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ACTUALIDAD INTERNACIONAL

Enero de 2.003

 

23/01/2003: Por fin aparece la oposición

Oposición institucional a la guerra contra el chico aventajado del Eje del Mal, queremos decir; y, contra todo pronóstico, proviene de la Unión Europea. Los Gobiernos de Francia y Alemania han proclamado su oposición a la guerra si no existe acuerdo en las Naciones Unidas, incrementando la excepción cultural francesa y el carácter traicionero del canciller Schröeder a los ojos de la opinión pública americana y demostrando, por una vez, que la clase política europea no es siempre, como diría Gómez de Liaño, genuflexa frente a la última idea genial del Presidente estadounidense de turno.

Particularmente, uno comenzaba a hastiarse de que el cotidiano insulto a la inteligencia de la ciudadanía se prolongase en el tiempo de forma indefinida. El argumento es el siguiente:

- Atacamos a Irak porque tiene armas de destrucción masiva, y para evitar que las use.
- Sadam es un dictador loco y siniestro

Y yo me pregunto: ¿qué haría yo en caso de guerra si fuese un dictador loco y siniestro y tuviera debajo del colchón unas cuantas armas de destrucción masiva? ¿No haría nada y observaría con calma cómo el enemigo me captura, el Tribunal Supremo de EE.UU. me juzga y me condenan a la silla eléctrica? Posiblemente no; más bien me apresuraría a dejar aquello que estuviera haciendo (comerme niños crudos, matar de hambre a mi pueblo por puro placer, destruir el Medio Ambiente, o cualquier otra actividad propia de un Loco Siniestro) y me dirigiría raudo al Botón, para apretarlo cuantas veces fuera posible hasta destruir la civilización occidental tal y como la conocemos.

Es decir, la lógica más elemental indica que la guerra no es la solución, sino el problema. Exactamente en esto se basa el clásico concepto de la disuasión nuclear. Pero claro, el problema es que, en el grado sumo de la inmoralidad y la hipocresía (más aún que por los otros motivos espúreos aducidos, verbi gratia el petróleo, ganar votos, o cualquier otro), la razón principal de atacar a Irak no es que Sadam constituya un peligro, sino, sencillamente, que no lo constituye. Este grado cero de la obviedad quedó de manifiesto hace pocos días al comprobar el doble rasero con que EE.UU. se comporta con dos miembros del mismo Eje del Mal:

- Atacamos Irak porque puede tener armas de destrucción masiva y además "ese hombre intentó matar a mi papá".

- Y cualquier día igual nos planteamos atacar Corea del Norte, que también constituye un peligro terrible.

- Y entonces viene lo bueno: aparece el Amado Líder norcoreano y, al más puro estilo chulopiscinas, deja caer que no es que pueda tenerlas, sino que ya tiene dos o tres cabezas nucleares y un misil con un alcance de 5.000 kilómetros (es decir, si no me equivoco, un misil que llega a Hollywood).

- Y la reacción de EE.UU. ante el anuncio es bajarse los pantalones y afirmar que "cooperarán con Corea del Norte" no se sabe muy bien en qué. Es decir, lamentablemente nada ha cambiado desde la caída del Muro: la disuasión nuclear es la respuesta.

Guillermo López (Valencia)

 

16/1/2002: EL VIRAJE CENTRO-REFORMISTA DE LULA DA SILVA.

Estos días estamos asistiendo a las primeras medidas de gobierno del nuevo presidente del Brasil tras su victoria en las últimas elecciones generales. Hemos de confesar que desde que le vimos en su toma de posesión apadrinado por Castro, campeón caribeño de la democracia y la libertad, nos temíamos lo peor. Sin embargo, las primeras iniciativas anunciadas distan mucho de la praxis criminógeno-marxista (valga la redundancia) que el Coma-andante cubano predica con su ejemplo desde hace más de cuarenta años.

La decisión de otorgar los títulos de propiedad de sus viviendas a los habitantes de las favelas de las grandes ciudades brasileñas ha de ser valorada como una saludable forma de promover el desarrollo de esos miserables cinturones urbanos y de sus habitantes. Además el proceso se va a realizar sin el uso de medidas que violenten el derecho a la propiedad privada, puesto que se indemnizará adecuadamente a los propietarios de los terrenos donde se asientan estos focos de miseria. Como ven, estamos ante una verdadera afrenta a la ortodoxia marxista -que hubiera exigido la expropiación inmediata de terrenos y viviendas convirtiéndolas en propiedad estatal para su gestión por el correspondiente órgano burocrático-, sin embargo, con muy buen criterio, Lula prefiere confiar en los métodos que histórica y empíricamente han demostrado ser los que premiten la prosperidad y el bienestar de las sociedades, entre ellos, y en lugar destacado, el respeto por la propiedad privada y su adecuada protección por parte de los poderes públicos. Con la posesión de sus viviendas, por humildes que sean, los propietarios, en primer lugar tomarán conciencia del hecho de que, en muchos casos por primera vez, tienen algo suyo, algo que cuidar, evitando el sentimiento de permanente desamparo producto de una vida semi-nómada. Por otra parte, su pequeña propiedad les permitirá acceder a los créditos siempre necesarios para iniciar cualquier modesta actividad económica, algo de lo que se ven privados al no tener nada ni nadie que constituya un mínimo aval financiero.

En el extremo del otro "bando", el liberal, se pontifica sobre el inminente peligro de que los habitantes de las favelas vendan su título de propiedad al día siguiente de haberlo obtenido, con lo que las corporaciones inmobiliarias podrían hacerse con suculentos terrenos, en algunos casos en centros urbanos como Río de Janeiro. Evidentemente confunden pobreza con estulticia, puesto que parece muy poco probable que alguien, por mala que sea su situación personal, se desprenda de su mejor baza para mejorar su futuro. Por otra parte, los poderes públicos, el estado, sí tienen la obligacion de velar por la pureza de este ilusionante proceso, evitando que por una u otra parte se pervierta su primigenia finalidad.

Lula ofrece así un admirable ejemplo de sensatez, asumiendo por tanto el riesgo de convertirse en traidor a las esencias marxistas o incluso en un asqueroso neoliberal. Es más, (y esto sí que es gravísimo) de seguir por este camino es posible que acabe perdiendo el favor de la mayor parte de los intelectuales de occidente. Todo parece indicar que podrá soportarlo.

Pablo

 

12/01/2003: La lógica de la disuasión y el Eje del mal

La actualidad internacional lleva un tiempo algo revuelta, y es un poco complicado establecer con precisión qué es paja, qué grano y qué una galleta tipo pretzel. En cualquier caso, y al margen de los problemas para identificar unas cosas y diferenciarlas de otras, una cosa está clara: todas ellas (pajas, granos, galletas tipo pretzel y malvados armadores que inundan el mundo de chapapote) son peligrosísimas para la paz mundial y merecen una respuesta contundente.

Básicamente esta es la doctrina Bush, al menos en lo que a nosotros se nos alcanza y ha sido explicada y traducida a las necesidades de consumo interno por José María Aznar. Existe una realidad, de perfiles más o menos claros, representada por los poderes públicos establecidos de naturaleza no díscola. En ella se integran, en una amalgama en ocasiones difícil de desborozar, elementos como George Bush en su solio romano, José María Aznar o la consolidada democracia chilena ("ejemplo para toda Sudamérica, y no el Lula ese"). La confusión ambiental aconseja, nos dice esta doctrina, que nos limitemos a seguir los dictados de estos referentes, y, como es lógico, que desconfiemos de cualquiera de las realidades que existen fuera de ellos y que, en consecuencia, integran la otra amalgama, bautizada como Evil Axis (integrado por ejemplo, por Ben Laden o los condenados a muerte estadounidenses, presos de Guantánamo, Hugo Chávez, el Partido Nacionalista Vasco y el top manta que, "junto con Operación Triunfo, se está cargando la industria discográfica española").

Como La Página Definitiva es privilegiado altavoz del stablishment creemos que es una obligación tratar de dibujar con algo más de nitidez los perfiles de la nueva y compleja realidad internacional. Numerosos interrogantes se ciernen sobre el devenir de los acontecimientos en este recién iniciado año 2003. En principio, parece que algunas cosas están así:

- ¿Vamos a atacar a alguien? Parece que sí. "Vamos" significa, en concreto, que Estados Unidos, con su Comandante en Jefe a la cabeza, va a decidir atacar, y serán secundados por la OTAN y el resto de "aliados" (Reino Unido, Francia, Alemania, Arabia Saudí, Turquía...). Eso sí, de forma pasiva-agresiva y con los recursos escénicos habituales en cada caso. La Organización de Naciones Unidas santificará la actuación, e incluso países formalmente "no aliados" (Rusia, China) acabarán interpretándola conforme a la legalidad internacional.

- ¿A quién vamos a atacar? Al parecer, a Sadam Hussein. Lamentablemente, para hacerlo será preciso dañar colateralmente la nación de la que es firme timonel. Pero son peajes que se han de pagar para restablecer la seguridad en el mundo y el respeto a la legalidad internacional.

- ¿Por qué vamos a atacar? Porque Sadam Hussein es un malvado y dictatorial dirigente, constituye una amenaza para el mundo y especialmente para la estabilidad geopolítica de Oriente Medio, ha fabricado armas de destrucción masiva en el pasado y existen sospechas de que sigue haciéndolo y el territorio que controla es rico en hidrocarburos. Básicamente, y aunque de forma sintética, estos son los principales motivos que quienes vamos a atacar exponemos para explicar la necesidad de tal actuación. Todas ellas generan dudas de diverso tipo en cuanto a la concurrencia real de los factores reseñados (en unos casos) o en cuanto a que sean datos que justifiquen una intervención militar (en otros). Sin embargo, resumidamente, ha de reconocerse que, más allá de estos motivos, no es posible encontrar una razón de peso que justifique un ataque. De forma que, aplicando una lógica muy rudimentaria, alguna de estas posibilidades (o la suma de varias de ellas) tiene que ser el motivo real por el que va a producirse la inminente guerra.

La doctrina Bush, llegados a este punto, nos sume en cierta perplejidad. Incluso con la mejor de las voluntades, por ejemplo si creemos a pies juntillas que Sadam es malo y que constituye una amenaza que conviene inocuizar, las causas de un ataque presentan dos características comunes a todas ellas (o a cualquier adición de las mismas) que convierten en preocupante la decisión adoptada: todos ellos son factores que ni justifican desde el plano de la legalidad internacional una respuesta armada ni, al margen de consideraciones jurídicas, son problemas que vayan a tener previsiblemente un mejor arreglo por medio de una guerra. Con la necesaria brevedad que exige un análisis de estas características, y ciñéndonos a ideas obvias y muy básicas:

1. Sadam es malo, es un dictador, forma parte del Eje del Mal. Caso de ser cierto (y caso de que los Estados Unidos sean quienes deban apreciar estas características en un régimen o gobernante), se trata de un motivo ilegal para una guerra. La Carta de Naciones Unidas excluye el empleo de la fuerza para resolver controversias internacionales incluso contra los malvados reconocidos. Además de ilegal, se trata de un motivo que, incluso si creemos en la firme convicción en tal sentido y altruista entrega y sacrificio de quienes nos van a hacer la guerra invocándolo, no debe tranquilizar en exceso. Existe un acuerdo generalizado, cimentado en la experiencia de siglos, sobre la inconveniencia de resolver este tipo de problemas por esta vía. Los propios Estados Unidos, con la excepción de esta situación, lo tienen claro. Y ni se les ocurre tratar de derrocar por la vía militar a los malvados de Corea del Sur, Cuba o de la selección yugoslava de baloncesto.

2. Sadam constituye una amenza para la estabilidad geopolítica de la zona y para el resto del mundo. De nuevo estamos ante una causa que no justifica en el plano de la legalidad una guerra, ya que la Carta de Naciones Unidas exige que la mera amenaza se haya concretado para admitir la posibilidad de una respuesta bélica. Igualmente, no parece prudente o conveniente la guerra, ni ésta es de ninguna forma el mecanismo más apto para conferir estabilidad a la zona y al mundo. Parece razonable suponer que una confrontación militar supondrá, antes al contrario, una concreta y grave causa de inestabilidad.

3. Sadam ha fabricado armas de destrucción masiva y (se sospecha) las está construyendo de nuevo. Una vez más, ninguna de las dos acusaciones ampara una acción militar ateniéndonos a la Carta de Naciones Unidas. Asimismo, sorprende que el haber tenido armas de este tipo en el pasado pueda ser castigado de tal forma. O el mero intento de volver a tenerlas. Otra cosa sería punir la intención de emplearlas. Pero, dada la experiencia en la materia que todos tenemos, parece evidente que la intención de dar uso a las mismas sólo puede atestiguarse mediante el paso al acto. De otra forma, ¿cómo explicar el hecho de que otros tengan armas? Por otra parte, si se trata de que no sean usadas, quizá lo más prudente es no dar motivos para ello.

4. Irak dispone de una importantísima reserva de combustibles fósiles que no es controlada por los Estados Unidos. Al margen de la evidente ilegalidad de una guerra que busque el control de los recursos de una nación, parece claro que tampoco es inteligente dedicar tantos recursos, esfuerzos, preocupaciones y vidas aliadas (o sea, de las que cuentan) a lograr un efecto incierto y, a corto plazo, claramente contraproducente (véanse los precios del crudo actuales). En un mercado globalizado los precios del crudo no dependen tanto de que Estados Unidos controle indirectamente el petróleo irakí como controla el de Kuwait como de que el primero se produzca y ofrezca al mercado de forma normal. Y esto se consigue igualmente por otras vías. No es razonable el empleo de la fuerza para lograr la liberación controlada de unas reservas que pueden ser eficazmente dominadas por medio de aliados pasivo-agresivos, o de neutrales controlados o de las propias Naciones Unidas. Como, de hecho, vienen siéndolo desde hace unos años. El petróleo de Irak no es de Estados Unidos en la actualidad, pero sí está controlado por el mundo occidental. O sea, como lo estaría de facto tras una guerra victoriosa.

Por todo lo cual, y reconocida la existencia de un Eje del Mal, asumida la necesidad de responder a ataques terroristas y a quienes los amparan y organizan, confiadamente aceptadas las razones que esgrimen el Emperador y sus secuaces, sigue soprendiendo la decisión de atacar Irak.

El año 2003 y el siglo XXI han comenzado bajo el patronazgo de la Escuela de Viana y recordando, frente a quienes lo creían pasado y caduco, que el psicoanálisis sigue siendo una herramienta imprescindible de análisis de la relidad.

ABP (València)

 

 
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