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03/07/00:
La decadencia del PRI
Día de luto para Federico Jiménez Losantos,
que ya no va a poder continuar deleitándonos con sus simpáticos juegos de
palabras entre el PRI y el “Imperio del Monopolio”. Entre Zedillo
y Labastida han logrado lo que en todo el siglo XX no había podido ser: derrotar
al Partido Revolucionario Institucional mexicano. La responsabilidad de Zedillo
es considerable, pues por lo visto las elecciones han sido medio limpias,
pero Labastida no debe irse de rositas, ya que seguro que él ha contribuido
a la debacle. La conclusión más evidente, en primer lugar, es que las nefastas
consecuencias de las primarias se generalizan por el mundo. Y si no, vean
lo ocurrido: Un partido logra ganar y ganar elección tras elección durante
75 años y se renueva por medio de la simpática tradición del “dedazo”
(cada prisidente elegía al siguiente prisidente), hasta que un jovenzuelo
gris y tecnócrata (Zedillo) decide renunciar a ese privilegio y montar unas
pseudoprimarias con los resultados que están a la vista.
Por
otra parte se avecinan tiempos interesantes para México, donde han puesto
a Fox a cuidar del gallinero. La implosión del PRI va a ser, probablemente,
espectacular. Si en cualquier partido la pérdida del poder es una tragedia
(véase el caso del PSOE) en este caso, en el que el partido era el poder,
la fuga de cuadros hacia el nuevo amo puede ser espectacular.
Queda,
todavía, una inquietante pregunta para EE.UU. por contestar; ¿se convertirá
México en una democracia de verdad?, ¿pasará de ser un “Estado de favor”
a un “Estado de Derecho”?
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