ACTUALIDAD
INTERNACIONAL
2006
(Seguimos exportando democracia)
15/02/2006:
Biempensante no me toques la pirola
Hace quince días se quemó una rojigualda en Palestina
por el asunto de las caricaturas del Profeta. Como, a juicio de
nuestros lectores, la redacción de LPD es rotundamente españolista
-que nos levantamos cada mañana con una pulsión españolista
burbujeante, que salimos de casa temprano a torear los coches en
las autopistas, que nos preguntan qué pasa y contestamos:
es que me está españoleando el españolón,
señora, y me españeo ¡me españazo! sumado
ello a la preocupación que nos suscita el actual presidente
del Gobierno, que está desgarrando España cual foto
del Papa en manos de Sinead O' Connor y que le quedan diez segundos
para empezar a pronunciar Madrid como si rimase con mierda de acuerdo
con el libro de estilo del nacionalista periférico- no nos
queda más remedio que abordar el tema de las caricaturas
sin contemplaciones, remangándonos en nuestro enésimo,
pero no último, servicio a la Madre Patria.
Antes de nada, hay que señalar que esto de la globalización
da bastante miedo. Un egipcio publica unas caricaturas en Dinamarca
y desencadena que soldados españoles se den de yoyah
con afganos en Herat. Temo que estas líneas supongan que
obreros siderúrgicos polacos degüellen a taxidermistas
guineanos, pero hay que arriesgarse. Y en segundo lugar, apuntar
lo que advertía un intelectual de la inclasificable comunidad
ipunkrock.com: tantos años de carrera armamentística
para que ahora la III Guerra Mundial sea a base de chistes. Dicho
esto, arremetamos con la polémica:
¿Saben de aquél que dihu, que llega Occidente
a un bar y salta…?: Günter Grass se pregunta
quién es Occidente para decir qué está bien
y qué está mal. Ahora mismo en Europa, que se sepa,
sólo hay un pueblo con patas, que es un tal Cataluña,
del que sabemos que disfruta mucho moldeando paisajes. Por lo tanto,
supondremos que Günter se referiría a los occidentales.
¿Qué se creen estos para decir qué está
bien y qué mal? No se sabe ¿quizá seres humanos?
Éstas son las declaraciones textuales: "¿De dónde
saca occidente esa arrogancia para imponer lo que se debe hacer
y lo que no se debe hacer?". Nos preguntamos si un occidental
no puede opinar que encuentra el Islam, incluso en su vertiente
más moderadísima, como algo repugnante y hacérselo
saber a sus conciudadanos en un medio de comunicación sin
que las malas artes de algún otro occidental -que es pederasta
en Tailandia- o grupo de occidentales –que en plan hooligan
molestan a la gente en la Costa del Sol- o gobierno occidental –que
invade otro país para introducir la democracia a base de
patadas en la cabeza a chicos de quince años y grabarlo en
video- pesasen sobre él como si fuesen su responsabilidad.
Es decir, Günter encuentra un Volksgeist por el que
fluye su célebre concepto de la “culpabilidad colectiva”
a modo de cárcel del pensamiento.
Sólo
es libertad de expresión si coincide con mi opinión:
Pero lo que más parece molestarle a Günter
Grass es que el diario danés sea de derechas. Advierte a
voces, agitando los brazos: no, no les amparéis, que son
de derechas. (“se trata de una provocación consciente
y planificada de un periódico danés de derechas”
sic) Las primeras condenas a la publicación de las
caricaturas llegaron de esos entrañables hippies del amor
libre que viven en la comuna del Vaticano y del líder antiglobalización
por antonomasia, George Bush. Puestos a verlo desde ese punto de
vista, de un lado tenemos un frente formado por los Ayatolás,
Hezbolá, Bush y El Vaticano, y del otro a un periódico
danés de derechas. Elija su trinchera.
Godzilla
contra King Kong: Luego Saramago añade: "si
no se inventa un modo de llegar a un pacto de no agresión
entre las religiones, tampoco se podrá llegar a esa alianza
de civilizaciones". Mientras el Papa y los Imanes hacen ese
hipotético brindis al sol, ¿dónde quedamos
los que no estamos adscritos a ninguna religión?. ¿No
es suficiente pacto de convivencia la sociedad laica en la que los
templos (las religiones) cuentan con el Derecho de no admisión
para predicar sus historias? ¿Quién es preciso que
haga el esfuerzo, Saramago? ¿Va a quedar la calle -todos-
dentro de los tabiques de los templos? No hijo, no –que diría
Ozores. Los límites de la libertad de expresión en
la calle son la injuria y la calumnia. Si el ciudadano Mahómez,
con DNI x.xxx.xxx, pone una denuncia, tendría sentido este
debate. Mientras tanto, sólo se puede comprender la trifulca
si contemplamos el delito de incitar al racismo, que existe en algunas
partes, o un ataque a la persona al formar las creencias parte de
la misma, pero se trataría de un debate complejo al que,
como tal, no ayuda en absoluto un discurso en el que aparecen pueblos
con patas versus religiones con alas y Matzinger Z de árbitro.
Rotundamente no. Saramago, las sociedades laicas y sus normas son
el medio al que se tienen que adaptar las religiones para que convivamos
todos. Ya está inventado el “modo”, premio Nobel.
¿No
quieres caldo? Pues toma dos Españas: Nuestro
país, octava potencia industrial y segundo destino turístico
mundial, ocupa el puesto cuarenta en la clasificación
mundial de la libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras
(curiosamente, Dinamarca ostenta la primera posición). Si
nos ponemos a hacer memoria, nos viene a la mente el semanario satírico
Papus. De un humor ácido que todo lo quema y para
el que todo el mundo era un fascista, esta revista le metió
tal caña al Ejército y, muy especialmente, a la Santa
Madre, de forma que obtuvo como premio, tras un especial sobre el
20-N, una bomba en su sede con el resultado de un muerto –la
semana siguiente aparecía en la portada de la revista Por
Favor una foto de Hitler diciendo “este chiste del Papus
sí que me ha gustado”. Lo reivindicó la Triple
A y los autores confesos fueron absueltos. Al año siguiente
el GRAPO le mandó una carta bomba a Juan Luís Cebrian,
director de El País. Y en la ETA no abundaremos por razones
de espacio. Después, poco a poco los conflictos de la libertad
de expresión se fueron reduciendo a las denuncias que presentanban
los concursantes de Gran Hermano por insultos (calumnias) y acusaciones
(injurias) vertidas en los debates de Crónicas Marcianas
tras un largo proceso de transición con el caso de las imágenes
de la muerte de Paquirri o el apasionante juicio por los versos
de Jaime Campmany sobre las no bragas de Marta Chavarri. Así
que, del museo de los horrores de la libertad de expresión
que tenemos en España, vamos a hablar de una de nuestras
piezas expuestas más valiosas y que guarda relación
con la publicación de las caricaturas: el
Caso Vinader. Francisco Javier Vinader Sánchez publicó
un reportaje con nombres y apellidos en Interviu sobre una especie
de banda paramilitar montada por policías en el País
Vasco para combatir a ETA. A consecuencia de éste, la banda
terrorista mató a uno de esos policías. Al periodista
se le condenó y el Tribunal Constitucional corroboró
la sentencia del Supremo. En la sentencia se habla de temeridad,
de “previsibilidad del resultado”. ¿Podría
haber previsto el periódico danés que iba a generarse
un conflicto de estas dimesiones? Esto es apelar a la responsabilidad,
pero estamos manejando un término muy amplio. Porque si bien,
en periodismo, publicar una noticia de este cariz
La gripe del pollo puede matarnos a todos
Si el virus de la gripe aviar mutase, los humanos podríamos
morir lenta y dolorosamente. Vomitaríamos los pulmones, sangraríamos
por los ojos, se nos caería la piel a tiras y pereceríamos
muy lentamente sufriendo un martirio como nunca jamás ha
conocido homínido alguno
...
sí es falta de responsabilidad, ya que a raíz de esto,
que no es mentira -si el virus mutase treinta mil veces porque él
lo vale esto podría suceder- sería normal que uno
de cada tres ciudadanos se tirase por la ventana y los otros dos
se prendiesen fuego. Habría una alarma social infundada.
Pero expresar tus opiniones libremente, ya sea con un texto o con
una caricatura ¿puede considerarse alarma social? ¿en
qué sociedad? ¿en una del medievo?. Además,
en el contexto concreto del terrorismo, apelar a la responsabilidad
lo que supone es que quienes ejercen la violencia puedan marcar
la pauta de qué se puede publicar y qué no. ¿Es
Theo Van Gogh responsable de su propio asesinato? ¿Es responsable
la prensa de lo que pueda suceder en Irak después de la emisión
de los videos y fotos de soldados torturando a detenidos Dios sabrá
con qué criterio?.
Habló
de puta la Tacones: El Financial Times
(pronunciado a la vez que se baila break-dance, como
corresponde rendir tributo a estos acaboses de la verdad absoluta)
dice que esta burla es “gritar fuego en un teatro”.
Que se sepa, no hay ninguna danesa en cueros repartiendo octavillas
con la filosa del profeta en los alrededores de La Meca. El “teatro”
es Dinamarca, país democrático con libertad de expresión,
un sistema que soporta la provocación cultural, por llamarla
de algún modo. Aunque el do de pecho lo ha dado Javier Solana.
Mr PESC apoya que la ONU condene la blasfemia. Esto no es cualquier
tontería, porque si alguien publica un sesudo estudio sugiriendo
que es contrario a la razón que Dios sea tres personas pero
una, está blasfemando. Quizá se trate de una condena
sin consecuencias, pero a qué da pie negarle a uno el placer
de la blasfemia situando ésta en el mismo plano que el terrorismo,
que es lo más condenado por la ONU. No sabíamos que
Solana echaba en falta un premio de la Fundación Francisco
Franco en su despacho. Se empieza condenando la blasfemia y se termina
molestando a las parejas en los parques públicos.
La
rendición de Santoña: De todas las formas
de claudicar, la más miserable es vendiendo a tus aliados.
¿Qué hacemos ahora con la directora de la película
Marock, vetada en su país por filmar a un judío besando
a una musulmana? ¿y con Salman Rushdie? ¿Y con todos
los musulmanes que luchan contra el islamismo? Si los que han dicho
hasta la saciedad que el islamismo es una herramienta de dominación
contra el aperturismo democrático, que no tiene nada que
ver con el Islam, y ahora obran según los dictados de una
postura islamista, qué nos cabe interpretar ¿Qué
esto es un sin dios? Ah no, perdón, que sería blasfemar.
Metiéndole
el pito sin condón a una yonki de la Barceloneta:
Todas estas contradicciones responden a la divertida idiosincrasia
de la política exterior. La situación actual obliga
a los políticos a tolerar estas concesiones. Pero si la política
exterior sitúa a su servicio a la libertad de expresión,
no hay democracia. Nuestro presidente hace equilibrios en el alambre
que supone este contexto. De sus palabras recientes, sólo
es reprochable la frase en la que afirmaba que hay que respetarlo
todo. No. Dicho en términos de videojuego de estrategia,
xa q ns entiendan ls + jvn@s d l kasa, si en el Civilization te
pillas la democracia como sistema de gobierno, tienes que apechugar
con lo que ésta supone, porque los derechos que otorga no
son un lujo o cualidad pintoresca, son fines en sí mismos,
por lo que la libertad de expresión no es válida solamente
cuando alberga lo que a uno le dé la gana o más le
convenga. Es válida siempre. Y ZP está asumiendo muchos
riesgos, demasiados, relativizando con este tema.
Los defectos de nuestro país y su legislación
lastrada por las sinergias de las oligarquías sempiternas
españolas no deben ser óbice para manifestarse
de forma contundente y consistente en este debate. Al contrario,
este debate debe ser una razón para extirpar esos defectos
de nuestro país y mostrar las virtudes del laicismo, ya que
desgraciadamente no terminamos de asumirlo aún, pasados doscientos
años de su invención. Porque, de lo contrario, si
tenemos que lidiar con que nuestra política exterior implica
injerencias en lo considerado inviolable de la interior, estamos
hablando de estar en guerra. Y si se trata de eso, no hay nada que
reprochar, pero qué mal rollazo.
Álvaro
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