ACTUALIDAD INTERNACIONAL MARZO DE 2002
22/03/2002: A cañonazos
José María Aznar hace bien en retirarse porque, tras la recuperación del poder sobre los destinos de la República italiana que ha protagonizado Il Cavaliere, nada tiene que hacer nuestro líder en el escenario de la política europea. Porque podemos consolarnos pensando que es él quien marca la pauta, podemos ilusionarnos afirmando que, a fin de cuentas, Berlusconi no habría ganado sin au apoyo y cobertura, pero, a la hora de la verdad, ya nada será lo que fue.
La usura del poder ha convertido a quien protagonizó bellas gestas como "Había un problema y lo hemos solucionado" o la famosa Teoría de la Ficha Movida (hitos inigualables en la historia de la política contemporánea) en una mera comparsa que, más allá de soltar rollos muy coñazo en el parlamento europeo, ha perdido capacidad de sorpresa e iniciativa. Día a día, Aznar se parece más a un González convertido en estadista de medio pelo.
En comparación, el joven y entusiasta Berlusconi ejerce de Ministro de Asuntos Exteriores tras cesar al titular de la Cartera por su sospechoso europeísmo (regresaba de las cumbres sin montar follones ni agredir a sus colegas o, al menos, sustraerles la cartera), apoya las iniciativas de Bossi, un padano de los que ya no quedan, que tiene claro que no hay derecho a que Italia se ponga perdida de mangantes inmingrantes que puedan suponer una competencia desleal a los mangantes de dentro del país.
La sutil sugerencia de Bossi, que propone que la Armada italiana ejercite su puntería con los buques que transportan inmigrantes a la península transalpina, pone de manifiesto varias cosas:
- Los políticos italianos, como siempre, siguen empeñados en engañarse a sí mismos, ya que si de verdad quieren destruir los barcos lo último que hay que hacer es encomendar a la armada italiana que se los cepille a cañonazos. Así sólo lograrían matar a dos o tres delfinesy malgastar munición. Con un poco de suerte, los eficaces artilleros italianos hundirían algún crucero que fuera hacia las Islas Griegas o el Ferry de Brindisi.
- Las mafias que llevan inmigrantes a Italia molan mucho más que las cutres redes hispano-marroquíes, pues tienen buques de más de 300 plazas y no las miserables pateras para apenas 30 personas típicas de nuestro floklore popular. Vamos, que ni punto de comparación. Hasta en estas cosas los italianos nos dan sopas con honda en materia de promoción y venta de los poductos autóctunos en el extranjero (jamón, aceite, ligones mascachapas de discoteca...)
- La política italiana siempre supera a la española en todos los órdenes. Y cuando aquí tenemos a un Ministro inventándose reuniones secretas con Jefes de Estado de otro países (lo que, justo es reconocerlo, había puesto a España en lo más "cool" del panorama internacional), llega un avezado político italiano y desde su cartera ministerial nos quita de todas las portadas.
14/03/2002: La nueva movida anti-globalización
Aunque pueda generar suspicacias incluir en la rúbrica de "Internacional" incluir acontecimientos ocurridos y por ocurrir en Barcelona (y no sólo generar suspicacias, a lo mejor también provoca alegrías), creemos apropiado hacerlo por la trascendencia global de los mismos.
Porque Barcelona es la nueva cita de las movidas anti-globalización que, por lo que se ve, son mucho más agradables de organizar en momentos primaverales o veraniegos que en ciudades de clima hostil y en pleno invierno. Y las repercusiones internacionales del evento no pueden despreciarse.
En primer lugar, Barcelona vive esta semana una situación insólita. Los movimientos anti-globalización proclaman a los cuatro vientos su carácter pacifista y, como los hechos les avalan, miles de barceloneses han decidido cerrar sus tiendas, atrancar escaparates, no llevar a sus hijos al colegio, o, incluso, huir de la ciudad el fin de semana (e incluso, los que pueden toda la semana). Todo ello aderezado con un brutal despliegue policial (e incluso militar en algunos aspectos), que paradójicamente no acaba de lograr convencer a los ciudadanos de lo que las autoridades aseguran: que no hay nada que temer.
En segundo lugar, Barcelona puede marcar, al menos en España, el inicio de la campaña iniciada por las asociaciones y partidos políticos pre-extintos de tratar de arrimarse como sea a estos movimientos, ya que sus asesores les han asegurado que "los jóvenes del futuro los paoyan". La desmoralización de una cierta izquierda europea (no de toda, pues la hay coherente, trabajadora, seria y con alternativas) puede ver su cénit en Barcelona. Que una cosa es irse al Foro Social Mundial de Porto Alegre, donde las brasileñas en tanga justifican hacer el paria ideológico, y otra muy distinta, colaborar con el descontrol de Barcelona.
Porque, sobre todo, no se entiende muy bien qué es exactamente lo que se reprocha en materia de mundialización, precisamente, a los actuales mandatarios de la Unión Europea. Que se esté contra el proyecto político de la UE es algo legítimo, que se pretenda defender a machamartillo una idea de soberanía cuasi-medieval y se prefiera ir por libre a buscar los beneficios de la unión y la colaboración es una posibilidad. Pero quienes en esta posición ideológica se sitúan no deberían cometer la imprudencia de manifestarse precisamente contra los actuales dirigentes de los 15, que forman una pandilla de euroescépticos como hacía años que no se veía en Europa.
04/03/2002: Las cuentas suizas condenan la neutralidad
La entrañable y solidaria nación suiza, con sus apacibles cantones y su sede de la Organización de Naciones Unidas plácidamente ubicada en Ginebra (lo que es una maravilla para los probos funcionarios internacionales de la mencionada organización, que ni pagan impuestos ni tienen que aguantar a la chusma inmigrante y pobretona que abunda en otras urbes europeas), acaba de poner fin a su tradición de años, siglos de exquisita neutralidad, para caer rendida en los equívocos brazos del zafio occidentalismo.
En un mundo sin referentes en lo político o en lo moral, Suiza constituía uno de los últimos baluartes del multiculturalismo más acendrado: cualquier dinero era bienvenido a sus bancos, con independencia del color de quien lo poseyera o de la cantidad de sangre que hubiera sido derramada para su consecución; personas de todas las razas eran asimiladas por una sociedad siempre y cuando respetaran el mínimo común del multiculturalismo a la suiza (una cartera bien mullidita); los pactos con cualquier cultura, ideología y religión eran aceptados de buen grado con una única finalidad, el bienestar de los suizos en lo material (pues de lo espiritual ya se ocupaban ellos)...
Esta senda de generosidad y conducta ejemplarizante de los simpáticos amigos suizos acaba de ser barrida por un Gobierno federal claramente vendido al capital (o sea, en la más clásica tradición suiza). Y todo para entrar en la ONU, cueva de ladrones por antonomasia. ¿Para qué desean los suizos entrar en la ONU? ¿Lo necesitan? ¡Si ya tenían incluso sede sin pertenecer!
¿Imaginan que esto fuea el principio de la mayor implicación de Suiza en organizaciones internacionales ajenas al lucro? Ese cupo parecía cubierto con la fundación de la Cruz Roja, pero, después de esto, nunca se sabe.
Y lo peor de todo es que esta actitud suiza es el remate a la lucha contra la globalización. Si hasta Suiza pertenece a Naciones Unidas los siguientes (y peligrosos) pasos están claros:
- acabarán perteneciendo a la organización TODOS los Estados
- acabarán por considerar que, ya que están todos, pueden empezar a hablar de cosillas y adoptar acuerdos
Y entonces, esto se acabaría amigos. Todos los defensores del "ir por libre" soberano verían como desaparece un modo de vida. ¿Imaginan, por último, esta gran pérdida? Y todo por culpa de los suizos.
Por cierto, ¿tendrá esto algo que ver con el 11 de Septiembre y esas famosas promesas de luchar contra el dinero opaco que financia el terrorismo internacional?
Debate sobre los Nacionalismos
