ACTUALIDAD DE ESPAÑA NOVIEMBRE
DE 2003
14/11/03:
Madrileños, Gallardón nos chulea
Menudo
psycho-thriller han protagonizado estos días Rajoy y Gallardón.
La sinopsis sería ésta: El alcalde sube salvajemente
los impuestos de vehículos, vivienda, permisos de obras,
teatros, piscinas, etc.. y entre estos, el IBI de viviendas vacías.
A Rajoy le parece mal, le pega el toque con su talante dialogante
pero con autoridad y Gallardón retira ese impuesto. Resultado:
Qué bueno es Rajoy que ha librado a los madrileños
del yugo de la subida de impuestos que el prácticamente maoista
Gallardón ha perpetrado.
Como
thriller no está mal, pero la realidad es bien distinta.
El impuesto que ha retirado venía dado por una necesidad
de mostrar que el Ayuntamiento iba a promover el alquiler, ya que
iba a forzar a los propietarios de viviendas vacías a alquilarlas,
rebajando su precio el aumento de la oferta y logrando así
facilitar el acceso a la vivienda, que vende mucho después
de lo acontecido últimamente en torno a este problema. Pero
el impuesto era imposible de recaudar ya que conllevaba que -no
vale reirse- fuese la gente voluntariamente a declarar que tenía
una vivienda vacía y que si, por favor, podían cobrarle
el correspondiente dinerito. Por no hablar de cómo se determina
cuándo una vivienda está vacía y demás
incoherencias de magnitud cósmica que simplemente demostraban
que, con esa tontuna, no se iban a recaudar nada más que
cuatro duros insignificantes, con lo que le ha salido muy barato
a Gallardón dárselas de dialogante y dialogar con
el dialogador de Rajoy para consensuar una dialogada solución
al escándalo en la que, no se lo pierda, ¡ganan los
ciudadanos! que van a tener que acuquinar más por el IBI
de su vivienda, tener coche, aparcar, hacer una obra en casa, ir
a la piscina, jugar un partido de fútbol sala en un polideportivo,
ir al teatro, pero no si tienen dos casas, una de ellas vacía,
y encima son ciudadanos ejemplarmente honrados con la administración.
Menudo alivio, ya podemos respirar tranquilos.
De
todas formas, no hay que preocuparse, porque esta política
de subir los impuestos ha sido bendecida hasta por Ana Botella,
que ha afirmado solemnemente que la política que dice practicar
el partido y la de Gallardón son perfectamente compatibles.
Estamos de acuerdo, son tan compatibles como que el partido que
defiende la familia más tradicional católica y apostólica,
el de los Legionarios de Cristo y el Opus, esté dirigido
por una persona tan sensible y entendida como Rajoy. Es tan compatible
que le entran ganas a uno de comerse un bocadillo de chorizo con
uvas a ver si es compatible también.
Pero
la cosa no queda ahí, lo más gracioso es que con la
subida de impuestos ¡la deuda va a aumentar un 53%! gracias
a una serie de proyectos que son, cuanto menos, grandilocuentes.Uno
de ellos, y el más caro sin duda, es cerrar la M-30, medida
con la que se recuperaría suelo público -esperemos
que no para especular más, Albertín. No hay nada que
objetar a un proyecto como éste, tan sólo preguntarse
si es tan necesario ahora mismo con tanta inmediatez. Porque sobrecargar
la deuda municipal de esta forma tan salvaje es pan para hoy y hambre
para mañana. Dejar un muerto con el que cargarán los
futuros alcaldes que tendrán las manos atadas a la hora de
llevar a cabo sus políticas.
Otra
medida, muy aplaudida, es la de crear una Casa de Campo en el Norte
de Madrid. Se agradece, aunque cabe recordar que ya teníamos
una, colindante al Parque de las Naciones, que el anterior edil
-ese crack de la política disfrutando actualmente de un retiro
dorado en la dirección del IFEMA- convirtió en Campos
de Golf dada la gran necesidad que tenían de ellos los miles
de millones de madrileños que practican ese deporte.
Pero
Gallardón lo va a hacer todo en esa misma línea de
actuación, que podríamos bautizar como "política
fashion". Respecto a la cultura, nada de promoverla en cada
Junta de Distrito, nada de extenderla o universalizarla. Volvemos
a la grandilocuencia con el proyecto de "un Gran Complejo Cultural
de nivel internacional, incluyendo un Centro de Recursos para jóvenes
creadores, más ambicioso que el Covent Garden inglés"
que sí, que puede estar muy bien, pero es inevitable que
surja el interrogante de si no urge más promover la vida
cultural de los barrios de otro modo más modesto pero verdaderamente
eficaz.
En lo que sí estamos seguros que mejorará la gestión
de su predecesor es en su intención de recuperar el espacio
público, esos pequeños ágoras donde se conocen
y relacionan los humildes ciudadanos de esta simpática villa.
Porque el simple hecho de no hacer absolutamente nada ya mejorará
con creces lo hecho anteriormente. Valga como ejemplo el crimen
de estado perpretado contra las pequeñas plazas céntricas.
Una de las más bonitas, la de Chueca, contaba con dos alturas
unidas por tres escalones, con sus bancos y árboles y acotado
todo por una antigua barandilla de metal. Pues bien, la renovación
consistió en eliminar todo esto y unir las dos alturas allanando
el terreno de forma que la plaza es actualmente una simple rampa
en la que si usted deja un carrito de bebe en la parte alta y separa
sus manos de él, se precipitará hasta estamparse en
la pared de enfrente -menos mal que son coherentes y no dejan que
los homosexuales adopten niños. Varios de los árboles
fueron eliminados y los bancos sustituidos por sillones individuales
-¿para que no haya tocamientos?- Total, una pista de patinaje
que hubiese sido bienvenida en Oslo, donde no hay sol y muy "práctica",
como comprenderán, en Madrid, donde pega que da gusto. De
modo que el espacio creado supone un horno a evitar durante 5 meses
y un espacio vacío e inútil el resto del año.
Tampoco puedo dejar de nombrar la de San Ildefonso, donde un seto
de casi dos metros de grosor con árboles y arbustos de diferentes
clases bordeaba la totalidad de la plaza, en el centro había
una fuente que mediría tres metros de alto y por supuesto,
también había bancos de esos en los que se pueden
sentar más de tres personas. Encantador panorama cuya reforma
consistió en eliminar todo y allanar extremadamente el pavimento
recreando otra excelente pista de patinaje que quizá debamos
entender como homenaje a una hipotética catástrofe
nuclear.
En resumen, se deduce fácilmente que Gallardón practica
una política de lucimiento. Exactamente igual que en la Comunidad
de Madrid con ese Metrosur que soluciona problemas a medias al tiempo
que endeuda hasta a las mascotas domésticas. Entendemos que
el alcalde pretende mostrar que es un hombre de grandes proyectos
que se hacen realidad, alguien que cumple con lo prometido con demostraciones
contantes y sonantes. Como si hacer política fuese cosa de
magia y el tuviese ese don. Cuando en realidad, el alto precio de
sus florituras lo pagarán los ciudadanos y los siguientes
gobiernos que, si son de izquierda, verán como el ex-alcalde,
ya metido a candidato e incluso a presidente, les criticará
-no lo duden- por su inoperancia mientras estos sufren en silencio
las hemorroides de la deuda que este señor nos va a dejar
para demostrarle a España entera la de cosas increibles y
maravillosas que es capaz de hacer.
La metáfora recurrente que se nos ocurre es que Alberto Ruíz-Gallardón
quiere seducir a las mozas en edad casadera a costa de colmar a
su novia de caros vestidos y abalorios que, curiosamente, es ella
quien paga. Madrileños, Ruíz-Gallardón, siguiendo
una de las tradiciones más arraigadas y clásicas de
nuestra ciudad, nos está chuleando.
Álvaro
(LPD) |