ACTUALIDAD INTERNACIONAL                    MAYO DE 2001

 

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30/05/2001: Bandera blanca

Ya se retiran ordenadamente las fuerzas de la diplomacia española en Europa. Tras una breve ofensiva, digna en su concepción y preparación de los mejores tiempos de la Blitzkrieg pero con resultados catastróficos (a fin de cuentas los alemanes saben cómo responder a estas cosas), España ha anunciado ya que abandona su empeño de bloquear la ampliación de la Unión Europea al Este. Así que el "¿qué hay de lo mío?" previo, planteado por Aznar en plan bravucón, se ha quedado en rabieta de niño enfadado al ver cómo la llegada de un hermano menor le resta protagonismo.

Las cuestiones planteadas por España han quedado desgraciadamente deslegitimadas por el alicorto comportamiento de nuestra diplomacia. La necesidad de reordenar la política de cohesión social en Europa tras la ampliación debiera haber supuesto el inicio de una reflexión profunda sobre el particular. Los costes que supone la necesaria integración de los nuevos miembros es de justicia que se repartan entre todos en función de sus posibilidades. Esto significa que España debía renunciar a parte de sus ayudas (mientras el monto global de las mismas no aumentara), del mismo modo que otras naciones y de igual forma que es de justicia que los más ricos hagan también algún sacrificio. Sin embargo la posición maximalista y la amenaza de veto han conducido al lugar previsto: no se ha logrado nada excepto deslegitimizar globalmente la posición española y, de paso, a los representantes españoles en Bruselas.

27/05/2001: Bush rehace las cuentas en el Senado

Las consecuencias de la valiente política de Gorge W. Bush están empezando a socavar los cimientos más sólidos de la política estadounidense. La clase dirigente todavía no estárepuesta de la impresión de contemplar cómo el Nuevo Líder del Mundo Libre está cumpliendo con fervor militante todo lo que prometió en campaña, desde la intrasigente firmeza con Sadam Hussein a la decidida voluntad de convertir el subdesarrollado estado de Alaska en punta de lanza de una revolución industrial-energética propia de los añorados años 60, pasando por la política de beligerancia contra todo lo que suene a "liberal": aborto, impuestos, control de armas ....

Por este motivo no sorprende que los primeros problemillas comiencen a planteársele a W. Un senador, republicano pero malvado, ha decidido abandonar el barco. Dado que el equilibrio de fuerzas entre demócratas y republicanos era de 50-50 (y Bush ganaba las votaciones gracias al voto de calidad del Presidente de la Cámara, que es el Vicepresidente de los Estados Unidos) la deserción reseñada supone que los demócratas obtienen un voto de ventaja (50-49) e incluso dos (51-49).

La conmoción en Estados Unidos ha sido brutal. La tradicional tendencia del sistema norteamericano a autoequilibrarse se pone de manifiesto una vez más y las consecuencias para las más agresivas medidas de la Administración Bush se intuyen demoledoras, pues el veto del Senado puede paralizar casi todas. Y, sin embargo, la confianza demostrada por W nos hace pensar que guarda todavía algún as en la manga. Algo que, por otra parte, no nos extraña. A lo largo de su carrera política Bush junior ha manifestado en repetidas ocasiones que recursos, y más si se trata de matemáticas, no le faltan. Conviene recordar que cualquier votación que Bush pierda en el Senado es un problema que se reduce a un pequeño conflicto con el recuento. Y ya sabemo que minucias como esas nunca han sido obstáculo de peso para alguien como él. ¿Cree alguien sinceramente que un par de votos a lo sumo pueden suponer un serio obstáculo para quien ha demostrado que miles de votos obviados en Florida no le supusieron más que un leve retraso en su llegada triunfal a la Casa Blanca? Tras la experiencia adquirida George W. Bush sabrá sin duda que lo que debe hacer es dar por aprobada cualquier propuesta (al margen de cuál haya sido la aparennte votación llevada a cabo en el Senado) y esperar a que el independiente Tribunal Supremo de los Estados Unidos convalide su actuación.

 

21/05/2001: Guerra trágica

La violencia o cualquier conflicto entre pueblos y gentes que suponga el recurso a ello son realidades lamentables. En ocasiones la búsqueda de "buenos" y "malos" cumple al menos una función tranquilizadora en nuestras conciencias. La existencia de un bando bueno que únicamente está luchando contra las acometidas de la maldad personificada permite legitimar algunas respuestas violentas y, al menos, vislumbrar una salida: la victoria del bien.

Esta visión reduccionista de la realidad es habitualmente muy útil y, quizás, en ocasiones puede llegar a ser hasta una descripción rigurosa. Pero cuando nos encontramos ante un conflicto como el árabe-israelí, en el que de forma tan patente ambas facciones enfrentadas rivalizan en esfuerzos por dificultar el entenimiento la guerra y la violencia muestran su rostro más trágico: aquel en el que la violencia parece inevitable y, a la vez, demuestra día a día ser incapaz de lograr una salida mientras que, paradójicamente, cualquier salida no violeenta aparece como inalcanzable.

La pobreza, que está del lado palestino, les permite caer muy simpáticos a todos aquellos que se ponen de lado de los más desfavorecidos. Las formas occidentales y un cierto respeto a las ideas democráticas y de Estado de derecho logran reunir en torno a la causa isaraelí a todos aquellos que ven con pavor la escalada del integrismo islámico en el mundo. Ambas visiones de la realidad esconden la trágica sucesión de errores y empleo gratuito e indiscriminado de la violencia del que hacen uso ambas partes.

En cuanto al fondo del problema quizás sería hora de reconocer que es ontológicamente implanteable pretender que un Estado vaya contra su misma existencia. Pretender que Israel acepte su desaparición, que es lo que plantean mayoritariamente los palestinos, es una propuesta descalificada por irrealista. Por otra parte la ocupación militar de las zonas ocupadas debiera acabar, y para ello las amenazas militares a la propia subsistencia del Estado israelita. Pero, de momento, parece que es hora de escuchar otro tipo de argumentos, más recios.

 

17/05/2001: Negociando la ampliación

Con la Iglesia hemos topado. Y la Iglesia, en materia de construcción europea es, desde hace unos años, Alemania. La "física y química" de Aznar con Helmut Kohl, que permitió a Aznar empezar a demostrar que él sí que era un verdadero estadista (a diferencia del petimetre andaluz que a tantos encandiló a pesar de tener únicamente "química), ha acabado siendo muy contraproducente. Porque Kohl (él también un estadista mediocre, que no aguantó en el poder ni los mismos años que Jordi Pujol) duró, tras recibir el entuasiasta apoyo de Aznar, menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Y su sucesor, Gerhard Schröder, parece empeñado en demostrar que la envidia que anida en el pueblo alemán ante las realizaciones hispanas del último lustro está representada como Dios manda en el Bundeskanzler.

El panorama de éxitos españoles de los últimos años no ha bastado, sin embargo, para que la política del Partido Popular en la Unión Europea pase de ser la del "pedigüeño" que, de vez en cuando, ampara la renovación democrática de la derecha en países como Austria e Italia. Al margen de su apoyo a ciertas manifestaciones de voluntad popular insobornable en esos países Aznar ha mantenido un historial inmaculado en lo que a relaciones con la Unión Europea se refiere: pedir, pedir y amenazar con bloquear si no se le da.

Tras la ampliación comunitaria a los países del este el mero efecto estadístico de incorporar mercados tan pobres y regiones con tan bajo nivel de renta a la unión va a provocar un inesperado "efecto riqueza" en los españoles. Acostumbrados a mendigar en torno al 70% de la renta europea España se situará de pronto en tasas muy cercanas al 100% (esto es, en la media comunitaria). Esta situación no dudamos que en su momento será publicitada por el Gobierno Aznar ("en 15 años de gobiernos socialistas España recortó sólo 5 puntos de PIB con Euopa y Aznar, en un par de añitos, ha logrado recuperar 25"). Pero de momento provocará una desagradable consecuencia: la boyante economía española será tratada como tal y dejará de recibir fondos de cohesión como hasta ahora.

Para evitar esta situación Aznar y sus chicos están bloqueando en Suecia todas las decisiones referidas a la ampliación, con el inevitable cabreo de todos los países candidatos. Es una medida que denota un altruismo encomiable y que, sobre todo, abrirá a buen seguro una importante puerta a las amistosas relaciones de España con los que en breve serán sus 12 nuevos socios. No debe olvidarse que, por mucho que Aznar se empeñe, es obvio que la ampliación se realizará. Sería quizás más inteligente plantear las propuestas españolas desde la aceptación incondicional y con todas las ventajas de la admisión de unas naciones que impepinablemente serán integradas en la UE.

 

14/05/2001: Elecciones en Italia: "Il Cavaliere" vence pero no arrasa

Qué diferencia con nuestros incompetentes medios de comunicación. A diferencia de la Brigada Brunete, los apoyos mediáticos de Don Silvio se han revelado suficientes como para que el presidente de un club de fútbol que hace años que no gana la Copa de Europa se convierta en nuevo presidente de Italia (país que, por otro lado, hace años que no gana un Mundial y nunca ha ganado una guerra, así que igual votan a Berlusconi precisamente por eso). Suficientes para ganar, pero no para hacerlo holgadamente: según los datos esrutados, Berlusconi puede ganar con una diferencia del 3% respecto a la coalición de centro izquierda El Olivo.

De todas maneras, convendría no fiarse demasiado. Estamos hablando de Italia, el país donde los colegios electorales cerraron a las 2 de la madrugada, donde el Gobierno ni siquiera fue capaz de dar los datos de participación. Cuando creíamos que ningún país podía ser más impresentable que España, aparece Italia y nos gana, ahora y siempre, por la mano. En España ni siquiera el presidente Gil fue capaz de triunfar en sus aventuras electorales, y hace tiempo que dejamos totalmente de lado la bella costumbre decimonónica de cambiar de gobierno cada tres semanas. Pero miren Italia, qué maravilla. El Polo de las Libertades es un compendio de lo peorcito de la moderna política de masas:

- Forza Italia: un partido formado en cuatro días a partir de las peñas de seguidores del Milán. En España nos preguntamos si el Equipo de España podría hacer lo propio, pero tropezaría, en todo caso, con los aficionados de los demás equipos, que muy probablemente se negaran a votar a Florentino Pérez. Que los italianos estén dispuestos a darle su voto a alguien como Berlusconi, autor de las mama chicho y, accesoriamente, de todo tipo de corruptelas, demuestra hasta qué punto se toman la política a cachondeo.
- La Alianza Nacional: ¿se preguntan cómo puede ser un partido catalogado de "ex fascista"? ¿Convienen con nosotros en que no es muy adecuado llamar así al PP, por muy españolazos que sean? En efecto, en España ningún partido ha tenido la valentía de declararse depositario de las esencias del franquismo, pero en Italia las cosas cambian. Curiosamente, es posible que en Italia haya partidos que se declaren sucesores de los "logros de Mussolini" (¿?), y aún más curiosamente, es posible incluso que alguien les vote. En un principio, el proyecto de Berlusconi parece "panitálico", pero no se preocupen, para eso está
- La Lega Norte: un bloque independentista cuya intransigencia es tal que ríete tú del PNV. Las políticas de Haider palidecen ante la energía y el talante excluyente que demuestran los partidarios de la Liga, hartos según sus palabras de "pagar con sus impuestos el cachondeo impresentable del Sur de Italia". Para luchar contra los impresentables sicilianos y napolitanos, Umberto Bossi tuvo la genial idea de ser aún más impresentable, y por ahora no le va mal.

Con estos poderes todo indica que Berlusconi pasará a ser el nuevo mandatario italiano. Las cosas se ponen divertidas, habida cuenta de que lo que pase en Italia, a diferencia de lo que ocurra en el País Vasco, a nosotros nos debería dar bastante igual. ¿Vuelve la telepolítica? Ignoramos si Berlusconi ha vencido por sus apariciones en la televisión o por su serio y coherente programa electoral (entrañables las alusiones a que "vuelven los comunistas". ¿Pero los comunistas no estaban ya en el Gobierno?), pero nos decantamos por pensar que ha vencido, fundamentalmente, porque Italia es un país de derechas (para algo está allí la sede de la Iglesa Católica) y no había mucha tela que rascar. Como comprenderán, ningún elector italiano con un mínimo de sentido común iba a votar al Partido Radical de Pannella y Emma Bonino (imagínense a Bonino en el Gobierno, negociando en la Unión Europea: "Si no me aumentáis los Fondos de Cohesión para Sicilia... ¡Me declaro en huelga de hambre!". Terrorífico), o a la alianza democristiana del "Siete veces primer ministro Giulio Andreotti". Imagínense a Don Giulio negociando en una cumbre europea: "Si no me garantizan los Fondos de Cohesión para mis amigos de Sicilia... Les haré una oferta que no puedan rechazar". Terrorífico también).

En un día desastroso para Aznar, un pequeño triunfo para su estrategia de apoyo firme a Berlusconi. Esperamos ansiosos a que Il Cavaliere haga su primera visita de cortesía a España, a ver si Garzón se atreve a meterlo en la cárcel para juzgarlo por los múltiples trapicheos cometidos en Tele 5.

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