Rato). Pero no crean que era por hacer la pelota, era porque, sencillamente, ya hacía falta desde hace tiempo que alguien pusiera los puntos sobre las íes. Y sólo personalidades como Ana Botella de Aznar están capacitadas para esta hercúlea labor.

Sólo se echó en falta que la presentación corriera a cargo de Alonsito Aznar, pero ya llegará el día en que nuestra dicha sea completa.

05/01/2002: Que vivan los novios

Ana Aznar Botella (El Tercio, como es conocida por las mentes más preclaras del país) es toda una mujer, como no puede ser menos de la combinación genética Aznar-Botella. De hecho, los otros 2/3, Chemari junior y Alonsito, son muestras de las proezas de la selección natural darwiniana.

Ana Aznar Botella y Alonsito Aznar Botella son mostrados habitualmente por las teles (públicas y privadas) en saraos oficiales de todo tipo (recepciones en Moncloa, vacaciones en el mar...). Chemari junior es más discreto, y ha preferido sagazmente ser enchufado por el morro y a la hispánica manera en el mundo de los negocios: con discreción (la única manera de evitar resquemores entre el vulgo es que éste no se percate de cómo se lo montan los de arriba).

Ante la preocupante falta de noticias sobre las andanzas de Alonsito Aznar, la familia que todos los veranos nos deleeita con el posado playero más esperado por las revistas del corazón después del de Ana Obregón ha sacado un as de la manga: una boda, que siempre vende bien entre la plebe, y tenemos el 2002 apañado.

Como todos Ustedes saben, Ana Aznar Botella salía hace un par de años con un chaval de provincias que, a pesar de ser periférico, tenía buena pinta. Era llamado Erny por familia y amigos y, a pesar de no ser de Madrid, presentaba ciertas cartas de nobleza provinciana nada desdeñables (una mamá Directora General, un papá de conocida familia bien). El noviazgo iba viento en popa e incluso superó la prueba de fuego que supone, en toda relación púber que se precie, pasar unas desmelenadas fiestas regionales (las Fallas, en este caso) en compañía de alcohol, hormonas desatadas y, además, escoltas. Como Ana de Aznar y Botella es chica formal y decente debió empezar a plantearse la boda (la chica parece educada para pensar nomás en el enlace) y, ante el delicado cariz que tomaba el asunto, Ana Madre, esa mujer que representa el espíritu de rectitud tutorial que todos llevamos dentro, cortó por lo sano. La niña era demasiado joven y no podía cegarse por un chico sin pedigree, así que cambiaron el lugar de veraneo de la familia y dieron por terminado el noviazgo.

Y, apenas unos meses después, Ana Aznar Botella YA es mujer y ya no es demasiado joven. El nuevo lugar escogido para veranear fue el marco incomparable en que prendió la llama de una relación que, esta vez sí, era bendecida por A.Botella mamá. ¿Los motivos que conducen a esta significada institución de la moralidad española a cambiar de criterio? No son difíciles de atisbar:

- En primer lugar Ana Aznar Botella es ya casi 12 meses mayor que cuando era demasiado pequeña, notable diferencia.

- En segundo lugar, el novio elegido (A.A.) es mucho más presentable que el primero pues no necesita de apodo familiar hortera para destilar un inconfundible aroma a niño pijo madrileño. Alejandro Agag ha sido seleccionado por el Opus Dei para realizar su nueva campaña de imagen para lograr la nominación del Beato (y ya Pre-Santo) Josemaría como Dios de la Cristiandad. Con el slogan "Cogemos a un pelafustán y lo convertimos en esto", el Opus muestra a A.A., absoluto hijo de papá criado en el regazo de la obra y de másters en economía, como ejemplo de cómo la beatífica mano de la obra puede convertir a cualquiera en un triunfador que nunca tendrá que trabajar en esta vida siempre y cuando sea de buena familia.

- Según malvados rumores, Alejandro Agag tiene 31 años y es virgen, de forma que (al margen de ser por estos motivos y los antedichos el novio ideal del Príncipe Felipe) se convierte en el candidato ideal para Doña Ana Botella, que espera del chico al menos tanta capacidad de contención como la que tuvo su marido (3 veces para reproducción y ningún pecadillo más).

- Por último, Ana Botella sabe que su hija no va a tener nunca que trabajar en sentido estricto (no nos referimos a algo como el chollito de la infanta Cristina en la Fundación la Caixa, sino a un trabajo serio), con lo que es importante que vaya encaminando su existencia hacia lo que debe ser la prioridad de toda mujer de hoy: la familia (en esto hay modalidades en función de la altura de la cuna, disimulando más o menos, pero el mensaje en esencia es el mismo, nada como una "mujer, mujer").

Para acabar queremos agradecer a la familia Aznar que nos tengan tan puntualmente informados de sus felices acontecimientos familiares, para regocijo del populacho que somos. Teniendo en cuenta que los contrayentes comunicaron la buena nueva en la cena de Nochevieja que la filtración a "El Mundo" se demorara hasta el 2 de enero demuestra una voluntad de discreción y ausencia de ganas de figuras que para sí quisiera Nuria Bermúdez.

 

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