Elecciones
País Vasco 2001
Atentados
y campaña electoral vasca
¿Benefician
a algún partido político los atentados de ETA durante
la campaña electoral? Sinceramente pensamos que, a estas
alturas, los análisis sobre la influencia del último
y más bárbaro asesinato (que suele ser, casi por definición,
el último) están fuera de lugar. Porque, por mucho
que ciertas conciencias puedan sublevarse ante el olor de la sangre
fresca y con ello cambiar el sentido de su voto, no creemos que
queden muchos vascos que no tengan una afianzadísima posición
(o indisposición o falta de posición) en lo que se
refiere a la legitimidad del uso de la violencia para fines políticos.
Tras
cientos de muertes y los espectáculos recientes, después
de años en los que la labor de oposición política
al nacionalismo vasco ha conllevado (algo único en el mundo
desarrollado) la necesidad de ir escoltado a todas partes, dudamos
que más muertes puedan trasvasar votos al Partido Popular.
Todos aquellos que sostienen que los atentados de ETA benefician
al PP (la famosa teoría del "cuanto peor mejor")
olvidan que la imagen heroica de los populares vascos se ha construido
en los últimos años. Ahora poco más se puede
hacer. Cualquier ciudadano de Euskadi es consciente, sin necesidad
de que nadie se lo recuerde, de lo que significa el PP y de lo que
significaría una eventual victoria de ese partido en las
elecciones.
Por
otra parte tampoco creemos que una eventual amenaza terrorista dirigida
hacia el PSE-PSOE cambiara sustancialmente las cosas. Los problemas
de definición de su postura en Euskadi y las virtudes de
la política posibilista que en última instancia encarnan
los socialistas vascos están ya asimiladas por el electorado.
Sus defectos y virtudes son conocidos por el electorado sin necesidad
de que ETA los resalte fijándolos en la diana.
En
lo que se refiere al mundo del nacionalismo tampoco parece que el
PNV pueda obtener beneficios o perjuicios de una escalada terrorista,
ni siquiera aunque ocurriera lo impensable (ataques a cargos del
PNV). La estrategia de contemporización con el brazo político
de ETA y las reivindicaciones de EH, combinadas con una explícita
condena de las formas más extremas de violencia son conocidas
de todos. Pueden gustar más o menos pero tienen la virtud
de estar clarísimas. En todo caso un exceso de barbarie en
campaña podría perjudicar precisamente a la coalición
abertzale (HB-EH), pues votar con los cadáveres recién
enterrados sí que puede retraer a algunos "blandengues".
Es previsible por ello que la campaña electoral, por mucho
que suela comentarse cómo "ETA deja su sello macabro
en ella" y cosas por el estilo, sea tanto más tranquila
cuanto más se acerque el día de las elecciones. O,
al menos, eso esperamos.
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