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ACTUALIDAD DE ESPAÑA                         AÑO 2004

 

14/06/2004: Elecciones Europeas esaborías

Un desastre, señores. Cinco puntitos más a favor del PSOE y el PRISOE se ponía a enviar SMS para quemar sedes del PP como entrenamiento para colgar a todos los curas de los huevos. Cinco puntitos más a favor del PP y mañana comenzábamos a oficializar el “Váyase, señor ZP”, pasado elevábamos el listón de la crítica y al otro tanques a la calle y/o moción de censura, según. Un escañito más para ERC y mañana Carod Rovira se entrevistaba con Bin Laden, uno menos para IU y Llamazares se inmolaba. Cualquier resultado, menos este. ¿De qué van a vivir las tertulias radiofónicas, cuál va a ser el alimento espiritual de los españoles cuando España sea eliminada de la Eurocopa?

Las Elecciones Europeas se han movido en sus resultados por los cauces de mediocridad y desinterés generalizados que caracterizaron la campaña en todos los países implicados. Es público y notorio que, trátese de entusiastas europeístas españoles o rudos euroescépticos británicos, unos y otros coinciden en ejercer sus profundas convicciones al respecto mediante un pasotismo significativamente mayor que en otros procesos electorales, pero en esta ocasión el desastre ha sido mayúsculo. No es de recibo, e incluso podría discutirse si es verdaderamente democrático, dar por bueno un proceso electoral en el que la participación ciudadana ni siquiera llega al 50%. Pero, claro, esto es lo que pasa cuando se vota para elegir representantes cuya función exacta se desconoce, y cuya incidencia práctica en la vida de los ciudadanos se sospecha (con todo fundamento) despreciable. Nos vamos a reir cuando se convoque el referendum sobre la Constitución Europea.

Por lo demás, los resultados de estas Elecciones muestran algunos datos en los que merece la pena detenerse:

- Seis millones trescientos mil españoles han dado su apoyo a una opción, la del Partido Popular, que ve fortalecida su posición respecto a las Elecciones Generales de Marzo. Como lo oyen. Sin Rubalcaba, sin Cadena SER, sin PRISOE, en suma, las hordas antiespañolas que desnaturalizaron las Elecciones Generales de Marzo con su masónico 77% por ciento de participación ejercieron el absentismo, con lo que las opciones de Gobierno del PP se acrecientan a marchas forzadas. Valga decir que el PSOE ha perdido nada más y nada menos que cinco millones de votos, ya hastiados del felipismo de ZP, en sólo tres meses, y sólo ha ganado por dos miserables puntillos, pecata minuta, un empate técnico, vaya, al Partido Popular. Y una vez reproducido el argumentario oficial de Libertad Digital para los próximos meses (de nada), vamos a ello: estos resultados son ideales de la muerte para los dos grandes partidos (el PSOE, al ganar, ve definitivamente legitimada su victoria de Marzo, y afronta un largo período de legislatura –casi tres años- hasta que lleguen las Elecciones Municipales, y el PP logra un buen resultado que, cuando menos, conjura los demonios que pronosticaban los más agoreros), pero a medio plazo van a crear problemas en el PP. Porque, en definitiva, lo que muestran estas elecciones es que la pesadilla de la pérdida del poder está ya totalmente asentada. Con estos niveles de participación, un 46% que es además significativamente más bajo en las regiones más antiespañolas, más furibundamente amigas de los terroristas (Cataluña y Andalucía), mientras más o menos se mantiene en los feudos del PP (Castilla y León, Galicia, Madrid), lo que queda claro es que así el PP no se dirige a ninguna parte, y que si quiere recuperar el poder hace falta una limpieza más que cosmética, comenzando por los dos surrealistas escuderos de Rajoy en el partido.

- Con todo, a la vista de lo que pronosticaban las encuestas en el PP pueden respirar tranquilos. A fin de cuentas éstas indicaban una distancia respecto al PSOE que incluso superaba los diez puntos. Claro que las encuestas, como lo exigen las más recias tradiciones españolas, han vuelto a hacer el ridículo. Y ni siquiera por equivocarse, una vez más, en los resultados, sino por su incapacidad para pronosticar siquiera el desplome de la participación (las encuestas marcaban diez puntos, pero también hablaban de una participación superior al 60%, apenas quince puntillos por encima de la participación real). Al menos el PP tendrá el consuelo, cuando aparezcan nuevas encuestas, barómetros y prospectivas, y se encuentren con un regalo ciertamente desagradable, de argumentar, con toda razón, que a las encuestas en España no les otorgan, ni ellos ni nadie, ninguna fiabilidad.

- Con este acentuado bipartidismo, los perdedores son, claro, todos los demás. Es particularmente lamentable que en unas elecciones en las que a) la ciudadanía no está interesada ni considera que los comicios sirvan para nada; y b) se vota con circunscripción única o “en igualdad de condiciones”, se fortalezca aún más la reducción de opciones. ¡Contra el bipartidismo, un Ruiz-Mateos quiero!

- IU continúa su hundimiento merced al abrazo del oso de ZP y su talante, aunque con la “esperanza moral” del correlativo aumento, elección tras elección, de ICV (por no hablar del espectacular Plan Madrazo que en estos momentos se debate en el Parlamento Vasco, fuente a buen seguro de un sinnúmero de argumentos que fortalecen la opción “verdadera izquierda”). Pero, y he aquí lo más sorprendente, no es sólo IU la que cae. También lo hacen, incluso más que IU en algunos casos, los nacionalistas. ¿Pero no habíamos quedado en que “el desafío nacionalista” era el principal problema al que se enfrentaba ZP (el cual, débil e inestable, víctima y rehén de ETA y sus asociados en el Palau de la Generalitat, iba a destruir España)? ¿Dónde queda ese nacionalismo emergente de los últimos años de Ánsar? ¿Dónde queda el propio Ánsar? ¿No es síntoma de una insensibilidad sin límites que Ánsar les montara a PNV y ERC, durante años, la mejor campaña electoral nunca vista para que ahora los deje en el arroyo?

- Por último (véase que el desinterés por las Elecciones Europeas alcanza a todos los ámbitos de nuestra sociedad, incluso a los redactores de LPD, que con esto dan carpetazo al asunto), en el País Vasco el número de votos nulos ha ascendido del 0’88% de 1999 al 12’32% de 2004. Nadie duda del valor de la Ley de Partidos como instrumento debilitador del entorno político de ETA. El problema es que no resulta muy democrático dejar al 11% de la población sistemáticamente fuera de juego. Y algo habrá que hacer, aunque sea en el contexto de una negociación para dar por finiquitada a ETA.

Guillermo López (Valencia)

 
La Radio Definitiva